Los autores del notable Teslagrad cambian de registro, ¡abandonan las 2D!, para sumergirnos en una divertida aventura de puzles y exploración muy en la línea de los clásicos The Legend of Zelda. Pon a prueba tu ingenio, y resuelve sus muchos rompecabezas, valiéndote de las habilidades especiales de cuatro aventureros con ganas de conquistar tu corazón. Análisis de World of the West.
Tan bien lo hicieron con el notable Teslagrad que lo suyo habría sido embarcarse, de inmediato, en el desarrollo de una secuela que ofreciera un "más y mejor"; pero en Rain Games han decidido ser valientes y cortar por lo sano, apostar por algo completamente original… aunque dentro de su mismo universo de ficción. Así nace World of the West, una divertida aventura de puzles y exploración que nos propone resolver una gran variedad de rompecabezas sirviéndonos de las habilidades especiales de cuatro héroes que por caprichos del destino, deben trabajar en equipo para salir victoriosos en su empresa. ¡Es genial! Con sus más y sus menos, el videojuego sabe cómo atraparte en sus redes sorprendiéndote con desafíos cada vez más complejos e ingeniosos. Rara vez llega a ese punto de genialidad visto en otros títulos del estilo y, en ocasiones, se echa en falta algo más de originalidad, más ímpetu a la hora de profundizar en las divertidas mecánicas de juego por las que apuesta; pero algo tiene esta obra independiente que una vez inicias el viaje no quieres abandonarlo hasta su final.
Ayuda mucho el colorido y vistosidad de los escenarios por los que te mueves, aunque estos no siempre son especialmente bonitos. A diferencia de Teslagrad, que sacaba buen provecho de los gráficos en 2D, esta aventura tridimensional combina entornos de gran belleza con otros que son, por así decirlo, demasiado simples, demasiado típicos, lo que le resta algo de encanto a la exploración, al ansia de ir en busca de nuevos retos enmarcados dentro de ese gran mundo interconectado en el que se desarrolla la acción. Te diviertes, disfrutas la experiencia, pero hay algo que no termina de funcionar del todo bien; aunque nunca desaparece el espíritu aventurero, las ganas de avanzar, a veces te sientes algo frustrado, agotado, por tener que explorar un mismo escenario con varios de los protagonistas que, por cierto, no son los más veloces del lugar. Ese paseo, el caminar de aquí para allá mientras vas en busca de nuevos desafíos, se torna en ocasiones en el peor enemigo de un videojuego que a pesar de ello, cumple con lo que promete.
Puzles y acción… ¡diversión garantizada!
Cuatro héroes, cada uno con sus propias habilidades especiales, obligados a cooperar de forma incansable para sortear los muchos obstáculos que le aguardan en su camino. No es nada nuevo, es verdad, pero World of the West se las ingenia para que la experiencia se sienta fresca, en cierto modo original, planteando retos muy dispares que sacan buen provecho de las características únicas de los protagonistas. Es algo que aprecio mucho. De forma natural, sin forzar las cosas, casi de inmediato te verás combinando las habilidades de unos y otros para superar unos rompecabezas que en ocasiones, sí, pueden ser algo farragosos, pero que en general te dejan con esa indescriptible sensación de satisfacción personal por haber resuelto el enigma.
Lumina, la teslamante, con el poder del teletransporte; Knaus, el huérfano, que puede excavar la tierra para sortear obstáculos sin ser detectado; el forzudo Clonington, que con sus puños tiene la fuerza necesaria para derribar puertas y en verdad, a cualquier enemigo que se cruce en su camino; o la hipnotista Teri, que además de alcanzar zonas lejanas gracias a su bufanda, también puede tomar el control de cualquier criatura que se encuentre en su viaje para sacar provecho de ellas. Hay grandes diferencias entre unos y otros, ya lo veis, y esto ¡es solo el principio! pues poco a poco, mazmorra tras mazmorra, los héroes aprenderán nuevas destrezas que les darán la oportunidad de explorar los escenarios desde una perspectiva distinta. En este sentido el diseño de niveles no está nada mal, me gusta, pues desprende cierto aroma a los clásicos The Legend of Zelda o incluso a las aventuras de estilo metroidvania, sin ser un clon falto de inspiración gracias, precisamente, a las dispares habilidades de los héroes.
Es genial ver cómo terminan cooperando los protagonistas para sobrevivir
Es genial ver cómo de una u otra forma los protagonistas terminan cooperando para sobrevivir a los peligros de una mazmorra, o encontrar el tesoro oculto en unas ruinas ancestrales. Una llave que abre una puerta a la que solo se accede tras dinamitar un muro de piedras, custodiado por animales salvajes con sed de sangre. Como si de una cadena de favores se trataste en World of the West toca alternar el control entre unos y otros héroes para resolver, paso a paso, los obstáculos que se presentan por el camino. Suena fantástico, ¿verdad?, y en cierto modo lo es, porque hay mucho ingenio en estas pruebas, retos que te motivan a buscar la solución; pero también frustración derivada del no muy acercado sistema de cambio de protagonista. Me explico. Aquí tomas el control de cada aventurero de forma individual, que es lógico, pero cuando necesitas los servicios de otro no puedes cambiar la acción de inmediato; debes dirigirte a unos tótems mágicos, puntos de guardado que también actúan de teletransporte, para seleccionar a otro protagonista.
Al principio puede que no te moleste mucho pero cuando te pateas toda una mazmorra para cambiar de personaje y, luego, te toca volver sobre tus pasos para resolver el puzle en cuestión, la situación se vuelve tediosa. Para más inri, los teletransportes solo funcionan con los héroes que los han visitado, es decir, que no vale activarlo con activarlo y ya está. Cada aventurero, si quiere hacer uso de él, debe acudir a la zona y activar el tótem en cuestión. Por eso antes hablaba de lo farragosa que se puede volver la exploración; no está nada mal, pero tampoco es algo tan extraordinario como para aguantar tantas idas y venidas innecesarias. Por no hablar de los momentos en los que te pierdes, y no sabes a dónde ir o qué hacer, pues entonces la frustración puede ser incluso mayor. Es una lástima. Me gusta mucho cómo se han enfocado los puzles, y he disfrutado de la divertida historia que narra el videojuego, capaz de sonsacarte una sonrisa con sus diálogos traducidos al español. En este punto, es importante reseñar que no necesitas haber disfrutado del original para entender el argumento, pues este va en otra dirección, en otra época distinta, aunque sí eres fan de Teslagrad, de seguro disfrutas con algunos guiños y la presencia de viejos conocidos.
En World of the West también he echado en falta un mejor sistema de combate, pues este no es especialmente preciso ni tampoco muy complejo. Las batallas contra los jefazos se salen un poco de la norma y plantean retos más emocionantes pero en general, dado el peso que se le da a veces a la acción, este no es uno de los fuertes del videojuego. Apunta maneras, tiene detalles fantásticos, pero le falta esa chispa de genialidad que sí se veía con mayor frecuencia en el anterior trabajo del estudio.
La nueva aventura de puzles y exploración de los creadores de Teslagrad lo tiene todo para convertirse en un gran videojuego pero le ha faltado algo más de inspiración en sus rompecabezas, y una mejor forma de llevarnos por su gran mundo de fantasía, para alcanzar el nivel de calidad de los más grandes. Hay mucho encanto en el modo que se combinan las habilidades de sus cuatro protagonistas, y también en la historia que narra World of the West, dos elementos que ayudan a disfrutar mucho de una aventura de calidad y con personalidad propia.
- Buen diseño de puzles, que son además muy variados entre sí
- Las habilidades espaciales de los cuatro protagonistas y cómo estas se combinan
- Un gran mundo por explorar que oculta grandes secretos
- No es un juego especialmente original; tampoco muy difícil
- La exploración se vuelve a veces tediosa
