Capcom lleva su hack and slash masivo hacia una nueva dimensión jugable. Una historia con guiños a momentos épicos del Japón feudal, gran variedad de clanes, cientos de golpes, y hasta la posibilidad de realizar la campaña junto a otro amigo.
El género del hack and slash y del beat´em´up han madurado hacia la dimensión de lo masivo gracias a las últimas generaciones de consolas, que se han permitido poner en pantalla cientos de personajes en escenarios de grandes proporciones, sin que prácticamente se resienta el sistema. El hack and slash masivo más conocido es, sin duda, Dynasty Warriors de Koie, que desde hace dos generaciones lleva participando en el género con gran cantidad de entregas numeradas y distintos spin-offs; pero tampoco debemos olvidarnos de mencionar a Samurai Warriors o Warriors Orochi, casualmente juegos de la misma compañía.
Menos reconocido resulta Sengoku Basara (Devil Kings), otro hack and slash masivo de otra compañía japonesa, Capcom, que a pesar de no ser una franquicia con una popularidad tan alta como su homónimo en Koei, sí que ha contado con una buena calidad en sus últimas entregas a pesar de la relativa juventud de la franquicia desde su nacimiento en 2005.
Sengoku Basara: Samurai Heroes aparece tanto en Wii como en PlayStation 3, utilizando el motor MT Framework Lite, una versión “Light” del motor que Capcom utilizó en Resident Evil 5 o Lost Planet 2. Ambas versiones son exactamente idénticas, con las pertinentes diferencias gráficas de un sistema a otro, pero con personajes, escenarios, modos de juego o movimientos donde no hay prácticamente diferencias.
Reinterpretando la historia japonesa
El videojuego se posiciona argumentalmente en la era feudal japonesa, con el enfrentamiento de distintas facciones que buscan hacerse con los lugares estratégicos del Japón del SXVI, una etapa no muy conocida en occidente pero que en Japón ha dado mucho de qué hablar en distintos videojuegos.
El juego nos presenta una plantilla de 16 personajes jugables, cada uno de un clan diferente, aunque sólo podremos controlar seis al principio. El ir superando el modo historia de cada uno desbloqueará nuevos personajes con los que jugar. Cierto que el plantel de protagonistas es muy inferior a juegos como Warriors Orochi o Dynasty Warriors, pero en esta ocasión existen grandes diferencias entre ellos: tienen una mejor caracterización y poseen habilidades mucho más diversificadas, provocando una mayor empatía con el usuario.
El modo historia es el llamado “Crónica de Héroes”, permitiéndonos elegir sobre un mapa los enfrentamientos a seguir para proporcionarnos cierta libertad a la hora de reescribir la historia a nuestro antojo, aunque en general sea totalmente ficticia. Los más de 30 niveles si jugamos con todos los personajes suponen una oferta sumamente atractiva para los seguidores del género.
El control sobre los personajes es bastante sencillo, con el pertinente botón para golpe normal, otro para golpe fuerte y las distintas habilidades especiales que se usan en combinación con varios botones más. El manejo con el dualshock en la versión de PlayStation 3 es mucho más acertado, ya que estos juegos se prestan mejor al control clásico; en Wii la cosa cambia ligeramente si usamos el combo entre nunchuk y wiimote, ya que el usar el sensor de movimiento para activar habilidades puede traer equivocaciones si agitamos sin querer el wiimote. En cualquier caso el juego acepta usar un control clásico (pero no de Gamecube) para poderlo disfrutar de una manera mucho más tradicional.
Repartiendo “leña” sin cesar
Como es habitual en estos juegos podremos encadenar cientos de golpes (700-800 con un poco de práctica), y llegar al millar de enemigos eliminados en el escenario. Todo nuestro buen hacer en el juego hará que se nos rellenen dos barras, una que determina nuestra habilidad “Basara” y otra un tiempo héroe. La habilidad “Basara” nos permite encadenar una serie de golpes de forma automática para limpiar una zona de enemigos o dar a un jefazo un buen susto; por otra parte la habilidad héroe es un tiempo bala para acertar más fácilmente a los enemigos.
También podemos entrar en el estado de Furor si superamos los 500 golpes consecutivos, doblando nuestra fuerza y consiguiendo más dinero. Además, participaremos en un sencillo QTE si nuestra arma se cruza con la del enemigo, para discernir así el ganador. Al ganar la batalla podremos intercambiar los materiales conseguidos por nuevos accesorios que podremos encajar a nuestras armas para potenciarlas.
Los escenarios son en su mayoría cerrados, no dándonos total libertad para movernos. Además, pecan de ser prácticamente pasillos sin zonas abiertas, como sí hemos visto en otros juegos del género. Esto hace que para pasar de una zona a otra debamos eliminar una serie de enemigos u ocupar varios campamentos para seguir avanzando. Y es que la principal razón de Sengoku Basara son sus campamentos, comandados por generales subidos a un atrio que podremos eliminar sin problemas, ya que casi ni se mueven.
Una vez vencido el jefe, el campamento será nuestro y conseguiremos hombres para nuestro bando que nos permitan defenderlo. También puede surgir lo contrario, es decir, que un campamento nuestro sea atacado y podamos perderlo, aunque para eso debemos estar muy atentos al mapa. Estar en estos campamentos nos da una serie de extras como una mayor defensa o ataque, pero tendremos el estado inverso si entramos a un campamento enemigo.
De vez en cuando nos encontraremos pequeños jefes a mitad del nivel que tampoco nos pondrán las cosas muy complicadas. Sengoku Basara cuenta con una IA muy baja, tanto de los enemigos como de los aliados. Veremos como tendremos enemigos al lado que ni nos atacarán, o aliados que no atacan viéndose rodeados de contrarios. A pesar de los tres niveles de dificultad que tenemos para elegir, ni en el nivel difícil tendremos un nivel de exigencia acorde. La cosa cambia ligeramente con los enemigos a final de nivel, que sí son más inteligentes y poderosos, pero exceptuando éstos, los demás pecan de contar con una IA poco equilibrada.
Como hemos comentado, el modo Crónica de Héroes puede depararnos más de 50 horas si lo jugamos con todos los personajes disponibles y si nos dedicamos a conquistar todo el escenario. Por otra parte también tendremos un modo Batalla Rápida para rejugar todos los niveles con el personaje que deseemos, y hasta un modo cooperativo para dos jugadores a pantalla partida. En este caso si uno de los dos jugadores cae en combate, éste puede pedir ayuda para que el otro jugador pueda reanimarle.
Cantidad no es siempre calidad
Ambas versiones están gráficamente por encima de la media de los anteriores juegos de este género, aunque la versión de Wii tiene algo más de mérito. El juego de Wii posee mayores dientes de sierra, pero las texturas y el modelado de los personajes está a unos buenos niveles. Además la tasa de frames por segundo es estable y parece un apartado mejor compensado. La versión de PlayStation 3, a pesar de estar también por encima de la media en juegos del género y de contar con mayor resolución, mejor iluminación y texturas, da cierta sensación de que podía haber contado con un apartado mucho más acorde al potencial del sistema.
La banda sonora está repleta de temas electrónicos de carácter frenético, aunque se echan en falta composiciones más acordes a la época del juego que se está representando. Las voces están en inglés, incluido el opening del grupo japonés T.M Revolution, y los textos en castellano, aunque con una traducción que deja bastante que desear.
Jugablemente el título posee una serie de carencias significativas. Se echa en falta una forma de fijar sobre los enemigos, sobre todo en los jefes. Tampoco la cámara actúa consecuentemente con al acción, perdiéndonos en los combates más numerosos; y lo que consideramos un punto bastante negativo es la inexistencia de checkpoints en los niveles. En un juego donde una fase puede durarnos más de 30 minutos, el hecho de caer al final con el jefazo –algo bastante posible en los niveles avanzados- frustra un poco la experiencia teniendo que empezar desde el principio si caemos eliminados.
Sengoku Basara: Samurai Heroes logra convertirse en un referente en el hack and slash masivo dentro del catálogo de la consola. Un juego muy divertido repleto de posibilidades de acción, aunque con menos profundidad y reto de lo esperado, niveles muy lineales y con ciertas carencias jugables. Además, tampoco posee ninguna funcionalidad online a excepción de un cooperativo a pantalla partida. Un género que podría dar mucho más de sí, pero que sigue adoleciendo de los mismos problemas de antaño.
Comprar Sengoku BASARA Samurai Heroes