Una de las series policíacas más famosas de la televisión alemana tiene su propio videojuego, una mezcla entre Burnout y Need for Speed totalmente explosiva llena de saltos, choques y mucha acción. Patrulla las calles y mantén firmes a todos los criminales.
No es la primera vez que una serie de televisión se adapta a videojuego, y cada vez son más los casos, aunque en su mayoría con éxitos en pantalla que no se reflejan en el videojuego. Un caso singular es el de Crash Time que se basa en una serie policíaca alemana llamada Alarm for Cobra 11 - The Motorway Police que lleva en antena 14 temporadas con un gran éxito en el país germano, y que también se ha visto fugazmente en nuestro país. Tras la primera parte de Crash Time, un juego desconocido y al que la calidad no le acompañaba, de nuevo Synetic (Serie World Racing) se encuentra con fuerzas para traernos su continuación con el subtítulo de Alerta Cobra que repite fórmula de juego pero con ciertos atisbos de mejora.
Incluir avances en esta segunda entrega era algo bastante fácil, sobre todo por el gran horizonte de mejora que tenía su antecesor, el cuál había alcanzado una alarmante carencia técnica. Pero para los valientes que no jugaron a la primera entrega conviene explicar que estamos ante un Need for Speed o Burnout de bajo presupuesto que bebe de ambos juegos, para completar un disco basado en las persecuciones y en los choques espectaculares bajo una trama de serie B.
“Apatrullando” la ciudad
El argumento del juego intenta reflejar lo que se ve en la serie alemana, la vida de dos policías que patrullan la ciudad en busca de resolver casos y, en definitiva, dar caza a los criminales. La trama es insustancial, proponiéndonos un desarrollo lineal y monótono a partes iguales. Los casos nos los vamos encontrando mientras damos un paseo por una ciudad sin peatones bajo un texturizado de fábula, sobre todo en los edificios que cierran la zona.
El modo Historia es el encargado de llevar a sus espaldas el juego, que se divide en unos llamados casos compuestos cada uno de ellos por una serie de misiones. Estas misiones pueden ser desde seguir a un vehículo, dar caza a algún delincuente, atacar a lo “Destruction Derby” o incluso hacer saltos a lo Whyplash. Las misiones de los saltos son las más entretenidas, ya que nos obligan a alcanzar una punta de velocidad determinada antes de llegar a la plataforma y superar el salto que se nos dicte. Crash Time 2 es un juego basado en las físicas, no sólo en estos espectaculares saltos sino también en los choques, la otra razón de ser del título.
Los coches no están licenciados y la mayoría son copias casi perfectas de los reales que pueden destrozarse hasta que exploten. A lo largo del modo historia podemos ir desbloqueando nuevos vehículos que incorporar a nuestro garaje para después utilizarlos en el modo carrera. Igualmente iremos también desbloqueando tramos de la ciudad para que se nos abran nuevos casos inaccesibles en un principio.
Como curiosidad tenemos la sirena del coche, los intermitentes o las ráfagas que podemos hacer, aunque todo como mera diversión y sin repercusión en el juego. Crash Time 2 es totalmente arcade y por lo tanto accesible, directo y frenético con una conseguida sensación de velocidad.
Espectáculo incontrolado
Si la mayoría de las misiones se mueven bajo el lenguaje del choque directo, el tema de las físicas es bastante extraño. No es raro que pisemos un bordillo y el coche dé media vuelta de campana o que nos choquemos con un camión de 8 ruedas y consigamos frenarle. También veremos coches que se atraviesan entre sí, o con elementos del escenario como árboles, edificios, etc. Es algo habitual a poco que experimentemos con el escenario.
Si las físicas poco realistas, los bugs y la trama no fueran suficiente, también los modos de juego son escasos. Al mencionado modo historia hay que sumarle un modo carrera y un modo para cuatro jugadores a pantalla partida, sin conexión online a la vista. Ahí se acabaron las opciones de juego. Cierto que se nos permite cierta personalización de las carreras, tres niveles de dificultad y ciertos objetivos, pero las exigencias actuales sobrepasan bastante lo que ofrece esta segunda parte.
La ciudad en la que trascurre el juego es Berlín, reflejada en ciertos edificios y un entramado de calles de difícil ubicación a la que no , no ayudándonos la insustancial interfaz de juego con un GPS para guiarnos que se muestra bastante impreciso. Los peatones no existen y la viveza de las ciudades las ponen el tráfico, bastante numeroso pero de inteligencia cuestionable. El conjunto está falto de detalles ofreciendo siempre lo justo en una consola que se le queda muy grande al juego. Las físicas, y en general el comportamiento del coche, están muy lejos respecto a lo visto en otros juegos del género al que intenta imitar. A nuestra disposición cuatro cámaras, dos exteriores y dos interiores a gusto del jugador y que potencian la espectacularidad.
El sonido por su parte lleva un doblaje en inglés bastante pobre, acompañado de subtítulos también en inglés mal ubicados en la pantalla que nos obligan a mirar las líneas de diálogo mientras conducimos, llevándonos a perder el hilo de la misión. Música electrónica para la ocasión, que adereza los momentos de acción llenos de choques y de pirotecnia sin más. Mención especial a la IA del título, bastante mejorable y con reacciones extrañas tanto del tráfico como de los propios enemigos que incluso no dudan en ir hacia nosotros cuando su misión es la de escapar.
Crash Time 2 es otro intento de llevar esta clásica serie alemana de policías a videojuegos. A pesar de las escasas novedades y mejoras sigue estando más cerca de la floja primera parte que de otros títulos del género. Su modo historia se hace monótono y no tiene apenas modos de juego que ofrecer. Le salvan ciertas misiones divertidas y los espectaculares saltos y choques que enfatizan ese espectáculo incontrolado que ofrece.
