Final Fantasy XV está dejándose querer más de lo que muchos corazones pueden aguantar pero, para hacernos la espera un poco más ligera, Square Enix nos ofrece un minijuego para móviles que también formará parte de este RPG: Justice Monsters Five.
El retraso de Final Fantasy XV pilló por sorpresa a muchos jugadores. Pero si este pequeño inconveniente sirve para mejorar la experiencia de juego, bienvenido sea. El caso es que Square Enix acaba de poner en liza para dispositivos iOS y Android (pronto estará disponible también para Windows 10) un minijuego que lleva por nombre Justice Monsters Five. ¿Y qué tiene esto que ver con Final Fantasy XV, os preguntaréis algunos de vosotros?
Pues un poco. Y es que, en realidad, este minijuego formará parte de Final Fantasy XV, ya que por lo visto se podrá jugar en la versión final de este RPG de mundo abierto, concretamente en el restaurante del Nido del Cuervo. Un pasatiempo que estará muy de moda en el Reino de Lucis.
Explicar en qué consiste exactamente este título no es del todo sencillo. Se trata de una especie de pinball pero mucho más limitado y simplón al que se han añadido varios protagonistas y monstruos. Y para redondear todo esto, también presenta numerosos elementos propios de los RPG, dando como resultado una jugabilidad que en principio resulta atrayente pero que, a medida que jugamos, pierde interés.
Original pero algo monótono
Este minijuego posee su propio argumento y protagonistas, si bien ni unos ni otros resultan lo suficientemente llamativos. Al principio del juego cuatro monstruos deben parar a Grim Gargoyle pero, más tarde, la trama se abre más todavía y entra en escena Lord Vexxos , quien pone en jaque al planeta Nova y a otros muchos.
El caso es que una horda (o muchas, mejor dicho) de monstruos campan a sus anchas por doquier, siendo necesario acabar con ellos. Y ahí entran en juego tipos como Fab Flan, Limiana y demás, personajes que deben ocuparse de dar cera a los adversarios.
Entrando ya en materia, Justice Monsters Five nos invita a participar en unas batallas bastante curiosas. En la parte superior de la zona de juego aparecen los enemigos, mientras que la zona inferior es donde se encuentran nuestros personajes. Sin embargo, dichos personajes quedan representados por una especie de disco que va desplazándose de izquierda a derecha de manera automática, siendo necesario enviarle hacia arriba mediante un impulso, usando para tal fin la pantalla táctil. Una especie de pinball pero sin los flippers, rollovers ni demás elementos clásicos del género, si bien es cierto que algún que otro bumper sí que se deja ver de vez en cuando en los fondos.
Podemos alternar el control de unos personajes y otros, lo cual nos permite usar sus poderes especiales para acabar más rápidamente con los rivales y, más importante aún, jugar con los típicos factores elementales (agua, viento, fuego, etc.). En función de los rivales que tengamos que abatir y su clase correspondiente, es más apropiado usar uno de nuestros personajes de un elemento concreto para causar más daño con cada golpe que le propinamos. Y a medida que superamos pantallas (misiones), podemos ir potenciado a dichos protagonistas.
Estas pinceladas RPG quedan rematadas por otros detalles propios del género como la posibilidad de poder viajar de un lugar a otro con nuestra nave (siempre que tengamos combustible) o la posibilidad de leer diálogos entre los personajes, los cuales por cierto aparecen en inglés.
Esta mecánica de juego tan particular es entretenida al principio pero, al cabo de las horas, se torna bastante reiterativa y hasta aburrida, ya que es invariable hasta decir basta. Pero lo peor de todo es que, al menos a nuestro parecer, los tiempos de carga, de espera y demás se hacen eternos, y más tratándose de un juego de estas características. ¡Debería ser todo lo contrario!
Una verdadera lástima, porque insistimos en que la idea que propone el título está bien tirada, la ambientación resulta atractiva y encima técnicamente cumple con creces. Pero le ha faltado más chispa y gracia para terminar de dar con la tecla, siendo un juego que merece la pena probar por curiosidad pero que seguramente desinstalaréis a los pocos días.
Este curioso minijuego basado (o extraído, mejor dicho) del universo de Final Fantasy XV es una especie de pinball… venido a menos. Y es que si bien al comienzo el sistema de juego resulta relativamente original y tiene cierta gracia, a medida que jugamos todo se torna previsible y bastante invariable. Podría haber dado mucho más de sí, pero desgraciadamente se ha quedado a medio camino.
- Técnicamente alcanza un buen nivel
- Planteamiento relativamente original
- Las pinceladas RPG añaden cierta profundidad
- La jugabilidad acaba siendo reiterativa
- Los tiempos de carga son pesados de solemnidad
- El sistema de juego es demasiado sencillo como para enganchar
