Rol con mayúsculas. Adéntrate en un gigantesco mundo posapocalíptico y haz frente a sus innumerables peligros en esta ambiciosa aventura RPG a la que define la libertad de acción. Sé lo que quieras ser, sin límites, como te contamos en el análisis de Kenshi para PC.
Cargado de piedras preciosas y objetos de valor me dirigía feliz a la ciudad dispuesto a vender y, claro, hacerme rico. ¡Me lo merecía! Tras horas de sufrimiento; tras pelear, picar piedra, trabajar la tierra y rebuscar entre cadáveres, comenzaba a vislumbrar un futuro prometedor en el desolador mundo post apocalíptico de Kenshi; pero qué equivocado estaba. En un segundo, casi sin darme cuenta, tenía tras de mí a una veintena de bandidos famélicos que solo querían matarme a palos y robar comida. Corrí. Mucho. Pero no era suficiente; ¡cada vez estaban más cerca! Así que empecé a soltar lastre. Tiré las pocas armas que portaba encima; también algunas piedras preciosas, minerales y demás objetos. Fui dejando un rastro de migas de pan… que en este caso era un batiburrillo de objetos de valor. Y al final, como veía que ni así podía escapar, me desnudé. Lo tiré todo al suelo con tal de correr más que mis mortales perseguidores. Así fue como llegué a la gran ciudad. Quería hacerlo como un rey, como el comerciante más exitoso de todos, pero terminé haciéndolo suplicando ayuda, desnudo, con decenas de maleantes a mis espaldas.
Así es Kenshi, una ambiciosa aventura de rol que nace y crece sobre la idea de libertad. Y esta es absoluta. Puedes hacer lo que te de la gana. No hay límites, porque tampoco hay objetivos prefijados que te obliguen a ir en una u otra dirección. Aquí eres tu quien escribe su propia historia; quien decide si se convierte en un peligroso mercenario, en un gran comerciante, en el líder de una banda de saqueadores o en el más feliz de los granjeros. Puedes esclavizar a otros o, bien, sufrir tu mismo este terrible destino. Te pueden meter en la cárcel, o lisiar de tal manera que tras una pelea cualquiera, acabes sin un brazo, o una pierna, ¡o muerto! Y la vida seguirá, como si nada, porque el libre albedrío rige las vidas de los habitantes que pululan por el yermo que recrea este desafiante RPG. La sensación es increíble pero también puede resultar dura, bastante áspera, teniendo en cuenta que nadie te dice a dónde ir ni qué hacer. Es la práctica, el ensayo y error el que te ayudará a entender y a sobrevivir a los muchos peligros que aquí aguardan; y aún así, puede que sigas sintiéndote perdido, falto de guía, a pesar de los numerosos tutoriales con los que el juego busca suavizar la entrada en este caótico y loco mundo post-apocalíptico.
Un don nadie tratando de sobrevivir
Hay una máxima que define la acción de Kenshi. Eres uno más; uno de tantos pobres desgraciados que pelean por sobrevivir un día más en este mundo tan del estilo Mad Max que recrea el juego. No tienes habilidades únicas, ni más salud que otros, ni una mayor destreza con el manejo de las armas. Eres simple y llanamente... un don nadie. Y no está mal. La idea es genial porque al final, este RPG trata acerca de sobrevivir, no de salvar el mundo. "No me gusta que me digan qué hacer o cómo jugar", dijo en su momento el principal responsable de Kenshi, Chris Hunt, que durante cerca de seis años trabajó en solitario en el proyecto. "No quiero que me ofrezcan misiones, no deseo un personaje prediseñado que sea más fuerte que el resto para empezar con él. ¿Qué tiene de divertido esto?", continúa el creativo, que ha dedicado 12 años a desarrollar Kenshi.
Es una decisión arriesgada porque, como decía, inicias la partida sin un objetivo o destino al que encaminarte. ¿Qué harás para sobrevivir? Esa es la pregunta que da origen a tu aventura y como ya ocurrió con el genial The Legend of Zelda: Breath of the Wild, es el elemento que da pie a que escribas tu propia historia; a que, en base a tus acciones y encuentros con otros personajes, tengas anécdotas que compartir con otros jugadores. Cada partida es única, cada usuario vive su propia aventura de rol, y es un aspecto que engrandece al videojuego. Sobre la base su acción se asemeja mucho a la de cualquier otra aventura de supervivencia en el sentido no ya solo de comer para no morir de hambre; también es importante recoger materias primas, investigar nuevas tecnologías, fabricar armas y herramientas, e incluso construir toda una ciudad.
Es un videojuego muy desafiante que no perdona los errores
La libertad es absoluta porque también puedes pasar de todo esto y dedicarte al pillaje; ser un canalla robando y asesinando. Nadie te va a juzgar por ello. "Sé bueno, malo, un hombre de negocios, un ladrón, vive en una ciudad, en el desierto, viaja en solitario, en hordas, construye fortalezas, arrasa una ciudad. Kenshi no te pondrá límites ni restringirá tu estilo de juego personal", reza la descripción oficial de un videojuego que presenta un mundo sin zonas separadas de más de 870 kilómetros cuadrados, alcanzando dimensiones similares a las del clásico Daggerfall de la conocida saga The Elder Scrolls. En lo visual esto se ve reflejado en un entorno variado, con gran diversidad de localizaciones, que esconden en su interior grandes peligros y emocionantes misterios. Esto es algo que nos va a motivar a salir ahí fuera; a alejarnos de nuestra zona de confort para tratar de averiguar qué ha ocurrido en el mundo que nos rodea, aunque como apuntaba antes, a veces el juego puede ser tan duro y parco en detalles, que te sientas perdido sin saber qué hacer.
A la hora de combatir Kenshi se presenta muy desafiante en los compases iniciales de la aventura. Eres un pobre desgraciado, mugriento, que no tiene donde caerse muerto, y eso en la práctica se traduce en que hasta la criatura más vil y miserable puede acabar con tu vida si no te andas con cuidado. La práctica es la mejor maestra, lo decía antes, pero no es un simple eslogan. Sufrir una derrota, aunque implique perder un brazo, puede hacernos más fuertes de cara a futuros enfrentamientos. La recuperación será larga y dolorosa, también cara si buscamos una buena prótesis, pero hay pocas cosas tan satisfactorias como sobreponerse a estos desafíos y salir adelante. Por supuesto también podéis entrenaros sin correr peligro luchando contra maniquíes que podéis fabricar por vosotros mismos siempre y cuando tengáis los recursos necesarios y personajes diestros en la ciencia y artesanías.
Hay tantas posibilidades, tantas locas historias que vivir en este videojuego, que cuesta no emocionarse
Práctica. Todo gira en torno a ella porque este es un RPG sin niveles ni clases al uso. Cada uno de los personajes a los que controléis mejorarán su destreza en base a las acciones que ejecuten, muy en la línea de Skyrim y otros títulos del estilo. Luchar con ciertas armas nos hará más fuertes en el uso de las mismas, de igual manera que cultivar la tierra nos hará expertos en agricultura, o curar a los heridos nos convertirá en grandes médicos. La progresión, si bien lenta en algunos momentos, resulta satisfactoria porque sientes que cada acto tiene consecuencias, dándote libertad para configurar un equipo de supervivientes de lo más variopinto. Puedes hasta 30 personajes a tu cargo, organizándolos en grupos que pueden automatizar ciertas tareas, como alimentarse, trabajar o realizar labores de defensa para que la experiencia no sea un absoluto caos. ¿Qué pasa a la hora de pelear?
Kenshi es un videojuego muy desafiante que no perdona los errores, y aunque cuando adquieres gran nivel un solo personaje puede acabar con grupos enteros de saqueadores -su nivel no crece a nuestro ritmo-, conviene hacer uso de la estrategia para no sufrir más de la cuenta. En este sentido contamos con acciones tales como "mofarse" que van a permitirnos que los rivales se centren en el personaje con mejor capacidad defensiva mientras el resto ataca desde lejos, o bien con golpes certeros con armas blancas. Lo comprobaréis si aceptáis contratos de mercenario, yendo tras los pasos de peligrosos forajidos que pondrán a prueba vuestra destreza. O bien defendiendo vuestros dominios del ataque de ninjas y otras bandas de gran poder. Todo puede ocurrir en el mundo de Kenshi, así que no podemos quedarnos estancados. Hay que moverse, hay que buscar nuevos reclutas, nuevas formas de protegerse en un mundo obsesionado con matarnos.
Hay tantas posibilidades, tantas locas historias que vivir en este videojuego, que cuesta no emocionarse cuando te adentras en unas ruinas ancestrales, o visitas una nueva sociedad. Hay detalles que me encantan, como esa nación sagrada extremadamente racista que te pide entregar a personajes no humanos, por eso tal vez me habría gustado encontrarme con una mejor base argumental que de alguna forma, nos guiara sutilmente a través del vasto mundo de Kenshi. Es un videojuego difícil que no tiene compasión alguna, y que además puede asustar a más de uno debido a un discreto apartado técnico que, salta a la vista, no es su mejor virtud. Ciertamente es un juego feo con una interfaz de usuario un tanto anticuada, pero todo ello pasa a un segundo plano cuando descubres todo lo que esconde en su interior. Es un juego al que puedes dedicar cientos de horas y seguir sorprendiéndote, seguir disfrutando de historias únicas, y esa es la gran fortaleza de Kenshi.
Kenshi no te pondrá límites ni restringirá tu estilo de juego personal
Es difícil recomendar su compra porque hay pocos juegos tan ambiciosos en lo que se refiere a la libertad de acción. No hay ayudas, ni guías, ni grandes objetivos que marquen el rumbo de la aventura. Eres tu contra el mundo; tu solo ante el peligro, que es algo que puede asustar a más de uno. No es algo negativo per se, aunque sí he echado en falta una mayor carga narrativa que me motivara a profundizar en el mundo de Kenshi, además de un mejor ritmo de la acción, ya que a veces puedes sentir que te has estancado sin tener mucho que hacer más allá de esperar a lograr los recursos para seguir adelante.
Que no os engañen las apariencias. Aunque este es un juego feo y tosco en lo visual, Kenshi oculta en su interior una de las experiencias RPG más profundas y detalladas de los últimos años. Es increíble la libertad de acción que brinda para que explores y vivas tu propia aventura en un gigantesco mundo posapocalíptico. Puede ser duro en extremo y a veces la falta de un objetivo claro le resta valor, pero si te gusta el rol y aceptas el desafío disfrutarás de una aventura única con capacidad para sorprender aun después de muchas horas de juego.
- Una aventura de rol inmensa con una brutal libertad de acción
- Te permite ser lo que quieras, desde un fiero guerrero a un humilde granjero
- Amplias opciones para construir una ciudad o mejorar las armas
- La sensación de progresión, de crecer y hacerte más fuerte…
- … aunque puede ser un juego excesivamente duro en los compases iniciales
- Gráficamente es un videojuego muy discreto
- Dado que no hay una historia principal, a veces el ritmo de la acción puede ser muy lento
