La saga Halo demuestra seguir en plena forma con ODST, el spin-off de las series. La élite de marines voluntarios del Mando Espacial de las Naciones Unidas toma el protagonismo, y tiene como misión suicida recuperar Nueva Mombasa de manos los temibles Covenant.
Anunciado inicialmente como Halo 3: Recon y rebautizado pocas semanas después como Halo 3: ODST, los chicos de Bungie no han querido abandonar su franquicia favorita y la han reinventado eliminando de la ecuación a Jefe Maestro y dándoles el protagonismo a un comando de unidades del UNSC.
“Esto es un juego de Halo hecho por Bungie donde juegas como un soldado de la ODST y, por supuesto, es diferente a jugar como un súper-soldado Spartan. No es un Halo Cell, ni un Ghost Recon: Halo ni un Republic Commando ni nada similar”. Rescatamos estas palabras de Luke Smith, de Bungie, porque define de una manera muy clara en qué consiste ODST, para los que no hayan seguido las noticias que han aparecido sobre el videojuego en los últimos meses.
Halo 3: ODST, pese a los intentos de sus creadores por establecerlo lo suficientemente lejos de Halo 3 como para considerarlo un título a parte, sigue siendo un videojuego tremendamente fiel a la saga, especialmente en lo que a su última entrega se refiere. ¿Es esto negativo? En absoluto, el último Halo era un título maravilloso y ODST sigue sus premisas a rajatabla. Hay cambios jugables, está claro, el hecho de ya no interpretar a un Spartan requiere de un tratamiento diferente, pero estos cambios son de una importancia escasa y el título acaba resultando un añadido para Halo 3, imprescindible para sus fans y que se vende a un precio tremendamente competitivo como para pasarlo por alto.
Soldados de Choque de Descenso Orbital
En el año 2552 la cruenta guerra entre los humanos y la alianza alienígena del Covenant sigue su curso, y vamos perdiendo. La historia de ODST se sitúa entre los eventos de Halo 2 y Halo 3, cuando el bastión de La Tierra está a punto de caer, y es que se ha convertido en el nuevo objetivo de los extraterrestres por motivos que todavía son desconocidos para el UNSC –Mando Espacial de las Naciones Unidas-. La gigantesca ciudad de Nueva Mombasa situada en África ha sido tomada por los alienígenas, y los pelotones humanos de operaciones espaciales tienen como principal misión el detener a las fuerzas enemigas y expulsarlas del lugar.
Tras una breve cinemática en la que conoceremos a los personajes que integran el comando al más puro estilo película de acción de Serie B de los 80, entraremos en acción. El tratamiento de los diferentes reclutas es al comienzo bastante bidimensional, con los clásicos estereotipos del género como bandera. El bromista, el macarra, la chica nueva que despierta la atención del resto… Poco a poco iremos conociendo más información sobre algunos de ellos, aunque en ningún momento sentiremos gran empatía por ninguna de sus figuras puesto que su desarrollo peca de ser algo plano.
Una vez hechas las presentaciones descubriremos que estamos en una nave nodriza orbitando alrededor de la tierra, y no pasará mucho tiempo antes de que se nos plante en mitad de uno de los VIIE, los vehículos de inserción en los planetas, con la intención de efectuar el ingreso en su superficie. Estas cápsulas de descenso son individuales y se pilotan de forma automática, aunque como es tradicional en el género algo sale mal durante la maniobra de inserción y no sólo despertamos maltrechos y desorientados horas después del accidentado aterrizaje, sino que además estamos perdidos y sin saber dónde se encuentra el resto del comando.
Lo mejor de ODST en términos argumentales es su forma de narrarnos la historia. La saga Halo siempre se ha especializado en contar con un universo muy denso, profundo y rico a sus espaldas, y el nuevo título saca partido de ello mediante un planteamiento muy original e ingenioso. Seguiremos de forma paralela dos historias, la primera la del recluta al que encarnamos y que en la oscuridad de la noche busca por la ciudad de Nueva Mombasa pistas para averiguar qué ha sucedido con sus desaparecidos compañeros durante el día. Cada vez que encontremos una pista accederemos de forma automática a un flashbacks que nos permitirá jugar un tramo diurno y nos explicará el por qué de esa pista, devolviéndonos al terminar a la acción nocturna del protagonista.
HellJump - Descenso a los Infiernos
Lo primero que llama la atención de Halo 3: ODST al abrir su embalaje es que el título llega a nuestra consola en dos discos. Uno para la campaña y el otro para la experiencia multijugador. ¿Los motivos? Lo nuevo de Bungie incluye 24 mapas –la mayoría del anterior- para la faceta on-line e incluso algunas modalidades jugables nuevas, de modo que la vertiente del juego acompañado es continuista pero tremendamente completa para quien en su momento no disfrutara de Halo 3, o sencillamente no tenga todos sus mapas.
No obstante si optamos por el disco de la campaña daremos con una modalidad que puede ser afrontada de forma individual o cooperativa, y que durante los nueve capítulos por los que se prolonga ofrece un entretenimiento al más puro estilo de las series. Pasados los minutos iniciales del Modo Historia en los que compartiremos el desconcierto de nuestro protagonista, nos situaremos rápidamente puesto que en realidad, como ya hemos señalado, hay escasos cambios bajo el sol que ilumina el planeta Tierra en Halo 3: ODST. La mayor parte de ellos tienen que ver con la ya mencionada condición del protagonista, que no se mueve igual que un Spartan, y también con la asignación de Nueva Mombasa como teatro de operaciones. La sofisticada ciudad cuenta con abundantes ayudas que deberemos emplear a nuestro favor, como el Superintendente, los kioscos de regeneración de salud Optican o las bases de datos VISR.
El videojuego incluye un nuevo sistema de salud, que se parece a la habitual regeneración de escudos que popularizaron las primeras entregas de Jefe Maestro, pero que al mismo tiempo incluye también un componente de “vida” que no se regenera, y que necesita del empleo de botiquines. Así pues contamos con la armadura principal que en caso de resultar heridos se recarga cuando pasamos unos segundos sin recibir daños, y si ésta se agota las balas empiezan a consumirnos salud que únicamente podremos regenerar con botiquines o visitando los lugares de Asistencia Médica al Instante.
Esto introduce un nuevo elemento en la jugabilidad de la fórmula Halo, y es que no sólo deberemos estar pendientes de nuestra armadura de soldado, sino también de la salud. Para recargarla podemos recoger botiquines que veamos por el camino, o acercarnos a uno de los Optican que salpican las calles de Nueva Mombasa y que nos curan la energía de forma instantánea.
Los disparos en la cabeza, por otra parte, ahora aparecen muy bien representados en la mirilla, puesto que pueden suponer la fantástica ecuación de una bala-una baja. Así pues con algunas armas como la revisión del SMG con la que cargaremos por defecto aparecerá un punto en el centro del objetivo, que teñirá la retícula de rojo y que nos informará de que el disparo puede ser letal.
La campaña, como es tradicional en las series, puede ser superada en los cuatro niveles de dificultad clásicos. Heroico y Legendario son especialmente recomendables si deseamos superar el Modo Historia acompañados por uno, dos o tres amigos. El argumento, sin embargo, no hace ningún esfuerzo por adaptarse a las circunstancias del número de usuarios, y nos narra el mismo guión focalizado hacia un solo personaje cuando en realidad son hasta cuatro los que están jugándolo.
Fall of Reach
Así pues la jugabilidad de Halo 3: ODST se divide en dos partes bien diferenciadas. La primera es la nocturna, que resulta algo más táctica y en la que deberemos sacar partido de nuestras armas y gadgets para sorprender al enemigo que suele agruparse en números no demasiado altos. Por otra parte la versión diurna es la que se alterna, y con ella accedemos a un estilo totalmente diferente, marcado por las refriegas más espectaculares que siempre han caracterizado a Halo.
ODST en su vertiente nocturna no es tan cerrado y pasillero como, en ocasiones, podía resultar Halo 3, y los laberínticos recorridos urbanos de Nueva Mombasa pueden ser a menudo algo complicados de discernir, especialmente porque a menudo gozaremos de cierta libertad a la hora de recorrerlos como deseemos y para el que serán tremendamente útiles los gadgets. Entre ellos contamos con la opción de accionar la cruceta hacia arriba o hacia abajo y marcar con mayor precisión en la brújula los objetivos hacia los que podemos ir durante unos instantes. Sin embargo lo más interesante será acceder al mapa con el botón Select, y fijar ahí puntos de baliza señalando con precisión a dónde nos gustaría ir de entre las zonas que permiten los barrios.
Este componente de libre albedrío es la mayor novedad que en cuanto a planteamiento incorpora ODST, aunque no siempre funciona igual de bien. Resulta obvio que la opción de facilitarle cierta capacidad de elección al usuario es siempre agradecida en un género como el de la acción que cada vez se inclina más hacia esa dirección, sin embargo a menudo tendremos que recorrer los mismos escenarios una vez detrás de otra y especialmente al principio de la aventura, donde el videojuego puede resultar incluso algo lento.
Que nadie se alarme, el título que nos ocupa es tan divertido como la saga Halo al completo, sin embargo alterna fases de acción frenética con otras mucho más calmadas, y lo cierto es que estas segundas no acaban de funcionar tan bien como el resto. No obstante para complementar estas partes algo más sesudas encontramos los mencionados fragmentos diurnos, donde la actividad se dispara y encontramos unos fenomenales espectáculos de disparos, acción y combates masivos.
La vista alternativa también debuta en Halo, y apretando el botón X del pad de Xbox 360 nos permite acceder a una suerte de visionado nocturno que nos permitirá separar con enorme precisión a los personajes aliados –verdes- de los enemigos –rojos-, además de lidiar con la oscuridad que a menudo reina en los capítulos nocturnos. Esta modalidad de visionado también está presente en las fases diurnas, pero no es especialmente útil porque no sólo la iluminación es más que suficiente, sino también porque la acción es tan rápida que no permite ni un atisbo de descanso al jugador.
First Strike
El multijugador de cualquier Halo es siempre un aspecto importantísimo y, para la ocasión, Bungie no solamente nos ofrece la posibilidad de jugar la campaña en cooperativo (tanto offline como online), sino que también pone a nuestra disposición un nuevo modo multijugador que rescata directamente la esencia de modalidades como la famosa Horda del precursor Gears of War 2.
La línea, por lo demás, es tremendamente continuista, con un diseño de menús virtualmente idéntico al de Halo 3, casi las mismas opciones además de otros elementos que repiten como los tipos de juego, el número de usuarios soportados por cada uno de ellos –un máximo de 16- o las posibilidades de interconexión.
En esta ocasión la nueva opción multijugador de Halo 3: OSDT se conoce con el nombre de Tiroteo, y nos propone enfrentarnos a oleadas de enemigos, en un determinado mapa, hasta que nuestras fuerzas y vidas disponibles ya no den para más. En total, pueden jugar hasta cuatro usuarios simultáneamente, apoyándose unos a otros y, muy importante, compartiendo el número de vidas por cada partida.
Esta es la inteligente forma que han ideado los desarrolladores de Bungie para que formemos un auténtico equipo con el resto de jugadores, apoyándoles y socorriéndoles cuando sea necesario, ya que si uno de nuestros compañeros pierde una vida, todos lo habremos hecho.
Y es que si no cooperamos para afrontar las invasiones de enemigos que asaltarán el mapeado cada cierto tiempo, será muy difícil superar con éxito unas oleadas cada vez más fuertes, numerosas y potentes en variedad de rivales. No se podrá solicitar ayuda a usuarios que jueguen en nuestra misma consola (en esta modalidad no hay pantalla dividida), pero sí a jugadores con una máquina cercana (System Link) o alejada en el espacio (Xbox LIVE).
Aún así, y aunque logremos encontrar amigos, hemos de decir que la dificultad de Tiroteo está muy ajustada, ya que aparte de gozar de un desafío creciente, en cada partida las oleadas aparecerán desde distintas posiciones y con diferentes estrategias de ataque. Los progresos se medirán en Oleadas, Rondas –cinco Oleadas- y Sets –tres Rondas-, incrementándose el reto no sólo en la dureza y número de los enemigos, sino también en la aplicación de diferentes cráneos para ponernos todavía más difíciles las cosas.
A este respecto, hay que señalar la disponibilidad de vehículos, que podremos arrebatar a los rivales para usarlos en su contra. La moto Chopper, el tanque Wraith o el Gauss Warthog son algunas de las máquinas disponibles.
Aparte de esto, Halo 3: ODST cuenta con todos los modos multijugador presentes en Halo 3, como ya hemos señalado, a lo cual hay que añadir la presencia de los mapas multijugador de este último videojuego. En total, 24 mapas entre los que se cuentan tres completamente inéditos, uno de ellos Hereje –revisión de una localización de Halo 2-, disponibles todos ellos en el mencionado disco adicional que, por cierto, no requieren de la posesión de Halo 3 para ser disfrutados. Por lo demás el Matchmaking sigue siendo una herramienta tan poderosa como lo fue en la anterior entrega para agrupar usuarios, y los modos Forge y Cine vuelven a estar presentes para editar mapas y capturar videos y pantallas respectivamente.
Operaciones de Campo –Gráficos y Tecnología-
Halo 3: ODST viene a ser una revisión en clave más oscura y tenebrosa de lo que ya pudimos ver con el lanzamiento de Halo 3 en su momento, allá por el año 2007. Ha habido una progresión lógica, y todo exhibe ahora una mayor nitidez y se denota un trabajo superior en algunos elementos como los efectos visuales y algunos modelados, especialmente en las secuencias cinemáticas.
Sin embargo si Halo 3 ya no era un título de sobresaliente calidad visual en su momento, recordado especialmente por no alcanzar la resolución mínima necesaria para ser considerado alta definición, lo cierto es que para ODST los años no han pasado en balde. El videojuego no deja de presentar un aspecto notable, eso es incuestionable, sin embargo sí empieza a hacerse necesario por parte de Bungie el replantearse un salto de motor gráfico importante si quiere seguir manteniendo el tipo con futuras entregas como Halo: Reach –del que por cierto se incluye un acceso a beta para primavera de 2010-.
Por lo demás el título que nos ocupa sacrifica detalles como texturas o carga poligonal en ciertos elementos para poder proporcionar una experiencia con infinidad de personajes en pantalla, vehículos y muchos efectos. Como decimos las escasas diferencias vienen dadas por la dirección artística, que predomina en la nueva entrega los parajes urbanos de Nueva Mombasa y que, de día o de noche, muestra unos entornos mucho más lúgubres y en general un tratamiento de la paleta de colores mucho más maduro. Nos ha gustado especialmente el tratamiento de visión a través del casco del soldado que encarnamos, muy diferente de lo visto hasta ahora en las series.
En otro orden de cosas la faceta técnica vuelve a ofrecer un resultado muy interesante. Tasa de imágenes por segundo estable y rocosa, físicas sobre los personajes bien implementadas, no demasiada interacción con el entorno y una iluminación tan sensacional como la de la entrega anterior, que vuelve a regalarnos momentos sensacionales, especialmente en los niveles diurnos, donde más se nota su resultado. Sin embargo hay elementos que nos obligan a reducir notablemente la consideración general del apartado, como los serios problemas de antialiasing que experimenta el título, o los defectos de clipping que lo plagan.
Por lo que respecta al apartado de sonido, música y FX, el videojuego vuelve a contar con un nivel sensacional. La banda sonora tiene, quizá, menos momentos épicos que la de Halo 3, pero continúa contando con idénticas cotas de calidad, producción e inspiración. La presencia del doblaje al español raya también a gran nivel, eliminando de un plumazo algunas desagradables elecciones en el reparto por parte de entregas anteriores. Los efectos atronadores y genuinos, como siempre.
Tropas de Choque –Conclusiones-
Halo 3: ODST no lleva la coletilla del número 3 detrás de la palabra Halo por casualidad. Exigirle las novedades que le pediríamos a un Halo 4 sería poco menos que una utopía, y es que este título no sólo se vende a un precio muy reducido, sino que fundamenta sus pilares en el extraordinario resultado de crítica y público que logró su predecesor.
El efecto es notable porque las bases son solidas, sin embargo admite algunas matizaciones. El multijugador de ODST es sensacional, tan sensacional como lo era el de Halo 3 porque en esencia es el mismo. Se incluyen en el disco todos los mapas que fueron engrosando la nómina del anterior título de Bungie como contenidos descargables de pago, a los que aquí se les suman tres localizaciones inéditas más. Se mantienen los modos de juego pero se agrega, por otro lado, el excelente Tiroteo, el homenaje de Bungie al sensacional modo Horda de Gears of War 2.
La campaña, por otro lado, tiene algunos problemas de ritmo, y su duración no es la mejor de sus virtudes, elemento achacable sin duda al bajo precio del título, pero aún así conserva intacto el espíritu de la saga. En algunos momentos, especialmente los de investigación nocturna, peca de cierta falta de brío que puede resultar peligrosamente lenta en ocasiones.
En las partes técnicas y gráficas esperábamos un mayor salto, para un título que se muestra virtualmente idéntico a Halo 3 de hace dos años, con algunas leves pinceladas de avance en campos concretos. Por otro lado el juego obtiene en el campo de la innovación un aprobado largo por incorporar el modo Tiroteo, y por agregar algunos detalles curiosos a la campaña, pero quien desee una experiencia novedosa deberá esperar a Halo: Reach.
Así pues ODST es un fantástico juego de acción, con highlights a la altura de las grandes entregas de la saga, pero al que ha faltado un punto de ritmo general y, definitivamente, un plus de originalidad para convencer a un espectro de aficionados que supere al del habitual núcleo de fans de la franquicia.
ODST es un juego hecho por y para fans de Halo. La introducción de nuevos personajes que toman el relevo de Jefe Maestro puede suponer un interesante puente para futuras entregas, pero en términos jugables el título se mantiene muy ligado a lo que podríamos esperar de él. Una interesante campaña, un intenso multijugador y un precio tremendamente competitivo son sus principales ganchos.
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