Han sido siete largos años de desarrollo, pero ArenaNet ha sabido sobreponerse a la presión con un destacable MMORPG sin cuotas cargado de contenidos jugables. Con una espectacular vertiente PVP, muchas horas de diversión por delante y la versatilidad y el dinamismo de su acción por bandera, Guild Wars 2 ya está aquí. ¿Te lo vas a perder?
Con un alarido mortal, el dragón no-muerto Zhaitan ha despertado de su centenario letargo con un único deseo: convertirse en el amo y señor de Tyria. Un mundo de fantasía que ha cambiado considerablemente desde la última vez que lo visitamos, hace ya siete largos años, por culpa de la guerra entre los Charr y los humanos. Un enfrentamiento que 250 años después de los sucesos narrados en la primera expansión de Guild Wars, Eyes of the North, ha permitido a los antiguos dragones imponer su tiranía sin demasiadas dificultades.
Y esto nos ha dejado con un mundo repleto de nuevas razas, culturas y ciudades por visitar, pero también con nuevos conflictos, aventuras y guerras que librar. Lo justo y necesario para que cualquier apasionado al género de los MMORPG, y más concretamente a esta prolífica saga, disfrute del gran trabajo llevado a cabo por el equipo de ArenaNet. El resultado, si bien no es la revolución que prometían, está a un nivel muy alto.
Héroes a medida
Que sea el jugador quien decida libremente de qué modo disfruta de la acción. Con esta idea en mente, ArenaNet ha dado vida a uno de los juegos de rol en línea más versátiles y dinámicos del mercado. Uno en el que tan pronto podemos encarnar al hechicero más agresivo del mundo con devastadores conjuros de fuego, como a un auténtico especialista en la magia de apoyo y sanación. Algo posible gracias a la apuesta por un sistema de combate sin clases en el que importará más el tipo de armas con las que vayamos equipados, que las habilidades innatas de nuestro guerrero.
Guardián, Nigromante, Guardabosques, Elementalista, Guerrero, Hipnotizador, Ladrón, Ingeniero.... Independientemente de la profesión por la que optemos, todas y cada una de estas ocho especializaciones podrán desempeñar, cada uno en su estilo, los tradicionales roles de tanque, sanador y especialista en daño de forma eficiente. ¿Cómo es posible? Básicamente, porque el sistema de combate se ha construido sobre dos pilares bien diferenciados: el tipo de arma que portemos, con sus cinco habilidades únicas inamovibles; y las cinco habilidades activas que seleccionaremos de entre una larga lista de opciones con efectos de lo más variados.
Espadas y escudos, grandes martillos de guerra, escopetas, pistolas duales, antorchas y dagas, bastones mágicos, arcos… a nivel de armamento, Guild Wars 2 es un título francamente generoso. Y eso es algo que se agradece una vez empiezas a disfrutar de su acción y compruebas que tu héroe, dependiendo de las armas que lleve encima –algo que sí va ligado a su profesión-, puede actuar de muchas formas distintas, siempre dando la talla en todas ellas. Eso sí, hay que actuar con cabeza. Y es que será muy importante combinar correctamente las armas y habilidades innatas de cada personaje para sacarles su máximo rendimiento.
Por otro lado, Guild Wars 2 también introduce el concepto de los combos. Espectaculares movimientos de ataque y defensa que nacerán de la unión de dos o más habilidades distintas, ya sean propias o realizadas en consonancia con otros jugadores, con unos efectos decisivos para el devenir de muchas batallas. No en vano, como ya os adelantamos recientemente, las opciones en este campo son francamente elevadas, lo que invita a probar y probar hasta dar con la combinación de ataques más devastadora posible. Algo vital para sobrevivir a las temibles mazmorras de las que hablaremos más adelante.
El mayor problema de este sistema de combate es que se nos antoja algo limitado en opciones en comparación con otros títulos de corte similar, o sin ir más lejos el mismo Guild Wars. Por supuesto, nos ha encantado su versatilidad y el dinamismo con el que se desarrollan las batallas –no en vano, los movimientos de evasión también son vitales para sobrevivir-, pero a la larga, hemos sentido que todo se reduce al empleo de un mismo tipo de habilidades sin prácticamente variaciones durante toda la aventura. Lógicamente, en las misiones más difíciles resulta casi obligatorio combinar dos armas para sobrevivir a los enemigos más poderosos, pero son eso, excepciones.
Tyria, más viva que nunca
Un héroe siempre deja huella en el corazón de los más desfavorecidos allá por donde pisa. Poético, ¿verdad? Pues esto es precisamente lo que propone Guild Wars 2 en lo que respecta a su novedoso sistema de misiones. Una nueva forma de entender este tipo de aventuras online rompiendo con los convencionalismos del género, es decir, misiones cerradas basadas en las demandas de un personaje muy concreto, para dar paso a un sistema multitarea que siempre nos dará varias opciones para satisfacer los deseos de los habitantes de Tyria.
Lo que más nos ha gustado es la naturalidad con la que se ha integrado este nuevo sistema de misiones en la acción de Guild Wars 2. De hecho, dependiendo de la zona por la que nos movamos, habrá que cumplir unas u otras tareas. En algunos casos, por ejemplo, nos encontraremos inmersos en peligrosos campos de batalla en los que deberemos aniquilar a los enemigos mientras apoyamos a las fuerzas aliadas –sanándolos, eliminando obstáculos, rescatando prisioneros, etc.-; mientras que en otros, puede que nos encomienden tareas tan mundanas como recoger alimentos, limpiar los corrales de algunos animales, e incluso servir platos y bebidas en una taberna.
La idea, como decíamos, es que en todo momento tengamos varias alternativas que nos permitan llenar, poco a poco, ese medidor con forma de corazón que nos granjeará una buena suma de dinero y puntos de experiencia. ¿Lo mejor? Que existen más de 300 corazones a lo largo y ancho de Tyria, lo que garantiza horas y horas de entretenimiento. Pero más importante si cabe es el hecho de que nunca antes fue tan divertido subir de nivel.
Principalmente por la intensidad y el frenetismo con el que se desarrolla la acción, logrando que superar estos desafíos sea una tarea tan natural e intuitiva que en muchos casos ni nos daremos cuenta de ello. Pero a esto también debemos sumar las tareas secundarias que pueblan cada uno de los escenarios del juego. En este caso, hablamos de la posibilidad de obtener importantes sumas de experiencia detectando todos los teletransportes de una región, su zonas de interés “turístico” -por así decirlo-; las vistas panorámicas, que casi siempre traen consigo la necesidad de superar fases de plataformeo, o los desafíos por los Puntos de Habilidad –necesarios para adquirir nuevas habilidades-.
Cumpliendo todas estas tareas, lo que es sumamente adictivo, obtendremos además una cuantiosa bonificación de experiencia. Pero si lo vuestro es la acción, nada mejor que disfrutar de los fantásticos Eventos Dinámicos. Misiones aleatorias que se activarán regularmente a nuestro alrededor, planteándonos superar retos más difíciles de lo normal en los que la colaboración con otros usuarios será esencial. ¿Es necesario montar Grupos para afrontar estas misiones? Definitivamente no, porque el concepto base sobre el que gira Guild Wars 2 es el de la libertad para actuar como nos venga en gana. Así que bastará con acudir a la zona en cuestión, y empezar a guerrear junto a las decenas de jugadores que se congreguen en el lugar.
Situaciones francamente espectaculares, sobre todo cuando el enemigo es un gigante de proporciones descomunales, aunque también algo caóticas por momentos. Y es que a veces da la sensación que la estrategia propia en este tipo de juegos ha dejado paso a la acción más desenfrenada, perdiendo en cierto modo la gracia que tiene el medirse a estos peligros usando más la cabeza que la fuerza bruta. Sensaciones que se mantienen durante gran parte de la aventura, a excepción de las ocho mazmorras para grupos de cinco usuarios a las que podremos acceder.
Y es que en estos desafíos, la limitación de cinco héroes por grupo nos obliga a actuar con cabeza aprovechando al máximo las habilidades de nuestros guerreros. Además, resulta necesario conjugar un equipo equilibrado que se complemente a la perfección. De lo contrario, incluso los esbirros podrán exterminarnos en un santiamén. ¡Así que imaginad a los jefazos! Para darle más emoción si cabe, por el camino también nos encontraremos con un montón de trampas que nos obligarán a andar con mucho ojo. Tanto, que a veces rodar por el suelo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Superadas estas mazmorras siguiendo el arco argumental del juego, podemos volver a afrontar sus peligros con un mayor nivel de dificultad en el llamado Modo Explorable. Una nueva forma de recorrer estas temibles instancias con nuevas escenas y rutas alternativas derivadas de las decisiones del grupo de jugadores en activo. Un aliciente más que interesante al que debemos sumar, lógicamente, los suculentos tesoros ocultos exclusivos de estas mazmorras –cada una posee su propia arma única y conjunto de armadura-.
Por todo ello, es innegable que Guild Wars 2 es un título descomunal a nivel de contenidos jugables. Sin embargo, nosotros echamos en falta algo más en relación al juego en equipo en el sentido más estricto de la palabra. Sus misiones y eventos dinámicos son, como decíamos, todo un espectáculo cargado de acción del que difícilmente nos podemos cansar, pero llega un punto en el que la repetición de objetivos y la intensidad de estas escaramuzas nos harán echar de menos algo más pausado y estratégico. Algo más, en definitiva, como las mazmorras.
También creemos que la historia principal, desarrollada a través de misiones tradicionales, no es excesivamente original ni espectacular en comparación con otros títulos de corte similar, que sí han apostado decididamente por argumentos dignos de los mejores juegos de rol. Pese a ello, la obra de ArenaNet cuenta con uno de los trasfondos argumentales más sólidos y trabajados que hemos visto en el género, presentándonos cientos y cientos de pequeñas historias que son las que al final, han otorgado a Tyria la viveza de la que tanto puede presumir. Y entre todos estos relatos, también se encuentra el de nuestro héroe, que podremos perfilar con leves decisiones argumentales.
Artesanos en la guerra
En su afán por cubrir todos los frentes por los que suspiran los aficionados a los MMORPG, ArenaNet también ha integrado un completo sistema de artesanía en el mundo de Guild Wars 2. La forma perfecta de mejorar la experiencia de nuestros héroes mientras desarrollan sus habilidades artesanales aprendiendo cualquiera de los ocho oficios disponibles. En este caso, únicamente podemos hacer uso de dos de estas profesiones a la vez, aunque a la larga, podemos haber alcanzado la perfección en todos ellos. Basta paciencia, mucha paciencia, pero también recursos y materias primas.
Materiales que obtendremos durante nuestros viajes por Tyria picando minerales, talando árboles, recolectando alimentos de la tierra, o extrayendo directamente las materias primas del cuerpo de los enemigos abatidos. Con estos recursos en el inventario, deberemos visitar los bancos de trabajo para estudiar nuevas recetas, fabricar materiales de trabajo, o diseñar infinidad de armas, corazas, joyas, alimentos, etc. En definitiva, un arduo trabajo que, eso sí, dará más de una alegría a los jugadores más dedicados.
Lo que no podemos olvidar es que Tyria está en guerra, y eso es algo que queda patente desde el primer minuto de juego. Pero… ¿guerra contra quién? Pues aparte de los dragones y sus aliados, en todo momento podemos acceder a la vertiente PVP (Jugador contra Jugador) de Guild Wars 2, para medirnos contra otros usuarios en diversas arenas de combate. En este sentido, independientemente del nivel que tengamos en el juego principal, todo el mundo luchará en esta modalidad al máximo nivel –el 80-, pudiendo así hacer uso de todas las habilidades y rasgos de su héroe.
Lógicamente, el equipamiento de batalla y las armas de nuestros guerreros tendrán su peso en las partidas, pero esta es una forma perfecta de mantener el equilibrio en estas intensas escaramuzas, que ya os avisamos os atraparán de manera irremediable. Sobre todo por el frenetismo con el que se desarrollarán estos combates a muerte, en los que será necesario conquistar determinadas zonas de interés para obtener puntos y ventajas frente a los rivales.
El plato fuerte de Guild Wars 2 viene de la mano de los emocionantes y masivos combates Mundo vs Mundo. Un enorme conflicto bélico en el que se enfrentarán cientos de jugadores de tres servidores distintos por el dominio de un gran campo de batalla dividido en cuatro partes: un feudo para cada ejército más una gran zona central. ¿Qué hace tan especial a esta modalidad de juego? Simple y llanamente, que muy pocos MMO ofrecen batallas de este calibre con tal grado de frenetismo e intensidad.
Y es que la acción no se limita a eliminar a otros jugadores y ya está. Al contrario. Estas son batallas muy estratégicas en las que si no existe colaboración entre jugadores, difícilmente se pueden obtener buenos resultados. No en vano, cada facción debe defender y conquistar varios campamentos de recursos, minas, fábricas, aldeas…a la par que luchan por el control de sus fortalezas. Y entre medias, con los recursos que se obtendrán logrando estos objetivos, se podrán construir diversas máquinas de asedio como arietes o catapultas para agilizar las labores de conquista. Suena divertido ¿verdad?
Pues lo es, y mucho. Hasta tal punto es así, que las batallas Mundo vs Mundo se han convertido ya en todo un referente para los aficionados a Guild Wars 2, que no dejan de combatir día tras día en este tipo de partidas –se nota en las colas de espera-. La mayor pega que le hemos encontrado, y a la vez también es una de sus grandes virtudes, es que por momentos, estos combates se pueden tornar excesivamente caóticos. Basta contemplar el asedio a una fortaleza para darse cuenta de la locura que se puede desatar en el campo de batalla. Algo que como decimos resulta genial por su espectacularidad, aunque a veces a nivel jugable pierde una chispa de gracia.
Por otro lado, echamos en falta algo más de contenido jugable en la vertiente PVP más tradicional, aunque bien es verdad que con lo que ofrece actualmente tenemos diversión para semanas.
Fantasía audiovisual
Bello, imponente, repleto de vida, espectacular por momentos… son muchos los calificativos positivos que podemos dedicarle al apartado audiovisual de Guild Wars 2. Un título que si bien no destaca excesivamente en lo tecnológico, sí ha sabido sacar lo mejor de ArenaNet a nivel artístico. Y lo ha hecho hasta de tal modo, que es imposible no quedar prendado de algunos de los escenarios por los que nos moveremos en Tyria.
Principalmente nos referimos a las grandes capitales de este mundo de fantasía, con Arco de León como una de las cumbres del diseño en esta obra. Pero también hablamos de la variedad y fastuosidad de los campos de batalla por los que nos moveremos, del diseño de las criaturas, la arquitectura de las razas dominantes en Tyria… en definitiva, del buen gusto que han demostrado sus creadores rediseñando el universo de Guild Wars 2. Algo que nos invita, como destacábamos anteriormente, a explorar hasta el último rincón del juego solo por gusto, lo que no se ve todos los días.
Tampoco podemos olvidarnos de las batallas submarinas, que por su originalidad y espectacularidad también nos han conquistado. Todo ello a pesar de estar ante un título que no destaca sobremanera en lo referente a la definición de sus texturas, la distancia del dibujado –a veces hay excesiva niebla de por medio- o la carga poligonal en general. Sin embargo, el buen rendimiento de su motor gráfico –aunque existen casos puntuales de jugadores con problemas-, o detalles como la ausencia de colas de espera para acceder a los servidores –se usan unos servidores de exceso donde podemos jugar hasta entrar en el nuestro propio- son aspectos muy positivos que no podemos obviar.
Desgraciadamente, como muchos otros MMORPG antes que él, Guild Wars 2 se ha estrenado con ciertos problemas técnicos que pueden resultar bastante molestos. Más allá de las típicas misiones que no funcionan, uno de los contratiempos más importantes es el que afecta al buen funcionamiento de los Grupos de jugadores. En este caso, se trata de un problema derivado del uso de los servidores de exceso, que hacen que en más ocasiones de las deseadas los miembros de un mismo grupo queden repartidos por servidores distintos, sin poder acceder a las mazmorras de juego en equipo.
Los problemas de latencia también están afectando a las partidas en más ocasiones de las deseadas, aunque bien es cierto que ArenaNet ha estado aplicando constantemente actualizaciones desde que el juego iniciara su andadura. Algo desgraciadamente habitual en el género, como decíamos anteriormente, aunque no por ello menos grave.
Por terminar con la faceta audiovisual de Guild Wars 2, también hay que destacar la contundencia de los efectos sonoros y el gran trabajo llevado a cabo por el veterano compositor Jeremy Soule, que ha dado vida a una banda sonora de gran factura que casa perfectamente con la acción, si bien es cierto en ocasiones los lapsus de tiempo entre pieza y pieza son excesivamente largos, dejándonos un buen rato únicamente con el sonido ambiente. El doblaje al inglés –con los textos en castellano- es bueno y se aplica a un gran número de personajes.
Con el aliciente de ser un MMORPG sin cuotas, ArenaNet ha logrado desmarcarse de sus competidores con su sobresaliente juego de rol en línea. Su vertiente PVP es puro vicio y su faceta PVE cuenta con los ingredientes necesarios como para no decepcionar a nadie. Puede que su sistema de combate no se haya aprovechado del todo y que se le haya restado demasiada importancia al juego en equipo, pero a día de hoy, son muy pocos los juegos capaces de divertir tanto como Guild Wars 2.
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