Análisis de Mafia III. NEW BORDEAUX ENSEÑA SUS ENCANTOS

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Finales de los 60, una versión virtual de New Bordeaux y libertad total para tratar temas como la violencia, el racismo o la venganza. Con todo eso, y el sello de una gran saga tras de sí, la combinación llevaba siendo una apuesta a caballo ganador desde el anuncio de Mafia III. ¿Qué tal el resultado? En este análisis tratamos de detallarte en qué ha acertado y en qué ha fracasado este videojuego.

¿Qué esperabas de Mafia III? No puedo responder a esa pregunta por ti en particular, pero sí puedo hacerlo por el grueso de la comunidad de 3DJuegos. Con el título aupado a lo más alto de los rankings de popularidad de la revista, y con un feedback generalmente muy positivo en cada artículo y vídeo que se ha publicado sobre él, las sensaciones no podían ser mejores. Lo mismo me ha sucedido a mí, que acepté la nueva ambientación y el estilo del protagonista como un cambio acertado y necesario en la línea del nuevo juego, y que he disfrutado como un niño del estilazo musical y de puesta en escena de cada tráiler que nos ha regalado 2K en los últimos meses. Desde la distancia, el viaje de venganza de Lincoln Clay parecía destinado a situarse en lo más alto de ese podio que es la trilogía Mafia, no obstante con el juego en las manos hemos comprobado que no está a la altura de sus dos brillantes precedentes.

¿Significa eso que sea un juego malo o desdeñable? Todo lo contrario, es una propuesta de acción interesante, pero con ciertos problemas y con incidencias de todo tipo que el aficionado deberá pasar por alto para disfrutarlo. Eso sí, moviéndonos como lo hacemos en una sociedad, la del videojuego, cada vez más polarizada y donde los reanálisis de los aficionados se dividen en su triste mayoría entre dieces y ceros, intuimos que las reacciones que cosechará este debut de Hangar 13 al frente de una de las series con más enjundia y pedigrí de la acción de mundo abierto serán igualmente divisivas.

Esto se debe a que, superado el brillante prólogo de la campaña individual, ésta se sumerge en una espiral de repetición y falta de inventiva que puede que nos arrastre. Hay videojuegos en los que es sencillo sumergirse y en los que es difícil soltar el mando puesto que nos atrapan, hay otros que para ser disfrutados exigen más de nosotros. Obras de estudios, grandes o pequeños, que nos obligan a poner de nuestra parte para sacarles el máximo partido, y es el caso del juego que nos ocupa. Si sintonizamos con la historia, con el dilema de su protagonista y con la ciudad de New Bordeaux, es posible que podamos sortear los problemas que presenta este Mafia III… De lo contrario, tenemos un problema.


New Bordeaux: Ciudad Criminal

Como la principal fortaleza de Mafia III es su apartado narrativo, y es en lo que se hace fuerte durante las primeras horas de juego, lo justo es empezar precisamente por ahí. En el título somos Lincoln Clay, un veterano de la guerra de Vietnam que trata de encontrar su sitio en una versión virtual y algo libre de Nueva Orleans y que, tras un último golpe, sufre una brutal traición. Hasta ahí lo que necesitas saber de cara a evitar spoilers, y es que a estas alturas ya sabes que preferimos quedarnos cortos en cuanto a información de los argumentos que pasarnos de largo. Su venganza es lo que da combustible al desarrollo del modo historia, y la relevancia del por qué y la gravedad del revés que sufre están tan bien trazados porque es a lo que el videojuego dedica con devoción todo su arranque.

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Un mundo abierto requiere cosas que hacer para servir de incentivo. En Mafia III hay estupendos coleccionables.
Un mundo abierto requiere cosas que hacer para servir de incentivo. En Mafia III hay estupendos coleccionables.


El prólogo es brillante porque hay personajes tridimensionales, hay profundidad en la exposición y no hay ninguna prisa a la hora de ponerlo todo en escena. Es también en esos compases iniciales cuando Hangar 13 da el do de pecho en cuanto a ofrecer las mejores misiones, con un interesante golpe a un banco, una poderosa huida y alguna misión de asesinato que nos muestra su capacidad para crear buenos escenarios de cara a favorecer la acción. Es en esos momentos cuando Mafia III alcanza el pico de ilusión en nuestro fuero interno, cuando pensamos: "Si esto marcha así, podemos estar ante el mejor juego de la saga hasta la fecha". ¿Qué pasa después? ¿Cómo puede ser que baje tanto el nivel? Todo el cariño y la chispa que se nota que el estudio ha inyectado en esos inicios va siendo sustituido por un trabajo de reciclaje de situaciones y mecánicas jugables que choca mucho y que, definitivamente, deja que desear.

Si lo piensas, la mayoría de los juegos de acción y mundo abierto, y pocos se libran de este estigma, tienen una estructura muy clara. Una línea de misiones principales que suelen constituir los mejores momentos de la obra y que son las que hacen avanzar la historia y, por otro lado, una pléyade de misiones secundarias basadas en tres o cuatro conceptos que se repiten hasta la saciedad (generalmente asesinatos, carreras, robos…). De alguna manera Mafia III renuncia a ese estilo tan trillado pero de la forma más equivocada posible, y es que apuesta por eliminar de la ecuación las misiones propiamente dichas y nos dedica a hacer casi constantemente encargos. Llama la atención, ¿eh? Cuando vi en alguna presentación el videojuego y estuve jugando con él me dejó realmente sorprendido el hecho de que nos enseñaran lo que parecían ser únicamente las distracciones de la campaña: asesinatos, destrucción de materiales valiosos para el enemigo, rescate de prostitutas… Ahora, con el juego final en las manos y una visión en perspectiva de la totalidad del modo historia, me doy cuenta de que no eran las misiones secundarias, eran las principales.

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La faceta artística a la hora de recrear la ciudad cuenta con un gusto excelente

La motivación de construir el videojuego así tiene una raíz muy clara en la necesidad que tiene el protagonista de recuperar el control de New Bordeaux, en manos de sus enemigos, y así acabar culminando su plan de venganza. Eso supone que todo está dividido en barrios, y que en cada uno de ellos tenemos que llevar a cabo las mismas tareas para causar un daño económico determinado que provocará que se presente el jefe del área. Eso nos dará la oportunidad de asesinarlo para hacernos con ella y ofrecérsela a uno de nuestros colaboradores para que eso nos depare réditos económicos y de armamento, pero también nos condena a pasar varias decenas de horas haciendo exactamente lo mismo una vez detrás de otra.

No sabemos si esto ha surgido como tratamiento ideal para un mundo abierto de acción por parte de Hangar 13; o si, por el contrario, lo han hecho como respuesta a las protestas que recibió la segunda parte de la serie. Un videojuego que a mí en particular me pareció estupendo, pero que cosechó críticas por parte de los aficionados por ser excesivamente lineal y no ofrecer apenas alternativas en lo relacionado con qué hacer en la ciudad. Este nuevo episodio no sólo es inferior al primero y al segundo por renunciar a aquellos elementos de cierta simulación que le daban gran personalidad, como tener cuidado con la velocidad por la policía, repostar y reparar coches, un mínimo de interés por los daños de éstos o el cuidado cuerpo a cuerpo, sino que también es inferior desde su génesis propiamente dicha. Mafia III ha intentado combatir aquellas protestas que recibió la secuela por estar excesivamente guiada a lo grande, sin medias tintas y renunciando casi por completo a cualquier atisbo de linealidad. Puede que esa idea acabe siendo el paso siguiente para el género, pero desde luego ésta no es la mejor forma de ejecutarlo.

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Una Máquina de Matar

Podríamos discutir mucho sobre el carisma de Lincoln Clay, unos considerarán que es un personaje algo plano y otros, como yo, pensamos que sostiene sobre sus hombros más que correctamente el peso del videojuego. Reconozco que también tuve dudas durante las primeras 10 horas, pero en ese momento y cerrando lo que podríamos llamar el primer acto hay una secuencia en la que el protagonista toma el mando de su propia banda oficialmente (hasta ahora sólo lo había hecho oficiosamente), y con todos sus lugartenientes reunidos explica qué es lo que va a pasar y cómo desea que pase. En esa secuencia, narrada con una cinemática tan bella como cualquier otra del juego y plasmada con la misma fuerza en la puesta en escena que las demás, comencé a creerme que este joven fuerte y de raza negra puede ser el caudillo de New Bordeaux. Quizá no sea el cerebro, para eso tiene ya a alguien, quizá no sea el mejor capacitado para gestionar hombres, para eso tiene también a otra persona, y, desde luego, tampoco es el más manitas, para eso tiene a una tercera, pero sí parece el ideal para liderar el equipo.

Nuestros socios nos ofrecen estupendos incentivos. La furgoneta de armas es una de los más interesantes.
Nuestros socios nos ofrecen estupendos incentivos. La furgoneta de armas es una de los más interesantes.


Pero esa sensación no se transmite únicamente con esa formidable escena de vídeo, sino que es algo que Hangar 13 ha venido cultivando en nuestra mente a base de pequeñas semillas. Ya desde el principio nos ha transmitido que la veteranía en Vietnam del (anti)héroe le convierte en una máquina de matar, y eso es algo que se ve claramente en el combate. De hecho, la mejor parte del título es la propia acción, y de cuánto nos volquemos en ella y cuán satisfechos estemos con sus resultados dependerá el tiempo que aguantemos antes de empezar a sentir cierto hartazgo por lo repetitivo que es todo lo que hay alrededor de ella. El apuntado y el empleo de coberturas funcionan correctamente, y los coqueteos del juego con sencillas pero efectivas mecánicas de sigilo le aportan una cierta variedad para que podamos afrontar los encargos como lo deseemos. Al final todos y cada uno de los objetivos pasan por entrar en una determinada instalación (edificio en la ciudad, base en el exterior, zona en obras, prostíbulo…) y abrirnos paso hasta cumplir el objetivo, así que en nuestra mano quedará si deseamos hacerlo a tiro limpio o siendo algo más cautelosos.

Al final casi todos los objetivos se reducen a ir del punto A al B y matar a alguien. Por suerte el combate está bastante bien.
Al final casi todos los objetivos se reducen a ir del punto A al B y matar a alguien. Por suerte el combate está bastante bien.


¿Qué ventaja tiene apostar por la discreción? Que tendremos menos posibilidades de que los enemigos llamen a refuerzos y que podremos separarlos para ir ejecutándolos, no obstante Lincoln es una máquina de matar tan absolutamente bien engrasada que no vamos a tener problema alguno en lidiar con ellos en los niveles de dificultad Fácil y Normal. De hecho, hasta tal punto es así, que si le cogemos el gusto a la acción de Mafia III puede que hasta demos la bienvenida a más enemigos que eliminar en forma de esos refuerzos de las bandas rivales. Es complicado de explicar, pero si hablamos de sensaciones es fácil darse cuenta cómo el programa saca de nosotros instintos brutales a la hora de buscar la ejecución más salvaje a cuchillo, o de satisfacción máxima cuando el cuerpo de un adversario vuela (literalmente) al recibir una descarga de un rifle a escasos centímetros de su pecho. Lástima que la inteligencia artificial sea tan torpe e inoperante, porque con algo más de efectividad por su parte hablaríamos de un videojuego muy superior en este campo.

La banda sonora es sencillamente brutal

Por otra parte, y conforme vamos progresando en el modo historia, vamos obteniendo nuevos asociados y logrando ventajas diferentes de cada uno. De hecho, como ya hemos detallado, cada negocio que conseguimos poseer lo podemos destinar a uno de ellos, tratando siempre de conseguir un buen equilibrio entre todos y teniendo en cuenta cuáles de sus bonificaciones nos pueden resultar más interesantes a la hora de obtener armas inéditas, recursos o favores. Por ejemplo una de ellas nos brindará una furgoneta de tráfico de armas que podemos llamar siempre que queramos para abastecernos comprándolas, otro nos enviará un vehículo para recoger el dinero que llevemos encima ante el riesgo de perderlo, un tercero nos hará llegar un coche con tres matones italianos que nos ayudarán en las situaciones más difíciles acompañándonos, otro más eliminará las alertas policiales, el último nos brindará un bólido siempre que lo necesitemos… Distintos recursos de los que podemos hacer uso puntualmente, y que nos ponen las cosas más fáciles.

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La Otra Cara del Crimen Organizado

Entrando en materia con el apartado audiovisual hay que dejar claro que Mafia III es un videojuego capaz de dejarnos impactados positivamente y helados negativamente a partes iguales, contando con uno de los apartados más irregulares que se pueden contemplar en un Triple-A de los últimos tiempos. Los mundos abiertos son el género donde más difícil es lograr un aspecto gráfico de enjundia, y el lanzamiento de Hangar 13 viene a demostrar que no basta con poner sobre la mesa buenas ideas y recursos para llevarlas a cabo, sino que hace falta una maestría en la ejecución que aquí sólo han mostrado en ciertas partes. Por su importancia a la hora de contarnos la historia las cinemáticas disfrutan de un acabado extraordinario, lo que hace todavía más dolorosa la comparación con las partes in-game.

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La conducción es muy exacta, y nos permite dos vías: Una más arcade y otra con ciertas pinceladas de simulación.
La conducción es muy exacta, y nos permite dos vías: Una más arcade y otra con ciertas pinceladas de simulación.


Dentro del juego en movimiento, y empezando por lo bueno, hay que destacar el modelado de Lincoln y sus animaciones, que son fantásticas, así como el excelente buen gusto que destila el videojuego en su faceta artística a la hora de presentar esta recreación virtual (con licencias) de Nueva Orleans que es una verdadera gozada recorrer, y que está ejecutada con unos edificios que son una verdadera preciosidad y con unas zonas naturales bastante logradas. Lamentablemente, si nos fijamos en detalle a muchos elementos de pantalla se les ven las costuras; texturas muy pobres, de carga poligonal escasa para los vehículos, de modelados de enemigos y el resto de NPC más bien discretos… Deficiencias que lastran el conjunto notablemente y que, además, se ven acompañadas por distancias de dibujado exiguas y efectos de iluminación que tan pronto son exageradísimos para disimular partes pobres de lo que se ve, como en otras ocasiones presentan una luz totalmente plana.

A todo esto hay que sumar muchos problemas de índole técnica. Siempre digo que con los videojuegos de mundo abierto suelo tener cierta manga ancha, puesto que no sólo tienen esa dificultad extra para ser bellos como hemos hablado antes, sino que de la misma forma tienen que tener tantas cosas en cuenta que es difícil, por no emplear la palabra imposible, que uno de ellos esté al 100% libre de incidencias. El problema es que las de Mafia III no sólo son inusualmente frecuentes, sino que a menudo van más allá de lo cosmético y se convierten en fallos imperdonables que nos obligan a repetir misiones por errores ajenos a nuestro desempeño. Hay que asesinar a alguien al otro lado de una puerta entreabierta que se convierte en un muro infranqueable, hay que robar una barca de un muelle en el que no hay barca alguna, hay que acabar con un objetivo que, sencillamente, no se presenta… Sí es cierto que a base de parches hemos visto una notable mejoría con respecto a lo que nos encontramos con el título en el momento de su puesta a la venta, pero queda todavía mucho trabajo por delante. A todo esto, hay que sumar un popping terrorífico que a veces provoca situaciones dantescas y, también sucesos de lo más desconcertante alrededor de la luz que también se repiten.

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A nivel jugable, una de las mejores partes del videojuego es la acción

Las versiones de PlayStation 4 y Xbox One muestran una tasa de imágenes por segundo que ronda los 30 frames y que, si bien a veces sufre algunas caídas, no llega a ser en ningún momento molesta. Por otra parte, si hablamos de la edición de PC lo hacemos también de una importante polémica, aunque rápidamente subsanada por parte de sus responsables. Inicialmente el videojuego se puso a la venta con una limitación de 30 imágenes por segundo, algo que a los pocos días se corrigió con un parche que presentaba la opción de 30, 60 o de frame-rate ilimitado. El abanico de alternativas técnicas a pormenorizar en compatibles no es demasiado generoso en comparación con otros lanzamientos recientes, pero con alrededor de una decena nos permite detallar qué tipo de experiencia visual queremos para que se adapte a nuestro equipo con la mayor fluidez posible. En nuestro equipo de pruebas habitual de gama media-alta (i7 a 2,80Ghz, GeForce GTX 970, 16GB de RAM) hemos logrado sin graves problemas rondar los 50-60FPS con todas las opciones visuales al máximo y resolución 1080p a excepción de la pestaña Calidad de Reflejos, que en estos momentos y estando el juego en la versión 1.010 capa directamente el juego a 30-35 frames si se opta por las alternativas Medio o Alto. Aunque, eso sí, debemos dejar claro que ni tratando de moverlo al máximo hablamos de un lanzamiento especialmente llamativo en lo estético, ni tampoco de una especial nitidez o nivel de detalle si comparamos esta edición con las de consola.

En cuanto al audio, y con ánimo de cerrar este apartado, es donde Mafia III ofrece sus mejores réditos. Ya cuando se anunció la época en la que se ambientaría el producto las mentes de los aficionados se dispararon soñando con una banda sonora brutal, y lo cierto es que el videojuego ha cumplido sobradamente en este ámbito. Infinidad de clásicos licenciados de finales de los sesenta nos acompañan a través de las tres emisoras entre las que podemos alternar cuando conducimos nuestro coche; y que, además, también están inmejorablemente empleadas en los momentos de dramatismo y cinemáticas a modo de score. Por otra parte, el juego llega a nuestro país doblado en todas sus voces, algo que es especialmente meritorio teniendo en cuenta la cantidad de éstas que hay en trabajos de estas características y el buen nivel que exhiben en la obra.

Interesante

Sin sello
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Mafia III

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Las comparaciones siempre son odiosas, y si las establecemos entre Mafia III y sus predecesores el nuevo juego de 2K Games no sale bien parado. Supone pasos atrás en casi cualquier aspecto imaginable, es repetitivo y técnicamente no es precisamente un dechado de virtudes. No obstante, si lo visualizamos independientemente y nos quedamos con su historia, con su brutal acción y su acertado y hermoso retrato de Nueva Orleans, sí podemos extraer conclusiones positivas que lo puedan convertir en un lanzamiento interesante para los que gustan de las epopeyas criminales.

Comprar Mafia III
  • La historia y los personajes. Muy bien escritos
  • Las primeras cuatro o cinco horas tienen pulso y atrapan
  • La acción es violenta, salvaje y nos hace sentir poderosos
  • New Bordeaux y sus distintos barrios tienen mucha identidad
  • Muy repetitivo. Durante el 90% de la campaña haremos siempre lo mismo
  • Abundantes problemas técnicos y un acabado gráfico muy irregular
  • La IA es tan torpe que emborrona el interés de la acción
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 30-40 horas
Ver requisitos del sistema
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