Tropico regresa con su segunda parte para completar la tripleta de estrategia civil que tan buenos resultados de crítica ha deparado. Haemimont cuaja la que es, posiblemente, la mejor entrega de las series hasta ahora con Tropico 3: Un título sólido, divertido y apasionante como pocos.
Los juegos de estrategia civil en los que lo que se impone es una gestión económica, política y urbana de ciudades, países o, como es el caso, paraísos tropicales fueron una deliciosa moda en el pasado. Sin embargo han sido un género tristemente desatendido en los últimos años, pero que en PC continúa contando con un grupo duro de aficionados que mantienen su interés por él, y que disfrutan del trabajo de compañías como Haemimont Games, que siguen haciendo todo lo posible por mantenerlo vivo.
Tropico 3 es una nueva oportunidad de volver la vista hacia un corte de juegos obviamente más calmado y menos intenso, pero igualmente satisfactorio y divertido. El videojuego llega a España convertido en la más seria alternativa que el mercado ofrece en este campo, y consolidando un RTS más que notable y muy recomendable.
El Presidente
Tras el desconcertante paréntesis que supuso Tropico 2, la tercera parte vuelve al aspecto de república bananera y post revolucionaria cuyos pilares sentó el videojuego original.
Así pues en el título que nos ocupa volveremos a hacernos con el control de un país teniendo que llevar a cabo todas las maniobras y toma de decisiones que a diario debería llevar a cabo un gobierno de estas características, definiendo claramente nuestras políticas económicas, diplomáticas con respecto al exterior y gestionando todo el movimiento urbanístico de la ciudad.
La diferencia que tradicionalmente ha establecido Tropico con el resto de lanzamientos de este corte es su decidida apuesta por un sentido del humor muy entroncado con la zona geográfica y demográfica en la que ubica su acción. De este modo aquí se contemplan elementos impensables en otros títulos similares como que, por ejemplo, nuestro personaje, que comandará nuestro gobierno, pueda ser corrupto, mujeriego, alcohólico o que disfrute de discutibles cuentas bancarias en Suiza.
De hecho uno de los primeros pasos que deberemos llevar a cabo a los mandos de Tropico 3 es precisamente el de editar a nuestro caudillo. Con las opciones de personalización podremos definir su sexo, su apariencia física, su vestuario, detalles como el vello facial, el maquillaje o el peinado, además de algunos detalles referentes a su contexto como su origen, formación, forma de llegada al poder, así como dos cualidades y dos defectos. Los listados para cada uno de estos rasgos son amplios y muy detallados, y podemos escoger atributos tan divertidos para nuestro personaje como su carácter populachero, mujeriego, flatulento, alcohólico o incluso que tenga el Síndrome de Tourette. Lógicamente cada uno de estos elementos tendrá efectos positivos y negativos en función del que escojamos.
Al Sur de la Frontera
Como hemos dicho Tropico 3 recupera el espíritu del Tropico original, aunque lo enriquece de forma soberbia con abundantes elementos que no estaban presentes en la primera parte como puede ser el mencionado rol de El Presidente, así como una economía mucho más profunda o el énfasis en las relaciones internacionales.
Por lo demás el videojuego sigue la línea de lo que se puede esperar de un videojuego de estas características. Sin embargo sí debemos dejar claro que su dificultad nos ha parecido un poco alta, y no porque el desafío eleve en demasía el listón, sino más bien porque el tutorial resulta algo exiguo para las nuevas incorporaciones que hemos mencionado, y que contemplan esta entrega con respecto a capítulos precedentes de las series. Básicamente lo que esta introducción guiada hace con nosotros es decirnos dónde están todas estas opciones, pero no hace gran cosa por explicar los entresijos de su funcionamiento.
El orden con el que están expuestos todos los interfaces hace mucho por evitar problemas mayores en este sentido, y todo brilla por su accesibilidad y por la sencillez con la que nos podemos desplazar de una parte de la gestión a otra totalmente distinta.
La clave del videojuego es el equilibrio entre elementos. La alimentación, por ejemplo, es un buen caso con el que demostrar este hecho: Las granjas producen comida, y con ésta deberemos tanto alimentar a nuestros ciudadanos como ocuparnos de obtener ingresos mediante las exportaciones. El inclinarnos demasiado por uno u otro lado será igual de desastroso tanto por dejar a nuestra gente sin alimentos como por quedarnos sin los suculentos ingresos de vender productos de cualquier tipo al extranjero.
Tropico 3 sabe encontrar hábilmente también el equilibrio que al mismo tiempo nos exige. Así pues nos obliga únicamente a escoger una serie de detalles concretos sobre las industrias, explotaciones o comercios como el precio de los productos, el salario de los empleados o incluso opciones más concretas como las de despedir a miembros de la plantilla; sin embargo hace que deleguemos en la mayoría de aspectos de su día a día, dejándolas funcionar de una forma francamente autónoma.
El mejor espejo para saber si lo estamos haciendo bien o mal son los propios ciudadanos. Pinchando sobre ellos descubriremos cuáles son los elementos que mejor valoran de nuestra gestión amén de sus necesidades y sus preocupaciones. Si el tema se va de las manos sufriremos manifestaciones o incluso movimientos que pueden acabar por derrocarnos. Podemos luchar contra este tipo de problemas realizando movimientos con los que sofocar los movimientos negativos de nuestra población, y también llevando a cabo otras decisiones como pueden ser las de dar un discurso desde el balcón de nuestro gobierno, convocando elecciones…
La oferta jugable de Tropico 3 no sólo es profunda y densa en cuanto a sus opciones, sino que también lo es en lo que se refiere a las modalidades que oferta. La campaña cuenta con 15 islas que podremos superar y que cada una tiene diferentes objetivos como pueden ser mantenerse en el poder durante cierto tiempo, remontar una situación crítica o exportar una cantidad concreta de materias primas, por ejemplo. Además hay desafíos, un modo libre y una herramienta de edición para poder configurar situaciones a nuestro gusto y compartirlas con amigos.
Paraíso Tropical
Gráficamente Tropico 3 es, sin lugar a dudas, el videojuego de este corte con un aspecto más pulido, trabajado y espectacular. Habitualmente decimos que lograr este tipo de resultados con una dirección artística fundamentada en escenarios selváticos es algo más fácil de conseguir que con cualquier otro tipo de decorado, sin embargo el desarrollo que en este campo denota Tropico 3 es sensacional.
Buen modelado de personajes para un título de estas características que permite acercar la cámara sin sonrojo a una distancia más que razonable, carga poligonal y diseños impecables para los edificios, y un acabado para los escenarios naturales, el agua o los efectos de iluminación muy poderoso.
Por lo que se refiere a la optimización el videojuego no tiene unos requisitos particularmente altos, y se mueve con extraordinaria fluidez en los diferentes equipos en los que lo hemos testeado, aunque con los lógicos recortes en una u otra faceta para amoldarnos a las posibilidades de cada uno. El título, sin embargo, ofrece una profunda capacidad de la experiencia visual merced a un número de parámetros muy respetable.
El videojuego, por otra parte, da la sensación de estar muy bien terminado, con algunos pequeños bugs pero de muy escasa relevancia. En el momento del análisis el videojuego va por el parche 1.04, que se descarga y se instala de forma automática nada más ejecutar el título.
En lo que respecta al audio los efectos son fantásticos, el videojuego llega doblado al español de la zona donde se ambienta con un resultado muy bueno y, por si fuera poco, trae consigo una amalgama de temas musicales que se adaptan perfectamente al contexto y que funcionan francamente bien como una unidad. Mención especial a la radio, que nos informará entre canción y canción de lo que sucede en la isla con total naturalidad, informándonos de hechos, revueltas o transmitiéndonos sencillamente el sentir popular de la gente con respecto a nuestra gestión.
Tropico 3 se convierte por méritos propios en uno de los mejores videojuegos de estrategia civil que se pueden encontrar en el mercado. De un ritmo apacible pero también de una jugabilidad muy adictiva, el título se convierte por méritos propios en algo genuino y cargado de personalidad.
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