La estrategia en tiempo real siempre ha sido uno de los géneros favoritos de los jugadores de Pc, y se trata de un estilo que goza de una salud incontestable en compatibles. World in Conflict es la apuesta de Sierra y Massive Entertainment para hacerse un hueco en los RTS, y por lo que hemos visto parece que puede lograrlo.
Hace muchos años la estrategia en tiempo real era un terreno exclusivo para un público minoritario, especialmente por su descuidado aspecto gráfico que hacía difícil su acercamiento a los nuevos jugones; pero en los últimos tiempos, y gracias a la revolución tecnológica, gozamos de auténticos dispendios tecnológicos de manos de compañías tan importantes como Relic o Creative Assembly, que aúnan gráficos de infarto con una jugabilidad profunda y divertida. World in Conflict pertenece sin lugar a dudas a este grupo de juegos, pues aporta experiencia compleja y detallada, acompañada por un aspecto impresionante que dota al juego de toda la espectacularidad de la guerra.
Si has sido uno de los agraciados del sorteo de acceso a la beta multijugador del juego que se realizó en la web hace escasas semanas, ya eres consciente de la calidad potencial que tiene este título; pero vamos a entrar en detalles, por que el genial multijugador sólo es una pequeña parte del gigantesco todo que es World in Conflict.
Nuevo Desorden Mundial
Pongámonos en situación, que suenen los redobles de las marchas militares. Europa, 1989, la Unión Soviética se encuentra al borde del colapso a todos los niveles. Tras décadas de fingir una firmeza que económicamente no podían permitirse, el gigante comunista está a punto de desmoronarse sonoramente, y desde el Kremlin se toma una decisión de urgencia, invadir los Estados Unidos. Este descabellado plan lleva a los rusos a tomar por la fuerza Seattle, y desde ahí tratar de expandirse por toda la superficie norteamericana.
No se trata de un argumento particularmente original o novedoso, y ciertamente el momento que atravesaba la URSS a finales de los ochenta le resta cualquier credibilidad a la historia, pero tras enfrentarnos a guiones de títulos de estrategia que han supuesto pestiños de proporciones épicas, la propuesta de World in Conflict es, aunque ingenua, amena y llena de posibilidades. La URSS morirá matando, y como todos suponíamos, nos tocará a nosotros enfrentarnos a ella.
La campaña individual constará de quince misiones, en las que al frente del ejército estadounidense deberemos echar a los rusos del país y asestarles el golpe definitivo. La ambientación y el contexto histórico reciente dan la oportunidad de situar al juego en unos entornos muy detallados y cuidados, además de aportar las numerosas variaciones en los escenarios que proporciona la vistosa geografía norteamericana, con sus diferentes climas y orografías.
El Señor de la Guerra
World in Conflict está más orientado a la táctica que a la estrategia con gestión de recursos y construcción de infraestructuras. Se trata de dirigir con habilidad los efectivos de los que disponemos, y administrar los refuerzos con eficiencia y rigor.
Por lo tanto al principio de cada misión se nos proporciona un número de hombres con el que tendremos que apañarnos; no obstante además de ellos contaremos con refuerzos, ya que a pesar de la imposibilidad de erigir talleres o barracones, si que podremos solicitar tropas de apoyo mediante el empleo de puntos que nos permitirán recibir unidades de todo tipo mediante transporte aéreo.
En teoría en ningún momento nos quedaremos sin hombres, ya que en cuanto algún elemento de nuestro ejército es destruido, los puntos se vuelven a sumar a nuestro contador de forma lenta pero constante. Este sistema permite enfrentarnos a las situaciones de diferentes maneras. Por ejemplo si necesitamos urgentemente tropas de infiltración, podemos gastar nuestros puntos en francotiradores y en soldados sigilosos para colarnos cerca de los objetivos; si la situación se pone fea y nuestros hombres quedan al descubierto y son abatidos, podremos usar los puntos derivados de sus muertes para llevar carros blindados al campo de batalla y solucionar el “fregado” de manera poco sutil pero efectiva.
El otro aspecto diferenciador de World in Conflict es el sistema de nodos que emplea para dar por conquistadas las diferentes zonas del escenario. Por ejemplo, para tomar un determinado edificio civil o construcción enemiga que sea parte de los objetivos, deberemos mantener tropas en dos o más puntos de la zona que se encuentran cada uno en una punta del mismo, y que conforme más tiempo pasemos en ellos más fortificados se encontrarán.
Multijugador de Altura
Tras un testeo del multijugador, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que nos encontramos ante uno de los juegos de estrategia con un componente multiplayer más adictivo de los últimos años.
El sistema es sencillo, al igual que en un Battlefield o en un Counter Strike, disponemos de bandos, en esta ocasión y cómo es lógico, rusos y estadounidenses, a los que en determinados mapas se une la OTAN, y de este modo nos enfrentamos en equipo a nuestros rivales. Las tácticas conjuntas y la compenetración serán por tanto fundamentales.
Desde Massive Entertainment, conscientes de que en un multijugador de estas características si cada uno va a lo suyo la experiencia puede ser desastrosa, se han propuesto potenciar la experiencia de las ayudas entre jugadores para hacerlas imprescindibles para lograr la victoria. Por ejemplo han dispuesto puntos de control que sólo pueden ser tomados entre dos jugadores al tener un gran número de nodos por conquistar. Cada equipo puede estar formado por hasta ocho jugadores simultáneamente, lo que convierte la experiencia en un notable ejercicio de coordinación y complicidad.
Una de las mejores y más espectaculares experiencias con el multijugador es la del empleo de los ataques especiales, que incluían devastadores bombardeos aéreos, aviones espía para descubrir bases enemigas o la increíble bomba nuclear, que devasta a su paso todo cuanto se encuentra en la zona donde se lanza, erigiéndose en un majestuoso hongo de humo.
This Means War
Gráficamente World in Conflict es un título de vanguardia. Las unidades presentan un aspecto excelente, y representan con fidelidad los vehículos y tropas de la época, tanques Abrahams, Apaches, AWAC, etc. El aspecto gráfico de los entornos es así mismo soberbio, los edificios han sido creados con gran dedicación, y mención especial merecen detalles como la hierba, los árboles, el agua o los cielos en constante movimiento; por otro lado destaca de sobremanera la sensación de inmersión y de caos que aporta el hecho de observar dentro del propio escenario las otras tropas de nuestros compañeros de ejército enfrentándose a los rusos, o el constante fluir de aviones para pertrecharnos con refuerzos. Hay que destacar también que los elementos del escenario son destructibles lo que le otorga una gran inmersión y espectacularidad al juego.
Disfrutamos de una cámara que goza de total libertad para moverse a través de los mapas. Podemos girarla por entero y acercarla y alejarla del escenario con gran facilidad y comodidad. Un interfaz muy intuitivo y vistoso completa la notable presentación en pantalla del juego; vistosa pero enteramente al servicio de la jugabilidad.
El rendimiento del título parece bastante bueno, y en un equipo de gama media-alta podemos moverlo con las opciones gráficas moderadamente altas con una tasa de imágenes por segundo bastante estable; aunque todavía esperamos un cierto pulido en algunos factores de optimización, que se resiente de forma notable cuando las cosas se vuelven verdaderamente masivas en pantalla.
La fecha que se baraja para la salida de este probable must-have de la estrategia en tiempo real, es la de finales del tercer cuarto de este mismo año 2007. Así que es posible que para el mes de septiembre el juego ya esté en nuestras estanterías. Esperemos que su desarrollo siga el brillante camino que lleva la beta, y que se confirme como uno de los títulos de referencia del año. Buenas propuestas y excelentes gráficos no le faltan, desde luego.