El carismático y alocado Fat Princess renace en versión portátil para seguir expandiendo un cuento muy particular: la captura de bandera con caballeros y princesas. Un alocado desafío lleno de guiños al humor y un inolvidable multijugador.
Érase una vez dos reinos con dos princesas y dos grandes ejércitos, que vivían bajo una misma tierra, los mismos recursos y con sólo un apuesto príncipe. Fat Princess es esto y mucho más, un cuento delirante, absurdo por momentos, y una amalgama de situaciones esperpénticas traducidas en un alocado y frenético modo muy particular de capturar la bandera pero con castillitos, tartas deliciosas y princesas gordas y muy gordas.
El pasado verano los usuarios de PlayStation 3 pudieron descargase vía PlayStation Network un curioso videojuego que mezclaba el género del hack and slash y el clásico modo de capturar la bandera. La experiencia resultó muy gratificante y divertidísima en su vertiente multijugador, con hasta 32 usuarios viviendo un desternillante cuento que de infantil tenía más bien poco. Una parodia de tintes satíricos que mantenía al jugador pegado a la pantalla durante horas con multitud de modos de juego y situaciones indescriptibles.
Ahora, los usuarios de PSP podrán disfrutar de la versión portátil de aquel juego que, obviando la resolución y el menor número de jugadores en el modo infraestructura, contiene nuevos niveles y sorpresas.
Campaña corta pero intensa
El argumento de Fat Princess es una excusa perfecta para dar profundidad a una narración típica de cuento de niños, pero que incluye bastante de adulto y de sarcasmos gratuitos. Aquí dos caprichosas princesas andan vagando perdidas en el bosque disfrutando de la naturaleza cuando, de manera misteriosa, se encuentran con una deliciosa tarta que les provoca una adicción desmesurada por el dulce. Tanto es así que no se dan ni cuenta de que acaban siendo secuestradas por unos peludos seres que parecen tener la clave de estos pastelitos.
Así da comienzo el modo campaña del videojuego donde, a través de 15 niveles, nos veremos envueltos en esperpénticas situaciones dignas de mención. Es cierto que el jugador iniciado que no sepa nada de Fat Princess se verá atropellado por el frenético desarrollo de sus niveles -completos correcalles-, teniendo que pensar en pocos segundos y cambiar de plan a la marcha. Para estos jugadores el juego cuenta con un tutorial ilustrativo que se inspira en un librito de un cuento para mostrarnos los controles y las distintas acciones que debemos realizar en las fases.
Los niveles del modo campaña son muy variados, de duración variable dependiendo de su dificultad, pero que bien nos podrán mantener entretenidos cerca de una hora en sus fases más avanzadas. Así, este tipo de niveles nos llevan a secuestrar princesas, salvar a la nuestra del rival, darles de comer para hacerlas más gordas, conseguir construir unas estructuras específicas o bien eliminar del mapa al enemigo; e incluso todo esto a la vez.
Estos mapas, lejos de ser planos y sosos, son interactivos y nos exigirán que seamos ágiles en las plataformas. Muchos de ellos se moverán, cambiarán, y nos harán saltar e incluso nos exigirán apoyarnos en ellos para realizar nuestras tácticas, sobre todo con la cantidad de atajos que encontraremos dispersos. A la hora de secuestrar a la princesa contraria será fundamental haber trazado una vía de escape antes de que nos eliminen, y de paso encontrar a un aliado que nos ayude a transportarla.
El encanto de los sombreros
En el mapa, de dimensiones no muy extensas, tendremos al equipo rojo y azul, siendo nosotros uno de ellos. Tomaremos el papel de un pequeño individuo del bando, sin ningún tipo de personalidad, que podremos manejar e incluso jugar con su vida a nuestro antojo. Tendremos vidas infinitas hasta cierto punto, y es que al perder un de ellas con el personaje que controlemos, reapareceremos segundos después en nuestro castillo. Empezaremos siendo un personaje sin clase, pero en el mismo castillo podremos elegir una de las 7 clases disponibles mediante una sencilla acción: ponernos un sombrero.
Las máquinas sombrereras -que podremos mejorar y arreglar si se diera el caso-, lanzarán sombreros que deberemos ponernos para cambiar de clase sobre la marcha. De estas 7 clases mencionadas tenemos guerreros, con mayor resistencia y fuerza en los ataques; campesinos para conseguir recursos y crear estructuras; los montaraz para lanzar ataques a larga distancia; los magos de fuego y hielo en distintos ataques o para ralentizaciones; y por último el cura blanco para sanar y el cura negro para arrebatar el alma de los enemigos.
En este modo de juego campaña individual, el trabajo de equipo con la CPU es fundamental, aunque desgraciadamente poco peso decisivo tendremos con ellos. En la mayoría de las ocasiones la CPU irá su ritmo, conseguirá las misiones por sí misma e incluso las tirará. Podremos intentar que otros miembros de nuestro equipo se unan a nosotros para hacer mayores ataques, pero realmente la opción es muy limitada y poco funcional a la larga, y es que en ocasiones se perderán por el camino. En la mayoría de las veces nos encontraremos solos intentando hacer las estrategias, y eso en los niveles más avanzados acaba pasando factura.
Mejor en compañía, humana
Además del modo campaña contamos con el curioso “Matar el rato”, un nivel personificable por el jugador con los modos de juego de la campaña individual, pero donde pueden participar hasta 24 jugadores, aunque limitados a 8 usuarios humanos. También tendremos un curioso modo llamado Gladiador donde se nos dará a escoger una clase particular que debe aguantar la embestida de oleadas de enemigos hasta que el cuerpo aguante.
Sin embargo, si Fat Princess tiene sentido y su existencia le ha hecho ser un juego tremendamente adictivo es gracias a su multijugador. En PSP lo tenemos tanto por ad-hoc como por infraestructura, aunque era de esperar que no incluyera tantos usuarios como la versión de sobremesa. De hecho la participación humana estará limitada a 8 usuarios, aunque bien es cierto que la colaboración de la CPU puede multiplicar esta cifra en alocadas partidas.
El juego muestra un estilo visual risueño, sencillo pero a su vez profundo, con buena diferenciación de los niveles. Las animaciones graciosas y el estilo comic infantil, heredero de los cuentos clásicos, dan al conjunto un plus de creatividad muy singular. Este llamativo colorido que desprende, tanto visual como de carácter, se complementa perfectamente con el apartado sonoro; gritos, cancioncillas, aniñadas y divertidas voces dobladas al castellano que llevan la sensación de cuento infantil a un nivel mayor. La rejugabilidad recae sobre todo en el modo multijugador, porque el modo campaña individual se antoja algo corto y menos desafiante por la inoperancia de la CPU, perdiendo parte de la esencia de equipo.
Fat Princess: Fistful of Cake es la versión portátil del entretenido y alocado juego de princesas y caballeros de juguete que llegaron a PlayStation 3 hace unos meses. Esta versión, salvando las distancias técnicas, incluye novedades jugables que justifican su existencia, sobre todo por su portabilidad. Un modo para un jugador algo flojo por la escasa IA pero que se apoya en un multijugador tan potente como frenético. Un cuento atractivo para todas las edades y exigencias.
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