Construir y gestionar prácticamente sin límites una gran ciudad mientras buscas la felicidad de sus habitantes. Suena a trabajo difícil pero como os contamos en el análisis de Cities: Skyline, también lo es extremadamente divertido. Tras triunfar en PC, el videojuego de Paradox busca el éxito en PS4 y Xbox One con buenos resultados.
Un barrio residencial por aquí, los comercios a lo largo de toda esta avenida, unos pocos árboles aquí y allá para darle alegría a las calles… crear una gran ciudad no es una tarea sencilla pero sí tremendamente divertida en Cities: Skyline, uno de los mejores juegos de construcción y gestión urbanística aparecidos en los últimos años que ya ha cosechado un gran éxito en PC, buscando ahora fortuna en consolas con una versión bien adaptada a los circuitos de PS4 y Xbox One, aunque con el tiempo transcurrido desde el lanzamiento del original, también algo falta de contenidos. Hay diversión para rato, horas y horas de puro entretenimiento, pero que solo se haya incluido de serie la expansión After Dark sabe a poco, y más teniendo DLC tan interesantes como Snowfall o Natural Disasters en la recámara. Que tampoco esto os impida disfrutar de este fantástico trabajo de Paradox Interactive y el equipo de Colossal Order.
Aunque a simple vista parece uno más de tantos títulos de construcción y gestión de ciudades vistos en PC, esta obra aporta ciertas pinceladas de innovación que le sientan realmente bien. Especialmente en lo que se refiere a la posibilidad de crear distritos dentro de nuestra urbe para así gestionar la vida de los ciudadanos de forma pormenorizada, ya sea estableciendo impuestos especiales en zonas muy concretas, o legislando barrio por barrio con medidas contra el tabaco, ayudas al transporte público, apoyo del reciclaje y consignas de ahorro energético por citar solo algunas de las numerosas opciones a nuestro alcance. Es una de las grandes bazas de este videojuego al que una vez empiezas a jugar ya resulta muy difícil abandonar.
¡Maldito tráfico!
Carreteras, tendido eléctrico, zonas residenciales, industria, comercio, transportes públicos, escuelas, parques de bomberos, hospitales, zonas de recreo y esparcimiento, bellos monumentos... para que una ciudad sea considerada eso, una gran ciudad, hace falta mucho esfuerzo y dedicación. Horas y horas de planificación, de gestionar gastos, aumentar la recaudación de impuestos, mejorar la eficiencia de los servicios, y hacerlo además manteniendo felices a los contribuyentes. Un reto que en el caso de Cities: Skyline supone una de las experiencias más divertidas y agradables de los últimos años.
Todo un ejemplo de cómo crear un gran videojuego sin necesidad de inventar nada nuevo o cambiar radicalmente unas mecánicas jugables que han demostrado funcionar a las mil maravillas durante las dos últimas décadas. ¿Por qué entonces resulta tan especial el juego? Porque aun siendo tradicionalista a más no poder, Skyline se siente adictivamente fresco; como si fuera la primera vez que te pones a construir una ciudad en un título de estas características. Más todavía en consolas, donde esta clase de juegos no se prodigan tanto como en PC.
La sensación de progresión, de saber que las cosas marchan bien cuando ves que un barrio humilde empieza a crecer gracias a la eficiencia de tu trabajo es increíblemente satisfactoria; como también destaca la gran libertad de acción que se nos ofrece a la hora de personalizar al máximo el diseño y funcionamiento de nuestra urbe. Ya lo decíamos antes. Aparte de las opciones habituales también podemos crear distritos para establecer sus propias normas de funcionamiento. Sin olvidar la industria, que también tendrá sus particularidades. Porque no penséis que aquí basta con marcar un territorio como "zona industrial" y punto. La hay agrícola, petrolera, minera e incluso forestal, cada una de ellas con sus peculiaridades y diversas formas de influir sobre el territorio. Lo que al final también tendrá repercusiones en el grado de felicidad de nuestros ciudadanos.
Cities: Skyline es un juego de lo más completo
¿Somos empresarios sin corazón que construimos, construimos y reconstruimos sin dejar espacio para las zonas verdes? La belleza de los barrios se reducirá y con ella, la satisfacción general de nuestros ciudadanos. ¿Hemos dejado de lado las políticas ecologistas en pos de incrementar la producción de nuestras factorías con materiales contaminantes? Más de lo mismo. Sin olvidar que las aguas fecales pueden fluir hacia las zonas de las que se extrae el agua potable y… bueno, ya os podéis imaginar el regusto amargo que dejaréis en la boca de vuestros contribuyentes.
Cities: Skyline es un juego de lo más completo que no se olvida de ninguna de las características base que han hecho de este género uno de los más prolíficos en el mundo de los compatibles. Incluso tenemos la posibilidad de gestionar el tráfico con cierto grado de profundidad; lo que no podía ser de otro modo siendo este un título desarrollado por los creadores de Cities in Motion. ¿La pega? Que a veces el comportamiento de nuestros ciudadanos no será el más inteligente, provocando en zonas súper pobladas algún que otro atasco que no siempre tiene que ver con la mala planificación en la construcción de la red de carreteras.
Perfectamente adaptado al uso de mando, con una interfaz de usuario clara e intuitiva, uno de los principales problemas de esta adaptación es que solo incluye la primera expansión de contenidos, lo que no tiene mucho sentido habida cuenta del tiempo que ha transcurrido desde que el videojuego original se estrenara en PC. Hay nuevos edificios y la posibilidad de disfrutar del ocio nocturno y otras atracciones turísticas gracias a After Dark, pero nos quedamos de serie sin otros añadidos tan interesantes como los que aportan Snowfall y Natural Disasters, sin olvidarnos claro de los mods, que en compatibles dotan a esta producción de una vida eterna.
A nivel técnico el videojuego luce bien en PS4 y Xbox One, aunque sufre de alguna que otra ralentización que pueden resultar molestas en momentos puntuales de la partida. Cuanto más grande es la ciudad más se acrecenta el problema, pero nunca de forma tan rotunda como para estropear la experiencia de juego. Visualmente hablando, Cities: Skylines cumple con lo esperado sin sobresalir en ningún aspecto en concreto. El diseño y modelado de los edificios, la cantidad de tráfico y viandantes que pululan por la ciudad, el colorido de los escenarios y los efectos de iluminación… hay muchos detalles de calidad en este videojuego, aunque lo mejor es la sensación de progresión, de ver que todas esas pequeñas y humildes casas con las que comienzas la partida terminan convirtiéndose en gigantescos rascacielos gracias a tu buen hacer al frente de la ciudad.
Cities: Skyline se adapta bien a los circuitos de PS4 y Xbox One conservando intacta la frescura que lo ha convertido en uno de los mejores videojuegos de construcción y gestión de ciudades de los últimos años. Pese a la enorme cantidad y variedad de opciones que pone en nuestras manos, nunca fue tan fácil y divertido levantar de la nada una gran ciudad. A poco que te guste la estrategia disfrutarás como un niño de este videojuego que, en su salto a consolas, podría haber incluido de serie todos sus contenidos adicionales.
Comprar Cities: Skylines- El progreso de la ciudad; comprobar cómo crece hasta convertirse en una gran urbe
- El sistema de distritos. Una gran idea llevada a la perfección a la práctica.
- Interfaz de usuario clara e intuitiva con un sistema de control bien adaptado a consolas
- Se echan de menos las expansiones Snowfall y Natural Disasters
- Algunas ralentizaciones entorpecen la experiencia en momentos puntuales
- El comercio con otras ciudades no está nada aprovechado.
