La historia de un héroe siempre varía en función del punto de vista del observador, y Maxis esta vez lo ha interpretado en Wii desde el lado de la luz, proponiéndonos derrotar a las fuerzas del mal creando nuestra propia criatura-héroe a partir del potente editor de Spore Hero.
Partiendo de una base firmemente establecida, Maxis y la sección canadiense de Electronic Arts (EA Montreal) han aprovechado el empujón de las famosas criaturas de Will Wright para crear una serie de entregas bajo la misma franquicia. Spore Hero es uno de los "spinoffs" que han sido planeados y lanzados al mercado conjuntamente con su hermano menor Spore Hero Arena en Nintendo DS o incluso alguna versión para móviles como N-Gage.
El plan de Maxis es expandir el universo Spore tratando todas las fases evolutivas y especializándose en cada una de ellas, creando nuevos mundos, criaturas y, sobre todo, convivencias. Básicamente, ese es el estandarte de Spore Hero, un título basado en la tercera etapa de la evolución según la franquicia: la creación y organización de tribus y la convivencia entre ellas.
En una lejana galaxia se produce una explosión estelar y unos misteriosos trozos de materia azul y roja salen despedidos por todo el universo cayendo en forma de meteoritos en diversos planetas. Pronto nos damos cuenta del problema, la materia roja está provocando que todos los habitantes sucumban ante el caos, pierdan el sentido y se vuelvan altamente hostiles hacia incluso individuos de su propia especie.
Como solución al problema, cae un meteorito azul al mismo tiempo en el cual viaja nuestra criatura, convertida prácticamente al instante en un auténtico héroe gracias a una leyenda que vaga por todo el planeta. A partir de ese momento, el deber de nuestra criatura es el de recobrar el status quo entre el bien y el mal mientras reconstruye al Guardián Legendario, cuyas piezas encontraremos dispersas por los distintos parajes y cavernas que nutren Spore Hero.
Monta criaturas y juega con ellas
El gran cambio de la franquicia es su estilo de juego, ya que deja los genes de su ancestro para PC en la estantería y se convierte en una aventura plataformera en la que vemos a nuestra criatura evolucionar al mismo tiempo que completamos a golpe de wiimote y nunchuk las diferentes misiones que se nos proponen (alrededor de 10 por zona) y que, muy a menudo, se basan en completar minijuegos de habilidad, velocidad, baile e incluso de canto.
Pero la evolución no puede materializarse sin antes gozar de una buena base. Por ello, cada vez que completamos una misión, zarandeamos un esqueleto o rebasamos a cualquier oponente, se nos obsequia con partes del cuerpo para construir desde cero a nuestra criatura o bien reconstruir otras ya existentes (gracias al renovado editor que incluye el juego, una versión adaptada para la consola doméstica de Nintendo).
La reforma que ha sufrido el motor del editor del Spore original, por desgracia, no ha llegado a las partes de las criaturas, siendo éstas las mismas de siempre, sin adición alguna que mostrar y con algunos errores por solucionar como el inconveniente de no poder previsualizar el color definitivo (textura) del personaje en el propio editor.
Spore Hero continúa el legado de su padre: la evolución de las criaturas. La longitud de la barra de vida y su nivel dependen exclusivamente de las partes que les pongamos, haciendo incluso variar sus cualidades físicas (por ejemplo, aletas o alas para nadar o volar). Todo siempre que no se sobrepase el número asignado de partes por cuerpo, que depende tanto de limitaciones genéticas como del sistema de transacciones, basado en fragmentos de meteoritos azules intercambiables por nuevas partes asignables a nuestra criatura para contribuir a su evolución.
La práctica cultiva la habilidad
Además de capturar nidos –para ello debemos combatir con todos los miembros de un determinado clan- en los que modificar a nuestro personaje, y de explorar hasta el rincón más escondido del juego, Spore Hero pone a nuestra disposición un modo exclusivo de batalla muy sencillo en el que podemos enfrentarnos a un oponente controlado por la consola o por un jugador en modo local. Es, sin duda, una buena forma de conseguir la destreza suficiente para superar los combates del modo historia y, al mismo tiempo, aumentar levemente la duración del título, establecida en cerca de 20 horas.
El modo combate permite elegir hasta un máximo de 25 criaturas distintas (cinco reservadas para las prediseñadas y veinte huecos disponibles para nuestras creaciones) en combates de uno contra uno, con el fin de poner en práctica las habilidades de las criaturas recién nacidas a través del modo historia o de la Sporepedia, una enciclopedia de especies personal. Lamentablemente, las especies creadas mediante este último sistema no podrán participar en el mundo de color presentado por Maxis.
Y es que el trabajo artístico del título es bastante notable gracias a unas texturas detalladas (algunas pinturas de las criaturas poseen un efecto plástico que les favorece), que consiguen darle un matiz fantástico a un mundo representado por la lucha constante entre el bien y el mal, un aspecto en el que sin duda toma una gran importancia la banda sonora, variando la melodía según la zona y la situación en la que se encuentre nuestra criatura.
Spore Hero, a su vez, también disfruta de efectos sonoros muy variados, desde los pasos de nuestro ser hasta sus constantes intentos de conversación. En la cercanía, la animación de las criaturas es muy fluida, pero a medida que se alejan de la cámara experimentan movimientos muy bruscos debido a la tendencia a ahorrar recursos para disminuir ralentizaciones, un defecto presente cuando hay demasiados elementos en pantalla.
Spore Hero no supone un reto complicado o largo al implicar simplemente una parte muy reducida de la evolución desde el punto de vista de la franquicia. Más bien, es una forma de mostrar la clave del éxito del universo Spore, con unos diseños de escenarios detallados aunque sin innovar en ningún otro aspecto que no sea el referido a la jugabilidad (la estrategia abre paso a la aventura y todos los elementos derivados de ésta). Con un toque más de lucidez y nuevas adiciones al sistema, el título podría haber alcanzado un escalón superior.
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