Relic vuelve a demostrar que tiene pocos rivales llevando a cabo packs de expansión, y nos propone uno de los más completos que recordamos. Chaos Rising es todo lo que podríamos esperar de un añadido para Dawn of War II. Una joya que, por fin, cuenta con los marines del caos.
La fórmula de la estrategia en tiempo real necesitaba cambios para adaptarse a los nuevos tiempos, y Relic supo dar en el clavo. Con un nuevo patrón todavía más marcado por la acción, el estudio irritó a unos pocos y satisfizo a la mayoría con Dawn of War II, uno de los grandes juegos de la estrategia en tiempo real que nos dejó el año 2009.
Ahora, algo más de un año después, tenemos por fin entre nosotros una nueva oportunidad para calzarnos nuestras botas espaciales y empuñar nuestros fusiles. Chaos Rising está ya entre nosotros, y con él la fascinante presencia de la corrupción, infinidad de modalidades de juego, así como nuevos héroes para el modo Last Stand.
El Reino del Caos
El planeta Aurelia es el principal elemento narrativo sobre el que gira toda la experiencia Chaos Rising. Éste contaba con una población de 25.000 millones de habitantes antes de sufrir una congelación masiva al salir progresivamente el planeta de la órbita de un sol. Durante 10 siglos las tormentas de disformidad barrieron la periferia del planeta, y éste fue desapareciendo progresivamente hasta parecer perdido para siempre para muchos.
Chaos Rising da comienzo cuando las tormentas remiten y el planeta regresa. En la campaña, de hecho, seremos un comandante de Marines Espaciales de los Cuervos Sangrientos, y nuestra misión será proteger la galaxia de la nueva amenaza y también de los oponentes habituales, encarnados por los Orkos, los Eldar, los Tiránidos y las Legiones del Caos.
El funcionamiento de la campaña volverá a ser el mismo que en el juego al que expande. Sustituyendo el estilo de misiones libres a elegir del primer Dawn of War, volvemos a estar ante una sucesión de capítulos totalmente lineales en los que derrotar a enemigos y cumplir objetivos para obtener puntos de experiencia con los que invertir en equipo, armamento y otros complementos.
El juego nos permite importar partidas guardadas del Dawn of War II original, algo muy recomendable puesto que con este método contaremos con nuestros héroes con la experiencia y los complementos con los que los dejáramos en el Modo Historia de su predecesor. Los cuatro niveles de dificultad son un reto, y el videojuego puede llegar a ser exasperante en los dos más altos sino contamos con un puñado de héroes veteranos y que estén a la altura de las circunstancias.
Lo mejor de la campaña en este sentido vuelve a estar profundamente relacionado con los personajes y su progresión, puesto que en función de nuestras decisiones su cercanía a la corrupción podría aumentar. Las 10 horas de campaña no cambiarán mucho en términos de historia hasta su recta final, pero sí lo harán de forma muy interesante los elementos que se liberarán en función de nuestra opción por una u otra rama dentro del árbol tecnológico del videojuego, todo él íntimamente relacionado con la corrupción y nuestros lazos con ella.
Cada misión es totalmente diferente de la anterior, y a pesar de que 10 horas no parece demasiado para un videojuego de estrategia, lo cierto es que con un planteamiento tan diverso las ventajas jugables son más que notorias. Quizá con más tiempo de juego tendríamos más capítulos reciclados o repetitivos, y debemos recordar que estamos ante una expansión con lo cual la duración parece justificada.
Por otra parte, donde hay todavía más variedad es en el apartado multijugador del título. Aquí aparece una nueva raza jugable, los Marines del Caos. Hay, además, siete nuevos mapas multijugador que sacan partido de las nuevas ambientaciones heladas del videojuego, y que se unen al poderoso índice que ya presentaba el Dawn of War II original. Por otra parte se añaden dos nuevos héroes para el modo Last Stand –Batalla Final-, el Tirano de Enjambre Tiránido y el Hechicero del Caos. Por último cabe destacar también la aparición de un modo Multijugador Libre, que nos permite enfrentarnos hasta a cinco jugadores donde cada uno de ellos lucha a su libre albedrío.
Con Chaos Rising tenemos exactamente lo que esperábamos de una expansión de Dawn of War II. Buenos contenidos a un precio razonable, e incorporaciones de razas y opciones jugables que echábamos en falta.
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