Virgin play nos trae clásicas mazmorras con marcado sabor actual gracias a la doble pantalla que ofrece la portátil de Nintendo. Una historia de desapariciones sin respuesta y de reencuentros inesperados bajo la atenta mirada de un héroe que ha perdido su rumbo.
Con cierta retrospectiva a The Legend of Zelda: Phantom Hourglass, cierto es que con varios minutos de juego en AWAY: Shuffle Dungeon vemos que las semejanzas con la obra de Nintendo acaban en su enfoque a las mazmorras, ya que todo lo demás viene aderezado por una sabia originalidad en el manejo de los tiempos en las fases de acción.
En el juego nos introducimos en la historia de un fenómeno que absorbe no sólo a las personas sino también a cualquier elemento físico que pueble sus caprichosas intenciones. Las desapariciones ya ascienden a 99 y parece que el número 100 seremos nosotros. Por suerte -o por desgracia- nuestra querida compañera del pueblo decide ponerse en nuestro lugar para visitar el limbo de la ausencia desembocando además en la desaparición repentina de toda nuestra aldea y de nuestros vecinos, dejándonos en la más completa soledad y con un papel en la aventura bastante importante: rescatar a la chica y al pueblo entero.
Las mazmorras del cambio
Como comentamos, lo que le hace al título diferente a cualquier juego de temática de mazmorras es su particular visión de las mismas. El juego nos propone entrar en un baile de cambios en tiempo real de estos escenarios, y en el mismo momento en que las estemos visitando. En ambas pantallas tenemos la disposición de la mazmorra, pudiendo pasar de una a otra de forma instantánea, ya que componen un mismo todo. La gracia del asunto -y un gran acierto- es que cada cierto tiempo irá cambiando de forma sustituyendo la pantalla por otra totalmente diferente. Esto provoca que no tengamos ni un solo momento de respiro, ya que si nos quedamos a pensar demasiado desapareceremos junto con la propia mazmorra, perdiendo además parte de nuestros puntos de salud y teniendo que comenzar desde el inicio del piso en el que nos encontremos.
La experiencia no se hace para nada complicada, de hecho los primeros niveles pueden ser superados sin apenas complicaciones. En cambio, los niveles mas avanzados, nos complicarán la tarea gracias a enemigos más poderosos, interruptores más complejos, escenarios más laberínticos, e incluso por el aumento de los estados alterados que nuestro protagonista debe aguantar y sin dejar de lado que el tiempo se irá comprimiendo cada vez más.
Al final de la mazmorra tenemos al pertinente enemigo final que actúa de forma mecánica a la vieja usanza, con lo que con algo de observación, astucia y agilidad no deberíamos tener problemas por derrotarle. Después liberaremos a un habitante del pueblo junto con su casa, que la podemos ubicar en la zona que deseemos variando su rendimiento en consonancia con su ubicación elegida. Aun así todavía nos va a quedar llevar de vuelta al habitante hacía el pueblo, y por eso debemos sacarlo de la mazmorra teniendo cuidado de no perderlo por el camino y así no tener que rehacer parte del trabajo.
El oficio de la cría Futong
Mientras vayamos rescatando personas éstas nos habilitarán nuevas tiendas y lugares que servirán para comprar armas, objetos o para criar a una serie de animalitos llamados futong que nos ayudarán en los combates. Estos personajes, que nos recordarán en bastantes ocasiones a los Rocket de la serie Dragon Quest, guardan relación con varios elementos naturales como el fuego, el hielo o el rayo. Los encontraremos en las mazmorras, para después poderlos criar o incluso combinar cuando llegue el momento adecuado. El número de estos personajes que pueden ir con nosotros puede ascender hasta dos decenas, pero son susceptibles de ser perdidos en las mazmorras si quedan atrapados en el cambio de pantalla o si nosotros mismos caemos en alguna trampa. Su uso viene determinado por el lanzamiento de magias elementales, teniendo un solo uso cada uno de los futong, ya que después de ello desparecerán.
Tenemos un pequeño modo multijugador para ser jugado en equipo con otra persona y enfocada al enfrentamiento con los enemigos finales. Podemos decidir con nuestro compañero quien se hace cargo de los distintos cofres dispersos en las peleas y en la distribución de los objetivos en combate.
Su aspecto técnico no va más allá de lo conocido en esta portátil, aunque su calidad queda más limitada respecto a otros Action RPG del catálogo. Aún así sus gráficos son bonitos y llamativos, con un aceptable tamaño de los personajes en pantalla y un buen paisaje a su alrededor, todo en 3D. Los escenarios del pueblo parecen algo vacíos en general, con muchas zonas sin elementos que las compongan, pero las mazmorras, además de ser variadas, nos recuerdan a otros clásicos como Bomberman en su recreación laberíntica.
En varias ocasiones escucharemos voces digitalizadas, más enfocadas a sonidos que hagan los personajes, mientras que las músicas adornan la historia en su momento oportuno. No destaca jugablemente si miramos que su concepción de action-rpg queda muy por debajo de otros exponentes, pero lo que si aporta es frescura y originalidad al desarrollo de las mazmorras, que en definitiva es donde se sustenta.
AWAY: Shuffle Dungeon mezcla lo clásico con lo moderno y hereda bastantes aspectos ya conocidos en el género pero aportando el punto original en las mazmorras. Su mecánica es tan sencilla como repetitiva, y su profundidad no llega a lo que un juego de rol al uso demanda, pero desde un principio se observa que la propuesta va por otro camino. En todo caso es una aventura divertida y carismática que atraerá a un público que busque mayor originalidad en los títulos.
Comprar Away: Shuffle Dungeon