Con este nuevo juego de Goshow reviviremos el clásico rol inmemorial de mazmorras, guerreros y magia dentro de un ambiente medieval con creencias en los Dioses y en la mitología como etiqueta de presentación. Todo lo bueno de los juegos de rol de tablero representados en esta nueva propuesta para PSP.
Un juego de rol siempre es atractivo y más si lo convertimos en un juego portátil para poderlo disfrutar en cualquier lugar. Además el lucimiento técnico no está reñido ya que PSP es una máquina que no escatima en poner sobre la pantalla una variedad y potencia gráfica sin reparo. Warriors of the Lost Empire tiene todos los ingredientes de lo que posee un juego de rol, aunque en su defecto nos propone la misma fórmula repetida tantas veces y una exposición técnica por debajo de lo esperado.
Cuatro guerreros y un destino
El argumento nos pondrá en la piel de uno de los 4 mercenarios que compondrán la historia, una historia que nos llevará a controlar a un montañés, que porta una inmensa espada con gran poder pero que en su contra será muy lento tanto con los ataques como en su defensa. Si lo que deseamos es velocidad y poca potencia podemos apostar por el gladiador, tan ágil que pueda usar dos espadas a la vez pero demasiado débil en sus golpes; por el contrario si lo nuestro es la magia podremos encarnarnos en la maga negra la cual portará igualmente una espada y un escudo y que los usará ante todo para defenderse. Y por último una bella amazona, que huirá del cuerpo a cuerpo pero que podrá atacar a distancia con su excelente arco. Todos se dirigen a Antinopolis, una vieja ciudad que en su tiempo fue gobernada por el anterior emperador Adriano y que mandó construir en homenaje a Antonioo, al que considera el hijo que nunca tuvo. Tras la desaparición de Adriano la ciudad está inmersa en la oscuridad y en la maldad.
La elección de uno u otro personaje no supondrá ninguna variación en la trama, aunque sí en su aspecto jugable. En nuestra selección principal de personaje podremos variar sus vestimentas para darle otro color, y también le bautizaremos con un nombre. Todo ello nos servirá para entrar al modo principal del juego, el modo historia. Los otros dos modos disponibles serán el modo mazmorras y el multijugador por ad hoc, que no estarán disponibles desde un principio y antes deberemos conseguir unas medallas determinadas en el juego para desbloquearlos.
Jugando al despiste
El desarrollo del juego seguirá las pautas clásicas, de hecho será tan fiel que no incluirá innovación alguna. El personaje seleccionado tendrá como eje principal el campamento base, donde recibirá las órdenes oportunas y donde podrá equiparse con nuevas armaduras, objetos o armas, y además podrá salvar la partida. Incomprensiblemente sólo en este lugar podremos realizar esas funciones, con lo que salvar o cambiarnos de arma en plena mazmorra no será posible. Posiblemente este aspecto estará hecho aposta, aunque para nada ayuda, pero lo que son errores considerables son la ausencia de pausa en las mazmorras (podemos abrir menú pero jamás se para la acción) o que la única forma de volver al menú de modos sea apagando la consola.
Una vez que salgamos de la plaza (campamento) tendremos un mapa de la ciudad de Antinopolis donde moveremos un cursor sobre las mazmorras que podamos visitar, cada una con un nivel de estrellas que representan la dificultad de las mismas. La mecánica tras lo visto sería ir al campamento, recuperarnos y equiparnos, entrar a una mazmorra y superarla, volver al campamento, de nuevo recuperarnos e ir a otra. Sólo eso, nada más.
Mazmorras y enemigos perezosos
Las mazmorras se dividen por pisos, de 3 a 10 dependiendo la dificultad, y las más difíciles se forman de manera aleatoria. A pesar de ser distintas en forma, son idénticas en estética, con lo que estar en una u otra no nos aportará mucha diferencia, a excepción de que suelen tener enemigos diferentes. Esto hace que la experiencia de juego sea muy repetitiva y hasta aburrida por momentos ya que además de no aportar nada se ahoga en su misma propuesta.
Tampoco ayuda la escasa IA de los enemigos, que permanecen parados literalmente en las habitaciones, pudiéndolos esquivar sin problemas o atacarles sin que se muevan. La mal representada IA también se ve en que ellos mismos se chocan contra los elementos dañinos del escenario, como pinchos, y se autodestruyen mientras nos quedamos anodadados. Además en la mayoría de las ocasiones la única misión de las mazmorras será llegar al objetivo propuesto o la salida concreta sin necesidad de derrotar a los enemigos, con lo que si no tenemos ganas podremos limitarnos a correr y a esquivar mientras los demás enemigos ni se mueven o se eliminan a sí mismos.
El juego no es un alarde técnico, y es que no ha sabido aprovechar lo que puede dar de sí PSP, conteniendo una serie de errores gráficos y jugables impensables en los tiempos que corren. Las mazmorras son siempre las mismas recreadas de una manera muy oscura y sin nada reseñable, mientras que los enemigos pecan de ser muy repetitivos y con unas animaciones realmente extrañas. Lo único salvable son los propios personajes seleccionables, que lucen bien y tienen unas animaciones aceptables. El sonido muy flojo y la banda sonora a pesar de ser realizada por Yuzo Koshiro (Act Raiser), precisamente no engrandecerá en esta ocasión su currículum.
Warriors of the lost empire peca de ser excesivamente fiel a los juegos de rol de siempre y por ello cae en una tendencia general muy repetitiva, sin ninguna innovación respecto a lo visto muchas veces. Ofrece un planteamiento a tener en consideración, pero debido a los errores técnicos que posee y a la poca profundización de juego en sí, queda como un producto solo apto para los clásicos jugadores del rol de siempre y para los que gusten del hack-and-slash.
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