Con la saga Saw en su máximo apogeo con el estreno de su sexta entrega prohibida en nuestro país, Konami ha escogido el mejor momento para el estreno del debut de la marca en el mundo de los videojuegos. Saw, el videojuego, presenta problemas y es un título que dista mucho de ser recomendable; sin embargo y, contra todo pronóstico, su propuesta no es del todo desdeñable pudiendo contentar con facilidad a los más hardcore de la saga.
Convenientemente machacadas por la crítica pero acreedoras de un fabuloso taquillaje, las seis películas de la saga Saw se han convertido en un fenómeno del cine de terror para adolescentes desde el estreno de la serie en el año 2004. Desde entonces cinco películas más, de dudosa calidad, han continuado el mito a entrega por año, y sólo parecía cuestión de tiempo que las series cinematográficas dieran el salto a los videojuegos.
Zombie Studios ha sido el equipo encargado del desarrollo del videojuego, contando con la distribución de Konami, y consolidando un título bastante correcto en todos los sentidos. No hay nada especialmente bueno en Saw, pero tampoco nada que haga al usuario tirarse de los pelos por su compra. Hay aspectos mejorables, sí, entre ellos podríamos contar el combate; pero también hay otros que funcionan como, por ejemplo, una ambientación fantástica.
Todo Puzle Tiene sus Piezas
En Saw seremos el detective Tapp, un agente de la ley inmerso en la peor de sus pesadillas, estar en manos de Jigsaw y sus trampas. El peligroso criminal que ha protagonizado las películas parece conocer a nuestro héroe, y es que éste ha dedicado la última parte de su vida profesional a tratar de detenerle para ponerle entre rejas.
Como los aficionados a las películas ya sabrán el asesino no es en realidad un homicida en el más puro sentido de la palabra, y es que lejos de acabar con sus víctimas con sus propias manos les tiende trampas y les obliga a jugar a juegos en los que tienen una oportunidad de salvar sus vidas antes de morir de las formas más espeluznantes posibles.
Todo lo que veremos en Saw, el videojuego, responde directamente a lo que hemos podido ver en la pantalla grande con las películas. De hecho el videojuego recoge abundantes elementos de todos los largometrajes componiendo una suerte de collage de momentos, personajes y trampas emblemáticas de las series.
Y es que todo en el título resulta extremadamente familiar, y no sólo por las películas, sino porque sus repetitivos escenarios y situaciones suenan a ya vistos muchas veces, y con mejor acabado, en otros lanzamientos del género. El videojuego, sin embargo, funciona de forma muy inteligente en base a flash-backs, pero no narrados como tales sino preparados por el propio Jigsaw como forma de machacar la maltrecha psique de nuestro protagonista. El título está ambientado en una única localización, un lúgubre sanatorio mental, y como tal no ofrece grandes cambios en lo que podríamos esperar, sin embargo su constante mezcla de acción y puzles lo hace medianamente genuino, puesto que ese componente de mezcla de acción directa y gotas de Survival Horror no está siendo particularmente explotado en la actual generación de videoconsolas.
Por otra parte cabe recordar que el videojuego está hecho por y para fans de las películas, de modo que comienza de forma muy seca, dando por hecho que el usuario conoce mucha información sobre el asesino y las situaciones. Sin embargo Saw no es únicamente un producto para fans, y es que muchos jugadores podrán disfrutar de él en su faceta de título de acción con gotas de Survival Horror si son capaces de pasar por alto algunos fallos que en ocasiones son ciertamente molestos.
Yo te Desafío
Saw funciona en base a diferentes desafíos que llevan a cabo su trabajo como si de compartimentos estancos se trataran, no permitiéndonos avanzar si no superamos los retos que se nos proponen. Éstos al comienzo son tremendamente impactantes, y muchos de ellos ingeniosos y originales, con unos niveles de sadismo muy similares a lo que pudimos ver en las películas.
Sin embargo el mayor problema del título es que acaba cayendo en lo repetitivo con excesiva facilidad. Los rompecabezas, como decimos, son en ocasiones francamente interesantes, aunque la mayoría pecan de resolverse con excesiva facilidad; sin embargo la experiencia tan atractiva que es el título en sus primeras horas de juego acaba deviniendo en una jugabilidad algo lastrada por la falta de variedad.
La mayoría versan sobre activar plomos eléctricos en determinadas circunstancias, abrir puertas de seguridad cerradas con diferentes mecanismos, desactivar explosivos o sortear el reto de complejas trampas de gas. Éstos se resuelven de formas sorprendentes o previsibles por igual, y si bien algunos son bastante interesantes otros pecan de un reciclaje abusivo o de meras combinaciones de botones tan fáciles de superar como poco satisfactorias.
Entre puzle y puzle deberemos recorrer los monotemáticos pasillos del manicomio, salpicados también de trampas y donde conoceremos a otros personajes en la misma situación que nosotros. ¿El problema? Como en las películas en ocasiones la supervivencia de algunos de ellos está ligada a nuestra muerte como requisito impuesto por Jigsaw para superar sus pruebas, de modo que a menudo tendremos que luchar contra ellos.
El combate de Saw recuerda de alguna forma a los que hemos podido ver en la saga Silent Hill, puesto que nuestro protagonista, como los de aquella franquicia, es francamente torpe en la lucha cuerpo a cuerpo. Lo que en las series de terror de Konami parecía algo justificado por el guión, puesto que eran protagonistas civiles o femeninos, en Saw se antoja algo forzado puesto que el héroe es un agente de la ley que parece en forma.
Así pues los combates entre Tapps y los otros “jugadores” recluidos por Jigsaw se saldan con torpes intercambios de golpes con herramientas cuerpo a cuerpo. Hay alguna pistola esporádica, pero por lo demás pelearemos con un arsenal fundamentalmente basado en improvisadas armas de corto alcance al más puro estilo Condemned, pero con mucho menos éxito que en la IP de Monolith Games por la falta de precisión en los controles.
Superar Saw nos llevará unas 8 horas como término medio y el título no cuenta con multijugador ni propuestas rejugables con las que dilatar su duración, de modo que lo repetitivo de su jugabilidad, lo tosco de sus combates y su vida útil no particularmente dilatada son los principales problemas del videojuego.
Habrá Sangre…
Saw utiliza para dar soporte a su aspecto el Unreal Engine 3, aunque el resultado no deja de ser irregular. En algunos aspectos el título realiza un buen trabajo, y en otros resulta francamente decepcionante componiendo un conjunto gráfico no particularmente brillante.
No podríamos establecer unos límites claros sobre los elementos que gozan de un buen acabado y de los que no, puesto que algunos modelados son buenos y otros no tanto, y algunos elementos del escenario cuentan con idéntica diversidad a sus espaldas. Las animaciones en líneas generales son mediocres, con algunos movimientos aceptables y otros francamente ortopédicos.
Hemos detectado en las versiones de consolas algunos problemas clásicos relacionados con el cargado tardío de texturas, y con una tasa de imágenes por segundo que en ocasiones es algo caprichosa. Por lo demás la iluminación es buena y las localizaciones, pese a su profundo reciclaje, consiguen lograr buenos resultados en términos de ambientación.
Por lo que respecta al sonido el título está en inglés con la única traducción de sus textos, y si bien el nivel de las voces originales no es particularmente boyante sí es cierto que cumple su labor con creces. La banda sonora es tan siniestra como cabría esperar de su ambientación realizando un buen trabajo, y lo mismo se puede decir de los efectos de audio que contribuyen también con su granito de arena a crear ese muro sonoro tan oscuro, funesto y lúgubre.
Saw comienza con aceptable pulso pero va diluyéndose progresivamente por lo repetitivo de su jugabilidad. Por lo demás su propuesta de acción y puzles será del agrado de los aficionados a la saga cinematográfica, sin producir demasiadas reacciones en el resto del público.
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