Análisis de Velvet Assassin

Análisis de Velvet Assassin
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La Segunda Guerra Mundial ha sido abordada por los videojuegos en infinidad de ocasiones, pero pocas veces desde el sigilo y, todavía menos, desde los ojos de una mujer. Velvet Assassin es un agradable cruce entre Splinter Cell y Hitman que, sin embargo, acaba sumido en lo meramente correcto por sus abundantes fallos y su repetitividad.

Hasta ahora parecía que la Segunda Guerra Mundial estaba abonada a legendarias epopeyas heroicas al más puro estilo Call of Duty, o a la mística de la especialización en el ocultismo de las fuerzas especiales del Tercer Reich –Wolfenstein, Indiana Jones-. Replay Studios, sin embargo, acude en defensa de esta hipertrofiada época con Velvet Assassin, un título que se pretende realista, sólo a ratos, y en el que la primordial importancia radica en pasar desapercibido.

Suena bien, ¿no? Lo cierto es que el juego no empieza mal. Las dinámicas de sigilo funcionan razonablemente bien en un principio, aunque rápidamente la experiencia empieza a torcerse y acaba dejando algo que desear. La ausencia de una historia en condiciones que nos coja de la mano a través de la campaña y lo repetitivo del planteamiento acaban dejando en zona de nadie un videojuego que contaba con mimbres y tecnología para llegar más lejos.

Armas de Mujer
En Velvet Assassin seremos Violette Summer, una asesina británica que se encuentra en un lamentable estado de coma, ingresada en un hospital francés tratando de recuperarse de graves heridas. Asistiremos en clave de flashbacks a las misiones que realizó Summer, mezcladas todas ellas con un aspecto de sueño comatoso inducido por las drogas que nos ayudan a recordar nuestro pasado.

La oscuridad será nuestra mejor aliada, de modo que prepárate a borrar cualquier foco de luz que pueda delatarte.
La oscuridad será nuestra mejor aliada, de modo que prepárate a borrar cualquier foco de luz que pueda delatarte.

El videojuego, por lo tanto, exhibe la historia de la forma lógica. Con breves secuencias que nos introducen a cada misión, y que a duras penas nos explican los objetivos a llevar a cabo. El problema se deriva de la falta de información que aportan estas escenas por su brevedad y de lo separado de su exposición, lo que acaba redundando en que a medio plazo nos hemos perdido por completo y avanzamos en el videojuego pura inercia.

Era fácil crear un sentimiento de empatía hacia una mujer atractiva y frágil –sólo en apariencia- contra la demencial maquinaria Nazi, especialmente teniendo en cuenta que el juego se basa en un personaje real, Violette Szabo, muerta en un campo de concentración con sólo 23 años. Sin embargo el juego no acaba de conseguir cohesión tampoco en este campo, mermando nuestro interés por las motivaciones de la protagonista y los hechos que la han llevado a la camilla del hospital hasta extremos insondables. Velvet Assassin hace un esfuerzo en la última de las 12 misiones de las que se compone el juego por explicar los detalles de la historia, o el porqué del estado de la protagonista; sin embargo ya será tarde puesto que la linealidad de la campaña habrá hecho su involuntario trabajo minando la emoción que podamos sentir por el devenir de heroína y villanos.

Filo de Terciopelo
Como ya hemos señalado, Velvet Assassin se basa en las dinámicas clásicas del sigilo, esto es: Sutileza en los movimientos, búsqueda constante del abrigo de la oscuridad y muertes silenciosas y letales.

Como en cualquier juego de sigilo que se precie los cadáveres no pueden ser dejados en cualquier parte, puesto que de encontrarlos saltarían las alarmas. Arrastrar los cuerpos hasta un lugar seguro será parte del trabajo.
Como en cualquier juego de sigilo que se precie los cadáveres no pueden ser dejados en cualquier parte, puesto que de encontrarlos saltarían las alarmas. Arrastrar los cuerpos hasta un lugar seguro será parte del trabajo.

¿Cómo sabemos si estamos pasando desapercibidos? En primer lugar una silueta en la parte inferior de la pantalla nos indicará con tonos de color si estamos haciendo lo correcto, tiñéndose de color púrpura incluso la figura de nuestra protagonista si podemos movernos sin llamar la atención de nadie. Las tonalidades agresivas, sin embargo, no nos abandonan en ningún momento, puesto que la pantalla entera cobra radicales tonos rojos si nos encontramos en disposición de matar a un enemigo, por ejemplo, a su espalda.

Uno de los mayores atractivos para los amantes de los espectáculos sanguinarios reside precisamente en la capacidad de Violette de causar unas muertes verdaderamente espeluznantes. Para alcanzar nuestras metas en cada misión habrá que asesinar silenciosamente y a sangre fría a abundantes soldados nazis, y aquí nuestra femenina protagonista no tendrá problemas en acuchillar, degollar o desgarrar a sus oponentes en unas animaciones que se reproducen con todo lujo de detalles.

No obstante y pese a lo que se pueda deducir de esta violencia, Velvet Assassin dista mucho de ser un juego de acción. Si vamos a lo loco moriremos instantáneamente, puesto que una mera ráfaga de fuego de los soldados alemanes nos matará sin remisión, complementando el delicado aspecto de nuestra protagonista.

Algo más de variedad hubiera sido bien recibida en la campaña individual de Velvet Assassin. Las situaciones se repiten con excesiva asiduidad, y la ausencia de cualquier tipo de multijugador también juega en su contra.
Algo más de variedad hubiera sido bien recibida en la campaña individual de Velvet Assassin. Las situaciones se repiten con excesiva asiduidad, y la ausencia de cualquier tipo de multijugador también juega en su contra.

El juego tenía material para convertirse en una opción a tener en cuenta, pero fracasa en su objetivo final de trascender debido a algunos problemas que básicamente pueden enmarcarse en la índole técnica. Por un lado la Inteligencia Artificial del enemigo es tan ortopédica como podría esperarse en un videojuego de hace 5 o 6 años. En primer lugar un juego de sigilo debe tener la IA de los rivales más cuidada que en la mayoría de géneros, puesto que su jugabilidad se basa en que el jugador la explote y aprenda de sus debilidades y patrones; sin embargo en Velvet Assassin ésta es demasiado predecible a corto plazo, actuando los soldados nazis de una forma excesivamente rutinaria, estúpida y, casi siempre, carente de reto.

El juego nos permite hacer progresar a Violette en varias características como su velocidad al caminar agachada, la duración de sus inyecciones de morfina o su resistencia al fuego enemigo.
El juego nos permite hacer progresar a Violette en varias características como su velocidad al caminar agachada, la duración de sus inyecciones de morfina o su resistencia al fuego enemigo.

Lamentablemente no son los enemigos los únicos incompetentes, y es que Violette también resulta sorprendentemente inoperante en determinadas circunstancias. La posición para las ejecuciones debería ser mucho más libre que la que se propone en Velvet Assassin, y es que en más ocasiones de las debidas deberemos ajustar varias veces nuestro lugar a la espalda de un enemigo hasta encontrar el punto en el que el juego nos permite accionar el botón de ejecución. Las armas tampoco son la mejor de las opciones, puesto que el apuntado es complicado y además no podremos recoger las de nuestros enemigos en una decisión del todo incomprensible.

Otro elemento que no acaba de funcionar es el de poder disfrazarnos para camuflarnos con el enemigo. En determinados puntos de la campaña individual podremos recoger las vestiduras de algún soldado alemán y pasar desapercibido entre las tropas nazis gracias a ellas. Sin embargo si pasamos demasiado cerca de un soldado éste nos identificará, y las botas del uniforme hacen demasiado ruido para tratar de caminar con sigilo. ¿Resultado? No sale rentable disfrazarse, con lo cual pasado el impacto inicial volveremos a preferir nuestra ropa de campaña normal que nos permite ser mucho más discretos. Un ejemplo más de buenas ideas sobre el papel que acaban perdiendo fuerza, utilidad y eficacia por una ejecución algo torpe.

Codename: Violette
En lo visual Velvet Assassin es un juego aceptable en líneas generales. Las cinemáticas rayan a gran altura, especialmente en lo que respecta a su protagonista, pero lamentablemente no tienen continuidad en la faceta in-game, donde la heroína presenta un aspecto más pobre y con unas animaciones excesivamente ortopédicas.

Velvet Assassin es algo torpe a la hora de ejecutar a nuestros enemigos, sin embargo a menudo nos impide evitarlos, pues en muchas ocasiones ocultan llaves u objetos necesarios para progresar.
Velvet Assassin es algo torpe a la hora de ejecutar a nuestros enemigos, sin embargo a menudo nos impide evitarlos, pues en muchas ocasiones ocultan llaves u objetos necesarios para progresar.

Los escenarios y enemigos sufren los clásicos patrones de reciclaje que suelen verse en estudios pequeños, repitiéndose en ambos casos personajes y lugares hasta la saciedad. Mención especial para los soldados rasos nazis, puesto que tienen todos la misma vestimenta –uniforme, como es lógico-, pero también el mismo rostro. Ya se sabe… Los rigores de la raza aria.

Por otra parte los efectos visuales tienen resultados diferentes en función de en cuáles nos centremos. Por un lado la iluminación presenta un acabado francamente bueno, regalándonos unos trabajos sobre luz y sombras realmente potentes y responsables de la buena ambientación que en este campo presenta el videojuego. Sin embargo otros detalles como las llamas o las explosiones son inevitablemente lamentables, de una pobreza totalmente impropia de la actual generación de consolas.

La faceta tecnológica, por lo tanto, presenta idénticas irregularidades. Como hemos dicho el engine es capaz de levantar con adecuación la iluminación, y unos modelados con una tasa poligonal bastante respetable. Sin embargo abundan los problemas en el motor de colisiones, la sincronía vertical brilla por su ausencia y la edición de Xbox 360 sufre de serios problemas en su tasa de imágenes por segundo. La versión de PC, sin embargo, es algo más razonable en este campo, ofreciéndonos frame rates altos y estables si cumplimos con los no demasiado exigentes requisitos mínimos del juego.

El uso de la luz es uno de los grandes titulares que nos deja el apartado gráfico de Velvet Assassin. El look del juego se beneficia mucho de su más que adecuado empleo.
El uso de la luz es uno de los grandes titulares que nos deja el apartado gráfico de Velvet Assassin. El look del juego se beneficia mucho de su más que adecuado empleo.

En última instancia cabe destacar la faceta del audio como la más brillante del videojuego. La banda sonora es muy adecuada y contiene algunos temas francamente inspirados que ayudan mucho a consolidar la atmósfera de tensión del título. Los efectos de sonido cumplen su cometido de sobra, y el juego llega a nuestro país únicamente traducido en sus textos, pero con un nivel en su versión original muy bueno.

Regular

Sin sello

Velvet Assassin

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Velvet Assassin no es un mal juego pero, desde luego, tampoco es gran cosa. Había algunas buenas ideas en su planteamiento, especialmente relacionadas con la ambientación y el carisma de la protagonista, sin embargo todas ellas se diluyen debido a la abundancia de decisiones conceptuales y de ejecución equivocadas.

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Jugadores: 1
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en inglés
Duración:
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