30 años después del nacimiento de Space Invaders, Taito nos brinda otra espectacular entrega mucho más psicodélica, espectacular y con multitud de guiños al pasado, de un juego que ha marcado toda una moda retro desde hace décadas.
Los primeros momentos en los videojuegos tuvieron varios exponentes que representaron no sólo un momento específico del tiempo, sino una auténtica moda de popularidad atemporal que incluso perdura hasta el día de hoy. Muchos de estos exponentes fueron creados con brillantes ideas y bajos presupuestos, y sobre todo coronaban con su presencia las antiguas salas recreativas. Uno de ellos fue Space Invaders, el juego arcade de Taito que en 1978 marcó toda una fiebre que incluso llegó a agotar las monedas japonesas obligando al gobierno nipón a poner en circulación un mayor número.
En aquel tiempo existieron muchas copias tratando de emular su éxito para conseguir sacar tajada de una fiebre que parecía no tener fin. Poco después, la propia Taito, con los derechos mejor asegurados, seguiría explotando la mítica saga generación sí y generación también con lanzamientos prácticamente en todas las plataformas. El año pasado tanto Nintendo DS como en PSP recibieron la primera parte de Space Invaders Extreme, que reeditaba y hacía un lavado de cara sutil y sabio a todo el juego original adaptándolo, por el camino de la originalidad y la sencillez, a los tiempos actuales.
Ahora, un año después de la conmemoración de los 30 años de la franquicia, Nintendo DS tiene el honor de ser la única plataforma que va a albergar una secuela de aquel psicodélico y adictivo juego con un título que ofrece la misma experiencia y ambiente, pero potenciada a un nivel superior. Esto se ha hecho explotando los mismos elementos positivos de la anterior entrega y ofreciendo, en definitiva, otro frasquito más de buena esencia de cultura retro.
El regreso extremo de los marcianitos
Como muchos recordarán, Space Invaders nos lleva a controlar una nave en la parte inferior de la pantalla teniendo que disparar a todos los marcianitos que aparecen en filas y columnas sobre nosotros. En esta nueva reedición se ha potenciado el espectáculo añadiendo fases de bonus que deberemos realizar de forma simultanea a la propia acción de juego, y que vienen a añadir aun más frenesí a la conocida fórmula.
Los modos de juego que encontramos son el modo puntuación, el modo tiempo y el modo multijugador. No hay una gran variedad, de hecho los modos son cortos, pero lo que prima es la repetición de las fases, la rejugabilidad, y la superación de puntuaciones para colocar nuestros mejores resultados en las tablas clasificatorias del mundo.
El modo puntuación se divide en modo principiante o modo normal. El modo principiante está dedicado a aquellos que poco o nunca hayan jugado alguna vez a un Space Invaders, ideado básicamente para familiarizarse con el sistema de juego. Aquí tenemos vidas infinitas y un desarrollo completamente lineal sin la posibilidad de elección de caminos. Estos caminos sí estarán disponibles en el modo normal, donde a partir de la tercera fase podemos elegir entre varias alternativas que irán marcando la dificultad. En total pasaremos por 5 fases en cada partida hasta acabar el modo, teniendo un total de 11 y pudiendo pasar después a comenzar de nuevo eligiendo otras sendas.
El modo por tiempo nos ofrece el mismo sistema de juego, sólo que primando como puntuación final el tiempo empleado en terminar las fases.
Locura fiebre o bingo
Para acceder a las fases de bonus debemos eliminar alguna de las naves específicas de bonus que aparecen en la parte superior de la pantalla táctil. En esta ocasión la acción no se detendrá, pero entraremos a protagonizar prácticamente dos partidas simultáneas: la que teníamos en la pantalla inferior y la nueva de bonus que se desarrolla en la superior. Las fases de bonus cuentan con un tiempo determinado y básicamente deberemos preocuparnos de eliminar a los distintos marcianos o naves que aparezcan.
Al realizar el bonus correctamente podemos entrar al llamado momento Fever, donde todos los enemigos cambiarán a un color específico y nosotros contaremos con un arsenal mucho más poderoso. Esto hará que la locura audiovisual salpique la pantalla con cantidad de power-ups surcando la pantalla y multitud de enemigos esperando su fatal destino. Por suerte para ellos, el estado Fever será temporal.
Igualmente podemos encontrarnos a lo largo de las partidas con el momento Bingo, entrando en juego la pantalla superior de la portátil. En dicha pantalla aparecerá un sencillo esquema de 9 cuadrados a los que debemos dar un mismo color formando una fila de tres iguales: sea de manera horizontal, vertical o bien en diagonal. Todos estos momentos son usados específicamente para conseguir mayor puntuación, porque de hecho, es de lo que se trata en Space Invaders.
Arsenal contra todo tipo de seres pixelazos
Para conseguir los power-ups simplemente debemos eliminar a cuatro enemigos del mismo color, aportándonos cada color un tipo de añadido distinto. Así el conjunto de cuatro enemigos rojos nos dará bombas, los azules un poderoso láser, el verde un disparo ancho y el negro un escudo protector de buen agradecer.
Al final de cada fase nos enfrentaremos con un enemigo final de gran proporción que, al menos al principio, no supondrá un reto tremendamente complicado. Durante el enfrentamiento se harán uso de ambas pantallas, ya que los grandes enemigos no dejan de moverse de una a otra; exigiéndonos ante todo habilidad, ya que tendremos que acertar sobre una parte específica de los grandes jefes. Al vencerles se nos abrirá la pantalla final de puntuación de la fase dondo obtendremos un rango específico acorde a nuestra puntuación.
Nos quedaba por hablar del modo multijugador, sea tanto por vía local como por vía Wi-fi. Estos enfrentamientos se resuelven por nuestra capacidad de eliminar más enemigos que el contrario, y de molestar al otro usuario enviándole enemigos o afectando a su experiencia de juego. Como recordaremos de juegos como Puzzle Bobble, la mecánica es similar en este sentido.
Apariencia retro bajo tecnología actual
Space Invaders Extreme 2 luce espectacular, aunque con la simplicidad visual como principal referente. Tomando la esencia del clásico que ha marcado todo una cultura retro y plasmarla en un apartado grafico renovado es tarea complicada, pero Taito ha sabido adornar y explotar sus virtudes con otros factores como la espectacularidad de los efectos, la cantidad de colorido y los distintos efectos visuales que adornan las partidas. Un punto negativo es la facilidad para confundir los enemigos con los espectaculares fondos -que no dejan de moverse y de cambiar de color-, que se mezclan dificultándonos su visión. Por suerte no pasa siempre, pero pasa. En general una labor técnica y artística dentro de las limitadas posibilidades que puede tener un juego al intentar ser totalmente fiel al clásico.
La parte sonora juega al unísono entre la música y los efectos, ya que ambos participan de la mano. Mientras la música mezcla mucho techno y dance, el sonido despierta distintos efectos dependiendo de nuestros disparos y de los enemigos que hagamos explotar, con lo que a la larga, nosotros también seremos partícipes de la banda sonora de forma indirecta.
Como suele ser habitual en los juegos nacidos en un arcade y que guardan total fidelidad, la duración es muy corta. Apenas 5 fases que pueden ser superadas en 20 minutos. Cierto es que a partir de la tercera fase contamos con otros caminos alternativos, pero las partidas tienen una duración similar. Además la ausencia de modos de juego es preocupante y no debemos dejar pasar el hecho de que es un juego comercial, y que por lo tanto una mayor oferta en modos es necesaria, independientemente de ser un juego típico arcade. Siempre nos quedará explotar el modo extremo que se nos desbloqueará al final, pero no deja de ser un modo de dificultad más. Aun así podemos gastar muchas horas en el multijugador, lidiando con cualquier contrario del mundo e intentando dejar nuestras puntuaciones en lo más alto.
Space Invaders Extreme 2 es una extensión de la adictiva experiencia que ya pudimos disfrutar un año atrás en esta misma consola. Se ha potenciando lo bueno de aquel juego conmemorativo para hacerlo mucho más grande, aunque la sorpresa en esta ocasión es menor. También se ha dejado escapar una oportunidad de potenciar aun más la experiencia con más modos, aunque los que hay son enormemente adictivos. Un grandísimo guiño a la historia del videojuego en un alocado, espectacular y emotivo juego que homenajea a varias generaciones.
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