Un Beat ‘Em Up al estilo clásico de Golden Axe pero con el estilo inconfundible de Vanillaware. Eso es Dragon’s Crown, el regreso de un género olvidado en 2D, y con todos los ingredientes tradicionales para que puristas y nuevos jugadores se lo pasen igual de bien aporreando a criaturas de otro mundo mientras se maravillan con el toque artístico que sólo estos japoneses saben dar a sus creaciones.
George Kamitani, el fundador de Vanillaware, tuvo una vez una idea: crear la secuela espiritual del fantástico Princess Crown (1997), un RPG de acción donde el creativo ya demostró su estilo artístico tan único y personal. Tanto, que fue incomprendido en su deseo de lanzar un proyecto para Dreamcast que nunca llegó a salir de su mente. Para desgracia de muchos usuarios, tal videojuego, en aquel momento, era “indigno” de unas distribuidoras temerosas de un hipotético fracaso comercial.
Pero, por suerte, el tiempo ha terminado dando la razón al nipón. O al menos eso parece, porque Dragon’s Crown (destinado a PS3 y PSVita) ya está en una fase avanzada de desarrollo. Un Action RPG de fantasía artesanal y bidimensional que pretende dar a los trabajadores de Shinjuku (Tokyo) un nuevo éxito de crítica tras sus últimas maravillas electrónicas: Muramasa: The Demon Blade y Odin Sphere.
Para ello, el estudio japonés intentará realizar un encantador homenaje sobre un género ya tan olvidado como el de los Beat ‘Em Up de scroll horizontal. Un videojuego que no oculta su intención de rescatar tan tradicional género, tomando claras referencias de obras tan épicas como Golden Axe al tiempo que intenta innovar, siempre manteniendo las claves "retro" y de estilo que siempre han diferenciado a los creativos de Vanillaware.
Golpe artístico
Y a pesar de que se haya manifestado que va a ser una secuela espiritual de aquel Princess Crown lanzado en SEGA Saturn, la verdad es que todavía desconocemos mucho sobre su argumento. Sólo conocemos que tomará lugar en un mundo de fantasía tan del gusto de Kamitani, en un espacio repleto de laberintos y ruinas con el objetivo de encontrar un tesoro legendario antes de que lo hagan unos oscuros personajes -los conocidos como "portadores mágicos"- de muy malvadas intenciones.
Todo con los ingredientes tan típicos del género, con golpes a tutiplén y movimientos en un plano de juego lateral (también hacia el fondo), donde no faltarán variedad de enemigos y poderosos jefes finales. Un esquema conocido pero traído al presente con una estética y duración inigualables. Y es que los desarrolladores prometen el increíble número de 40-50 horas de juego, eso sí, siempre que completemos todas las “quests” y estemos dispuestos a re-jugar el título a fin de hallar todos sus secretos.
De hecho, uno de los aspectos más novedosos de Dragon’s Crown es que tendremos varios caminos a seguir durante la aventura, siempre en función de las decisiones que tomemos. Por ejemplo, en alguna ocasión podremos optar entre escapar o enfrentarnos a un enemigo. Asimismo, se nos podría presentar la oportunidad de robar un objeto a un determinado jefe, o hasta decidir quedarnos en una zona para indagar en sus secretos.
Esto, junto a la posibilidad de completar diversas misiones secundarias, podría incrementar la rejugabilidad exponencialmente. Pero todavía existe un factor más, y muy importante. Durante este periplo A-RPG de golpes a diestro y siniestro tendremos hasta seis personajes seleccionables, todos en principio muy atractivos y equilibrados, para que nadie se sienta nunca incómodo: el luchador, la amazonas, el elfo, la hechicera, el mago y el enano.
Todas tipologías clásicas, como podréis comprobar, cada una con sus fortalezas y debilidades en forma de mayor o menor poder de ataque o velocidad de desplazamiento, aparte de otras características especiales. Así, el luchador gozará de un escudo con el que defender a otros compañeros, la amazonas será imparable con su arma a dos manos, el elfo tendrá la capacidad de atacar desde la distancia con flechas, la hechicera de utilizar su magia negra para controlar “golems” y el mago de desencadenar poderosísimos conjuros contra sus adversarios. Y todo mientras que el enano -de enormes músculos- lanza a unos rivales contra otros.
No falta de nada, y además cada clase está especialmente indicada para distintos tipos de jugador, desde el más novato hasta el más experto. Adicionalmente, es posible hacer evolucionar a los personajes, pero no subiendo de experiencia, sino equipándoles con items y armamento que marcarán la diferencia. Un acercamiento, en definitiva, más realista, que se ve enfatizado por el hecho de que nuestras armas podrán deteriorarse y hasta destruirse, aunque todo tendrá solución...
En efecto, otro de los rasgos más genuinos del producto es que iremos acompañados por dos NPC (Non Playable Characters): una hada y un ladrón. De la hada actualmente se desconoce cualquier tipo de información, pero sobre el ladrón conocemos el divertido dato de que podrá robar el arma a nuestros adversarios cuando carezcamos de una. Un importante dato, aunque no tanto como el grado de interconexión entre PS3 y PSVita (se pueden compartir partidas guardadas) y, sobre todo, las posibilidades multijugador.
La campaña, por supuesto, se puede disfrutar en solitario (siendo el resto de personajes manejados por la CPU), pero lo más interesante de Dragon’s Crown es que se podrá jugar en multijugador online. PSN admitirá así hasta cuatro usuarios simultáneos, dentro de un sistema de juego donde, si lo deseamos, todos podremos escoger la misma clase. Sin limitaciones, y tampoco en lo referente a la dificultad.
Kamitani ha prometido que jugadores noveles y avanzados podrán compartir partida sin que se resienta la experiencia, aparte de desvelar interesantes sistemas como Bone Collection, el cual nos da la oportunidad de hallar los restos de otro usuario caído para curiosear información sobre él, así como el mensaje que dejó a su muerte. Y no sólo eso. Una vez recogidos sus huesos, podremos visitar a un mercader para que lo resucite, añadiéndolo a partir de entonces a nuestro grupo como personaje manejado por IA.
En resumen, una propuesta tan original, o casi tanto, como el espectáculo visual que el equipo de Vanillaware ha preparado para la ocasión. Manteniendo ese estilo inconfundible tan barrocamente evocador, los nipones logran llenar otra vez nuestra pantalla de puro arte, aunque ahora -y por primera vez en la historia de la compañía- en alta definición.
Los enormes dragones, las ruinas subterráneas y la deliciosa fluidez de animaciones se entremezclan otra vez con una inspirada banda sonora para darnos un conjunto audiovisual que merecerá mucho la pena ver en PS3, pero también en PSVita (ya que se promete que esta versión no se reescalará en términos de resolución).
Sólo nos queda por conocer si usuarios de PS3 podrán jugar con los de PSVita. Sería lo más lógico, aunque probablemente no sabremos la respuesta definitiva hasta dentro de unos meses, una espera larga que se plantea para la primera mitad del 2012 y que, también para nosotros en la redacción, va a ser difícil esperar. El regreso del género Beat ‘Em Up más puro, al estilo tradicional, pero con un estilo muy personal, podría convertirse en otra de esas pequeñas joyas que, afortunadamente, Vanillaware ya se ha acostumbrado a darnos durante los últimos años.