Starkiller, convertido en el nuevo Lord Sith y bajo las órdenes del Emperador, tiene una nueva misión que cumplir: encontrar a Luke Skywalker, el Jedi más poderoso de la galaxia. El objetivo es claro, someter a Skywalker al Lado Oscuro o acabar con él. La historia de Star Wars se reescribe una vez más con esta expansión para Star Wars: El Poder de la Fuerza.
El pasado mes de noviembre, LucasArts publicó una nueva versión de Star Wars: El Poder de la Fuerza bajo el nombre de Edición Sith, un título que incluía todas las expansiones aparecidas hasta entonces -el Templo Jedi y Tatooine-, junto a una misión exclusiva en el planeta helado Hoth, donde el aprendiz de Darth Vader, convertido ahora en un Lord Sith, debía acabar con la rebelión liderada por Luke Skywalker. Ahora, unos meses más tarde, esta expansión llega a Xbox Live con un precio de 800 Microsoft Points.
El planeta Hoth, escenario de una nueva historia
Los hechos ocurridos en la misión de Hoth tienen lugar después del final de Star Wars: El Poder de la Fuerza, un final que no revelaremos para no destruir el encanto a aquellos jugadores que lo estén disfrutando.
Cómo ya pudimos ver en la misión de Tatooine, el juego nos plantea una perspectiva diferente a la establecida en el guión que George Lucas preparó para la saga Star Wars, mostrando al aprendiz secreto Starkiller convertido en el Lord Sith más poderoso de la galaxia al derrotar a Darth Vader, y ocupando ahora su lugar junto al Emperador.
El nuevo Lord Sith, bajo las órdenes del Emperador, es enviado en búsqueda de Luke Skywalker, lo que le lleva a la Base rebelde oculta en el planeta Hoth. Starkiller debe enfrentarse a feroces wampas en las heladas cuevas subterráneas del planeta, encontrar una entrada a la Base secreta Eco, acabar con las fuerzas rebeldes y someter a Skywalker para que éste se una al Lado Oscuro… o muera.
Luces y sombras de la Fuerza
De nuevo, gráficamente, estamos ante una expansión con las mismas bondades y defectos que Star Wars: El Poder de la Fuerza. La misión comienza con la batalla de Hoth, fielmente representada como en las películas, y todo el juego está recreado de un modo magistral, con un diseño artístico formidable y un modelado tridimensional muy trabajado en todos los personajes, objetos y entornos.
Igualmente, el uso de los motores Euphoria y DDM para las físicas, permite una representación muy realista del uso de los poderes de la Fuerza que emplea como nunca nuestro protagonista, como ya hemos dicho, convertido en el nuevo Lord Sith del Emperador. El sable de luz, los empujones de la Fuerza, estrangulamientos, rayos, etc., todo el repertorio de combos y ataques del aprendiz está presente en esta expansión.
La expansión transcurre por dos escenarios muy diferenciados, una pequeña parte “plataformera” en las cuevas heladas del planeta Hoth habitadas por los monstruosos wampas; y otra más enfocada a la acción en la Base rebelde donde se esconden Luke Skywalker, Han Solo y la princesa Leia Organa, a punto de escapar en el Halcón Milenario. ¿Nuestro objetivo? Encontrar el hangar secreto donde está la nave antes de que ésta escape, recorriendo diferentes estancias y pasillos de la base y, como no, eliminando a las tropas rebeldes en múltiples combates.
Al igual que Star Wars: El Poder de la Fuerza, esta expansión cuenta tanto con las voces como los textos en castellano. La banda sonora, por su parte, vuelve a ser espectacular, obra de John Williams, contando con unas melodías y efectos de sonido extraídos directamente de las películas.
Por desgracia, la misión de Hoth tiene una duración de poco más de una hora y no posee ningún nuevo logro a desbloquear.
La misión de Hoth incluida en la edición Sith de Star Wars: El Poder de la Fuerza llega a Xbox Live a cambio de 800 Microsoft Points, un coste bastante alto teniendo en cuenta la relación calidad/precio. Una expansión de poco más de una hora de duración en la que lo mejor es el enfrentamiento entre Starkiller, el nuevo Lord Sith y Luke Skywalker, el Jedi más poderoso de la galaxia. Sólo recomendable para los fans de la obra de George Lucas.
