Dirt Rally se estrena en consolas después de una etapa inmejorable por el PC. Con esta nueva versión el equipo de Codemasters ha logrado trasladar todo lo que hizo grande al juego en ordenadores en una conversión de altísima calidad.
Al final, poco más de cuatro meses van a separar el exitoso paso de Dirt Rally por el mundo de los ordenadores con su inminente lanzamiento en consolas. Pero menos diferencia aún hemos encontrado entre las versiones, con uno de los mejores trabajos en llevar el juego a otras plataformas que hayamos visto en esta generación. Estamos hablando de un esfuerzo por parte de Codemasters de llevar los 60 frames por segundo al ámbito consolero, imprescindibles para poder tomar las pequeñas correcciones en unas etapas que son tan duras como endiabladamente divertidas.
No hay prácticamente diferencias entre plataformas, salvo alguna mejor carga de texturas a media y larga distancia en la versión de PC con mejores opciones de antialiasing. Al fin y al cabo, Dirt Rally no se caracterizaba por ofrecer el aspecto gráfico más puntero, por lo que el paso a consolas, aunque ha supuesto un tremendo esfuerzo de programación para conseguir la tasa de frames, no requería de mucha tecnológica.
Además, todas las nuevas actualizaciones que trae consigo el estreno de la versión de consola, también llegarán a ordenador. Hablamos de las nuevas clases para los Rally Cross por ejemplo, que harán más variadas este tipo de competición, o el coche que Sébastien Loeb utilizó para marcar su tiempo en el ascenso de Pikes Peak, el Peugeot 208 T16. Eso sí, aparte de los siete vehículos extra, la versión de consola llega con una edición especial de tirada limitada para los primeros compradores, la Edición Legend, que abrirán los Minis a las nuevas categorías de competición y más importante, incluirá el Blu-Ray con el documental Colin McRae: Rally Legend, donde conocer la historia de este icónico piloto.
En definitiva, una buena edición totalmente recomendable para aquellos que no pudieron disfrutar del título en ordenadores o estuvieran esperando el momento de para hacerse con el juego físico.
Estas son las novedades más destacables de la versión de PC, pero si quieres conocer todos los detalles del juego desde su versión consola, sigue leyendo:
Buen sector
Por lo general, la tendencia de muchas sagas conocidas suele ser convertirse en un producto más accesible a lo largo de los años, con el fin de atraer a más jugadores a su franquicia. Por suerte, el camino de Dirt Rally ha sido el contrario, volviendo a los orígenes y superándolos. Esto, por supuesto, también significa la alienación de muchos jugadores que no desean una experiencia tan profunda. Dirt Rally no hace concesiones: es duro, requiere dedicación y te va a forzar a límites que hace mucho que no superabas.
Esto parece conseguirse con un equipo más pequeño y con un presupuesto más reducido, y por ello Dirt Rally no busca (o no puede buscar) la excelencia gráfica. No hay mucho que achacarle, salvo que no parece un producto que aproveche toda la tecnología al alcance de los desarrolladores. Sin embargo, el enfoque a una jugabilidad pulida y desafiante ha dado aquí resultados excelsos: Dirt Rally es, probablemente, el simulador más fiel y exigente de cuantos han salido en los últimos años, a la altura de los clásicos más importantes de esta disciplina.
No encontrarás modos de dificultad aquí, pero si no estás acostumbrado a un simulador de este estilo vas a sufrir mucho al principio. El nivel se mide por tu capacidad de ir aprendiendo el manejo desafiante de cada vehículo y la organización de los campeonatos según la década en que nacieron sus coches. Cuanto más actuales, más complicado será reaccionar a tiempo al circuito, pero os podemos asegurar que a partir de la segunda categoría en orden ascendente, la de los 70, ya empezarás a ver cómo esos sectores no se superan tan limpiamente.
Lo mejor de Dirt Rally no es lo que ofrece, sino cómo lo ofrece
Dirt Rally no juega a darte una palmada en la espalda. No perdona ninguno de tus fallos; y al final, la carrera se debate entre tu capacidad de mantener el pulso con el volante o con el pad y lograr las máximas velocidades sin salirte de la pista a continuación. Apurar cada kilómetro/hora, pero siendo siempre consciente de cómo tomar la curva y en qué marcha, es vital y la única forma de arrancar puestas en la tabla clasificatoria. Aquí no se premia la conducción prudente.
Pero, ¿cómo logra su simulación la nueva apuesta de Codemasters? Poniéndote en estado de tensión en todo momento. Las curvas no son el único peligro, sino el perfecto comportamiento en unas rectas que, debido a la gran cantidad de imperfecciones en la carretera, hacen del control un ejercicio constante de reflejos y atención a cada viraje. Se acrecienta la sensación de estar en un terreno completamente inestable y peligroso gracias a unas físicas de ruedas muy trabajadas, que dan sus máximos resultados en las zonas de grava, un campo que está claro que el equipo domina a la perfección.
Lo mismo ocurre con la nieve, que aunque más difícil de dominar en lo técnico, ha logrado grandes avances a medida que el juego se iba completando, con una buena respuesta y diferencia entre los tipos de nieve y los peraltes de la carretera. Cada uno de estos circuitos en sus distintas etapas requieren fineza a los mandos para indicar al vehículo la dirección correcta, tanto que cuando llegamos a zonas de asfalto y hormigón, como el Rally de Alemania, notamos un cambio extremo. Pero es que el asfalto contiene otras complicaciones: la del ajuste de velocidad en cada tramo.
Uno de los elementos que resaltamos en nuestras primeras impresiones con el título es el del copiloto. Y lo cierto es que es un asunto bastante extraño el que ha ocurrido con las voces de nuestro guía en la carretera. La primera voz escogida (con la que teníamos algunas reservas) se ha sustituido por otra en algunos Rally, pero se ha mantenido en las partes del juego que ya estaban hechas. Sigue ocurriendo además ese problema con algunas líneas no traducidas donde nuestro copiloto se pasa a hablarnos en inglés. Son las de menos, pero se podía haber trabajado mucho más este aspecto.
Aunque el Rally es la porción principal del juego, encontramos otras dos que nos acompañarán en cada categoría mientras ascendemos de posiciones. El Hillclimb es un tour de force lleno de horquillas mortales mientras ascendemos el abrupto circuito de Pikes, y por otra parte las etapas de Rally Cross nos colocan en pistas cerradas con contrincantes en la carretera y una exigencia máxima en la precisión y la aceptación de sus normas. Pero es en estas modalidades donde vemos uno de los principales problemas del juego que puede ser decisivo para algunos jugadores: para Hillclimb, sólo existe Pikes. No hay más localizaciones disponibles. Rally Cross contiene sólo tres circuitos más. Y en cuanto a los rallies, teniendo en cuenta todas las etapas nos encontramos con más de 70, pero agrupadas en 6 rallies: Gales, Suecia, Finlandia, Monte Carlo, Grecia, y Alemania. Se echan en falta muchas localizaciones que podrían dar más variedad.
Pero hay que ser justos: el precio a pagar por un equipo pequeño centrado en ofrecer una experiencia profunda es el de tener unos objetivos más realistas, los cuales han intentado ser proporcionales al tamaño del juego, con un importe que ha variado desde su lanzamiento en Early Access hasta su presente lanzamiento. Lo bueno es que cada etapa es tan difícil de dominar que Dirt Rally no parece en absoluto un juego poco variado. Llegar a masterizar cada uno de los sectores con los 39 coches a tu disposición es algo que no estará a la altura de cualquiera.
Es duro, requiere dedicación y te va a forzar a límites que hace mucho que no superabas
No todo es perfecto, porque aún seguimos viendo algunos bugs gráficos que van desde algunas texturas que bailan hasta la completa desaparición de la pista, fallo grave porque tienes que abandonar el campeonato en cuestión. Afortunadamente son muy escasos, y lo que hace, lo hace bien. Súmale al conjunto una capacidad de configuración máxima que te permite, incluso aunque no dispongas de un volante, configurar el mando de maneras tan profundas como ajustando la inacción de los sticks analógicos o definiendo a la perfección la sensibilidad de los giros, acelerador y freno con respecto a sus controles.
Campeonatos, Ligas, Modos online, rankings mundiales y pruebas diarias donde superar récords antes de que se cumplan las 24 horas, además de los clásicos modos de pruebas individuales para practicar un circuito en cuestión, son muchos de los añadidos que se han ido sumando en los últimos meses. Pero, volviendo al principio, lo mejor de Dirt Rally no es lo que ofrece, sino cómo lo ofrece: pocas veces hemos tenido que ser tan conscientes de la presión que hacemos al acelerador y al freno, de la sutileza y los movimientos gentiles al stick para corregir una trayectoria. Pequeños movimientos y reflejos que, cuando se dominan, convierten a Dirt Rally en el mejor de los relojes suizos.
Codemasters aplicó sabiamente el freno de mano a Dirt antes de perder el rumbo y no sólo ha vuelto a las raíces de la disciplina, sino que lo ha hecho mejor que en cualquier entrega de la franquicia. Esto conlleva un precio: no es para todo el mundo; las pocas ayudas que contiene sólo varían el juego de difícil a extremadamente duro. No es para cualquiera. Pero si lo es para ti, vas a disfrutar como hace mucho no lo haces con un juego de Rally.
Comprar DiRT Rally- El juego de rally más exigente y fiel de los últimos años.
- Cantidad de opciones de personalización.
- La recreación de circuitos y vehículos.
- Gran feedback sonoro.
- Algunos bugs gráficos, escasos pero presentes.
- El doblaje del/los copiloto/s no está cuidado, sobre todo al integrarse en la carrera.
- Pocos circuitos, sobre todo en Rally Cross y Hillclimb
