Análisis de Alpha Protocol

Análisis de Alpha Protocol
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El primer videojuego de rol sobre espías al más puro estilo cinematográfico está ya entre nosotros. Alpha Protocol se presenta en sociedad con una propuesta que mezcla con habilidad el rol y la acción bajo la mano maestra de los veteranos Obsidian. La primera aventura de Michael Thorton puede que no tenga unos gráficos de última generación, pero sí tiene lo que importa: Una historia apasionante y una jugabilidad desatada.

Alpha Protocol es, sin lugar a dudas, lo más arriesgado que ha llevado a cabo Obsidian en toda su historia como estudio. Para un equipo plácidamente acomodado en el desarrollo de secuelas –KOTOR II, Neverwinter Nights II…-, el salto a su primera franquicia que comienza desde cero ha tenido que infundir verdadero vértigo a sus responsables. El resultado, sin embargo, está a la altura de las expectativas.

¿Alguna vez habías soñado con un RPG de espionaje? Alpha Protocol es la respuesta a las plegarias de todos aquellos que buscan nuevos horizontes en el género.
¿Alguna vez habías soñado con un RPG de espionaje? Alpha Protocol es la respuesta a las plegarias de todos aquellos que buscan nuevos horizontes en el género.

El título que nos ocupa es árido, y definitivamente no es para todo el mundo. Exige la paciencia y la dedicación del hardcore de los RPG que se ha perdido progresivamente en los últimos tiempos con la casualización del género. ¿Los motivos? Son varios y los iremos desgranando en el texto, pero ya podemos adelantar que el primero de ellos es que, al contrario que el clásico producto Next-Gen, el juego de Obsidian no entra por los ojos, más bien todo lo contrario; y que las primeras misiones pueden resultar verdaderamente frustrantes por la necesidad de sus creadores de plantear un héroe que no sea una máquina de matar desde el principio, y que vaya evolucionando para construir el clásico gancho RPG de la progresión del protagonista en todos y cada uno de los campos.

En definitiva cuando decimos que Alpha Protocol no es para todo el mundo nos referimos fundamentalmente a que hace falta paciencia para disfrutarlo. Este título de rol ambientado en un mundo de espionaje es adictivo, y tiene mucho gancho; la diferencia que hará que lo consideremos meramente un juego con potencial a que lo estimemos como un notable esfuerzo dentro del género, vendrá dada por el número de horas que invirtamos en él. ¿Estudiaste matemáticas? La diversión que pueda producirte lo nuevo de Obsidian es directamente proporcional al tiempo que inviertas jugándolo.

En el momento en que dejemos de lado el mal control y la lenta curva de progresión, descubriremos que Alpha Protocol es un más que notable RPG de acción y aventuras.
En el momento en que dejemos de lado el mal control y la lenta curva de progresión, descubriremos que Alpha Protocol es un más que notable RPG de acción y aventuras.

Red de Mentiras
Cualquier jugador de rol reconocerá que a menudo, y por encima de la jugabilidad, su adicción con un RPG viene dada por la historia que se nos cuenta. Con un buen argumento y unos buenos personajes, lo demás viene rodado. Es el caso de Alpha Protocol, que cuenta con un buen guión tras de sí que, por si fuera poco, va moldeándose con nuestras decisiones según progresa la aventura.

De hecho es tan interesante que no vamos a dar una sola pista de cómo se desarrolla o de qué clase de conflictos genera. Lo mejor será que el usuario lo descubra por sí solo. Lo único que señalaremos es la inocua información de que somos el agente Michael Thorton y que al principio de la aventura, como es lógico, estaremos completamente perdidos. Despertaremos en el clásico laboratorio que parece haberse convertido en elemento recurrente del comienzo de los juegos de rol modernos, y a partir de ahí comenzaremos a recibir las primeras instrucciones de nuestros superiores e instructores para sumirnos en el tutorial y en las primeras misiones.

Acción, diálogos, resolución de rompecabezas y, sobre todo, el elegir nosotros mismos nuestro propio destino. Eso es Alpha Protocol, un título de rol de los de la vieja escuela.
Acción, diálogos, resolución de rompecabezas y, sobre todo, el elegir nosotros mismos nuestro propio destino. Eso es Alpha Protocol, un título de rol de los de la vieja escuela.

Ya desde el comienzo descubriremos que las relaciones que tengamos con el resto de NPCs de la aventura van a ser fundamentales para saber cómo nos vamos a desenvolver en ella. El sistema para dialogar es muy similar al de Mass Effect, aunque con algunos matices muy interesantes. Para empezar Alpha Protocol tiene enorme fluidez en las charlas, puesto que hay una pequeña cuenta atrás traducida en una barra que se consume en el interfaz y para la que tendremos que tener elegida una respuesta antes de agotarse puesto que es la que se formulará. El tipo de respuestas que queremos pronunciar está marcado por su corte en el interfaz de una forma muy hábil, fijando si queremos que sean agresivas, profesionales, desafiantes, amables, etcétera… Con esto, como decimos, se gana ante todo fluidez y velocidad. Los diálogos se desarrollan a buen ritmo y, lo que es más importante, son interesantes no sólo por los temas que se tratan sino por la importancia de caer bien o mal a nuestros interlocutores. Nos explicamos.

Por cada tipo de respuesta que formulemos aparecerá en la parte inferior izquierda de la pantalla una cifra unida a un símbolo positivo o negativo que establecerá la opinión positiva o negativa que la persona con la que charlamos tiene sobre nosotros. Si somos provocadores puede que caigamos antipático a alguien conservador en unas determinadas circunstancias, pero puede también que con el mismo estilo de respuesta caigamos simpático a otro corte de persona. Lo mejor de ello es que Obsidian no nos premia o castiga por nuestra sociabilidad, simplemente hace progresar la historia en una dirección u otra en función de cómo nos llevemos con la gente. Por si fuera poco en determinadas circunstancias, por ejemplo un testigo díscolo en un lugar peligroso, nos interesará conseguir respuestas con rapidez, con lo cual el premio por ser premeditadamente desagradables también está ahí.

Apunta, Dispara… Repite
Alpha Protocol induce claramente a equívoco desde sus primeros compases. El prólogo en los laboratorios con el protagonista drogado hace parecer al título casi más un shooter con toques roleros que lo que es en realidad, un RPG de acción. Visto desde el perfil de juego de acción en tercera persona, Alpha Protocol tiene muy poco que hacer ante los estandartes del género puesto que sus controles son algo torpes para lo que este tipo de títulos requieren desde el primer instante.

De hecho lo que más llama la atención en los primeros minutos es lo muchísimo que cuesta apuntar con cierta eficacia o emplear tácticas de sigilo que nos permitan pasar desapercibidos. Si tenemos paciencia con Alpha Protocol descubriremos que su énfasis está lejos de quedar fijado en el de ser un RPG en el que su faceta shooter sea efectiva desde el primer instante, Mass Effect por ejemplo; aquí todo queda en manos de las decisiones que tomemos y de cómo hagamos progresar al personaje. Un RPG de la vieja escuela donde al principio somos un incompetente integral, y en el que poco a poco vamos mejorando hasta convertirnos en una máquina de matar definitiva.

Según vayamos avanzando en la aventura iremos desbloqueando nuevas misiones, ya sea por el cumplimiento de objetivos o comprando elementos de inteligencia.
Según vayamos avanzando en la aventura iremos desbloqueando nuevas misiones, ya sea por el cumplimiento de objetivos o comprando elementos de inteligencia.

Por lo demás el título de Obsidian tiene mecánicas claras que ambos géneros –shooter y RPG- han ido adoptando en los últimos años, como puede ser la presencia de un inventario ágil a la hora de cambiar de armas, y la presencia de coberturas con la posibilidad de asomar el cuerpo para disparar desde posición segura con precisión, o la de abrir fuego a ciegas con resultados mucho menos efectivos pero más económicos en términos de conservar una salud que no se regenera de forma automática.

El título, por otra parte, tiene algunas mecánicas interesantes como, por ejemplo, la del punto de mira, que en función de nuestra habilidad o clase puede ir cambiando de forma y color cuanto más tiempo apuntemos a un enemigo a modo de representación visual de un disparo que será más y más certero con esta premisa.

Estas mecánicas, y muchas otras que no describimos para preservar la experiencia del usuario, son muy ingeniosas y ayudan a que el videojuego tenga algo de personalidad, sin embargo la experiencia como shooter también tiene algunos problemas. Principalmente tienen que ver con el diseño de los mapeados, no particularmente inspirado, y con unos problemas de control relativos a la cámara y al manejo del protagonista que hacen que avanzar en las misiones sea más árido de lo que cabría esperar, y que en ocasiones hacen que sea desequilibrantemente más efectivo avanzar usando constantemente el cuerpo a cuerpo que empleando las armas de fuego.

Una de las mayores pegas que tenemos que ponerle al combate es lo fácil que resulta utilizar las técnicas cuerpo a cuerpo, y la escasa recompensa de las armas de fuego.
Una de las mayores pegas que tenemos que ponerle al combate es lo fácil que resulta utilizar las técnicas cuerpo a cuerpo, y la escasa recompensa de las armas de fuego.

Lo que sí funciona mejor y resulta más efectivo son los minijuegos y rompecabezas que deberemos superar, por ejemplo, para piratear terminales o abrir cerraduras. Algunos de ellos tienen muchas similitudes, quizá demasiadas, con Mass Effect 2; sin embargo todos ellos funcionan de forma agradable como ágil cambio de ritmo con respecto a la acción del resto de facetas del programa. Mención especial a las actividades de la ganzúa y la cerradura o a la de los circuitos que tenemos que seguir en el orden correcto para abrirnos paso en los terminales informáticos.

Creando la Máquina de Matar Definitiva
Por lo demás las misiones se desarrollan con la alternancia de diálogos, infiltración/combates y la estancia en los pisos francos que las acaban componiendo. Tenemos cierta libertad a la hora de escoger el orden de las misiones y también en el sentido de elegir nuestro propio camino dentro del conjunto de la aventura, aunque dentro de los propios encargos los objetivos son bastante lineales. Recorreremos lugares como Rusia, Arabia Saudí, Italia, China, etcétera, volando objetivos, recogiendo elementos de inteligencia o cometiendo asesinatos de VIPs… y las misiones las comenzaremos y terminaremos en los pisos francos.

El sigilo es una de las partes más inútiles en las primeras horas de juego, y una de las principales demostraciones de que sin una maestría obtenida con experiencia en cada área del juego no tendremos mucho que hacer.
El sigilo es una de las partes más inútiles en las primeras horas de juego, y una de las principales demostraciones de que sin una maestría obtenida con experiencia en cada área del juego no tendremos mucho que hacer.

En estos lugares de auténtico lujo podremos comprobar el correo, consultar con nuestros superiores cualquier aspecto de la misión, así como personalizar todos los elementos de nuestro inventario y arsenal. Al avanzar en el juego toparemos con traficantes de armas que nos venderán diferentes elementos del arsenal, y con los que interactuaremos igual que con cualquier otro NPC, pudiendo incluso llegar a matarlos.

Como ya hemos adelantado y descrito, el juego es rol en estado puro y a los aficionados al shooter puede chocarles lo incómodo que resulta en los primeros compases del juego el disparar nuestras armas con un mínimo de efectividad; transmitiendo el título la equívoca sensación de estar mal terminado en términos de precisión o control. Para luchar contra ello tenemos, además de la progresión del personaje, la posibilidad de comprar armas a través de nuestro terminal y de personalizarlas en el armario de cada piso franco. Habrá una serie de ventanas vacías sobre cada arma en las que introducir elementos como silenciadores, ampliaciones de cargador, miras láser… En este sentido el juego no es tan completo como otras ofertas del género, pero hace su trabajo de forma más que notable.

De hecho, y al hilo de la evolución del protagonista, la única pega que podemos comentar sobre el apartado de guión, misiones y personajes de Alpha Protocol es la que hace referencia a su propio personaje principal, Michael Thorton. De acuerdo en que a veces el restar algo de presencia a un carácter en términos físicos o psicológicos puede ayudar al jugador a “calzarse sus zapatos” con mayor celeridad, sin embargo consideramos que el espía de Alpha Protocol hace gala de un excesivo perfil bajo en todos los sentidos, tanto en su aspecto físico como en su personalidad. Por si fuera poco las opciones de edición estéticas no son nada profundas, y apenas ofrecen algunos peinados, estilos de vello facial, gafas y complementos como sombreros, gorras, etcétera. Bastante insuficiente para el héroe de un juego de rol.

La cámara a menudo es un obstáculo para la acción. Cuando gira suele dejar fuera de pantalla a nuestro personaje, y eso puede darnos alguna desagradable sorpresa.
La cámara a menudo es un obstáculo para la acción. Cuando gira suele dejar fuera de pantalla a nuestro personaje, y eso puede darnos alguna desagradable sorpresa.

En el pellejo de Thorton, por otra parte, podremos escoger la clase que queremos encarnar al comienzo de la aventura entre algunas como Independiente, Soldado, Agente de Campo, Especialista Tecnológico, etcétera… Con ellas no sólo decidimos en qué aspectos se volcarán los talentos de nuestro personaje, sino también cuál es su historial y el bagaje de pasado y experiencia que éste trae consigo. En función del tipo escogido deberemos optar por unas armaduras tácticas u otras, con abundantes dispositivos para los Especialistas Tecnológicos, o con modelos más ligeros y sutiles para los sigilosos.

En última instancia cabe recordar que, como juego de rol que es, Alpha Protocol también permite mejorar atributos y conseguir habilidades con la experiencia. Dividida en niveles, la progresión de Thorton se lleva a cabo matando enemigos y cumpliendo objetivos, para hacerle mejorar en diferentes atributos como la infiltración, su manejo de pistolas, armas automáticas, escopetas, sabotaje, aptitudes técnicas, artes marciales, dureza, etcétera. Su esquema es muy claro a pesar de lo poco estético que resulta el interfaz, y llegados a ciertos puntos de la progresión de cada barra vamos liberando habilidades especiales como, por ejemplo, la Puntería Precisa –que permite fijar enemigos en la distancia como en Conviction-, el Disparo Encadenado –más balas en menos tiempo, similar al Dead Eye de Red Dead Redemption-, o la Furia que descarga todo el potencial de artes marciales de nuestro protagonista.

Podemos acabar con casi cualquier personaje, pero deberemos tener mucho cuidado puesto que sus presencias o ausencias liberarán o bloquearán algunas futuras misiones.
Podemos acabar con casi cualquier personaje, pero deberemos tener mucho cuidado puesto que sus presencias o ausencias liberarán o bloquearán algunas futuras misiones.

Irregularidad Gráfica
La parte más floja de Alpha Protocol es, sin lugar a dudas, la referente a su apartado visual. Los gráficos y la tecnología nunca han sido el fuerte de Obsidian, que tradicionalmente se ha recreado en otros apartados, y Alpha Protocol es un nuevo ejemplo de que sus fortalezas residen en otros lugares.

Los escenarios, por empezar con lo positivo, son la parte más trabajada de la faceta artística en todos los sentidos. Algunas localizaciones son francamente buenas, especialmente las ubicadas en Italia, pero por lo que respecta al resto hay fuerte reciclaje entre unas y otras y abundancia de almacenes genéricos, instalaciones científicas vistas una y mil veces, etcétera. Todo ello adornado con iluminación plana y texturas francamente pobres, que no deberían ser castigadas nunca con el suspenso, pero que dan la sensación de hacer los deberes por las justas.

Sin embargo, si los escenarios son el lado positivo –relativamente- de la moneda, todo lo contrario son los personajes. Aquí es donde el título más acusa un trabajo con Unreal Engine a todas luces insuficiente, con unos resultados tanto para modelados como para animaciones tremendamente flojos. Algunos de los movimientos de, por ejemplo, el personaje principal están logrados, como al trepar por escaleras o con determinadas acciones, sin embargo los más generales como los de caminar o esprintar son insuficientes. Mención especial a varios puntos como la animación en la que nuestro protagonista camina sigilosamente, una de las peores que hemos visto en lo que va de Next-Gen, también al mal tratamiento de dientes de sierra y sin olvidarnos de los efectos visuales para fuego o explosiones: Igualmente mal rematados.

Los escenarios están fuertemente reciclados y acusan falta de imaginación, sin embargo hay algunos por encima de la media como, por ejemplo, los de Roma.
Los escenarios están fuertemente reciclados y acusan falta de imaginación, sin embargo hay algunos por encima de la media como, por ejemplo, los de Roma.

Por lo que respecta a la faceta tecnológica, ésta es igualmente irregular. La tasa de imágenes por segundo es estable siempre que la pantalla no esté llena de enemigos o efectos, cosa que por fortuna no sucede muy a menudo, sin embargo cuando la ponemos a prueba sufre, y puede acabar afectando a la jugabilidad. Los tiempos de carga, por otra parte, son algo dilatados y se gestionan de una forma un tanto estrafalaria: Por ejemplo puede que encadenemos varias estancias unas con otras sin tener que ver la pantalla de carga, pero quizá tengamos que volver atrás por una razón u otra y entonces sí tengamos que esperar unos segundos a que una habitación de la que acabamos de salir esté disponible.

En esta misma línea de las cargas también hay que mencionar que el título emplea Unreal Engine y, como tantos otros videojuegos que utilizan este motor gráfico, sufre de cargados tardíos de texturas en algunos de sus elementos. En esta ocasión resulta más duro de digerir ante la discreta calidad de todo lo que se muestra en pantalla.

Por último queda el apartado sonoro, que de los técnicos es el más redondo de cuantos oferta este Alpha Protocol. Los efectos de audio son buenos, la banda sonora cumple con su trabajo de forma muy efectiva y, además, el apartado de voces es francamente bueno, con la única excepción del protagonista, algo plano y carente de dramatismo como su propio diseño estético.

Muy Bueno

Sin sello

Alpha Protocol

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Si pasamos por alto algunos problemas como su poca intuitividad y su pobre apartado gráfico, podemos descubrir en Alpha Protocol un videojuego francamente interesante en todos los sentidos. Buena historia, campaña larga y muy rejugable y, sobre todo, la lograda sensación de que realmente somos nosotros quienes trazamos nuestro camino: Algo fundamental en un RPG como el que nos ocupa.

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Jugadores: 1
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en inglés
Duración:
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