Ruth es una lechera que vive sola en los fiordos noruegos, hace queso y mantequilla, cuida de sus vacas hasta que se enfrenta con lo imposible. Un cuento en verso con mucho encanto y para todas las edades.
A estas alturas de la Historia del videojuego es difícil encontrar ejemplos de obras pequeñas, que se mantengan simples en sus conceptos y aspiraciones, a veces con la única intención de volver a las raíces, como un grito ahogado que quiere advertirnos de que no todo debe ser siempre complejo, profundo y detallado y que en esa sencillez también puede haber belleza. Por lo general, son juegos que esconden una mecánica novedosa. Ese "gimmick" como le llaman en el que basa su existencia.
No encontrarás nada de eso en Milkmaid and the Milky Way. Dentro de las aventuras gráficas, no supone ningún paso adelante ni ninguna vuelta de tuerca al género que haya priorizado lo original y novedoso por encima de la técnica. El juego del artista noruego Mattis Folkestad no pretende más que ser un pequeño cuento lleno de encanto con una historia de amor por la naturaleza, los animales, la vida sencilla y los valores humanos.
Quizá, su mayor pretensión es la de contar con todo el texto y diálogos escritos en verso, con algunos momentos más acertados que otros, pero que le da ese halo de cuento de hadas que necesita para mantenerse fluido y hermoso. Porque esa es la clave de Milkmaid of the Milky Way, mantener esa fluidez que nos lleva en el relato sin tan siquiera una enorme dificultad en los puzles, donde salvo un par de ocasiones rebuscadas, encontraremos la solución rápidamente.
La calma y la tempestad
Puzles clásicos de combinación de objetos en su mayoría y que irán creciendo en dificultad, sobre todo cuando pasemos a la segunda parte de la aventura. Milkmaid of the Milky Way nos sitúa en el escenario de los años 20 en los fiordos noruegos, con Ruth como protagonista, una joven que tras la muerte de sus padres hereda el negocio familiar de hacer queso y mantequilla, pero los tiempos están cambiando y el negocio es cada vez más duro, y las distancias de los altos fiordos con las aldeas demasiado largas. Y cuando el tono del juego está colocado, ocurre lo inimaginable y es donde da comienzo la parte más mágica del mismo.
Como decimos, no esperéis una historia actual, cuya complejidad nos mantiene en todo momento en vilo. Su carácter de cuento o leyenda folclórica parece querer mezclar más los relatos nórdicos como si fuera un poema con un suceso extraordinario que en otros tiempos pasaría por una hazaña de los dioses.
Entonces, si se trata de una aventura tan simple, con pocas pretensiones, sin ninguna mecánica revolucionaria y con una historia sin muchas complicaciones, ¿qué es exactamente lo que ofrece Milkmaid of the Milky Way? Posiblemente, y como decíamos al comienzo del artículo, ese afán por la sencillez, por mantener las cosas simples en una era complicada. O puede que, simplemente, ofrecer un relato que bien podrías compartir jugando con tu hijo o hija como si fuera una fábula clásica más en formato interactivo.
Su mayor pretensión es la de contar con todo el texto y diálogos escritos en verso
En cualquier caso, se trata de una aventura que no deja indiferente. A cualquier jugador de aventuras gráficas, sobre todo clásicas, se sentirá atraído por su estética pixelada de tonos pastel que expresan mucho sin recargar el paisaje. Acompaña además una música que cobra un protagonismo extremo en todo momento, gracias a unas sintonías tan sugerentes como llenas de mística y serenidad, tal que puedes escucharlas perfectamente más allá de la propia aventura.
Y si su sencillez te parece incluso demasiado para tus horas de entretenimiento sentado delante del ordenador, la puedes reservar y disfrutar en su versión móvil, más barata incluso, disponible de momento para dispositivos con iOS, donde quizá se aprecie mejor esa calma y maravilla que desprende su mundo y su historia.
Cuesta adaptarse al estilo de Milkmaid of the Milky Way, como podría costar abandonar la compleja vida en ciudad para volver a la tradición rural, pero una vez que entras y dado que su duración es bastante escasa, esta pequeña aventura se hace muy llevadera y entretenida. Se podrían haber cuidado más aspectos de la relación con los personajes y algunos de la segunda parte de la aventura que la hicieran más verosímil, así como una moraleja más sólida y un mensaje más directo por su talante de cuento, pero no se puede negar que desprende unos retazos de magia a los que no solemos estar acostumbrados en los videojuegos.
Milkmaid of the Milky Way no esconde en ningún momento su sencillez ni su carácter poco revolucionario, sino que lo usa como recurso para contar su cuento y llenar de encanto cada uno de sus escenarios y situaciones. Difícil de atraer las miradas en tiempos tan rápidos y sofisticados, pero tan necesario como el cuento de hadas más básico.
- Simple y encantador. Como un cuento de hadas con una pizca de modernidad
- La música es cautivadora, tranquila y mística a partes iguales
- Puede resultar demasiado fácil para muchos aventureros
- Es corto y con mecánicas poco innovadoras
