Mantis Burn Racing es un juego de carreras con vista cenital que lleva ya un tiempo con nosotros, pero aprovechamos su lanzamiento en Nintendo switch para darle un repaso a sus características en este análisis. Un género que tiene pocos exponentes, pero que merece reconocimiento, y del que el título de VooFoo Studios sabe captar su esencia.
De siempre me han gustado los juegos de carreras con vista cenital. Los llamados Top-down racers, comenzando con ese mítico Super Off Road (que yo en mi PC conocía como Ironman por su ejecutable) que pude jugar en mi 486 hace ya más años de los que quiero acordarme. Por aquél entonces el género se prodigaba tanto por recreativas como consolas y ordenadores, con juegos como Grand Prix, Speed Demons, los famosos Micro Machines o el maravilloso Death Rally 3D ruins que propusieron una vez una visión distinta de este género sin perder nada de emoción en el camino.
Los Top-down racers no eran ni más fáciles ni más sencillos que los juegos de carreras convencionales. Simplemente concentraban sus mecánicas y su dificultad en otros factores. Aquí, la colocación y la trazada es fundamental para poder ganar un plus de velocidad en cada una de las curvas. Conseguir el ángulo adecuado era un acto tan arriesgado como hipnótico. Todo ello sin mencionar los famosos nitros, que le daban un punto de dificultad añadido a la hora de saber usarlos adecuadamente para salir despedidos en las rectas, tras una horquilla o en la cara del rival. Chocarse contra un muro, sobre todo de frente, era sinónimo de perder la carrera ya que ninguno de los oponentes de la inteligencia artificial tenía ningún tipo de piedad contigo. Había que tener cuidado con embestir, pues más que sacar de la carretera al rival le dabas impulso extra. Incluso mejorar demasiado tu vehículo podría ser contraproducente a la larga, ya que aquí tener demasiada potencia sin control, como decía aquel anuncio, no sirve de nada.
Si no conocías esta variante del género, mucho me temo que no habrás tenido tampoco muchas oportunidades en los últimos años ya que su número escasea cada vez más. Aún quedan algunos ejemplos en la actualidad, como Little Racers y sobre todo la franquicia Micromachines que siguen vigentes hoy día, pero posiblemente este Mantis Burn Racing sea uno de los más relevantes porque consigue captar toda la esencia de los clásicos añadiendo además algo de cosecha propia.
Consigue captar toda la esencia de los clásicos añadiendo además algo de cosecha propia
Mantis Burn Racing nos propone completar una serie de temporadas hasta dominar todos los coches que tenemos a nuestra disposición. No son muchos tampoco, la verdad, siendo los principales un vehículo estándar, una especie de camión y un buggy del desierto, pero cada uno de ellos está planteado para rendir mejor en una disciplina, ya sea la velocidad, la aceleración o la suspensión y derrape, aunque por supuesto podremos ir mejorando individualmente cada uno de estos apartados. Más adelante, sin embargo, se desbloquean nuevos vehículos mucho más espectaculares como uno futurista de propulsión sin ruedas (al estilo Wipeout, vaya) que es una bala la cual tardaremos en dominar. Eso sí, una vez logrado, será sin duda el vehículo más rápido del juego. Como herencia de Death Rally además, tenemos modalidades en las que las armas entran en juego, pudiendo colocar ametralladoras y Minas a nuestro vehículo, así como una capa acorazada al vehículo, para cambiar por completo el ritmo y el estilo a una vertiente más agresiva donde tan importante es la velocidad como llegar vivo a la meta.
Así, las sencillas pruebas con las que empezamos las primeras temporadas de novato, en las que simplemente competiremos en Carreras, Contrarrelojes y Eliminatorias, se irán complicando cada vez más hasta adquirir estos tintes agresivos tanto porque las armas entra en el juego, como porque los circuitos y las superficies se van haciendo cada vez más desafiantes. El mejor ejemplo son los entornos nevados, en los que tendremos que tener mucho más cuidado a la hora de medir los derrapes y las aceleraciones.
Trazada perfecta
No todo son buenas noticias, lamentablemente, ya que Mantis Burn Racing peca demasiado de intentar repetir y repetir muchas de sus pistas, las cuales son bastante escasas, con apenas doce circuitos disponibles. Así se intentan estirar las primeras temporadas, lo cual hace algo tedioso la progresión y teniendo la sensación de haber pasado demasiado tiempo corriendo en los mismos circuitos (aunque no sean las mismas pruebas). Por supuesto, para intentar añadir algo más de variedad tenemos la opción de personalizar nuestro vehículo e incluso en algunos momentos elegir cuál creemos que es el adecuado para cada pista.
Los vehículos se irán mejorando a medida que encontremos recambios y subamos de nivel. Al principio, contaremos con unas escasas tres ranuras para añadir mejoras a la potencia, la suspensión, la aceleración, la velocidad, etc. Pero, a medida que consigamos créditos y mejoras, podremos actualizarlos para añadir más ranuras lo cual también cambiará el aspecto del vehículo base. No se olvidan tampoco los cambios estéticos básicos, como el color del coche y el del humo que desprendemos al consumir un nitro.
La presente edición de Switch puede ser quizá una de las más idóneas para este tipo de juego, ya que aunque el título llegue a las resoluciones 4K nativas en PlayStation 4 Pro y Xbox One X (y la de ordenadores, claro está) lo cual hace que el juego luzca francamente bien, la de Nintendo Switch posee el factor portátil, perfecto para unas carreras rápidas de vez en cuando en cualquier lugar. En el televisor luce a una resolución de 1080p correcta, con unos escenarios bastante atractivos y bien construidos, aunque sin alardes y con una música, eso sí, bastante repetitiva de la que podremos terminar muy cansados si jugamos a menudo. En la pantalla de la consola, sin embargo, la menor resolución se puede llegar a notar, dando un aspecto algo borroso al juego. Pero al no haber tanto detalle en pantalla creemos que es una de las mejores formas de jugar, ya que el concepto del juego se adapta perfectamente al formato portátil.
No los olvidamos tampoco de las modalidades multijugador que están aquí muy presentes. Al modo Carrera se le suman un modo Local, el cual podemos jugar solos o acompañados de otro jugador (cada uno con un Joy-Con) así como carreras en línea contra otros jugadores pudiendo elegir el vehículo que hayamos personalizado a lo largo de las temporadas del modo Carrera. Aquí será donde realmente podremos poner a prueba nuestras habilidades al volante y a la hora de trazar milimétricamente bien cada una de las curvas. Definitivamente los Top-down racers son un completo ensayo y error de cada uno de los circuitos hasta lograr los mejores tiempos y en esta modalidad podremos ponernos a prueba con el resto del mundo así como nuestros amigos.
Con Mantis Burn Racing sabíamos exactamente a lo que veníamos y que podíamos esperar de él. Es un buen ejemplo de este género tan peculiar que si no conoces te invitamos a probar. No habría estado de más haber incluido bastantes más circuitos para hacer más variada su campaña, ya que en algunos momentos se puede hacer demasiado tedioso repetir y repetir muchos de los mismos circuitos por los que ya has pasado. Está bien que hayan incluido, para intentar dar algo más de variedad, una serie de desafíos a cumplir que ofrecen dinero en cada una de las pruebas, pero aunque el juego tiene ya un precio bastante ajustado se podría haber sacado más jugo a los tres tipos de entornos disponibles y también a ese modo batalla final, en el que las armas entran en juego y que cambia por completo las reglas.
Mantis Burn Racing es un Top-down racer bastante recomendado si quieres conocer este peculiar género en la actualidad. Tiene suficientes opciones como para pasar un buen rato y en la versión de Nintendo switch se acopla perfectamente al espíritu portátil de la consola para echar unas partidas rápidas de vez en cuando. Jugando de forma más continuada, se echan de menos más pistas y entornos así como haber exprimiendo más el modo batalla final. En definitiva, un título bastante recomendable para un género escaso y que merece más reconocimiento.
- Un heredero espiritual de este género tan divertido como entrañable.
- Escenarios bien construidos y un modo Carrera en constante evolución.
- Buen control y curva de aprendizaje con cada vehículo.
- Escasa variedad de entornos y circuitos.
- Arranque lento. El modo carrera repite muchas pruebas para estirar la experiencia.
- Algunas cámaras de juego no están muy conseguidas.
