Los juegos de plataformas 3D no pasan por su mejor momento, pero todavía sigue habiendo compañías que apuestan por este clásico género. El estudio español Drakhar afincado en Madrid es uno de ellos, quienes nos ofrecen un nuevo representante del género. Analizamos Ginger: Beyond the Crystal.
Super Mario 64, uno de los mejores juegos de la historia (el segundo a mi parecer), marcó un antes y un después en la era de los juegos de plataformas 3D. Después de él todas las compañías se animaron a crear decenas y decenas de exponentes del género, una situación similar a la que vivimos hoy en día sustituyendo las palabras Super Mario 64 por Call of Duty: Modern Warfare y plataformas 3D por shooters en primera persona.
Todo ha cambiado hoy en día y dicho género, como otros tantos más, han quedado bastante olvidados y sumidos en un segundo plano… para mí totalmente insoportable. Pero por fortuna para todos los que seguimos sintiendo una especial predilección por este género todavía existen estudios (pocos, eso es verdad) que quieren revivir dicho estilo de títulos.
La trama de esta aventura está más cuidada de lo que suele ser habitual en el género y, de hecho, cuenta con narrador en perfecto español y todo. Todo gira en torno a unos cristales de poder que, por obra de un misterioso personaje, han sido distribuidos por todo el mundo y, además, han perdido su brillo. Para solucionar dicha situación, es decir, para dar con los cristales y purificarlos, una diosa del bosque da vida a Ginger, un personaje difícilmente descriptible que posee ciertos poderes. Y así da comienzo esta odisea plataformera, la cual jamás alcanza cotas extremadamente elevadas de diversión pero sí que resulta entretenida, especialmente para los jugadores menos expertos y, más concretamente, para los más pequeños de la casa.
Saltos inocentes
A lo largo de una buena remesa de niveles divididos en diversos mundos (aldeas, mejor dicho) que hacen las veces de HUB, debemos ir encontrando dichos cristales y, también, a los habitantes de cada región. Y la forma de hacerlo es la habitual en este tipo de títulos, es decir, sorteando zonas plataformeras, enemigos y algún que otro puzle. Entre otras habilidades que posee Ginger este personaje puede ir disfrazándose de diversas formas, lo cual le permite aprender nuevos movimientos y ataques que, muchas veces, suelen ser la clave para desbloquear ciertos secretos.
De esta forma y a pesar de que se trata de una aventura muy guiada, es cierto que se ha querido imprimir un cierto grado de backtracking (pero leve) que añade algo de frescura al título, pero vamos, insistimos en que no se trata del juego más adulto ni desafiante del mundo.
Precisamente y salvo alguna que otra ocasión puntual, el título me ha parecido un paseo. Se puede graduar la dificultad, es cierto, pero a pesar de eso se nota que es un juego pensado especialmente para los más pequeños. ¿Y por qué? Pues porque todo es muy simple, en exceso en muchos casos. Desde los combates a las secciones de plataformas y demás, todo peca de haber sido plasmado con demasiada sencillez. Además y a pesar de que las fases son bastante variadas dentro de lo que cabe, todas resultan bastante cortas y, en algunas ocasiones, un tanto insulsas. Defectos que los más pequeños pueden pasar por alto o, incluso, agradecer… pero que los usuarios más curtidos encontrarán demasiado graves.
Se puede graduar la dificultad, pero el juego es muy fácil
Evidentemente el sistema de control también resulta muy sencillo, y bastan tres botones para efectuar casi todas las acciones que es posible efectuar con Ginger. El manejo responde bastante bien, algo que fomenta la jugabilidad, pero también es verdad que me ha parecido que el protagonista es un personaje más limitado de lo que sería deseable.
Otra prueba inequívoca de que estamos ante un juego infantil es su planteamiento estético. Todos los juegos de Nintendo, TT Games, Activision y otras compañías pertenecientes a este mismo género, así como los clásicos de Rare y tantos otros ejemplos que podría daros siempre han apostado por crear entornos coloridos y personajes alegres y de corte infantiloide… pero en el caso de esta obra todo se ha exagerado. Colores pastel por doquier, enemigos de todo menos intimidantes y demás elementos "suaves" comulgan perfectamente con la orientación infantil del título. Eso sí, no se me ha pasado por alto diversos defectos gráficos que arrastra el juego, incluyendo las bajadas más o menos habituales de la tasa de frames que sufre la versión de PS4. Pero también es cierto que no tiene incidencia en el desarrollo del título… y que ese problema no sucede en la edición para PC.
Bastante mejor resuelto ha sido el apartado sonoro, en mi opinión lo mejor del título. Las partituras suenan un tanto a las mismas que escuchábamos en las citadas obras plataformeras clásicas de Rare, aunque no llegan a alcanzar la calidad conseguida por los compositores de esta compañía.
Plataformas 3D de corte infantil de la mano del estudio español Drakhar. Ginger: Beyond the Crystal no es una obra memorable bajo ningún concepto y, de hecho, posee mucho margen de mejora. Pero dada la escasez de producciones de este mismo estilo no es un título despreciable, especialmente para los más pequeños, quienes seguramente pasarán por alto los altibajos que posee la aventura en muchos campos, técnicos y jugables.
Comprar Ginger: Beyond the Crystal- Atractivo planteamiento jugable, muy clásico
- Guiños evidentes a obras como Super Mario Galaxy o Crash Bandicoot
- Estética muy colorida y alegre
- El desarrollo termina haciéndose algo repetitivo y falto de interés
- Muchos niveles nos han parecido demasiado básicos y genéricos
- Personajes y enemigos carentes de personalidad
