VaultMad / 6 de septiembre de 2015 Jugabilidad: Gráficos: Sonido: Innovación:

6,5 Discreto

Potencial desaprovechado
Cuando salió Fauces de Hakkon, me empeñé en debatir con algunos usuarios sobre las diferencias entre DLC y expansión. Soy consciente de que en cuanto a la terminología no tienen ninguna, pues una expansión no deja de ser un contenido descargable pero, ¿A qué llamamos los jugadores "expansión"?
¿A un añadido de unas pocas horas, a paquetes de contenido?
No, al menos algunos amantes del RPG no usan la palabra expansión tan a la ligera debido a los precedentes que tienen de otros juegos, en los cuales las "expansiones" suponen muchísimas horas extra y un contenido aparte por el cual merece pagar. 
El primer contenido descargable de Dragon Age Inquisition no cumple con esas características, pero lo más grave es que, de haber sido así, habríamos tenido una expansión excelente.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que Fauces de Hakkon no añade nada a la historia de Inquisition. Es una aventura aparte, en una localización nueva cuyo aliciente es directamente entretenerte unas pocas horas mientras obtienes nuevo equipamiento y derrotas nuevos enemigos.
La comparación más adecuada la tenemos en la propia saga de Dragon Age, ya que Fauces de Hakkon tiene un concepto muy similar a "La Marca de la Asesina" de la segunda parte o "El Prisionero de Piedra" de Origins. Aventuras secundarias sin ninguna repercusión (aunque El Prisionero de Piedra sí que se hiló con la historia en cierto momento) que intentan decirte que el prota del juego sabe dedicarse a otras tareas aparte de luchar contra el mal principal (aunque...para eso están las secundarias).

La trama es, como digo en el título, todo un ejemplo de potencial desaprovechado.
La trágica historia del Inquisidor que nos precedió cientos de años atrás (cuya condición y ocupación original guardan sorpresas muy interesantes), una antigua divinidad a punto de despertar y toda una horda de fanáticos. Una mezcla que, en una expansión de unas 10 horas más trabajada y unida a la trama principal podría haber dado el campanazo. Se nota en cuanto estás en las últimas misiones y te das cuenta de lo épico que habría sido.
Pero no es así. Es una aventura de unas 7-8 horas (explorando la nueva zona al 100% y sacándolo absolutamente todo) que pasa por la Inquisición sin pena ni gloria.

A un gran fan de Dragon Age Inquisition (o de la saga en general) seguramente le entretenga y le guste, pero nadie se pierde nada por no jugarlo.