Ciencia, prosperidad y poderío militar. Tres ejes sobre los que asentar una próspera nación y las tres vías a través de las cuales obtener el éxito. ¿Por cuál de ellas te decantarás?
Los juegos de gestión de centros urbanos cuentan con una importante legión de aficionados que disfrutan de lo lindo controlando hasta los aspectos más cotidianos de ciudades, zonas comerciales, islas tropicales o, como en el caso que hoy nos ocupa, colonias. En todos estos juegos, siempre se ha intentado encontrar el equilibrio perfecto entre las opciones de juego disponibles y la sencillez en la gestión de todos los aspectos jugables, algo que no todas las desarrolladoras han logrado con éxito. Pero hoy, hablamos de un título que sí ha encontrado un equilibrio casi perfecto; uno de esos juegos que nos brindan una gran cantidad de opciones o vías que explorar sin complicarnos nada la vida.
No podíamos esperar menos de la continuación de una de las sagas más veteranas en el mundillo, The Settlers, que vuelve a proponernos la difícil tarea de llevar al éxito a un grupo de colonos en los primeros pasos del Renacimiento de un territorio imaginario aunque, se entiende, ambientado en el viejo continente.
Tú marcas el camino al éxito
En sus bases, The Settlers 7 se muestra fiel a las directrices básicas del género sin aportar grandes novedades, aunque sí detalles que como veremos a continuación, satisfarán a los seguidores de la serie. Por tanto, nada más iniciar la partida deberemos centrarnos en los aspectos primarios de nuestra colonia, lo que significa que tendremos que crear hogares para nuestros colonos y junto a estas casas, en unas parcelas establecidas por el juego, las distintas manufacturas y factorías que presenta el título. En este sentido, dependiendo del tipo de casa creada las opciones con las que nos encontraremos serán distintas, por lo que habrá que crearlas pensando siempre en nuestras necesidades.
Las opciones aquí no dejan de ser las ya tradicionales: canteras para extraer roca, cabañas de leñadores y pescadores, cobertizos para cazadores, granjas, molinos para crear la harina… manufacturas especializadas en tratar las betas de oro para convertirlas en monedas, talleres donde dar forma al papel, lana, establos para caballos… En definitiva, una rica variedad de opciones que os garantizamos, explotaréis al máximo a lo largo de la partida.
Lo destacable es que aquí no hablamos del típico juego en el que se presentan mil y un talleres distintos para acumular recursos sin ton ni son. En The Settlers 7, deberemos decidir primero el tipo de colonia que queremos crear y a partir de ahí, desarrollar la industria en base a esta decisión. Y tres serán las vías posibles: la más directa, la vía militar; y el desarrollo tecnológico o la expansión comercial como caminos alternativos. Pero, ¿en qué se diferencia cada una de estas vías? Bien, debéis pensar que mantener a un ejército supone un gasto importante en alimentos (entre los que se incluyen los de lujo, que requieren de un proceso de recolección y tratamiento distinto), espacio para viviendas, armas, caballos… mientras que crear a un cuerpo de monjes que investiguen nuevas tecnologías supondrá un mayor gasto en la extracción de troncos, creación de papel, cerveza, joyas….
Cada una de estas vías nos permitirá obtener los distintos puntos de victoria que marcarán quién ha sido el mejor jugador en la partida. Éstos varían dependiendo del camino escogido, aunque a grandes rasgos siguen las mismas pautas: conquistar un gran número de colonias, ser el jugador con más monedas de oro, con un mayor número de soldados en activo, etc.
Expande tu poder
Cada escenario en el juego se encuentra fragmentado en distintos sectores/colonias que bien pueden pertenecer a nosotros, ser neutrales o de los otros jugadores. Nuestro objetivo, como podéis imaginar, será el de ir haciéndonos con estas colonias para ampliar poco a poco nuestro poder y, por supuesto, mantener nuestra economía a flote. No en vano, cada zona del escenario estará preparada para dar cabida a distintos tipos de recursos, por lo que si no nos movemos no tendremos recursos suficientes para hacer frente a los enemigos.
El hacernos con estos territorios depende, de nuevo, de nosotros mismos. Así que podemos usar a nuestro ejército para conquistar estas colonias por la fuerza, intentar controlarlas mediante el poder económico (los sobornos a veces son una gran alternativa), o usar a los monjes para que convenzan a los colonos de que nuestra causa es la más justa. Hay que dejar claro que en el caso de la vía militar nadie debe esperar opciones excesivamente complejas, puesto que contaremos con muy pocas unidades de combate y, al final, todo se basará en ver quién tiene más unidades. Eso sí, dependiendo de los enemigos contra los que combatamos o los sistemas defensivos contra los que nos midamos, deberemos usar con cabeza a nuestras tropas, ya que todo se basará en el sistema de piedra-papel-tijera.
Otro detalle que nos ha gustado mucho es la posibilidad de personalizar nuestro bastión con elementos que obtendremos al lograr victorias. A nivel jugable estas mejoras no tendrán efectos prácticos, pero es una forma de recompensar (al menos en el orgullo) a los usuarios en las partidas multijugador, que son el principal atractivo del juego. Y es que aunque el modo campaña, largo y entretenido, nos proporcionará horas de diversión, el verdadero atractivo de The Settlers 7 lo encontramos en las partidas online.
En el multijugador tendremos ocasión de vivir emocionantes duelos contra otros usuarios, potenciándose aquí las citadas tres vías de acción. ¿En qué sentido? Bien. Imaginad que uno de vuestros rivales se ha centrado únicamente en crear un gran ejército y decide atacaros a las primeras de cambio. Si vosotros, por el contrario, habéis mejorado la tecnología de vuestra colonia y contáis ya con mejoras como los muros de piedra y los cañones defensivos, ese gran ejército morderá el polvo en un santiamén. Obviamente, nunca se puede limitar la acción a una vía, porque por muy buenos comerciantes que seamos y por muchas rutas comerciales que hayamos creado –lo que reportará grandes beneficios a nuestro territorio-, siempre deberemos preocuparnos de protegerlas con soldados (si no tenemos mejorada la vía militar, podemos adquirirlos a través de tabernas).
La estabilidad en estas partidas nos ha parecido bastante buena, y los duelos, como decimos, de lo más gratificantes. El problema es que, algo normal por otra parte debido a que el juego todavía no había sido lanzado, no nos hemos encontrado con muchos usuarios en estas partidas (podemos jugar también contra la inteligencia artificial) por lo que nos hemos quedado con ganas de más.
Recreando el paraíso
A nivel técnico, The Settlers 7 también sorprende gratamente. Ya no hablamos sólo de un motor gráfico sólido capaz de mostrarnos escenarios de gran envergadura con un nivel de detalle elevado, sino especialmente por su apartado artístico. Y es que la belleza de los parajes por los que nos moveremos y el mimo y detalle con el que se han diseñado a los colonos y sus edificios, resultan dignos de elogio. Igualmente, aspectos como las transiciones entre el día y la noche son una buena muestra de que a nivel técnico, pocas pegas se le pueden poner. Sobre todo, porque el título, pese a ser exigente en sus requisitos, funciona de forma correcta en equipos de gama media.
Las melodías que nos acompañan a lo largo de la partida también presentan una gran factura, casando a la perfección con las situaciones en las que nos veremos envueltos. La traducción del título a nuestro idioma nos garantiza, además, el poder entender al detalle todas las opciones de juego que presenta y la interesante historia que nos narra.
Muy adictivo, con una gran variedad de opciones de juego presentadas con suma sencillez y con la posibilidad de crear nosotros mismos los escenarios de juego. La serie de The Settlers ha regresado al mundo de los videojuegos con fuerza, y desde aquí sólo podemos recomendar a los aficionados al género que se hagan con este título porque garantizamos horas de entretenimiento puro y duro, sobre todo si se va a disfrutar a través de Internet.
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