Nintendo Switch está de fiesta. Los títulos "party" se resistían, pero un nuevo Mario Party ha llegado para revolucionar el panorama con toneladas de diversión. La mayor conclusión es que supone uno de los mejores títulos de la serie hasta la fecha, y lo hace confiando tanto en su legado como en las posibilidades únicas de Switch. Aquí nuestro análisis de Super Mario Party.
Las más recientes entregas dentro de la serie Mario Party no se correspondían con la calidad que defendió antaño. Los desarrolladores de Nd Cube lo han estado intentando durante bastante tiempo. No daban con la clave. Sin embargo, por fin les ha salido un seis a los dados, porque Super Mario Party es una de las mejores entregas que ha recibido la saga en toda su historia… y eso ya es mucho decir.
Su éxito se apoya en dos potentes cimientos. Uno es el rescate de las dinámicas de siempre, en el sentido de que volvemos a los clásicos tableros. Nada de raros experimentos. Eso no quita que encontremos todo tipo de novedades por aquí y por allá, como la incorporación de un original sistema de dados, el cual aporta un toque más estratégico al conjunto. El segundo gran logro del título lo encontramos en su abultada variedad de opciones de juego, ya que los tableros se pueden jugar en competitivo, pero también en cooperativo. Además, hay modalidades adicionales y hasta minijuegos online, aspecto ampliamente reclamado por la comunidad.
Pero sin duda lo mejor de Super Mario Party para Nintendo Switch es que resulta divertidísimo en compañía. Los minijuegos están en general muy bien elaborados. Se aprovecha la tecnología de los Joy-Con de manera acertada. Y lo mejor: no sabes hasta el último momento quién ganará la partida. Importa tu destreza, pero la suerte juega un papel incluso mayor, volviendo a hacer de este Mario Party una opción completamente recomendable. Da igual el tipo de usuario que seas. Pasarán los años, y esa seguirá siendo la clave distintiva de la licencia: que no distingue entre jugadores cuando se trata de ofrecer pura diversión.
La superfiesta
Podría empezar a hablaros de Super Mario Party de muchas maneras, pero creo que lo que más me ha llamado la atención, lo que más me ha fascinado, es el novedoso sistema de dados. Cada uno de los 20 personajes disponibles dispone de uno propio, concordante con su personalidad. El de Wario nos permite conseguir altos números, pero tiene varias caras que nos hacen perder monedas. Luigi posee cantidad de unos, que pueden ser útiles en determinados momentos, mientras que el de Mario es el más equilibrado de todos.
¿Por qué es importante? El modo Mario Party no se basa solamente en completar minijuegos y ganar monedas, sino en alcanzar las casillas de estrella. Sacar un determinado número con el dado es crucial. Si te quedas corto, no llegas. Si te pasas, tienes que esperar al siguiente turno. En esta entrega, lanzar dados es la dinámica más importante, con diferencia, y debes tenerlo siempre en cuenta. De hecho, puedes dibujar libremente el recorrido que seguirá tu personaje, rebotando de camino -si quieres- sobre la cabeza de tus rivales para arrebatarles alguna que otra moneda. Dependiendo del recorrido que hagas, tu partida tendrá mayor o menor éxito.
Visualmente es una delicia colorida que desborda simpatía
Por eso los dados cobran una importancia inusitada. Son esenciales para comprender el modo principal de juego, con cuatro tableros muy diferentes entre sí, cada uno con sus secretos. En uno podemos abrir un cofre sorpresa. En otro hay una mina de oro. Podríamos encontrarnos a un muro Whomp que nos impide seguir la ruta, un calamar Blooper que destroza el puente por el que pasamos, o tuberías de colores que conectan distintas zonas. También hay casillas sorpresa y de penalización. Es decir, muchos ingredientes que, juntos, generan partidas impredecibles. Se puede escoger que duren 10, 15 ó 20 turnos, algo que que se traduce en 60, 90 y 120 minutos respectivamente.
El modo Mario Party se puede jugar en individual, incluso escogiendo entre tres grados de desafío para la CPU. Sin embargo, la mejor opción es disfrutar del competitivo para 4 jugadores… o del cooperativo. En Mario Party a dobles se nos da la oportunidad de unir fuerzas a otro jugador para superar los tableros. Las tiradas de dados y las monedas se suman, y he notado que la estrategia cambia, ya que mientras un usuario puede dedicarse a incordiar a los rivales, el otro puede ir directamente a por la estrella. El enfoque es espléndido, resultando una de los grandes aciertos que encontramos en Super Mario Party.
Calidad, cantidad y variedad
No se queda aquí el repertorio, y esa es otra de las grandes noticias. Tenemos la modalidad Torrente de aventuras, que nos invita a cooperar cuatro usuarios para superar un descenso en que todos debemos coordinarnos para agitar los Joy-Con y remar. Por el camino, nos encontramos minijuegos -centrados en la coordinación y el trabajo en equipo- que suman segundos a nuestra travesía, y también tenemos la oportunidad de escoger entre varias rutas, con distintos peligros y bonificaciones. Por ello, se trata de un modo que aparte de divertido, es bastante rejugable.
A todo ritmo es una modalidad adicional que nos plantea perder la vergüenza con los Joy-Con, siguiendo el ritmo de la música desde distintos planteamientos. Si nunca te han gustado los videojuegos basados en la detección de movimiento, este modo probablemente no será una excepción. Eso sí, como curiosidad tiene su valor. En cualquier caso, es esa opción de juego que no recordarás en el futuro, pero entendido como comodín puede servir de transición entre los modos tablero tradicionales.
Algo parecido ocurre con la Sala de recreo de Toad, aunque en este caso se trata de un auténtico experimento, repleto de originalidad. Hay un juego de béisbol, otro de batalla de tanques y uno muy interesante de montar puzles basados en reconocidos personajes de Nintendo. Algunos tienen lógicas de doble pantalla, y por ello se les saca más partido con dos consolas y dos juegos. En el caso de la batalla de tanques, por ejemplo, juntando dos pantallas de Switch se puede personalizar la forma del terreno de combate.
Repetimos, se trata de un experimento, pero realmente curioso. Personalmente me encanta que se experimente con este tipo de cosas. Además, con una consola y un solo juego podemos disfrutar igualmente de los planteamientos (también en modo televisor). El único minijuego que requiere obligatoriamente dos consolas y dos juegos es el de las bananas.
Explotando el poder de Switch
Por todas estas razones, tanto en cuestión de minijuegos como de modalidades, hay que decir que se han aprovechado convenientemente las características de la máquina híbrida. Por un lado, los Joy-Con hacen un completo e intenso uso de sus capacidades: giroscopios, acelerómetros y tecnología de vibración HD (mediante usos muy ingeniosos, como detectar el número de bellotas que contiene una caja). Por otra parte, se puede jugar de muchas maneras. En una consola caben hasta cuatro jugadores, tanto en modo televisor como portátil. Si se da la circunstancia de que tenéis dos consolas y dos juegos, podréis conectarlas vía local para jugar por parejas, dos en cada máquina. Los desarrolladores de Nd Cube han pensado en todo.
La mejor opción es disfrutarlo en competitivo o cooperativo
Super Mario Party contiene algún desbloqueable adicional, y en este sentido se premia con puntos que completemos todo lo que contiene: ese es otro aliciente. Pero lo mejor lo encontramos precisamente en su espíritu "party", en la sensación de que puedes ganar o perder una partida en cualquier momento, y por supuesto en lo divertidos que son sus minijuegos. Algunos son más acertados que otros. Con 80 minijuegos disponibles, no se podía esperar que todos fueran espectaculares, pero la mayoría son satisfactorios…
Por cierto, los minijuegos se pueden jugar libremente, pero también en Mariotlón (cuatro campeonatos consistentes en cinco minijuegos cada uno) y en Conquista de cuadros, un panel en que ganar en los minijuegos nos proporciona un turno para ocupar los cuadros. Como veis, cuesta mencionarlo todo. Sólo comentando pruebas, he rellenado párrafos y párrafos en este análisis. Pero es que aún queda más: la posibilidad de disputar minijuegos online. Sí, era una de las grandes demandas de los usuarios. No os entusiasméis, el carácter es limitado, y sólo está disponible un pequeño conjunto de pruebas. Debido a que los servidores aún no se encuentran abiertos, actualizaremos esta parte del texto en cuanto podamos probarlo.
En esencia, nos encontramos ante un Mario Party bastante ambicioso, y no le queda grande el calificativo "Super". Hasta se las apaña bastante bien a nivel audiovisual. Gráficamente es una delicia colorida que desborda simpatía a través del universo Super Mario, con modelados y animaciones muy detallados que desprenden alegría. En lo sonoro estamos siempre acompañados de melodías amenas, así como efectos de sonido icónicos.
Lo cierto es que no se puede pedir mucho más. Tal vez algún tablero, o puede que más elementos adicionales, como el desbloqueo de coleccionables más interesantes que las pegatinas que se nos presentan. Eso hubiera bordado el resultado. Pero lo dicho: hay que estar contentos. Super Mario Party es una gran noticia para una Nintendo Switch, la cual adolecía de la inexistencia de este tipo de propuestas "party". Por fin tenemos una de calidad, es de Nintendo… y además ofrece justo lo que buscamos: pura diversión.
Super Mario Party significa el retorno de la serie a las raíces, es decir, a la calidad. 80 minijuegos variados, que sacan partido de las características de los Joy-Con y que, sobre todo, se insertan dentro de un amplio elenco de modalidades de juego. La incorporación de un novedoso sistema de dados, y la versatilidad de la plataforma para jugar tanto en modo portátil como sobremesa, hacen de este videojuego una apuesta "party" segura para aquellos que quieran disfrutar de diversión en compañía de amigos y familiares. Una superfiesta.
Comprar Super Mario Party- Gran repertorio de modalidades, algunas de ellas muy interesantes
- Los minijuegos son variados y sacan buen provecho de los Joy-Con
- El nuevo sistema de dados aporta un toque estratégico muy original
- Incorporación de minijuegos online… ¡por fin!
- Simpático a todos los niveles, desde lo jugable a lo audiovisual
- Se echa de menos algún tablero adicional
- Más desbloqueables o elementos de rejugabilidad habrían bordado el resultado
