La saga Syndicate resurge con la única forma que parecía predestinada para ella en la actual generación de videoconsolas: un shooter. Los siempre apasionantes creadores de Las Crónicas de Riddick y el primer The Darkness cuajan un interesante juego de acción que si bien no será inolvidable, sí ofrece un entretenimiento bastante divertido y muy genuino.
Como los más veteranos lectores ya sabrán, a pesar de que la nomenclatura del Syndicate que nos ocupa no cuente con número accesorio alguno, lo cierto es que el juego dista mucho de ser la primera parte de la saga como tal. De hecho ésta comenzó en el lejano 1993 de la mano de Bullfrog, aunque con una forma muy diferente a la que observamos ahora y siendo más bien una cuidada mezcla entre táctica y acción que fascinó a los aficionados y conquistó a la crítica.
Ahora, y de manos de Electronic Arts y Starbreeze, asistimos a una resurrección de la franquicia con una nueva forma: la de un shooter en primera persona bastante atípico en su formato externo, pero bastante convencional en su fondo. Un juego que propone una re-imaginación del original que, sin duda, agradará a unos e irritará de sobremanera a otros, pero que con sus mimbres y alguna de sus ideas podía haber sido bastante más bueno de lo que ha acabado resultando.
Poder Ejecutivo
Syndicate no pierde demasiado tiempo en explicarnos en qué consiste su contexto. Una rápida y breve cinemática nos presenta con estadísticas y marcado estilo infográfico la premisa del videojuego, y con escueta cualidad dibuja el tipo de contexto en el que nos moveremos con apenas un par de pinceladas. En el año 2069 los gobiernos políticos ya no tienen importancia alguna en este universo, y es que el planeta se rige como muchos temen por multinacionales conocidas como los sindicatos que dan nombre al videojuego.
Como no podía ser de otro modo formaremos parte de una de estas megacorporaciones, y lo haremos en calidad de un recluta que llevará a cabo misiones para uno de los bandos contando con sofisticadísimos avances tecnológicos a nuestro servicio. Seremos Kilo, un hombre que comenzará su andadura bajo el abrigo del violentísimo y despiadado agente de campo Merit... un personaje que nos introducirá en el turbio mundo de asesinatos, complots y traiciones que viviremos en primera persona y desde perspectiva subjetiva en todo momento.
Las cinemáticas no son el colmo de la calidad en la ejecución, y quizá echemos algo en falta en términos de expresividad o presentación de unos clips que son demasiado largos para lo poco que en realidad nos están contando. Precisamente es eso lo que le echamos en cara principalmente al aspecto narrativo del juego, lo poco que ha exprimido la fantástica premisa de base que tenía a su servicio y lo pobre de la atmósfera y lo frío que resulta todo el planteamiento. No es que le pidamos a Starbreeze que nos narre una historia de la complejidad de la de Deus Ex: Human Revolution, ambos ambientados en un contexto con ciertas reminiscencias, pero sí que esperábamos un mayor trabajo en este sentido que el de contarnos la típica historia de un encargo letal detrás de otro con los típicos giros del todo previsibles... Especialmente teniendo en cuenta el brillante precedente a nivel de guión que supuso el último título del estudio: The Darkness.
Por el camino de las cerca de siete horas que nos llevará superar la campaña, conoceremos al propio Merit, así como a la doctora Lily Drawl, a Jack el CEO de nuestra corporación... Todo personajes bastante planos y sin excesivo interés que nos guiarán en esta epopeya con la que nuestro personaje tiene como misión inicial revolucionar la industria del chip como prototipo, y que finalmente formará parte de una conspiración mucho mayor para la que deberemos mejorar a nuestro personaje invirtiendo los puntos de experiencia que obtengamos por el camino. ¿Pero, prototipo de qué? Del DART 6, un dispositivo que nos va a ayudar mucho, y que va a acabar siendo el elemento que realmente redime la experiencia jugable del programa para convertirla en algo único y genuino.
Difícil de Matar
En Syndicate todo lo realmente divertido de sus combates giran en torno al uso de los poderes que nos otorga el DART, y el juego plantea muy bien cómo ir incorporándolos a la experiencia jugable de forma que el usuario no se sienta abrumado por las posibilidades que presentan. Esto hace que los primeros capítulos de la campaña no resultaran tan apasionantes como podrían haber resultado, y es que hasta que no se abre todo el abanico de poderes allá por el quinto capítulo, el juego no comienza a mostrar su verdadero potencial.
Hasta entonces el que nos ocupa es un juego más bien discreto, y es que no brilla particularmente en su faceta de combate armado con un arsenal tradicional. Ahí el juego de Starbreeze no pasa de hacer los deberes correctamente, sin grandes aspavientos ni entre lo positivo ni entre lo negativo, aunque algo lastrado por una IA corriente, un sistema de coberturas presente aunque no demasiado cómodo y unos escenarios excesivamente rígidos. Hay algunas armas originales, como por ejemplo una heredada directamente de la saga Resistance que nos permite fijar un objetivo y después disparar desde cualquier posición viendo cómo las balas hacen ángulos imposibles para llegar a su meta, sin embargo la mayoría son muy tradicionales y pese a que su manejo es muy cómodo, lo cierto es que sí esperábamos alguna novedad más en este sentido.
No obstante cuando introducimos el DART en la ecuación la diversión se dispara, y es que si bien sus poderes no son demasiado variados en cuanto a número, lo cierto es que sí aportan algo fresco y renovado a la experiencia jugable. ¿Qué podemos hacer con esto? Las aplicaciones son varias.
En primer lugar el dispositivo presenta la posibilidad de acceder a un sistema de visionado aumentado que nos permite importantes ventajas. Con él el escenario se transforma a nuestros ojos para desvelar todos sus secretos, de modo que podemos ver a los enemigos que se esconden tras coberturas o incluso tras paredes, pero también todos los elementos electrónicos con los que podemos interactuar... Por si fuera poco su activación ralentiza el tiempo a nuestro alrededor, de modo que podemos apuntar y disparar con un plus de efectividad sobre unos enemigos que quedarán más expuestos. El precio que hay que pagar para disfrutar de todas estas ventajas es que hay un temporizador que se consumirá con el tiempo, y que aparece representado con una barra de estado en la parte inferior derecha de la pantalla. Su recarga es rápida, de modo que bastará con unos breves instantes a cubierto para volver a disfrutar de él, una ventaja ciertamente excesiva en combate que hace recomendable a los fans de los shooters más ávidos de experiencias desafiantes el disfrutar del juego en el nivel más alto de dificultad.
Sin embargo, esto no es todo, y es que al margen de las ventajas de este dispositivo de visionado, contamos también con tres apoyos que resultarán fundamentales para acabar con nuestros enemigos y que funcionan de forma independiente, operando sobre las mentes de nuestros oponentes que podremos manipular. El primero que obtendremos es el de Suicidio, que hace que el objetivo humano señalado vuele por los aires activando su propia granada y arrasando con su onda expansiva a los enemigos que estén cerca. El segundo de ellos es el del Sabotaje, que nos permitirá actuar sobre amenazas electrónicas o incluso humanas, haciéndolas más débiles durante unos segundos tras una pequeña explosión controlada. El tercero y último es el de la Persuasión, que provoca que el objetivo que escojamos actúe a nuestro favor y comience a atacar a sus compañeros hasta morir en el intento o acabar con todos ellos y después quitarse la vida.
Las posibilidades de estas mecánicas son el verdadero gancho de la experiencia jugable de Syndicate. Eso sí, están limitadas a las tres mencionadas, lo que hace que a medio plazo y al cabo de unas cuantas muertes, pueda invadirnos una cierta sensación de tedio y se restrinjan bastante las posibilidades estratégicas que parecía querer introducir la acción. Su uso está reducido sólo al combate y, por ejemplo, incluso los ligeros rompecabezas que deberemos sortear para poder avanzar en los niveles son de los que se resuelven principalmente a tiros. De hecho, si hablamos de los puzles, cabe mencionar que el trazado de los propios mapeados acaba siendo a menudo el mayor de los retos a sortear al margen de los combates, y es que a menudo son algo confusos y pueden provocar algún que otro atasco en el jugador.
Únete a mi bando -Multijugador-
La interesante aunque algo decepcionante campaña individual de Syndicate haría que el juego tuviera algo menos de nota de la que ha tenido en su valoración de 3DJuegos ¿Qué es, por lo tanto, lo que ha hecho que ésta acabara siendo la de un notable? El multijugador de corte cooperativo, otro de los factores clave de la creación de Starbreeze en el que pueden participar hasta cuatro jugadores de manera simultánea y es justo afirmar que se trata de la opción más atractiva de cuantas incluye el juego.
Esta modalidad ha sido diseñada específicamente y de forma independiente, es decir, que no tiene nada que ver con el modo individual. Así, las 9 misiones que debemos completar son diferentes, lo que añade un interés adicional. Y ojo, que para completar cada una de ellas es fundamental cooperar de veras entre los distintos miembros del grupo, teniendo que crear estrategias conjuntas para superar las situaciones más comprometidas y, sobre todo, a los jefes finales.
Antes de iniciar cada misión podemos escoger a nuestro personaje, seleccionar su equipo inicial y demás opciones. Y no sólo eso, puesto que a medida que avanzamos y superamos las fases vamos aumentando las habilidades especiales de nuestro personaje como en la campaña, aunque sorprende el hecho encontrarnos con algunas aptitudes que sólo se encuentran en esta modalidad, lo que enfatiza el grado de esfuerzo que se ha puesto en este apartado.
Como ya hemos dicho, esta opción es muy divertida y prolonga la vida útil del juego… aunque quizá no lo suficiente, dado que el título carece de modo multijugador competitivo, algo casi básico en este tipo de juegos. Pero bueno, entre el modo individual y el cooperativo el juego supera las 10-12 horas de juego, siendo además un título relativamente rejugable.
El Futuro Según Starbreeze -Gráficos y Tecnología-
A nivel visual el juego es bastante rotundo en líneas generales, aunque hay algunas características como su manifiesto abuso por el efecto bloom que generan unas estampas algo exageradas. Parece que el título busca lograr algo de la personalidad que le faltan a sus diseños con esta técnica de iluminación, sin embargo el resultado resulta algo irregular, con algunos picos de calidad fantásticos y otros momentos que parecen muy forzados.
El juego puede definirse como efectivo en lo gráfico, con un retrato notable de un futuro no demasiado lejano pero marcado por los cánones habituales del género en este sentido. No hay nada particularmente sorprendente en este retrato del año 2069 marcado por la preeminencia de la publicidad, por unos colores a menudo asépticos y por unos diseños bastante conservadores. Prácticamente lo mismo puede decirse de los personajes, algo más discretos, que resultan algo repetitivos en sus patrones y que gozan de un acabado aceptable.
En lo tecnológico el juego resulta algo más compacto y cuenta con una tasa de imágenes por segundo muy estable, aunque haya decisiones como la del Bloom, que están a caballo entre lo artístico/gráfico y lo tecnológico y con las que no hemos estado del todo de acuerdo. Por lo demás las físicas son más que aceptables en los personajes aunque brillan por su ausencia en unos escenarios bastante estáticos; las animaciones de los personajes, por su parte, también cumplen su cometido, y las del protagonista recuerdan a la hora de recoger las manos o disponerlas alrededor de una esquina para disparar a lo que veíamos en Jackie Estacado en la ya veterana primera parte de The Darkness. Por otra parte también cabe apuntar el hecho de que el tamaño de los subtítulos es ciertamente pequeño incluso en monitores o pantallas televisivas de alta definición, lo que los hará prácticamente ilegibles en dispositivos de definición estándar.
Y es que el juego llega a nuestro país sin doblar al castellano, lo que se traduce en que sus voces están en inglés y que debemos leer los textos en castellano si no dominamos ese idioma. Las voces del reparto original, eso sí, son de una calidad fantástica y cuentan con el trabajo de reputados intérpretes como el veterano Brian Cox o la étnica Rosario Dawson. La banda sonora es fundamentalmente electrónica con algunas partituras muy aptas para la acción, mientras que los efectos de audio son tan atronadores como cabía esperar.
Starbreeze ha hecho los deberes, aunque esperábamos más del estudio responsable de joyas recientes como los traslados al videojuego de Las Crónicas de Riddick o The Darkness. Syndicate es un juego de acción muy interesante y francamente sólido, que resulta algo corto y quizá un poco repetitivo, pero que tiene algunos puntos álgidos como el notable cooperativo o los devastadores poderes del DART.
Comprar Syndicate