Análisis de Shogun 2 Total War

Análisis de Shogun 2 Total War
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Creative Assembly continúa nutriendo a los PCs del siglo XXI con estrategia de calidad gracias a sus series Total War que, en esta ocasión, recuperan al legendario Shogun con el que se inauguraron. Un nuevo RTS con mayúsculas que recupera el latido del convulso Japón de mediados del siglo XVI.

Decir Total War es decir estrategia con mayúsculas, y lleva siendo una definición generosa del género desde que el estudio británico hace más de una década lanzó el primer Shogun: Total War. Desde entonces ha venido cultivando los RTS con innumerables títulos de calidad, y siempre con la genial premisa de ofrecer a los aficionados una forma de entender la estrategia marcada por la libertad total y la ausencia de corta pisas de tipo narrativo.

Es obvio que los videojuegos de la saga eran mejores cuando Creative Assembly se "tomaba con más calma" sus desarrollos, una época en la que veíamos espacios de dos años entre Shogun, Medieval, Rome y Medieval II, y que llegaba a un margen de tres años para consolidar el maravilloso Empire: El mejor título de las series según la opinión de la revista, y denostado con crudeza entre ciertos círculos por ocasionales problemas de pulido en su acabado. Ahora los tiempos cambian, y la obligación de obtener réditos económicos más fuertes para cubrir los enormes gastos de desarrollo de un título para los PCs de nueva generación, obligan al estudio británico a haber lanzado en sólo tres años: Empire: Total War, Empire: Total War - Warpath, Napoleon: Total War y, ahora, este Total War: Shogun 2.

Shogun 2 trae de vuelta a nuestros PCs todo el misticismo del arte de la guerra oriental. Un país exótico por explorar y en el que luchar.
Shogun 2 trae de vuelta a nuestros PCs todo el misticismo del arte de la guerra oriental. Un país exótico por explorar y en el que luchar.

Así pues resulta obvio que en el título que nos ocupa faltan novedades, sin embargo el cambio de prisma hacia un corte más minimalista contrasta con la épica forma de entender la megalomanía que mostró en su momento Empire. ¿Es un paso atrás? En absoluto, más pequeño no significa peor, y pese a que se observan algunas limitaciones en la campaña individual con motivo de este cambio, ésta es una manera de añadir frescura y aire renovado a una fórmula que con tantas entregas a sus espaldas podría comenzar a mostrar firmes síntomas de agotamiento.

Sol Naciente
En Shogun 2 seguiremos a rajatabla los pilares de las series Total War. A saber: fortaleza de campaña individual basada en la gestión por turnos de una facción y el combate en tiempo real para sus batallas, todo ello apoyado con un notable multijugador. En esta ocasión controlaremos a alguno de los grandes clanes nipones del siglo XVI que se enfrentaban entre sí por el poder en el agitado Japón de la época, con la gestión a nuestro mando no sólo de ejércitos y agentes, sino también de todos los elementos de la estrategia civil que han caracterizado a la saga (impuestos, construcciones, infraestructuras...).

Los diferentes clanes que podremos escoger para la campaña individual se dividen en nueve. Todos ellos con sus premisas, objetivos y fortalezas.
Los diferentes clanes que podremos escoger para la campaña individual se dividen en nueve. Todos ellos con sus premisas, objetivos y fortalezas.

¿El objetivo final? Convertirnos en el Shogun con la captura y el control de Kioto, tras la Guerra de Onin que dejó el país arrasado y que sirve como contexto previo para los acontecimientos que se desarrollan en la campaña. Así pues deberemos escoger uno de los nueve clanes, a elegir entre Chosokabe, Shimazu, Date, Hojo, Mori, Oda, Takeda, Tokugawa y Uesugi. Las condiciones de victoria con cada uno de los clanes son diferentes, aunque todas ellas incluyen la conquista de Kioto y la ocupación de 25 provincias del mapa en la campaña corta, 40 en la campaña larga y 60 en la de dominación; regiones que van cambiando en función de la facción seleccionada.

Cada uno de los pueblos tiene su punto de partida en el mapa y también sus fortalezas y debilidades, y los abanicos de fechas de principio/final de las campañas son de entre 30 y 50 años, lo que significa que éstas cubren menos tiempo que en entregas anteriores. En Shogun II en lugar de dividirse en años o semestres, los turnos recuperan el sistema de las estaciones que ya habíamos visto en su momento en algunas entregas precedentes, y que agrupa en cada turno tres meses de tiempo para dividir los 365 días en cuatro turnos bien diferenciados incluso por sus condiciones climatológicas. Incluso así el videojuego es netamente más breve que otros títulos de la saga en la línea de lo que nos puede durar cada campaña, aunque como adelantaremos más adelante aquí se busca como propuesta el que el usuario opte por probar cuantas más facciones mejor.

En Shogun 2 debuta la Enciclopedia, un sistema que apoya la labor de los consejeros y que explica todo lo relacionado con el juego y con la cultura oriental.
En Shogun 2 debuta la Enciclopedia, un sistema que apoya la labor de los consejeros y que explica todo lo relacionado con el juego y con la cultura oriental.

Así pues, y como los veteranos de Total War ya sabrán, la experiencia se dividirá a partir de entonces en el mapa por turnos en 2D en el que pasaremos la mayor parte del tiempo, y en el renderizado 3D en tiempo real para las batallas en las que dirigiremos los destinos de nuestros ejércitos. En el primer lugar contemplamos el mapeado de Japón dividido en regiones y en el que desplazamos nuestras tropas, gestionamos nuestros recursos o edificamos instalaciones para nuestras ciudades. En las batallas sólo contamos con el componente táctico del juego, dirigiendo los destinos de nuestros hombres directamente sobre el campo de batalla ya en tiempo real y sin el corsé de los turnos.

Por supuesto las Batallas Históricas vuelven a ser un punto fuerte en cuanto a las opciones de juego off-line de cara al usuario y que complementan a la Campaña Individual. Ejemplos como el enfrentamiento naval de Kizagawaguchi de 1578 o las batallas terrestres de Sekigahara en 1600, o la de Kawanakajima, son sólo algunos de los ejemplos de estos combates reales del pasado que podemos reproducir en nuestros PCs gracias a Creative Assembly en formato de escaramuzas rápidas.

Las Batallas Personalizadas, en última instancia, son la tercera vía de disfrute del programa. Aquí podemos fijar nuestras propias condiciones de batalla, escogiendo el clan a manejar, los posibles acompañantes encarnados por la IA -hasta tres más a parte de nosotros- y también el número de ejércitos a los que plantar cara -cuatro-. Batalla naval, de asedio o terrestre, nuestras tropas definidas con precisión, la elección de mapa entre los 11 disponibles y otras características como la dificultad de la batalla o sus condiciones climatológicas o del momento del día también son personalizables.

La Épica del On-Line -Multijugador-
El multijugador comenzó a tomar la fuerza que se le esperaba a una saga de sus características en Napoleon: Total War con la introducción de la campaña on-line. Ya en Rome se presentaron las escaramuzas contra usuarios de todo el mundo, pero fue con el título dedicado a la gran figura del emperador corso cuando vimos en movimiento una modalidad que sigue progresando en Shogun 2. Aquí contamos con dos vertientes, la llamada Conquista del Avatar y la mencionada Campaña Multijugador.

En la primera contamos con una representación directa que actuará a modo de general durante las batallas, y que será nuestra representación en el campo de juego. Lo personalizaremos con nombre, tipo y color de mon, y provincia de partida de entre cuatro disponibles en el mapa de Japón. Cada una de estas regiones está especializada en un estilo de combate: Satsuma (Yari), Tosa (Arco y flecha), Kai (Caballería) e Iwate (Espada). A partir de entonces saltamos a un mapa por turnos en el que se gestionarán las batallas que libraremos, y con el que desbloquearemos recompensas de la provincia en la que se encuentre la miniatura de nuestro ejército y también puntos de experiencia para hacerlo progresar a través de otro cuadro de habilidades.

Seguramente pasaremos más tiempo en el mapa 2D por turnos que luchando, la gestión de nuestras ciudades y tropas es tan importante como nuestra victoria en las batallas.
Seguramente pasaremos más tiempo en el mapa 2D por turnos que luchando, la gestión de nuestras ciudades y tropas es tan importante como nuestra victoria en las batallas.

A la hora de librar la batalla podremos configurar si deseamos que el buscador dé con partidas Terrestres, Por Mar y de Asedio; así como fijando los modos de juego en Uno contra Uno, Creación Automática de Equipos o Campaña de Sustitución, permitiéndonos de este modo dar con un oponente humano a través de internet, o facilitándonos la opción de unirnos a otro equipo de usuarios. Todo ello apoyado por las lógicas opciones de gestión de ejércitos y flotas que aportan un valor económico a cada tipo de unidad para alcanzar los valores totales de ejército grande (14.000 monedas), medio (10.000) y pequeño (5.000).

Por otra parte la otra gran fortaleza del título en cuanto a su juego acompañado es la de la Campaña Multijugador. A partir de esta opción podremos elegir entre los modos de juego Frente a Frente o campañas cooperativas cortas y largas, fijando nuestro clan de entre los 9 disponibles, y teniendo como condición de victoria la derrota del oponente conquistando su provincia de origen o la de la conquista y preservación de 35 (corta) o 60 (larga) provincias, en función de la modalidad escogida.

Las batallas navales son sencillamente formidables, no tienen el peso del que gozaban en Empire, pero su importancia vuelve a ser notable.
Las batallas navales son sencillamente formidables, no tienen el peso del que gozaban en Empire, pero su importancia vuelve a ser notable.

Katana en Mano -Experiencia Jugable-
Shogun 2 deja sensaciones encontradas en cuanto a su faceta innovadora. Por un lado el título no hace el más mínimo esfuerzo por alterar ni un ápice los patrones básicos que ha establecido la saga Total War en los últimos 11 años, precisamente desde el lanzamiento del Shogun original. Así pues todo lo básico que hace poseer a las series de Creative Assembly ese elemento tan claramente identitario siguen en pie y con el mismo estado de forma que ha demostrado la franquicia en títulos tan poderosos como Napoleon o Empire. Sin embargo el nuevo título, al mismo tiempo, altera también su prisma, centrándose en una forma más minimalista de entender el concepto general como hemos venido adelantando desde su anuncio.

La idea de que nuestro daimyo se convierta en el Shogun de Japón es descomunal, y la idea de hacerlo en sólo 30 o 55 años es ciertamente una tarea de titanes. Con esta nueva dinámica no hay opción de malgastar un sólo turno de relleno, debemos exprimir nuestras posibilidades al máximo y tener siempre una actitud ofensiva e inconformista, si queremos salir vencedores de las duras e intransigentes condiciones de victoria.

Con esto parece que Creative Assembly busca un enfoque diferente, aunque en realidad el concepto no se ha alterado ni un ápice. Las partidas de una campaña completa ahora pueden completarse en unas 10-30 horas en función de diferentes parámetros como, por ejemplo, el gusto del usuario por solventar automáticamente o de forma manual las batallas. Esto se traduce en que se emplaza al usuario a optar por un acercamiento más similar al de la saga Civilization, en el sentido de que se propone al jugador superar varias veces la campaña desde los diferentes puntos de vista de los distintos clanes, en lugar de absorberle durante decenas de horas en un solo daimyo. Esto supone una campaña individual más variada en cuanto a oferta, pero más limitada en cuanto a sus posibilidades y duración; algo que hará las delicias de determinado perfil de aficionados, pero que frustrará a los que disfrutaron del estilo gigantesco e inabarcable de Empire o Medieval.

Deberemos prestar siempre atención a nuestro árbol genealógico para saber cuándo contaremos con nuevos generales a nuestra disposición.
Deberemos prestar siempre atención a nuestro árbol genealógico para saber cuándo contaremos con nuevos generales a nuestra disposición.

El mayor problema que, sin embargo, tiene el videojuego a sus espaldas, y empieza a convertirse ya en algo de cierta importancia, es lo inoperante de su IA. En títulos como Medieval II o Empire era algo que podía pasarse ligeramente por alto, pero los años van pasando y continuamos observando problemas tremendamente graves en el comportamiento del enemigo en determinadas circunstancias. Será habitual que, independientemente de los niveles de dificultad, alguna batalla se nos regale literalmente porque el general enemigo se lance sobre nuestras tropas, y caiga antes incluso de que su infantería llegue a posiciones de ataque, cayendo la moral de sus hombres de forma instantánea y huyendo en desbandada. Si bien en batallas de campo abierto las incidencias son relativamente escasas, en los asedios se multiplican exponencialmente independientemente de su condición de defensor o atacante.

Cuando dirige a los ejércitos parapetados tras la fortaleza lleva a cabo maniobras verdaderamente estúpidas muy a menudo, exponiéndose de forma innecesaria; mientras que cuando lleva a cabo los destinos de los atacantes en ocasiones llega incluso a caminar sin rumbo por el escenario esperando de forma completamente absurda a que se agote el tiempo, malgastando el nuestro mientras esperamos incrédulos tras la seguridad de nuestras murallas. No deja de ser un videojuego fantástico por ello, pero son incidencias que suceden en ocasiones y que no deben ser igualmente reseñadas.

Las batallas navales, por su parte, rezuman la espectacularidad que se introdujo en el formidable Empire. La fórmula va puliéndose poco a poco, y en esta ocasión se presentan mejoras en el control y en el tempo de los propios combates entre barcos, unidos a una puesta en escena fascinante y muy superior en nivel de detalle a la de los grandes galeones de su precedente por las dimensiones más reducidas de sus buques.

Por lo que respecta a los árboles tecnológicos, destaca en esta ocasión la clara diferenciación entre la rama Bushido (principalmente bélica) y la del Camino del Chi (fuertemente orientada hacia lo civil). Entre las primeras artes de la guerra, que es como denomina el juego a los avances tecnológicos, destacan las que aportan diferentes bonificaciones a las tropas y las que liberan tipos especiales de unidades de infantería, caballería, arqueros, etcétera. Entre las del Camino del Chi sobresalen las que potencian el crecimiento económico, de alimentos o de felicidad, y las que facilitan el éxito de nuestros diferentes agentes.

Deberemos prestar siempre atención a nuestro árbol genealógico para saber cuándo contaremos con nuevos generales a nuestra disposición.
Deberemos prestar siempre atención a nuestro árbol genealógico para saber cuándo contaremos con nuevos generales a nuestra disposición.

El Discreto Encanto Oriental -Gráficos y Tecnología-
A nivel estético la franquicia Total War siempre ha atesorado enorme fortaleza, especialmente por la calidad de los diseños derivados de una dirección artística preciosista que recrea con enorme eficacia, detalle y mimo las diferentes épocas a las que la saga se ha ido acercando. El caso de Shogun es, probablemente, el más inspirado a nivel artístico de cuantos episodios de las series hemos visto hasta la fecha, y es que a la belleza inherente del lugar y la época se une un retrato especialmente inspirado.

El detalle de unidades y edificios siempre ha sido santo y seña de los trabajos estratégicos de Creative Assembly, pero en esta ocasión el equipo británico se ha superado a sí mismo, sacando partido de forma fantástica de una edad tan propensa a lo recargado y llamativo como es el Japón del siglo XVI. La recreación de la cultura nipona no ha quedado únicamente en estos aspectos, sino que también se ha trasladado a interfaces y menús con sorprendente precisión.

Hay algunos aspectos que debutan en los Asedios como, por ejemplo, la escalada de los soldados sobre las murallas construidas en pendiente.
Hay algunos aspectos que debutan en los Asedios como, por ejemplo, la escalada de los soldados sobre las murallas construidas en pendiente.

Los escenarios de corte natural también han mejorado sensiblemente con respecto a lo visto en episodios anteriores, aunque la cuidada recreación de las ciudades y fortalezas de la época definitivamente le roba el protagonismo. Los núcleos urbanos no tienen nada que ver con las fastuosas y fenomenales ciudades de Empire o Medieval II en cuanto a tamaño, pero sí dan la sensación de estar mucho mejor aprovechadas en lo tocante a su nivel de detalle.

Por lo que respecta a los efectos es quizá ahí donde más salto se puede observar en Shogun 2, y es que elementos como el fuego o, especialmente, la iluminación observan una mejoría que nos regala algunos momentos visuales muy poderosos; sobre todo con el sol iluminando desde determinadas posiciones el campo de batalla.

Elementos como la iluminación o el tratamiento de las nubes han experimentado un formidable avance visual.
Elementos como la iluminación o el tratamiento de las nubes han experimentado un formidable avance visual.

En cuanto a la siempre temida optimización, cabe destacar que Shogun 2 sigue la línea de características tecnológicas y de rendimiento que han venido caracterizando a las series Total War desde Empire: Esto se traduce en que es un título ciertamente exigente. Entre los parámetros a personalizar contamos con la lógica resolución, y con parámetros pormenorizados para definir la calidad de texturas, sombras, agua y cielo, para definir el antialiasing y la clase de filtros de texturas que se aplicarán, así como el modelo de Shader. Son activables otras características como la sincronización vertical, el HDR, las sombras ambientales, los efectos de distorsión y la profundidad de campo. Si superamos los Requisitos Recomendados podremos maximizar la mayoría de las opciones gráficas, pero eso no nos librará de algunas ocasionales caídas en la tasa de imágenes por segundo como las que sufrimos en el equipo de pruebas de redacción (i7, 8GB Ram y GeForce GTX 260).

Por último, y ya dentro de la faceta más puramente sonora, el título atesora todas las virtudes de cualquier producto de la factoría Creative Assembly. Banda sonora maravillosa, fenomenal doblaje a nuestro idioma y unos efectos de audio que quitan el hipo en las secuencias de batalla.

Excelente

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Total War: Shogun 2 es un fantástico videojuego de estrategia al que, sin embargo, comienza a pesarle la falta de innovación que muestra la saga en los últimos tiempos. El cambio hacia un prisma más minimalista está ahí y es de agradecer en cuanto a la frescura, pero este viraje quizá no agrade a todos los perfiles de público y es que algunos echarán en falta precisamente el grandilocuente estilo de, por ejemplo, Rome o Empire.

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Jugadores:
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
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