El videojuego más tridimensional de Mario realizado hasta la fecha. Esto es lo que pretenden conseguir los desarrolladores de Nintendo, y después de haberlo probado en una versión final, estamos convencidos de que pueden lograrlo. El efecto 3D por fin justifica la creación de Nintendo 3DS con un videojuego que nos hará ver las plataformas de Mario como nunca las habíamos contemplado hasta la fecha.
Parece que finalmente Nintendo 3DS va a remontar el vuelo durante las presentes navidades, gracias al salto que va a protagonizar el valioso fontanero italiano de la Gran N en Super Mario 3D Land. Y es que, después de haberlo probado en exclusiva desde las oficinas de la filial española de la compañía, todo indica que Yoshiaki Koizumi (director de los últimos Super Mario Galaxy) está llevando a cabo un proyecto digno de convertirse en el primer “vendeconsolas” de la nueva portátil 3D.
Los motivos son varios, pero el principal reside en que este nuevo título, realizando una combinación de lo mejor que nos ha dado el universo Mario en sus cerca de 30 años de historia, es aún capaz de adquirir una esencia propia, gracias a pinceladas de los Super Mario Bros clásicos, aderezadas con toques de Super Mario 64 e incluso retazos de obras al estilo Super Mario Galaxy. En definitiva, un “scroller” horizontal que se contagia de lo mejor que hemos apreciado en la franquicia -Mario clásico y Mario moderno- para ofrecernos, eso sí, el encanto plataformero de siempre.
Gozaremos de un nuevo diseño de niveles, faltaría más, en una división por mundos al estilo más clásico. Así, con esta toma de contacto con la versión japonesa del título, hemos podido comprobar que tendremos unas cuatro fases por mundo, sin contar el tradicional castillo de Bowser. “Un regreso al mundo clásico de Mario”, como lo bautiza el propio Koizumi, pero sin olvidar que nos encontramos ante un título de portátil.
Plataformas en tres dimensiones
Y es un detalle muy importante, porque uno de los aspectos que más sorprenden es que los niveles sean tan cortos, de apenas 5 minutos. Un aspecto que podría significar un inconveniente para los jugadores más “hardcore”, pero las apariencias engañan... Y es que, a pesar de que nuestras travesías sean fugaces, costará mucho superar completamente una fase, recolectando tanto sus tres monedas (al estilo New Super Mario Bros) como hallando todas las zonas ocultas, que no serán pocas.
Todo ha sido diseñado, según sus creadores, para resultar accesible a los jugadores más noveles, para que nuevos usuarios descubran a Mario. Sin embargo, eso no va a significar que los veteranos no vayan a encontrar retos. La dificultad estará ahí, ajustada al milímetro, dentro de una variedad de situaciones realmente loable: desde las típicas de “scroll” lateral hasta otras que nos llevarán hacia el fondo de la pantalla, sin contar aquellas que nos invitarán a escalar plataformas o a descender por ellas.
Veremos claras referencias a las fases más “retro” de la serie Super Mario Bros (como las típicas praderas de Goombas o los desafiantes barcos piratas sobre el aire), así como guiños a otras entregas gracias a diversos poderes (como el del mapache o la flor de fuego) y también movimientos. Mario podrá caminar agachado para llegar a lugares inaccesibles, rebotar en las paredes para alcanzar plataformas elevadas, correr y hasta lanzarse en bola para derribar tanto bloques como enemigos.
No obstante, seguramente lo que más sorprenda a los usuarios sea el grado de profundidad que Nintendo ha logrado en esta ocasión mediante la tecnología estereoscópica. Realmente, después de haberlo visto en acción, estamos seguros de que este será el videojuego que justifique definitivamente el uso del 3D en la consola. El resultado salta a la vista, y nunca mejor dicho, con plataformas que se muestran en diferentes grados de profundidad, dejándonos apreciar mucho mejor las distancias, ayudándonos -esta vez sí- a realizar saltos con una mayor probabilidad de éxito.
Confirmado queda que el grado de frustración, gracias a esta incorporación, queda reducido al mínimo. Pero no solamente eso. También importa, y mucho, el grado de espectacularidad que se consigue, creando en el jugador efectos como el vértigo, en fases donde debemos descender por un abismo de plataformas móviles. Nintendo parece que por fin ha entendido, tras unos meses con su portátil en el mercado, cómo usar un efecto tridimensional tan útil como atractivo desde el punto de vista jugable.
Y eso es algo que nos alegra, sobre todo porque, aparte de que Super Mario 3D Land es un soplo de aire fresco para la franquicia, tendremos la oportunidad de ver al bueno de Mario desde una renovada y más profunda perspectiva. Habrá situaciones que contenten más a los que les gusta recorrer libremente el entorno (con incluso varias rutas a seguir) y habrá otras que nos planteen un avance más lineal y controlado, pero al final la esencia fontanera rezuma en cada parte del juego, con interruptores, bloques voladores y otras peculiaridades (del estilo de paneles que se giran cada vez que saltamos) que añaden interés a una obra ya de por sí bastante completa.
Lo decimos más que nada porque también veremos secretos en cada nivel, gracias a bloques que nos teletransporten a realidades paralelas o tuberías que nos lleven a paraísos de monedas. Todo siguiendo un espíritu Mario muy clásico, incluidos los temibles enfrentamientos con Bowser. Unos niveles en los que sí que hemos apreciado fuertes influencias de la saga Galaxy. Una auténtica prueba de fuego a los botones que, en la fase que jugamos, se resolvió de una manera por muchos conocida: acabando con el puente que sostenía al malvado quelonio.
En resumen, podemos esperar un nutrido “remix” de situaciones en un cartucho donde no faltará la funcionalidad táctil (eso sí, limitada a escoger poderes, como la conocida estrella de invencibilidad). De igual forma, nos faculta para mover ligeramente la cámara, pero si hay algo que realmente marque realmente la diferencia, ese es el efecto tridimensional.
Justifica su presencia, eso ya lo hemos dicho, pero también potencia el resultado final, resaltando la excelente definición gráfica y texturas presentes, con colores vivos y modelados perfectos (tanto de escenarios como rivales). Con una estética similar a la de Super Mario Galaxy, el videojuego es un auténtico encanto audiovisual, con divertidas referencias a temas sonoros del pasado (a la vez que incorpora otros nuevos), creando un conjunto que podría -sin muchos problemas- convertirse en el título de Mario más tridimensional de la historia. Para saberlo, tendremos que esperar hasta el próximo 18 de noviembre, pero desde luego todo parece indicar que los japoneses van por el mejor camino para conseguirlo.