NVIDIA pretende desmarcarse de cualquier competidor expandiendo su modelo de negocio, y ofreciendo diferentes productos más allá de las tarjetas gráficas. Así han nacido la revisión de NVIDIA Shield compuesta de tablet más mando, el sistema de juego en la nube GRID, la tecnología G-Sync para monitores y la serie 9 dedicada a los juegos más exigentes.
"No vemos a AMD como nuestra competencia", dice Sébastien Januario, Technical PR de NVIDIA en el evento donde pudimos probar las últimas tecnologías de la compañía. Y viendo sus nuevos productos, empezamos a entenderlo: la evolución de SHIELD a una tablet, lanzada (esta vez sí) en España a mediados de año, pretende reunir varias de las tecnologías que está investigando la empresa. Así, este dispositivo de ocho pulgadas cuenta con tres formas de jugar: los juegos basados en el sistema operativo puro de Android, el sistema de streaming con nuestro PC, y el juego en la nube, llamado GRID.
El juego en la nube llega a NVIDIA algo más tarde de la fiebre que se vivió por este tipo de arquitectura en los últimos años. OnLive fue el mayor de sus baluartes, pero no consiguió solidificarse en el mercado, mientras que Gaikai, la plataforma de David Perry, pasó a formar parte de las filas de Sony y se convirtió en el actual PlayStation Now. La GRID de NVIDIA nos permite jugar en streaming en nuestra tablet o llevar la imagen a la televisión, todo en la resolución estándar de 1080p. Su modelo de negocio aún no está claro, pero todo apunta a que podría tratarse de un servicio basado en la cuota mensual con la que jugar a todo el catálogo disponible, posiblemente con algunos juegos premium. Algo así como los servicios de películas actuales.
Con una conexión de 20 megas de bajada pudimos probar GRID desenvolviéndose con bastante precisión, teniendo en cuenta que no es la mayor de las conexiones y que los servidores europeos se encuentran actualmente en Dublín. El retraso en milisegundos era notable en juegos que necesitaban una precisión extrema, como el caso de Ultra Street Fighter IV o los juegos de carreras, donde algunas de las órdenes no retornaban. No es así con juegos que requieran menos relflejos. Sigue siendo un producto en desarrollo que, unido a una buena conexión, puede satisfacer al jugador que busque una forma de jugar parecida a las ofrecidas por PlayStation Plus y Xbox Live GOLD, donde puedes disfrutar de una tarifa plana de juegos sin adquirirlos.
El poder de la tableta NVIDIA lo demostraban sus juegos para Android. Si bien muchos de ellos son poco exigentes, el Tegra K1 lucía por ejemplo, con un port de Half-Life 2: Episode 1 en el que la compañía ha trabajado junto a Valve. La otra forma de juego, el streaming desde un PC, no es nueva, ya que fue una de las características más conocidas del primer modelo SHIELD que juntaba pantalla y mando. Con una tarjeta gráfica superior a la serie 6 podremos llevar muchos de nuestros juegos de PC a la tablet, y de ésta a la televisión. Ante el dominio y el buen hacer de NVIDIA con la tecnología de streaming, queda preguntarse si la compañía estaría dispuesta a lanzar una solución con la que poder llevar nuestros PCs al salón sin pasar por su tablet, como un Chromecast que conectar por HDMI directamente a la televisión, o incluso aliarse con algunas de las consolas para ofrecer una aplicación al igual que PLEX está haciendo con el mundo del cine.
Presente y futuro del PC
Un equipo con dos GTX 980 de 4GB de RAM en SLI nos esperaban frente a un monitor de 4K con la tecnología G-Sync para probar las últimas novedades en materia de videojuegos, con títulos como Ryse, Sombras de Mordor, Far Cry 4 o Dragon Age Inquisition. Poco a poco, la tecnología G-Sync se va haciendo más y más popular ante uno de los problemas más acusados y desconocidos del mundo del PC. Cuando muchos usuarios notan esas ralentizaciones o saltos de imagen y se sorprenden porque acaban de actualizar su tarjeta gráfica, resulta que en abundantes ocasiones es nuestro propio monitor el que no es capaz de sincronizar la imagen. De momento, el V-Sync era la herramienta más utilizada, pero aunque con ello se corrigen problemas como el famoso "tearing", no siempre era la solución. De hecho, para los jugadores que disfrutan de las versiones de consola, esto no suponía ningún problema ya que no sufrían de dicha falta de sincronía, pues la programación en estas máquinas posee una tecnología de sincronización adaptativa que logra una buena suavidad en la imagen (a veces a costa del fastidioso "tearing", como hemos visto sobre todo en muchos juegos de la pasada generación).
G-Sync elimina esta fragmentación de imagen gracias a un chip especial incluido en el monitor, que se coordina con la GPU. El resultado mejora cualquier prueba realizada con V-Sync activado o desactivado, y evita que incluso si nos movemos en la franja de los 60 a los 30 frames por segundo, notemos ralentizaciones molestas. Una tecnología que, por el momento, sólo tiene como inconvenientes un precio algo elevado y los pocos monitores que actualmente disponen de ella. Entre 450 euros para un monitor de 1080p y de 550 a 700 euros para los monitores 4K.
La nueva resolución que quiere imponerse en el mercado, las espectaculares 4K, es otra de las grandes características que pudimos ver en la presentación. Si bien esta resolución hace gala de mostrar de forma espectacular todos los grandes detalles de la nueva generación, lo cierto es que será un estándar difícil de asimilar, más aún teniendo en cuenta lo que tardó en solidificarse el 1080p tras un paso por el HD Ready de los 720p y unos juegos que todavía tienen que demostrar que son capaces de correr limpiamente en el estándar 1080p60, teniendo en cuenta que queda toda la generación por delante. Títulos como Sombras de Mordor (salvando su exigencia de 6GB para texturas en Ultra) o Ryse lucen a la perfección, mientras que Far Cry 4 aprovecha muchas de las últimas tecnologías de NVIDIA para representar una Kyrat en todo su esplendor, pero con algunas ralentizaciones que demuestran que queda mucho camino para que esta resolución sea la base, incluso para la conjunción de dos GTX 980 en SLI. Curiosamente, Dragon Age Inquisition, un título que no requiere de tanta máquina, presentaba más problemas a altas resoluciones, con especial hincapié en las secuencias cinemáticas y conversaciones, donde el juego se posiciona tozudamente en unos 30 cuadros por segundo ofreciendo algunas ralentizaciones para un título que firmó con AMD a la hora de afinar sus capacidades técnicas.
NVIDIA ha crecido mucho en los últimos años y de sus tecnologías como SHIELD, GRID o G-Sync se entiende que no vean a su mítica competencia AMD como tal. En materia de tablets, SHIELD demuestra ser una buena solución para el que quiera centrar su experiencia con estos dispositivos en los videojuegos, o del que busque soluciones digitales sin adquirir licencias. En materia de gráficas, la compañía ya creó hace unos meses una rotura en sus tradiciones, ofreciendo un modelo de gama media-alta como la GTX 970 de 4GB de RAM a un precio histórico y más que competitivo, pero en un mundo como el de los videojuegos donde la tecnología evoluciona tan rápido y la gama alta se convierte rápidamente en media, donde el jugador se balancea entre el entusiasmo de hacer "benchmarking" y la necesidad de un producto que dure años, donde en muchas ocasiones el software lastra al hardware, incluso el jugador de PC busca en algún momento cerrar de una vez la tapa de su ordenador y, simplemente, jugar. Así nació la última gran edad de oro del PC a finales de la pasada generación.