Análisis de Pikmin

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Son diminutos, coloridos, simpáticos y quieren ayudarte a volver a casa. Los Pikmin de Miyamoto llegan a Wii para experimentar sus nuevos controles en una reedición que inaugura en España la serie NEW PLAY CONTROL. Si no pudiste probarlo en Gamecube, tal vez te interesaría saber más sobre un juego de estrategia en tiempo real que poco tiene que ver con los demás...

Wii ha ahuyentado los terribles fantasmas que asolaban a Nintendo desde hace ya prácticamente una década. El éxito vuelve a los de Kyoto, sus máquinas son ahora las más vendidas y esto les sirve no sólo para desarrollar cada vez más videojuegos, sino también para rescatar joyas de un pasado no muy remoto que, debido a las circunstancias -en este caso, de Gamecube- no lograron el favor comercial que seguramente merecían.

Un ejemplo lo tenemos en Pikmin que, tras su estreno en el año 2001, vuelve con una reedición (insertada dentro de la línea NEW PLAY CONTROL) que como justificación de su existencia nos presenta la incorporación de un nuevo control, el que facilitan el wiimote y el nunchuk de Nintendo. Aunque no es lo único. Pikmin también tiene un aura de calidad sello de la casa nipona y, sobre todo, de Miyamoto, del cual se dice que ideó el concepto del juego mientras contemplaba el jardín de su casa.

Se acabó el imperio del controlador tradicional. Con el wiimote ahora podrás apuntar al lugar exacto donde quieres que se dirijan tus Pikmin.
Se acabó el imperio del controlador tradicional. Con el wiimote ahora podrás apuntar al lugar exacto donde quieres que se dirijan tus Pikmin.

No nos extrañaría, aunque lo más interesante para nosotros ahora mismo es valorar la creación desde una perspectiva de presente, cuando casi ocho años después muy pocos se han atrevido a cultivar de manera fehaciente el género de la estrategia en una consola. Miyamoto, como no podía ser menos, lo hizo o, al menos, lo intentó, resultando un título adictivo, interesante, no demasiado explosivo pero que ahora se puede conseguir a un precio reducido si es que al jugador le interesa su planteamiento. Vayamos con él...

30 días para volver a casa
Pikmin nos plantea la historia de un pequeño humanoide -llamado Olimar- cuya nave espacial, tras impactar con un cometa, realiza un aterrizaje de emergencia en un extraño planeta. Todo podría resolverse con un par de martillazos, si no fuera porque durante el descenso se perdieron varios componentes del vehículo espacial. En total, 30, tantos como los días que durará nuestra bombona de oxígeno. Una coincidencia tan remota como la de encontrarnos a los pocos segundos con los pikmin, unos simpáticos brotes que se sumarán, casi sin darles permiso, a nuestra aventura.

Así, de esta manera tan espontánea, nos convertiremos -a los pocos minutos de haber metido el disco en la consola- en unos particulares dioses que, con el control de Olimar, serán capaces de mover a los pikmin a través de escenarios tridimensionales con la finalidad de recuperar las partes perdidas de la nave estrellada. 30 días para hacerlo y un tiempo limitado para cada jornada son los únicos impedimentos para conseguirlo.

Lo demás es ingenio, pensar un poco, multiplicar a los pikmin y emplear sus tres especies (roja, amarilla y azul) según convenga. Así que, los que busquen aquí la esencia miyamotera de Mario o Zelda, que se olviden. Como adelantábamos, es un experimento del gurú, donde la pureza de los RTS se hace más dulce y accesible, en parte, porque lo principal no es acabar con los enemigos -que se puede- sino utilizar la fuerza de los pikmin en su conjunto para que carguen con los diversos objetos dispersos por el escenario.

Volviendo sobre nuestros pasos
Ese es el camino para completar Pikmin, un videojuego que nos permite guardar partida pero que hace ocho años nos prohibía volver sobre nuestros pasos. Este último fue uno de los inconvenientes más criticados cuando el título apareció en 2001, aunque afortunadamente también fue una de las preocupaciones que se plantearon los de Kyoto a la hora de diseñar la actual edición para Wii. Ahora es posible volver al día que deseemos, fortaleciendo así una experiencia incomparable basada en tener bajo nuestro mando a decenas de pequeñas criaturas que, por cierto, pueden diferenciarse entre sí.

Los pikmin rojos son buenos para el combate, los amarillos son ideales para destrozar muros, mientras que los azules no tienen miedo al agua. Combinando estas tres características y poseyendo siempre el número necesario de pikmin para realizar las tareas propuestas seremos capaces de recuperar las 30 partes de la nave, siempre que no se nos eche el tiempo encima.

Cinco zonas de exploración, tres clases de pikmin y treinta piezas que recuperar. Nadie dijo que la vuelta a casa fuese a ser fácil...
Cinco zonas de exploración, tres clases de pikmin y treinta piezas que recuperar. Nadie dijo que la vuelta a casa fuese a ser fácil...

Y es que la treintena de días que va a durar nuestra bombona de oxígeno se limita por el hecho de que la vida en el videojuego es mucho más rápida que la real. En concreto, cada día de Pikmin tiene una duración de 10-15 minutos desde que sale hasta que se pone el sol. Así que hay que darse prisa, moverse con inteligencia por el escenario y, sobre todo, procurar que nuestros pikmin no queden sueltos cuando llegue la noche.

Misión cumplida
Y es que la oscuridad en el mundo de Pikmin trae consigo un buen número de depredadores que se comerán a nuestros amigos si no los metemos en sus Cebollas, unas máquinas biológicas que llevarán a los pikmin a las cinco zonas del planeta que podremos visitar y deberemos revisitar si es que tenemos la intención de completar el juego.

La tarea podría parecer en principio un tanto repetitiva, ya que no serán una, dos o tres veces las que habrá que pisar el mismo escenario, pero uno de los aspectos más positivos de Pikmin es que no hay día de los treinta en que no aprendamos algo nuevo sobre ellos. Los veremos evolucionar, adquirir nuevas características y descubriremos aplicaciones -muchas por mera casualidad- que nos ayudarán a seguir adelante en nuestro camino por volver a casa.

Un regreso con muchas horas de juego que varían dependiendo de la pericia de un jugador que, por lo demás, no contemplará ningún tipo de novedad visual o sonora en este Pikmin NEW PLAY CONTROL. Y es que queda claro que no era la intención de Nintendo lanzar al mercado un nuevo producto, sino una reedición que pone al alcance de aquellos que no pudieron probarlo un videojuego realmente destacado dentro del catálogo de Gamecube. Visto desde esa óptica, los japoneses pueden dar la misión por cumplida.

Bueno

Sin sello

Pikmin

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Pikmin, el experimento de Miyamoto dentro del género de la estrategia en tiempo real, sigue siendo a día de hoy un título recomendable para aquellos que busquen ideas frescas y originales dentro del mundo de los videojuegos. No llega a alcanzar las cotas de excelencia de otros productos del gurú, pero esta reedición con controles de Wii añadidos es ideal para aquellos que no pudieron o quisieron tener una Gamecube en sus casas. En pocas palabras, un semiclásico a precio reducido cuyo sentido del humor y colorido no podría hacer mal a nadie.

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Jugadores: 1
Idioma: Manual en español y textos en español
Duración:
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