La venerada obra manganime de Buronson y Tetsuo Hara se estrena en PS4 con una propuesta creada por Sega bastante ambiciosa. Profundizamos en la odisea de Kenshiro en esta aventura de acción al más puro estilo Yakuza. Análisis de Fist of the North Star: Lost Paradise.
Como gran seguidor de la franquicia Yakuza, una de las más en forma actualmente de todas las que posee Sega en cartera (y no son pocas precisamente), tenía bastante interés por degustar este nuevo videojuego de la compañía nipona, Fist of the North Star: Lost Paradise. ¿Y por qué? La razón es que Sega ha querido fusionar el universo de la producción protagonizada por Kenshiro con la atractiva e impecable jugabilidad que forma parte de cada entrega de la saga Yakuza. Un experimento que ha dado como resultado una aventura bastante notable, si bien no llega a lo disfrutado en la serie de Kazuma Kiryu.
La trama es simple y directa y nos transporta al ya conocido mundo de carácter post apocalíptico que siempre ha albergado esta obra. Una historia que, como ya sucediera en la serie Yakuza (así como en otras muchas), va teniendo lugar a lo largo de varios capítulos. Yuria, la amada de Kenshiro, ha desaparecido. Y aunque muchos la dan por muerta, la fe del protagonista le lleva a buscarla a la ciudad de Eden, lugar donde transcurre gran parte de la aventura, aunque es posible explorar otros escenarios y asentamientos. ¿Qué habrá sido de ella? Eso es lo que nos tocará averiguar a lo largo de las 12-15 horas como mínimo que nos durará el viaje de Ken… eso si vamos "a lo rápido", claro. Sí, porque si queremos profundizar en el juego y exprimirlo al 100%, esa cifra se incrementa de manera muy considerable.
Exploración, peleas, minijuegos… y gore
El esquema de juego que pone sobre la mesa esta propuesta de Sega es, como ya os he comentado, un fiel reflejo de lo que tantas y tantas veces hemos disfrutado en compañía de Kiryu, Majima y compañía. Estamos ante una aventura en tercera persona que abarca un buen cúmulo de géneros distintos, comenzando por las peleas y la acción en general.
Ken es un consumado experto en artes marciales, más concretamente en el arte Hokuto Shinken, el cual se basa en pulverizar a los rivales atacando sus puntos vitales. Una característica que ha sido reflejada de manera brutal durante los enfrentamientos, siendo posible contemplar todo tipo de escenas gore a cada cual más bestia y salvaje.
De esta forma Ken es capaz de realizar una buena gama de movimientos, ataques, golpes especiales y maniobras evasivas, siendo necesario emplear casi todos los botones del mando de PS4. Dichas batallas son bastante frecuentes y durante las mismas es posible contemplar cómo los rivales explotan, son estampados contra las paredes, sufren algún que otro estallido craneal y demás lindezas. ¿Y cómo? Pues realizando los movimientos finales al más puro estilo Mortal Kombat que es posible desatar cuando los adversarios quedan conmocionados.
Es mucho más que un simple beat´em up
Cuando esto sucede, debemos pulsar rápidamente el botón círculo del mando para entrar en una escena QTE, la cual varía en función del ataque que el protagonista vaya a ejecutar. Y al final de la misma, ya sabéis: festival gore del bueno. Confieso que, sobre todo al principio, disfrutaba mucho con dichas batallas y todo lo vinculado con el tema gore. Pero, también, ciertamente conforme van pasando las horas y entras en combate una y mil veces, dichos combates pierden algo de gracia. Y es que contemplar una y otra vez los mismos finishers acaba cansando un poco, por mucho que éstos resulten bastante… llamativos.
A medida que avanzamos en Fist of the North Star: Lost Paradise, peleamos, cumplimos misiones y obtenemos experiencia, el protagonista puede ir aprendiendo nuevas técnicas y movimientos, así como ir mejorando sus estadísticas. Dichas mejoras se llevan a cabo a través de una interfaz bastante atractiva dividida en varias categorías (cuatro concretamente), pudiendo ir escogiendo aquellas mejoras que más nos interesen.
Pero Fist of the North Star: Lost Paradise es mucho más que un simple beat´em up. De hecho, el componente de acción es sólo uno de los muchos que posee este videojuego, dado que la exploración libre de los escenarios también acapara mucho peso en el desarrollo. Sin ser enormes, es posible visitar varias localizaciones donde se concentran los escasos supervivientes de la catástrofe nuclear que azotó el planeta, pudiendo interactuar con algunos de ellos… en japonés o inglés con subtítulos sólo en este último idioma. ¿Y para qué es necesario hablar con unos y otros? Pues para recabar información acerca de Yuria y, lo más importante, para ir cumpliendo una serie de misiones secundarias que también están disponibles y que se suman a los ya cuantiosos objetivos principales que es necesario ir materializando. Un mundo que es tan extenso que, para ir de un lugar a otro, es muy recomendable hacerlo a bordo de algún buggy (personalizable, por cierto)… al menos siempre y cuando tengamos dinero suficiente para adquirir gasolina.
Tampoco quiero olvidarme de los diversos minijuegos en los que es posible tomar partido, ya que son tan numerosos como, en algunos casos (como el de la variante motorizada del béisbol), del todo tronchantes. Y a esto se suman los clásicos arcade de Sega a los que también podemos echar el guante, incluyendo mi admirado OutRun. Mención especial merece el juego de Master System que también es posible disfrutar, Hokuto No Ken, título que sin ser ninguna maravilla, se deja jugar.
Un aspecto jugable bastante bien interpretado que, además, en el plano técnico también luce a buen nivel. Y no porque sea un portento gráfico, ya que dista bastante de los disfrutado en las últimas entregas de la saga Yakuza (el Dragon Engine no ha sido empleado en esta ocasión, por desgracia), sino por su gran fidelidad con la obra primigenia. El estilo cell shading empleado para modelar el aspecto de los personajes de Fist of the North Star: Lost Paradise es bastante convincente, mientras que la estética post apocalíptica tan característica de la serie también ha sido reflejada con mucho acierto.
Sin embargo, este apartado queda superado con creces por lo dispuesto en la faceta sonora. El doblaje al inglés es muy bueno, pero el japonés es aún mejor. Y a esto se suma una banda sonora bien compuesta que, además, nos permite disfrutar (cuando estamos a bordo del buggy) de temas extraídos de clásicos de la compañía como Super Monkey Ball o Binary Domain. Un detalle de calidad.
Kenshiro protagoniza en Fist of the North Star: Lost Paradise una aventura de acción al más puro estilo Yakuza que, sin llegar a alcanzar los mismos niveles de calidad que los registrados en la franquicia de Kazuma Kiryu, sí que resulta muy interesante. De hecho, es muy posible que sea el mejor título jamás creado de todos los basados en dicha obra manganime. Un título que, además, puede durarnos muchas semanas si queremos exprimir a tope todo lo que encierra.
Comprar Fist of the North Star: Lost Paradise- La idea de recrear un Yakuza en el mundo de Kenshiro es magnífica
- Si queremos exprimir la aventura en su totalidad, ésta resulta muy extensa
- La posibilidad de jugar a clásicos como OutRun o, incluso, a Kokuto No Ken de Master System no tiene precio
- El doblaje en muy bueno, especialmente el japonés
- Al comienzo las batallas resultan tan gore como llamativas…
- … pero terminan haciéndose algo reiterativas
- Muchas misiones, sobre todo las secundarias, resultan un tanto insulsas
