Puede que tu concepto sobre la serie DiRT cambie un poco cuando conozcas lo que ha hecho Codemasters con la cuarta entrega numerada. Más profesional, más serio… más rallies. Esta es una buena forma de definir un videojuego que, sin embargo, busca tanto al piloto veterano como al más amateur. Te lo contamos al volante de Dirt 4.
Ayer tuve la oportunidad de hablar con los desarrolladores de Codemasters, y sin duda lo que más me sorprendió, es que casi en cada respuesta aparecieran las mismas palabras: DiRT Rally. No se puede entender esta nueva entrega sin acudir a ese videojuego nacido en "early access" y que ha logrado vender cientos de miles de copias.
DiRT 4 nace como respuesta a ese éxito. No renuncia al desenfado "off-road" de esta franquicia, pero abraza el estilo más serio de los rallies. Ponerlo todo en conjunto era el objetivo, dentro de un videojuego que promete ofrecer una experiencia de juego satisfactoria tanto para conductores empedernidos, como para los que acaban de salir de la autoescuela. Según el estudio británico, esto "es complicado", pero parecen tenerlo claro.
Mi primera toma de contacto no me dejó lugar a dudas. Me percaté de por donde iban los tiros. Cuatro ajustes preestablecidos de dificultad que podías personalizar a tu antojo, modificando control de ABS, tracción, estabilidad, cambio de marchas… Va desde lo más accesible, permitiéndote usar los reinicios por si la pifias en una curva; hasta lo más exigente, obligándote a iniciar la carrera con el freno de mano apretado. Hay bonificaciones según lo difícil que te lo pongas, pero también penalizaciones, y al acabar cada etapa no sólo debes llevar el coche hasta la zona de descanso, sino que además puedes repararlo.
DiRT se pone serio
Se pretende hacer de la experiencia DiRT algo más profesional, pero sin renunciar al espíritu de la competición de antaño. El modo carrera se nos ha dicho que va a ser "más serio y auténtico". Buena parte de la importancia recaerá en las pruebas, pero también en la gestión. Contratar empleados, llegar a acuerdos con patrocinadores, comprar coches, ajustarlos, mejorarlos… "Queremos una experiencia más profunda, no solamente centrada en conducir", nos aseguraron.
DiRT 4 posee cuatro estilos de pruebas, y dos de ellas son rallies (modernos e históricos), algo que vuelve a subrayar la influencia de DiRT Rally. Parece prácticamente como si el videojuego se hubiese construído sobre su base. De hecho, cuando me puse al volante, no sentí apenas diferencias. Mismas sensaciones y físicas. Sin embargo, al dejar los mandos quise conocer la perspectiva de los desarrolladores, que confirmaron mis pensamientos: "La diferencia está sobre todo en los entornos". Es decir, en Australia, Michigan, Suecia, Gales y España.
DiRT 4 es un ejercicio de escucha a los jugadores excepcional, o al menos eso parece
En Codemasters están contentísimos con cómo les quedó aquel videojuego, y por eso no han cambiado nada: "Queríamos que la experiencia llegara intacta a este juego". Realmente lo que han añadido son capas: la de la accesibilidad, la de las localizaciones y la de la personalización. Esta última es interesante, porque podemos generar nuestros propios trazados. No os emocionéis, porque es sólo para rallies… y tiene sus límites. Tú escoges la distancia, la complejidad, la hora del día y el clima. El programa se encarga de todo lo demás. En realidad, son trazados autogenerados, pero no está nada mal.
Hay otra capa más: la variedad. No todo son etapas de rallies. Tenemos Rally Cross, que me lo dejo para un contacto futuro, ya que el modo estaba bloqueado. Pero Land Rush estaba habilitado, y son carreras de buggies. Resultan rebeldes en manejo, con un estilo más desenfadado en competiciones que me permitieron comprobar el funcionamiento de la IA. Embisten, te estorban y ves cómo hacen trompos. Me convenció, pero es que además desde el estudio inglés afirman que "todavía está en desarrollo". Es decir, puede mejorar.
Es fácil que os perdáis, así que recapitulemos. DiRT 4 se construye sobre la base de DiRT Rally, centrándose en su aspecto serio, pero con un toque de accesibilidad y variedad. Han aprovechado la buena respuesta del juego, añadiendo nuevas localizaciones y metiendo otro tipo de pruebas que se salgan de lo habitual. Ahora coges todo esto, lo metes en la batidora, y te sale lo nuevo que está cocinando Codemasters.
Como planteamiento no está mal. No es lo más innovador, y se intuye algo de reciclaje. No obstante, y lo que más nos interesa, es que puede funcionar. Han escuchado a los usuarios y parecen tenerlo claro. Tanto, que se han eliminado las gymkanas. O bueno… más o menos. Su espíritu está, según los responsables, "en una zona abierta, con eventos time attack, así como retos de golpear bloques. Es como un espacio de descanso de la competición. Menos intenso, pero aún así dentro del conjunto del juego".
La intención al final es acabar con aquello que frustraba a los usuarios, y potenciar lo que saben que les ha gustado. DiRT 4 es un ejercicio de escucha a los jugadores excepcional, o al menos eso parece. Gráficamente no es un juego demasiado puntero, aunque aprovechará las opciones de PS4 Pro. Sobre las gafas VR no prometen nada. Sobre Nintendo Switch, ni se descarta, ni se confirma.
Sabemos que tendrá competitivo, con desafíos que propondrá Codemasters de manera periódica. Sabemos que tendremos una academia para aprender las técnicas. Sabemos que habrá más de 60 vehículos a conducir. Lo que no conocemos es si DiRT acabará siendo un digno representante de la saga, para eso habrá que esperar. Sin embargo, en los británicos siempre se ha podido confiar. Si alguien controla el volante del género, son ellos. Una sorpresa sería que protagonizasen un trompo en su mejor disciplina.