Análisis de Driver San Francisco

Análisis de Driver San Francisco
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La esperada resurrección de la saga Driver ya está aquí y es una verdadera sorpresa. Muy alejada de la discreta calidad de las últimas entregas, el episodio San Francisco recupera el pulso de la brillantez del juego original con un lanzamiento innovador, original y rompedor. Una entrega muy recomendable para cualquier fan de la velocidad más arcade.

Alejada sensiblemente del éxito de la primera y memorable entrega de la saga Driver, ésta había venido deambulando con escasa aceptación en los últimos años; con ejemplos tan discretos como el lamentable Driv3r, un videojuego muy por debajo de las cotas de calidad que esperábamos de una IP que había sido tan potente como ésta. Tras la adquisición de la propiedad intelectual por parte de Ubisoft las cosas comenzaron a cambiar, con el severo giro en cuanto a orientación que supuso el más que interesante Driver 76 en la estela del notable Driver: Parallel Lines.

Ahora Driver se despide del toque setentero del que había disfrutado en sus dos últimos capítulos y apuesta por una ambientación más contemporánea que recupera a John Tanner como héroe y a Jericho como villano en un videojuego rompedor e innovador como pocos. Utilizando el sistema Shift, que sonó desconcertante en el momento de su anuncio pero que funciona francamente bien en su ejecución práctica, el título de Ubisoft cuenta con la bendición de Martin Edmonson, el padre de la saga. Una garantía de calidad que repercute en un juego de mucha calidad.

Conductor
La trama de Driver: San Francisco es sencilla pero efectiva. Nos cuenta de nuevo la historia de John Tanner en su ancestral enfrentamiento con la corrupción que supone el temible criminal Charles Jericho. En el juego comenzamos nuestra andadura cuando el peligroso villano elabora un sofisticado plan de huída del furgón blindado que lo traslada, sumergiéndonos directamente en una violenta persecución en la que comenzaremos a familiarizarnos con el estilo de conducción sencillo pero efectivo del que disfrutaremos en el videojuego.

En un momento determinado de la caza de Jericho las cosas se tuercen y, tratando de evitar los spoilers en la medida de lo posible, sólo diremos que un evento inesperado provoca un accidente y sumerge a Tanner en una suerte de coma que inducirá en él una serie de habilidades paranormales. ¿En qué consisten? Como ya hemos ido desgranando en los numerosos avances que hemos publicado sobre este nuevo episodio de la saga Driver, con sólo pulsar un botón podremos literalmente salir de nuestro cuerpo para tomar posesión de otro. Como esto es un juego de velocidad y se han suprimido las secciones de a pié de las que sí constaban algunos de los capítulos anteriores, la acción de la posesión sólo podrá llevarse a cabo con conductores de otros vehículos, no teniendo ningún poder sobre los peatones que de hecho pueblan las calles de San Francisco.

Si algo tiene San Francisco es estilo a la hora de contar su historia. Cuidadas cinemáticas nos acompañarán durante la aventura.
Si algo tiene San Francisco es estilo a la hora de contar su historia. Cuidadas cinemáticas nos acompañarán durante la aventura.

En el momento en el que aceptamos la premisa argumental, ciertamente descabellada desde el punto de vista realista que siempre había disfrutado la franquicia, lo cierto es que este Driver es un videojuego francamente disfrutable también desde el punto de vista narrativo: Más por su estética que por el guión que se nos cuenta, algo más pobre de lo esperado. La historia es ciertamente corta, aunque no su campaña que está plagada de actividades a llevar a cabo, y esto se debe principalmente a que apenas habrá un puñado de misiones en las que realmente sentimos que lo que se nos cuenta está avanzando. Eso sí, todas estas secciones están contadas con un estilo fantástico, en una realización de cualidades ciertamente cinematográficas que reviste de carácter la fantasía absurda que en realidad se nos está contando.

Como decimos si nos olvidamos de su antaño realista condición y pasamos por el aro de la nueva premisa de la franquicia, ésta es apasionante, y es que el estilo Shift aporta características totalmente nuevas y genuinas a la faceta de la conducción. El poder saltar de un coche a otro con sólo pulsar un botón para acceder a una vista cenital y seleccionarlo nos obliga a replantearnos la forma de operar, y los responsables del juego tienen la habilidad de explorarlo con interesantísimos matices jugables que explotaremos con muy buenos réditos en cuanto a la diversión. 10 horas de un modo historia muy interesante en el que se simultanean con habilidad la conducción pura y dura con las estrategias a llevar a cabo saltando de un bólido a otro.

Bienvenido a Shift, una capacidad sobrenatural de Tanner para poseer los cuerpos de otros conductores y saltar de un bólido a otro.
Bienvenido a Shift, una capacidad sobrenatural de Tanner para poseer los cuerpos de otros conductores y saltar de un bólido a otro.

A Todo Gas
A nivel de conducción, Driver: San Francisco es un videojuego muy sencillo que cumple a rajatabla todos los patrones de la conducción arcade. En este sentido se trata de un título accesible a todos los niveles, uno de esos lanzamientos que nos permiten sentirnos muy cómodos desde el primer minuto de juego al volante de nuestro bólido. No obstante hay que recalcar que a pesar de que la variedad de vehículos está a la orden del día, y que todos ellos cuentan con licencias reales, lo cierto es que no hay muchas diferencias entre conducir unos u otros. Esto es un juego que quiere estar muy alejado de la simulación, nunca hay que olvidarlo, de modo que sí notaremos diferencias entre pilotar un camión o un turismo, pero no tantas entre unos y otros modelos de coches donde sólo notaremos los matices entre modelos que rocen lo antagónico como entre un deportivo y un muscle car, por ejemplo.

No obstante lo que realmente marca la diferencia es el Shift, el efecto que ya hemos mencionado y que se justifica argumentalmente con el estado comatoso del propio Tanner. ¿Cómo se ejecuta? Tan sólo debemos pulsar el botón asignado para activarlo y flotaremos por el escenario convertidos en una suerte de materia invisible capaz de sobrevolar las calles de San Francisco libremente para escoger cualquier vehículo y tomar posesión del cuerpo de su conductor. A efectos estéticos nosotros lo veremos con el rostro del propio Tanner, aunque esto se deberá únicamente a evitar confusiones.

Con este procedimiento y el modo libre en el que en realidad se basa toda la experiencia de San Francisco, lo que tenemos entre manos es un videojuego francamente notable. Podemos llevar a cabo infinidad de acciones secundarias de velocidad, acrobacias, huida de coches policiales... y además hay un buen puñado de actividades igualmente accesorias que llevan adheridas pequeñas historias y en las que podremos ayudar a civiles en algunas situaciones límite.

¿Qué obtenemos con todas estas actividades? Principalmente la posibilidad de ir desbloqueando misiones principales, pero también puntos que podremos utilizar para mejorar las habilidades de Tanner. Poco a poco, y también con ayuda de las propias misiones, iremos liberando destrezas especiales para nuestros vehículos como la posibilidad de embestir a otros coches o la de contar con una barra de turbo que nos permita "sprintar" con nuestro vehículo durante unos segundos o incluso comprar nuevos bólidos. El videojuego, además, anima a los usuarios a llevar a cabo maniobras de mucho riesgo, premiándonos también con cantidades de puntos (mucho menores) por llevar a cabo los clásicos adelantamientos temerarios, roces con otros pilotos o vertiginosas carreras por el carril contrario.

El modelado de los vehículos está francamente cuidado. Podremos ver con todo lujo de detalles los efectos de las colisiones.
El modelado de los vehículos está francamente cuidado. Podremos ver con todo lujo de detalles los efectos de las colisiones.

Así pues este conglomerado de elementos hace que Driver: San Francisco sea un videojuego mucho más que sólido, un título muy divertido que crea un sofisticado cóctel entre libertad y octanos al que podemos poner solo algunas pegas y ciertamente menores. Como algunos de los elementos de conducción no tan cuidados, una IA rival algo caprichosa y tramposa y algunos saltos bruscos de una dificultad que no siempre está calibrada con idéntico éxito. No obstante a estas pocas pegas hay montones de virtudes que interpelarle al videojuego, virtudes de un modo campaña francamente exitoso que se completa además con un multijugador realmente soberbio.

Aquí el título está marcado por la generosa variedad de modalidades que se aportan, todas ellas sorprendentes y, sobre todo, muy divertidas. Hay hasta 19 opciones en este sentido, con más de una decena de ellas de carácter on-line, tres cooperativas a pantalla dividida y cinco más de carácter off-line. Carreras sencillas, pruebas de velocidad y habilidad, retos cooperativos, persecuciones... La oferta es vasta y apasionante y, a pesar de que sólo podremos reunir a ocho usuarios al mismo tiempo, lo cierto es que resulta muy divertido y estimulante puesto que incorpora una progresión del personaje en términos de experiencia tan enriquecedora como la de la campaña individual.

The Bay Area -Gráficos y Tecnología
A nivel visual, con Driver: San Francisco estamos ante un videojuego muy potente. Por la parte artística cabe mencionar especialmente la brillantez con la que ha sido recreada la ciudad de San Francisco, una de los verdaderas protagonistas de la parte estética del programa. Los vehículos también disfrutan de un apartado visual sobresaliente, con unos modelados impecables y unas recreaciones fantásticas de los modelos reales de los que, como ya hemos dicho, cuentan con licencia.

Las actividades a realizar son muy variadas, con especial espectacularidad para los saltos.
Las actividades a realizar son muy variadas, con especial espectacularidad para los saltos.

En la recta final del videojuego las cosas se vuelven ciertamente alocadas merced al punto sobrenatural del que disfruta el videojuego, no obstante esto no es óbice para que todo encaje desde el patrón estético de un título que busca el realismo máximo en algunos elementos y que se toma divertidas licencias para divertir al aficionado en otros.

Hay características visuales fantásticas que contribuyen a mejorar notablemente cualquier faceta del programa: Ya sea narrativa o puramente jugable. Por ejemplo como ya hemos mencionado las cinemáticas presentan un acabado sensacional, contadas con mucho estilo y un look muy cinematográfico. Además las escenas que narran algo pero no son puramente CGIs sino que se desarrollan in-game también tienen un aspecto muy poderoso, acompañadas por imágenes de los personajes charlando entre sí en los extremos superiores de la pantalla en una composición de lo que vemos en imagen muy acertada y muy bien aprovechada.

En cuanto a la faceta tecnológica del programa, los vehículos cuentan con unas físicas en absoluto realistas pero muy dentro de los cánones que marca el espíritu del propio título. No se trata de ser veraz, se trata de ser divertido, y en este sentido San Francisco triunfa con unos coches capaces de hacer piruetas imposibles pero que, al mismo tiempo, cuentan con unas muestras de daños más que notables dentro del género arcade al que pertenece el lanzamiento. A esto hay que sumar una tasa de imágenes por segundo alta y tremendamente fluida, así como unos efectos lumínicos muy cuidados.

La iluminación es uno de los aspectos más llamativos del apartado estético de Driver: San Francisco.
La iluminación es uno de los aspectos más llamativos del apartado estético de Driver: San Francisco.

En cuanto a la faceta sonora, el título llega a nuestro país doblado y traducido a nuestro idioma, con un nivel bastante alto. Se trata de actores habituales de doblaje de videojuego cuyas voces nos sonarán sobradamente, pero que tienen una calidad dramática muy respetable. En cuanto al resto de elementos de audio, la banda sonora está cargada de temas licenciados de temas contemporáneos y antiguos, quizá no demasiado conocidos en su mayoría pero con algunas canciones de calidad, y los efectos de audio cumplen su trabajo con notable solvencia.

Excelente

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Driver: San Francisco

Por: El equipo de 3DJuegos
Recomendado

Driver: San Francisco es un videojuego muy recomendable para los fans de la velocidad más arcade. Su conducción es sencilla y muy accesible, y el modo Shift permite pasar de un coche a otro con sólo pulsar un botón logrando de este modo resultados jugables con pocos precedentes. Un título único y genuino con mucha diversión tanto en su faceta de campaña como en sus modos on-line.

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Jugadores:
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
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