Los creadores de Layers of Fear nos ofrecen una nueva experiencia tan efímera como atrayente y llena de misterio. Observer es una aventura muy especial que se apoya en una narrativa muy poderosa, tan angustiosa como bien trabajada. Analizamos lo que nos propone.
Con el interesante Layers of Fear, Bloober Team demostró su talento, de eso no cabe duda. Consagrada como una de esas joyas de culto o videojuegos de autor pertenecientes al género del terror, muchos usuarios descubrieron en ella una propuesta muy original dentro de su género. Un año y medio después este mismo equipo nos trae una nueva producción llamada Observer, un juego muy oscuro que me ha parecido fascinante en muchos aspectos. Pero ya os adelanto que no se trata de un videojuego corriente ni tradicional, y de hecho cuesta un tanto englobarlo dentro de un género específico.
Ni walking simulator, ni juego de terror, ni aventura convencional en primera persona. Me cuesta mucho encorsetar a esta obra en cualquiera de estas tres categorías porque tiene un poco de todas ellas pero, también, adolece de algunos de los ingredientes principales que normalmente forman parte de cada uno de estos géneros. Y en mi opinión eso habla muy bien de la magnífica personalidad con la que ha sido agraciada esta absorbente y perturbadora historia que nos ofrece este pequeño estudio polaco, que basa gran parte de su interés en su fuerte narrativa y en el carácter del protagonista central.
Nuestro cometido es asumir el papel de Daniel Lazarski, un policía que debe investigar un caso realmente peliagudo (por no decir otra cosa). La acción transcurre en un edificio de apartamentos tremendamente peculiar que es un fiel reflejo de la sociedad en la que se ha convertido el mundo en el que vive el protagonista, en este caso Polonia. Los ricos cada vez tienen más dinero, pero la inmensa mayoría de la sociedad vive en la pobreza más absoluta y, lo peor, viven con miedo. Miedo al fracaso. Miedo a sufrir algún tipo de violencia física o psicológica. Miedo a establecer contacto con otras personas ajenas a su círculo de conocidos. Miedo a… prácticamente todo.
Su historia es tan absorbente como perturbadora
Sin embargo, la amenaza más inminente y terrible a la que se enfrenta esta sociedad tiene un nombre: la nanofagia. Un virus que tiene su germen en los aumentos o implantes defectuosos y de baja calidad que muchas personas se ven obligados a instaurarse en sus cuerpos y que, de hecho, ha sido la responsable de multitud de muertes. Pero parece ser que dicha nanofagia no es la responsable, ni mucho menos, del asesinato que se ha llevado a cabo en el citado complejo de apartamentos deprimente y sucio que debemos investigar y que da pie a una historia todavía más sugerente y traumática. Y para que no falte de nada, a este guión tan bien ideado se suma la aparición del hijo del protagonista y de una organización que lo controla todo, Chiron, elementos que añaden todavía más profundidad e interés.
Como veis me he molestado bastante en presentar la trama sobre la que gira el juego porque, claramente, es el punto fuerte del juego. De hecho si no os llama la atención lo que os he contado hasta ahora en este análisis, no merece la pena que os acerquéis al título porque el resto de sus ingredientes tampoco conseguirán convenceros ya que pasan a ser secundarios en comparación. Y con eso me refiero a la jugabilidad en sí, que a fin de cuentas es bastante sencilla y fácil de explicar.
Investigación turbulenta
Desde una perspectiva subjetiva tenemos que ir investigando todas las escenas grotescas con las que nos vamos encontrando, algunas de ellas realmente impactantes. La forma de hacerlo es otra de las notas diferenciales que atesora el videojuego, dado que el protagonista está dotado de ciertos aumentos o implantes oculares que le permiten analizar los escenarios de varias formas diferentes. Visión nocturna, biológica y electromagnética, aparte de la "normal", por supuesto, son todas las posibilidades que tenemos para analizar cada centímetro cuadrado de los decorados. Y debemos hacer uso de dicha tecnología, porque muchas de las pistas que nos permiten avanzar en la trama (sangre, implantes cerebrales, drogas, tarjetas, ordenadores, etc.) sólo pueden analizarse debidamente con un tipo de visión determinada.
El único problema con el que debemos contar es con la desincronía que puede llegar a sufrir o experimentar nuestro protagonista al utilizar tanta tecnología. Pero para solucionarlo podemos echar mano de una especie de fármacos que llevan por nombre sincrozina y que se encuentran repartidos por los escenarios, los cuales nos permiten aplacar dichos síntomas.
¿Y qué más debemos hacer en Observer? Pues dialogar con los personajes que se hayan dispersos por los fondos… aunque muchas veces lo haremos a través de una puerta, muro o cualquier otro obstáculo similar, dado que no es que sean muy sociales por las razones que os he comentado al principio. Las charlas resultan bastante interesantes y se desarrollan en inglés con subtítulos en español (aunque la traducción no es la más perfecta que he visto nunca), pudiendo muchas veces escoger entre dos o tres preguntas y respuestas diferentes como suele ocurrir en este tipo de aventuras.
Es una de esas aventuras que te mantienen tenso constantemente
Tampoco faltan los puzles, los cuales son tan escasos como fáciles de solventar, así como un curioso minijuego que lleva por nombre Con Fuego y Acero: Arañas al que podemos ir jugando a sus diferentes niveles a medida que accedemos a los diferentes ordenadores que se encuentran repartidos por los apartamento. Un título cuya mecánica, aspecto y disposición jugable recuerdan mucho a lo que nos ofrecían los microordenadores de los 80. ¿Y no hay nada de acción? Bueno, sin querer desvelaros nada trascendente, alguna escena sí que anima algo las cosas en este terreno, pero ya os digo que en general se trata de un título muy pausado (que o relajado)… y ya que estamos, bastante fácil de superar dado que no pone para nada en jaque nuestra habilidad en ningún momento.
Aun así y a pesar de todo lo que os he comentado ya acerca de Observer, lo más interesante de todo lo que nos propone en materia jugable son las conexiones neuronales que debemos establecer con ciertos personajes. O sea, cuando nos meternos en sus mentes para tratar de revivir de una manera increíblemente distorsionada, paranoica y tremendamente curiosa los recuerdos de cada sujeto, muchos de ellos realmente inestables. Estas secuencias son tremendas, en ocasiones muy viscerales y nos ofrecen continuas visiones de las que cuesta distinguir entre realidad y ficción, sueño y engaño, lucidez y descontrol…
Todo esto que os acabo de explicar se combina de manera muy certera para dar forma a una experiencia de juego muy llamativa y tensa. Y es que en mi opinión, más que un juego de terror como muchos lo han catalogado, es más bien una aventura de esas que te intranquilizan y te mantienen muy tenso constantemente. Sí, algún susto te llevas de vez en cuando, pero son más bien esporádicos. Lo que prima es la atmósfera de opresión, el sentimiento de soledad y el hecho de no saber bien ni a lo que nos enfrentamos ni, peor aún, a lo que nos espera detrás de cada puerta o de cada pensamiento o recuerdo en el que debemos sumergirnos. Una angustia permanente que se convierte en una droga a la que es difícil resistirse durante las cuatro o cinco horas que dura la aventura.
Una duración algo exigua pero, creedme, es de las que se disfrutan mucho mientras dura, al menos si os interesa su trama y sabéis lo que esperar de este tipo de juegos donde la acción brilla por su ausencia. Por ponerle algunos peros, en mi opinión resulta un tanto molesto el hecho de tener que usar hasta tres botones diferentes para utilizar cada tipo de visión específica. Llega a resultar algo cansino y creo que podrían haberse fusionado todas o, por lo menos, más de una a la vez. No sé, considero que con una especie de modo detective similar al disfrutado en títulos como la saga Batman Arkham hubiera sido suficiente. Cambiar constantemente de unas a otras me ha llegado a cansar incluso visualmente, dado que el filtro de color varía mucho de un tipo de visión a otro. Pero vamos, tampoco es un defecto grave ni mucho menos.
Otra virtud de Observer la encontramos en su estética. Los diseñadores nos brindan una puesta en escena increíblemente bien concebida y que nada entre varias aguas. El toque cyberpunk se entremezcla con una realidad alternativa oscura, sucia y turbulenta hasta límites insospechados. Unos de los trabajos artísticos más loables que recuerdo en un juego independiente que, además, no está exento de bastante calidad técnica gracias a la utilización del Unreal Engine 4. Sí, algunos personajes se muestran algo toscos y el título sufre de ciertas caídas en la tasa de frames en momentos puntuales, pero tratándose de una aventura pausada, ninguno de estos problemas alcanza trascendencia alguna. Y para acabar, el sonido tampoco está nada mal, con un doblaje muy bueno y melodías meramente ambientales que dan vida a una atmósfera muy especial.
Los creadores de Layers of Fear regresan con una aventura fascinante, corta pero increíblemente interesante y claustrofóbica, que nos deja una de las experiencias indie más sugerentes de cuantas han aparecido durante este verano. Una historia muy bien recreada e inquietante se ve reforzada por personajes muy bien caracterizados, una ambientación oscura y cyberpunk muy notable y alguna que otra pequeña sorpresa jugable. Podría haber sido más profundo, extenso y quizá, variado, pero a pesar de eso es una aventura recomendable de veras.
- La trama se sigue con mucho interés. Es magnífica
- La atmósfera es inquietante como pocas. Da hasta grima
- Las conexiones neuronales con otros personajes nos dejan secuencias increíbles
- La aventura se hace breve y es fácil de superar
- Cambiar entre tanto tipo de visión diferente a veces "marea"
