Análisis de Need for Speed Shift

Análisis de Need for Speed Shift
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Need for Speed se recupera del batacazo de Undercover con Shift, una de las mejores entregas de las series en los últimos años. La franquicia “pega” un brutal volantazo y se sitúa en un fantástico e inesperado medio camino entre la simulación y el arcade.

La maniobra era arriesgada, pero la situación calamitosa de Need for Speed como saga así lo requería. En enero de 2009 Electronic Arts anunciaba sus planes para la franquicia, y revelaba que aparecerían Need for Speed: Nitro, Need for Speed World Online y, por último, el título que nos ocupa Need for Speed: Shift.

Pero, ¿qué tiene Shift que no hayan tenido episodios anteriores? Un equipo de desarrollo a la altura. EA ha apostado por un estudio nuevo, Slightly Mad Studios, que es debutante sólo de nombre. Tras sus muros se esconden buena parte de la plantilla que desarrolló los brillantes GTR, y una vez más vuelven a demostrar su maestría y valentía con un cambio de tercio verdaderamente aventurado para una de las más populares franquicias de velocidad de la actualidad.

Quizá lo verdaderamente justo hubiera sido cambiarle el nombre, puesto que Shift tiene muy poco de lo que tradicionalmente ha caracterizado a esta importantísima imagen de marca de Electronic Arts que es Need for Speed. Sin embargo el cambio ha sido a mejor y, sobre todo, ha sido necesario; y propone algo difícil de definir. ¿Shift es un Arcade complejo?, ¿Una simulación para todos los públicos? Difícil encajarlo pero lo que debe quedar claro es que ante todo es un gran juego.

Shift: “Correr, Mover, Desplazamiento, Cambio”
En primer lugar hay que dejar claro que el título que nos ocupa se olvida por completo de la línea seguida por la saga de velocidad en los últimos años en lo que respecta a carreras callejeras e intrigas pandilleras y criminales de Serie B, y toma la línea más seria posible. Que nadie nos malinterprete, los resultados logrados con Need for Speed: Most Wanted con esta ambientación fueron impecables, y es uno de los mejores videojuegos de la saga; sin embargo la fórmula comenzaba ya a mostrar ciertos síntomas de agotamiento, y un acercamiento a la velocidad algo más clásico con torneos, campeonatos y competiciones parecía una maniobra más que razonable.

Shift da la bienvenida a algunas interesantes gotas de simulación en la antaño 100% arcade fórmula Need for Speed. El cambio ha sido a mejor y hablamos de una de las mejores entregas de los últimos años.
Shift da la bienvenida a algunas interesantes gotas de simulación en la antaño 100% arcade fórmula Need for Speed. El cambio ha sido a mejor y hablamos de una de las mejores entregas de los últimos años.

Así pues lo que tenemos entre manos abandona por completo el estilo “Sand-Box” de episodios anteriores y nos embarca en circuitos cerrados como los de Willow Springs, el urbano de Londres o Laguna Seca en un planteamiento de Modo Carrera para piloto muy clásico, sin argumento alguno.

Need for Speed: Shift da comienzo de la forma más directa posible. Prácticamente sin mediar palabra alguna y sin intromisión de menús nos planta en mitad de una carrera en la que se nos valorará en función de nuestro rendimiento para ajustar unos reglajes que vienen a medir una dificultad recomendada. Nos explicamos.

¿Que lo hacemos fatal porque los juegos de carreras no son lo nuestro? La IA nos recomendará automáticamente una serie de características como el bloqueo de volante por frenos desactivado o el cambio de marchas automático entre otras. ¿Qué clavamos cada curva y llegamos los primeros a línea de meta? El juego comprobará que tenemos un cierto grado de habilidad y configurará los parámetros para minimizar las ayudas en la medida de lo posible haciendo de este modo que la experiencia tenga el mayor reto posible.

Las características de cada vehículo se miden por cuatro barras: Velocidad punta, aceleración, maniobrabilidad y frenada.
Las características de cada vehículo se miden por cuatro barras: Velocidad punta, aceleración, maniobrabilidad y frenada.

Las opciones son un puñado de parámetros que incluyen la dificultad de la IA, la asistencia en la dirección, la asistencia de frenado, los frenos antibloqueo, el control de estabilidad, el control de tracción, la transmisión manual o automática o si deseamos que los daños tengan únicamente representación visual o que también afecten al rendimiento. No son todas las que se pueden encontrar en simulaciones más serias como, por ejemplo, Forza Motorsport o Gran Turismo, y los vehículos no responden con la naturalidad y solemnidad de los de éstos; pero es que precisamente la intención de Shift es la de no llegar tan lejos de forma totalmente premeditada.

Los chicos de Slightly Mad tienen muy claro en qué partes del videojuego quieren realismo total y en qué otras partes se pueden tomar ciertas licencias con las que llegar a un público más masivo. El resultado, en lugar de tropezar o quedar a medio camino, funciona con acierto ofreciendo una experiencia accesible para los amantes del arcade y lo suficientemente profunda para satisfacer razonablemente a los apasionados de la velocidad.

Velocidad en las Venas
En lo que se refiere al manejo hay que hacer algunas consideraciones de mucha importancia. En primer lugar la sensación de conducir un vehículo nunca había sido tan precisa en un Need for Speed. El interesante e injustamente maltratado ProStreet ya dio algunos pasos hacia delante en este sentido de la mano de Black Box, sin embargo es Shift el que de verdad logra los primeros triunfos de la serie en este sentido.

La vista desde el interior del vehículo es fantástica y muy realista. Además nos permite mover la palanca derecha para alterar la perspectiva y ver así todos los detalles del interior, salpicadero, etcétera.
La vista desde el interior del vehículo es fantástica y muy realista. Además nos permite mover la palanca derecha para alterar la perspectiva y ver así todos los detalles del interior, salpicadero, etcétera.

La sensación de percibir que debemos frenar antes de una curva ha sido tradicionalmente ajena a la marca de conducción de Electronic Arts, y en la nueva entrega es fundamental. Sin embargo este capítulo va todavía más allá, puesto que es el propio coche el que nos lanza señales evidentes en todos los sentidos. Si, por ejemplo, estamos recorriendo un tramo a demasiada velocidad notaremos por nosotros mismos que el vehículo pierde agarre y que si no queremos perder el control por completo debemos aflojar. Este efecto es especialmente notorio si empleamos algún accesorio de volante para disfrutar del título. Estas consideraciones que en otras marcas de velocidad suenan a auténtica perogrullada para Need for Speed son un avance fundamental, puesto que aúnan una diversión que nunca ha abandonado a las series con un manejo mucho más preciso y desafiante.

Siguiendo con esto como ya hemos dejado claro el videojuego no es un simulador puro, aunque tampoco es un arcade neto. Es algo así como un fantástico medio camino entre uno y otro punto. Quienes desprestigien la marca Need for Speed por inclinarse por lo fácil tendrán problemas para despedazar Shift, y quienes descarten los simuladores por ser excesivamente exigentes para el usuario tampoco podrán separarlo por este motivo.

Lo que consigue Shift en todo momento con este control es esa impresionante mezcla entre accesibilidad para neófitos y profundidad para veteranos. Ya hemos hablado de los niveles de reglaje que permiten personalizar la experiencia como si de una dificultad se tratara, pero es que con el pad, el teclado o, especialmente el volante, da la sensación de que el videojuego es sencillo de aprender en su parte más básica, pero complejo de dominar en todas sus facetas a largo plazo. Una progresión muy bien calibrada para el usuario, que descubrirá con el paso de las horas cómo se perfecciona su dominio sobre el bólido en lugar de crear cierta sensación de hastío por “exceso de control” como en entregas precedentes.

Puede que 60 vehículos no sea un número particularmente alto para el garaje de un videojuego de velocidad reciente, pero para un Need for Speed es una cifra realmente alta. Que nadie se preocupe, están los mejores.
Puede que 60 vehículos no sea un número particularmente alto para el garaje de un videojuego de velocidad reciente, pero para un Need for Speed es una cifra realmente alta. Que nadie se preocupe, están los mejores.

Sin embargo si queremos obtener la experiencia Need for Speed: Shift definitiva la mejor opción para las cámaras es la que nos permite ver la acción desde la cabina del piloto. Hay otras alternativas, lógicamente, como las clásicas desde el exterior o la del capó del coche, sin embargo es la clásica “cockpit” la que mejor resume en qué consiste el nuevo videojuego de EA.

La sensación de velocidad está fantásticamente bien conseguida desde esta perspectiva, y parece más que obvio que ha sido la que más atención ha exigido por parte de Slightly Mad en todos los sentidos. Prueba de ello es que, por primera vez en un Need for Speed, la cámara con la que empezamos el videojuego por defecto es la interior, cuando tradicionalmente era el antaño más espectacular ángulo exterior.

Carrera Profesional
El principal atractivo de Need for Speed Shift está, lógicamente, en el asfalto, pero el hilo que aúna unas carreras con otras tampoco desmerece en absoluto, y es que los chicos de Slightly Mad han logrado compactar una campaña individual que hila de forma muy eficiente y sin grandes aspavientos todos los campeonatos.

La progresión del usuario tiene que ver con el dinero y con la victoria en los diferentes torneos en los que participemos, como es tradicional en el género. Gracias a estas recompensas desbloqueamos vehículos nuevos y accedemos a campeonatos más prestigiosos, y todo se sucede con la sencillez que demuestran sus creadores al saber que la de ofrecer profundidad y grandes posibilidades en este campo no es su batalla.

Zonas desérticas, parajes naturales, núcleos urbanos… Shift opta por reproducir circuitos del mundo real con notable veracidad, aunque se toma ciertas licencias para hacerlos más divertidos.
Zonas desérticas, parajes naturales, núcleos urbanos… Shift opta por reproducir circuitos del mundo real con notable veracidad, aunque se toma ciertas licencias para hacerlos más divertidos.

Así pues lo que Shift pretende es ofrecer diversión directa y, ¿qué mejor diversión hay que premiar al jugador por cada cosa que haga bien? El nuevo Need for Speed adopta un curioso sistema que nos reporta también bonificaciones por movimientos concretos que llevemos a cabo sobre la pista, y no todos ellos precisamente relacionados con el virtuosismo al volante. Recibiremos puntos de perfil por cosas tan dispares como completar un tramo perfecto sin salirnos de la pista, pero también en la misma carrera podemos recibir puntos por colisionar contra un oponente o por sacarlo de la pista.

Las acciones por las que seremos recompensados son tremendamente variadas, y casi sin darnos cuenta estaremos recibiendo puntos de forma casi constante. Hasta tal punto es así que las recompensas se solapan entre la faceta off-line y on-line del videojuego para sumarse a un mismo marcador, una forma estupenda de dotar de unidad a todas las facetas del título. Si nos lo proponemos exprimiremos este sistema con el que obtener nuevas partes para nuestro coche o ingresos extra, lo que supone un incentivo muy divertido para terminar incluso carreras en las que a priori no tenemos ninguna posibilidad de salir victoriosos.

Por lo demás el Modo Historia adolece de una mayor variedad en las pruebas, y lo cierto es que es demasiado generoso con los ingresos que recibimos por las victorias con lo cual no nos será demasiado difícil hacernos con los mejores vehículos que se ofertan. El garaje de Shift incluye 60 modelos, una cifra que palidece con la de otros títulos del género, pero que sigue siendo un número más que respetable para un videojuego de estas características. Puedes consultar la lista completa desde aquí.

Cada vehículo tiene un comportamiento totalmente diferente en la pista, y hasta tal punto es así, que algunas de las pruebas requerirán de un coche concreto para poder participar en ellas.
Cada vehículo tiene un comportamiento totalmente diferente en la pista, y hasta tal punto es así, que algunas de las pruebas requerirán de un coche concreto para poder participar en ellas.

Este factor junto al hecho de una cierta falta de sensación de progresión es de lo poco achacable en términos de modo individual a Shift. Quizá echamos en falta una mayor sensación de avance o de cohesión entre unas y otras pruebas del Modo Historia. Esto se debe a algunos detalles fundamentales: La oferta de vehículos no es particularmente escasa en número, pero quizá sí algo en características. El afán coleccionista de bólidos quedará precisamente reducido a eso, a puro coleccionismo, puesto que en ocasiones las características de unos y otros son demasiado similares como para ser requeridos. Por si fuera poco las pruebas que necesitan de un coche específico nos los facilitan directamente, sin necesidad de comprarlo, lo que nos libera todavía más de este tipo de decisiones que dotarían de más profundidad a la campaña. Un elemento a mejorar para futuras entregas.

En lo que se refiere al multijugador tenemos la posibilidad de afrontar carreras rápidas para hasta un total de ocho jugadores, y también la posibilidad de disputar Duelos de Pilotos. Aquí se nos propone de una forma bastante original la escalada de una ladera en la que los dos pilotos se enfrentarán en el mismo nivel, cada uno de ellos en el mismo coche. Con los más bajos estaremos en las partes más bajas y con peores coches, sin embargo según vayamos progresando iremos desbloqueando las partes altas y también vehículos más potentes. ¿Penalización? Si perdemos bajamos hasta el fondo.

Shift Style
En lo que se refiere a la parte gráfica Shift abandona el estilo de cómic histérico, desenfadado y urbano de entregas anteriores y se introduce en un look mucho más serio, e incluso podríamos decir que sobrio por momentos. Los menús e interfaces son oscuros y elegantes, y la sensación que transmite el título en todo momento es precisamente esa, la de tomarse en serio a sí mismo.

En el Modo Carrera tendremos un perfil de jugador con nuestras medallas, estadísticas de pruebas, nivel de experiencia y perfil de conductor. Si golpeamos a muchos oponentes, por ejemplo, nos etiquetarán de agresivo.
En el Modo Carrera tendremos un perfil de jugador con nuestras medallas, estadísticas de pruebas, nivel de experiencia y perfil de conductor. Si golpeamos a muchos oponentes, por ejemplo, nos etiquetarán de agresivo.

Por los demás los pasos logrados en la parte visual son más que obvios con respecto a la última entrega, Underground. En especial el trabajo sobre los vehículos es sencillamente fantástico. Cierto que algunos pequeños detalles entorpecen algo la sensación general que transmiten, pero lo demás el trabajo es muy poderoso con todos ellos.

Los escenarios, por otra parte, gozan también de un acabado francamente bueno a corta distancia, aunque acusan la necesidad de obtener una tasa de imágenes por segundo rocosa en ciertos elementos a distancia que han sido obviamente sacrificados. El Blur está aplicado con excesiva generosidad y se echa en falta un mayor alisado en los dientes de sierra, aunque por lo demás el resultado es notable en todos los campos.

Siguiendo con la faceta visual hay abundantes detalles que contribuyen a enriquecer la experiencia jugable de Need for Speed más allá de lograr un conjunto gráfico compacto. Por ejemplo en esta línea podemos mencionar los movimientos sutiles que lleva a cabo la perspectiva desde el punto de vista de la cabina. Según giramos, aceleramos o frenamos la cámara se desplaza ligeramente para acompañar al movimiento de una forma muy suave y dinámica.

Otro detalle muy interesante es la degradación visual que sucede a cada choque o colisión. La pantalla perderá el color durante unos instantes y un duro efecto de “ruido” deformará casi por completo la imagen hasta hacer casi ininteligible lo que se ve en pantalla para, segundos después, recuperar su aspecto original.

Carreras normales, Drifts y Contrarrelojes son los principales tipos de pruebas a los que nos enfrentaremos. En el multijugador las opciones son idénticas.
Carreras normales, Drifts y Contrarrelojes son los principales tipos de pruebas a los que nos enfrentaremos. En el multijugador las opciones son idénticas.

Para finalizar hay que volver a insistir en que la tasa de imágenes por segundo es alta y rocosa, lo que supone que no se resentirá por llena que esté la pantalla de vehículos y efectos. Por otra parte, y dando por concluido lo técnico, también hay que señalar que los efectos de abolladuras y deformación de los coches están muy bien logrados. Quizá no lleguen a lo visto en las referencias del género antes mencionadas, pero sí ofrecen un nivel altamente competitivo.

En la faceta sonora destacar que el videojuego llega a nuestro país traducido y doblado a nuestro idioma con un buen nivel, aunque las voces han sido reducidas a la mínima expresión. Ya no hay un argumento que mueva la experiencia jugable como en entregas pasadas, de modo que la voz actúa únicamente a modo de tutorial, explicándonos cómo proceder en cada prueba e introduciéndonos a los torneos.

La música va más en la línea de score propio que de licencia de temas, aunque la banda sonora incluye un poco de ambas. Nunca creímos que lo diríamos, pero por primera vez en un Need for Speed la música de carrera aparece silenciada por defecto, y lo cierto es que es la decisión más correcta teniendo en cuenta que las carreras exigen un cierto grado de concentración extra.

Los efectos volumétricos para el humo de, por ejemplo, los derrapes son fantásticos; lo que unido a la potente iluminación consolidan un apartado gráfico y artístico muy robusto.
Los efectos volumétricos para el humo de, por ejemplo, los derrapes son fantásticos; lo que unido a la potente iluminación consolidan un apartado gráfico y artístico muy robusto.

Por último el audio en cuanto a Fx es sencillamente vibrante. Pocas veces hemos oído rugir a los motores de la forma en la que lo hacen en Need for Speed Shift, y tanto el audio para las colisiones como el de los motores acelerando, cambiando de marcha o los neumáticos derrapando es tan veraz que resulta impactante.

Excelente

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Need for Speed: Shift

Por: El equipo de 3DJuegos
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Shift consigue enderezar la saga Need for Speed cuando ya muchos la daban por perdida. El cambio de prisma es notable, y funciona a todos los niveles, consolidando un juego de conducción serio, atractivo y tremendamente preciso. Simulación light o arcade para hardcores… etiquetarlo es difícil, disfrutarlo no lo es en absoluto.

Comprar Need for Speed: Shift
Jugadores: 1-8
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
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