The Last of Us está a la vuelta de la esquina, y su multijugador ha tardado en ver la luz pero está por fin disponible para que la prensa lo conozca a fondo. En 3DJuegos hemos tenido oportunidad ya de disfrutar de las primeras partidas competitivas, y hemos descubierto que exige el mismo instinto de supervivencia que la campaña individual.
El multijugador del esperadísimo The Last of Us ha sido uno de los secretos mejor guardados por Naughty Dog, y hasta tal punto es así que sólo con la copia final para analizar en las manos hemos podido saber de qué trata el componente on-line de la aventura de Joel y Ellie. Aquí los dos protagonistas dejan paso a Cazadores y Luciérnagas, dos comandos que se enfrentan a vida o muerte en una batalla a largo plazo por la supervivencia.
Interesantes conceptos de persistencia los que preparan los creadores de Naughty Dog para la vertiente competitiva de su lanzamiento. Lucharemos durante semanas en dos modos de juego que pondrán a prueba nuestro instinto de supervivencia, en mapas grandes y plagados de recovecos para una experiencia jugable más lenta y táctica de a lo que estamos acostumbrados.
Sobrevive
Cuando alguien piensa en el multijugador de un título eminentemente caracterizado por la acción, automáticamente le vienen a la cabeza recursos como el frenetismo, los tiroteos casi sin interrupción y un ritmo vertiginoso en el que apenas tiene cabida un segundo para pensar el siguiente paso a dar. O matas o te matan, como siempre; pero si te duermes, te paras o te planteas cómo hacer las cosas, acaban contigo casi de inmediato. No decimos que eso suceda siempre, pero desde luego es tónica dominante.
The Last of Us va precisamente en la dirección contraria. Su campaña individual es diametralmente opuesta en cuanto a ritmo, tempo y estilo a lo que se estila en el género de acción/aventuras, pero ese es un tema que trataremos la próxima vez que abordemos el juego de Naughty Dog: ya con su inminente análisis. De lo que toca hablar ahora es de su componente multijugador, un apartado on-line del que contra todo pronóstico no hemos sabido nada hasta ahora. En este momento, con el juego en las manos, cuesta imaginarse por qué sus responsables han ocultado durante tanto tiempo esta faceta que parece tan importante y trabajada del producto, y es que algunos agoreros ya comenzaban a augurar equivocadamente que su nula exposición quizá obedecía a la falta de calidad de este apartado.
Tras disputar un buen número de partidas con el apartado on-line de The Last of Us, hemos descubierto que aquí Ellie y Joel ceden el testigo del protagonismo a Cazadores y Luciérnagas: dos bandos de los que descubriremos mucho más cuando completemos la campaña. Las dos facciones se enfrentan entre sí en un buen número de mapas de muy cuidado diseño y sorprendentes posibilidades tácticas, localizaciones que siempre tienen un sentido de la verticalidad muy cuidado, y en el que es fácil tender emboscadas e incluso trazar planes con los que arrinconar y superar a nuestros enemigos.
No se trata de dar espacio a aquellos que gustan de esconderse en un rincón y que esperan toda la partida a que alguien pase para levantarle la tapa de los sesos, haciendo volar por los aires el equilibrio de las partidas. Se trata más bien de utilizar la cabeza para dar cada paso adelante, y de aprovechar cada cuidado aspecto del escenario para dar pie a una experiencia jugable en la que la prisa es la peor consejera. Hasta tal punto es así que hay disponible la posibilidad de esprintar, pero es muy poco recomendable puesto que tirar de ella es un movimiento tan ruidoso, que es una de las cosas que nos hará estar presentes en el radar enemigo durante un breve período de tiempo. Podemos recurrir a la escucha de nuestro alrededor tirando del gatillo derecho, lo que nos ralentizará durante unos segundos, pero que servirá para dibujar en nuestra pantalla la posición exacta de nuestros oponentes en un radio de unos modestos metros alrededor.
Así que, para pasar desapercibidos, lo mejor es caminar agachados, asesinar silenciosamente y tender trampas que levanten el menor ruido posible. Todo sonido es capaz de dejarnos expuestos en el mini-mapa enemigo, y en el multijugador de The Last of Us la información es poder. Así se crea una sensación de cierta angustia y congoja, y se logra también un mayor interés entre los usuarios por colaborar y trabajar en equipo para prepararse más adecuadamente para los combates en cuanto a ubicación, creándose unos focos de calor en los mapas en cuanto a tiroteos verdaderamente formidables.
Un Hombre: Un Guerrero
Las modalidades disponibles no son demasiadas, pero ante la riqueza de texturas y posibilidades que ofrece la experiencia jugable lo cierto es que no se echan en falta más. No hay que esperar grandes novedades de ellos, el más populoso seguramente acabará siendo el que otorga cierto número de resurrecciones por bando e invita al contrario a acabarlas. Es básico, sí, pero con las cosas tan interesantes a nivel jugable que propone, lo cierto es que de momento no echamos en falta muchas alternativas más.
En el resto de sentidos el título tiene un parecido serio con Uncharted en cuanto a los aspectos que rodean a lo puramente jugable. Por ejemplo una vez más podemos definir nuestro equipamiento entre hasta cuatro renglones personalizados, además de las típicas por defecto para clases de Asalto, Apoyo, Francotirador y Sigilo... Pocas novedades en este sentido, pero sí un surtido de armas muy particular como es el de The Last of Us, caracterizado por armas de cadencia de tiro muy lenta, y con las que vale más esperar unos segundos para un disparo certero que vaciar un cargador sobre los enemigos.
Los puntos de equipamiento servirán para mejorar todo nuestro abanico de armamento, pero también para obtener habilidades de supervivencia y los denominados Adquiribles. Hay un fuerte componente de personalización en este sentido, pudiendo obtener distintas habilidades como la de ampliar nuestro radio de escucha, la velocidad de recarga y otras destrezas que nos vendrán francamente bien en batalla. Ninguna de ellas resulta desequilibrante, pero todas son de una utilidad más que interesante. Existen también los Potenciadores de un Solo Uso que, como su propio nombre indica, son grandes fortalezas que podremos utilizar únicamente en una partida.
En otro orden de cosas también podemos customizar el aspecto físico de nuestro alter-ego en las partidas, con una cuidada selección de atuendos, sombreros, máscaras, gestos e incluso un emblema que podremos diseñar nosotros mismos. Todas estas partes se desbloquean con el transcurrir de las partidas y el progreso del título, y se adquieren con el dinero in-game que vamos obteniendo en los tiroteos.
En líneas generales, y a modo de conclusión, podemos decir que con su vertiente on-line, The Last of Us ofrece un complemento fantástico para su poderosa campaña individual. El multijugador está dividido en días y semanas para lograr pequeñas victorias dentro de una gigantesca guerra de guerrillas que es la que compone todo el apartado multijugador del programa, y que conjuntamente con la personalización de nuestro propio personaje compone un elemento persistente que encaja muy bien con la profundidad táctica y el desarrollo lento de sus partidas.