Los usuarios de Wii ya pueden disfrutar de uno de los juegos de rol que más ha dado que hablar en los últimos tiempos durante su fase de desarrollo. Y la noticia más interesante de todas es que la expectación ha sido colmada con creces atendiendo al resultado final.
Ya desde que se anunciara hace varios años (concretamente, en el E3 del 2009), Xenoblade Chronicles ha sido objeto de un seguimiento muy especial, al menos desde la perspectiva de los jugadores de Wii. Y es que a la ya conocida sequía que sufre esta consola desde hace un tiempo, se une el hecho de que los desarrolladores de Monolith Soft (los padres de la criatura) tienen un pedigrí muy sugerente: este estudio está conformado en su mayoría por antiguos miembros de Square, con Tetsuya Takahashi a la cabeza. O lo que es lo mismo, que las mentes que se encuentran detrás de este ambicioso juego de rol exclusivo para Wii han trabajado en títulos tan importantes y destacados como Xenogears (PSOne) y Xenosaga (PS2), por no citar otros trabajos más clásicos como el brillante Chrono Trigger de SNES.
Con este pasado tan esperanzador (y después de la gran acogida que obtuvo en Japón, debutando en el Top de ventas con cerca de 100.000 unidades vendidas en su primera semana) era de esperar un título que atesorara un nivel de calidad bastante alto. Y eso mismo es justamente lo que ha ocurrido: estamos ante uno de los mejores títulos de Wii aparecidos en los últimos dos años. Así de claro. Y además se trata de un lanzamiento orientado especialmente al público más “hardcore” de Wii, algo que no pasa todos los días ni mucho menos.
La espada Monado
Más allá de los muchos personajes que conocemos a lo largo de la aventura, a nuestro entender el protagonista más importante de esta historia es un objeto. Y más concretamente, una espada llamada Monado. ¿Y por qué? Pues porque, a la postre, es el poder de dicha espada el que debe prevalecer para que reine la paz en el mundo en el que se desarrolla Xenoblade Chronicles.
Al margen de otorgar más fuerza y prestancia a todos aquellos que la portan, la espada Monado es la única arma que puede dañar a los Mekon, raza de avanzada tecnología que pretende conquistar las tierras y colonias donde residen los héroes principales de esta historia: Shulk, Dunban y su hermana pequeña Fiora. Estos tipos, Bionis de naturaleza, se encuentran en inferioridad con respecto s los citados Mekon en muchos aspectos, por lo que deben encontrar la forma de doblegar a sus rivales… convirtiéndose la espada Monado en su gran aliado.
Pero como sucede en este tipo de producciones, a este hilo principal se van uniendo pequeñas historias paralelas a la historia que van aumentando poco a poco la profundidad y la carga emocional de la aventura… si bien es cierto que ésta no termina de alcanzar el nivel de perfección conseguido en otros juegos del estilo como la saga Final Fantasy o, menos aún, de juegos de rol occidentales como Mass Effect. Aún así, la trama que nos ofrece este trabajo de Monolith es lo suficientemente interesante como para mantenernos intrigados hasta el final.
Un RPG total y abierto
¿Pero qué es lo que hace grande a esta aventura? Pues su desarrollo, que es realmente variado, sugerente y excitante. No hace falta que os digamos que nos encontramos ante un juego de rol japonés (los llamados JRPG). Y con esto se dan por supuesto ciertos puntos importantes. El más importante son las relaciones existentes entre los personajes, las cuales tienen un peso específico dentro del desarrollo de la propia aventura. Hasta tal punto es así que la profundidad de los caracteres de los distintos protagonistas (incluyendo los enemigos) tiene mucha mayor relevancia y peso que el propio argumento principal, algo que enriquece sin duda la experiencia que nos aporta el juego.
Pero evidentemente donde más esfuerzo y dedicación se ha puesto desde Monolith es en el desarrollo de los combates (que se desarrollan en tiempo real), santo y seña de cualquier RPG. Y creednos si os decimos que son una auténtica delicia. Esto se debe a que están muy bien llevados y, una vez que entendemos su dinámica y funcionamiento, terminan por hacerse muy dinámicos y excitantes. Las posibilidades que nos otorga son muy amplias, así como el rango y los tipos de acciones que es posible materializar durante los mismos, por lo que dichas batallas cuentan con un grado de profundidad y estrategia muy elevado.
Y nos conviene pelear, ya lo creo, más que nada porque los personajes pueden ir aumentando su nivel de experiencia progresivamente, lo que les da acceso a nuevas habilidades y artes. Éstas últimas vienen a ser los ataques especiales que cada uno de los personajes puede llevar a cabo, y su utilización en las batallas puede determinar la diferencia entre la victoria o la derrota. Existen un buen número de unas y otras, atributos que podemos identificar y ajustar con celeridad gracias a un completo árbol de habilidades que podemos desplegar desde el menú de juego.
Pero a diferencia de lo que ocurre en la inmensa mayoría de los juegos de rol que existen actualmente en el mercado (y menos aún de los JRPG puros), lo que marca las diferencias entre este título y el resto es la total y absoluta libertad de acción que brinda al jugador.
Sí, en Xenoblade Chronicles existe un número determinado de misiones principales que debemos llevar a cabo y una cantidad de mazmorras que debemos superar para llegar al final de la aventura. Pero también concurren un amplísimo número de misiones y tareas secundarias que podemos llegar a desempeñar, algo que ya no sólo prolonga las horas de juego de esta producción (por encima de las 20 como poco), sino también su capacidad de diversión. En este sentido el título evoca en cierta forma a las aventuras de Link en The Legend of Zelda, si bien es cierto que ambos títulos poseen un registro totalmente diferente y diferencias de producción notorias.
Y no sólo eso, sino que Xenoblade Chronicles también ofrece al jugador una flexibilidad total en muchos otros campos jugables. Por ejemplo, es posible jugar con el Wiimote y Nunchak o con el Classic Pad, personalizar hasta límites extremos la apariencia de los protagonistas, escoger el idioma de los textos y voces, enfrentarnos a determinados tipos de enemigos o simplemente evitarles, explorar o no ciertas zonas… Todas estas variables (y otras muchas) se han conseguido implementar gracias a un diseño global muy inteligente y que habla a las claras del excepcional trabajo llevado a cabo por los diseñadores de Monolith. Lo creáis o no, este título es capaz de adaptarse a un amplio abanico de jugadores.
Brillantez técnica
A poco que echéis un vistazo a las pantallas y vídeos que complementan a este análisis, os daréis cuenta de la exquisitez gráfica con que ha sido agraciada la aventura.
De entrada, sorprende la línea artística que se ha imprimido al título y que le hace súper reconocible. Basta con echar un ojo a cualquiera de los cientos de personajes que aparecen a lo largo de la aventura o a alguno de los preciosistas decorados que visitamos para saber a ciencia cierta que estamos jugando a Xenoblade Chronicles. Todos ellos poseen una personalidad muy acusada y una paleta de colores muy particular que los hacen inconfundibles. Y en los tiempos que corren, en los que abundan las secuelas infinitas y los clones (¡y hasta clones de clones!), se agradecen más aún este tipo de esfuerzos estilísticos.
Pero sin duda uno de los aspectos más cuidados del título tiene que ver con el diseño y la apariencia de los decorados. Su calidad salta a la vista y es fácil situarles entre los esfuerzos más plausibles en su ámbito realizados hasta la fecha de todos los efectuados en Wii. La variedad de las localizaciones que podemos explorar a lo largo de Xenoblade Chronicles es magnífica, pudiendo adentrarnos en praderas, aldeas, zonas cavernosas, valles, montañas y un largo etcétera. Las texturas que recubren cada uno de los elementos que los conforman han sido cuidadas al 100% y como pocas veces se ha visto en título alguno de esta máquina, y detalles como la hierba y la vegetación en general están muy conseguidos.
Los personajes tampoco se quedan atrás y aunque no llegan al mismo nivel de calidad que los citados fondos, todos ellos gozan de un modelado muy acertado y unas animaciones y expresividad corporal sobresalientes. Además es fácil encariñarse con muchos de ellos debido a su gran carisma.
¿Y cuál es el precio a pagar por este despliegue visual? Pues mínimo. Tan sólo advertimos alguna que otra ralentización ocasional en determinados puntos, especialmente durante las escenas más “candentes” y sobrecargadas. Pero teniendo en cuenta las limitaciones tecnológicas ya consabidas de esta consola, el resultado final nos ha parecido sorprendente.
El sonido también se sitúa a un nivel sobresaliente. De entrada, y como suele suceder con los RPG de la mejor calidad, la banda sonora está compuesta por un amplio surtido de temas variados (los hay cañeros, otros de tinte más calmado, épicos., etc.) de una factura excepcional. Y gracias a su variedad, se adaptan a las diferentes situaciones que se van dando en la aventura. Dicha BSO está bien complementada por un surtido de efectos amplísimo, que incluyen diálogos entre los personajes que es posible escuchar tanto en inglés como en su lengua “materna”, en japonés. Nosotros nos quedamos precisamente con esta última opción, aunque suponemos que es una mera cuestión de gustos…
Por último, no queremos pasar por alto el tema de la distribución. Y es que a diferencia de lo que sucede en USA, lugar donde de el lanzamiento de este título aún está en el aire, Xenoblade Chronicles sí que ha sido distribuido en Europa gracias al apoyo mostrado por la filial europea de la Gran N. Detalle que desde aquí queremos agradecer porque, de lo contrario, nos hubiéramos quedado sin uno de los grandes clásicos para esta consola. Y dado que hay otro par de juegos de este mismo estilo (The Last Story y Pandora´s Tower) esperando a recibir el “OK” si las ventas de Xenoblade Chronicles acompañan, esperamos que este juego obtenga un resultado comercial cuando menos aceptable.
Xenoblade Chronicles es un oasis dentro de Wii. Es decir, que dada su lamentable situación actual, nos llega un juego que no es que sea bueno, sino que pasa a convertirse en uno de los mejores títulos de su estilo que han aparecido en la consola a lo largo de su ya prolongado ciclo de vida. Cualquier usuario de Wii debería probarlo en cuanto le sea posible.
Aunque muchos lo dábamos por hecho (y más después de haber probado antes la edición japonesa), siempre es reconfortante observar cómo el resultado final de un título que ha levantado grandes expectativas termina cumpliendo. Y con creces. Eso es precisamente lo que ha sucedido con esta maravilla de RPG de Monolith, juego que nos presenta personajes carismáticos, entornos de una belleza sin igual en esta máquina, una jugabilidad excepcional y un sistema de combates realmente adictivo. Da igual que os gusten o no este tipo de títulos: si tenéis una Wii, y en los tiempos que corren para esta misma consola, deberíais probarlo. Seguro que os acaba enamorando.
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