Viajamos a Londres para probar XCOM: Enemy Unknown con la ayuda de su productor, Pete Murray, y con la intención de ver en movimiento uno de los juegos de estrategia más esperados del año. Tras catar varios niveles del juego, podemos decir que Firaxis está haciendo un trabajo soberbio que no dejará a nadie descontento.
2K ha sabido jugar bien sus cartas. Cuando media industria se llevaba las manos a la cabeza ante el giro de 180 grados que iba a sufrir una de las franquicias del género de estrategia más queridas de todos los tiempos, puso XCOM: Enemy Unknown sobre la mesa, y lo hizo emparejado con el maestro de la estrategia por turnos Firaxis. Los fans de toda la vida podían volver a soñar.
Tras la demostración que tuvo lugar allá por marzo nos quedamos con la sensación de que el estudio creador de Civilization iba por el buen camino. Desde entonces ha llovido mucho, en parte por los caramelitos que 2K nos ha ido dejando a través de los diarios de desarrollo, y por el propio fanatismo de los seguidores en los foros. Ahora hemos podido jugar a varios niveles del juego con total libertad y a nuestro ritmo, disfrutando al máximo de la experiencia, y sólo podemos deciros que la expectación puede seguir creciendo…
Alienígenas y terrícolas
La historia es de sobra conocida: la Tierra está siendo invadida por alienígenas y nos toca ponernos al mando de un equipo de especialistas militares al servicio de XCOM, una organización internacional creada para contrarrestar la llegada de los aliens. Contamos con los mejores soldados, con las últimas tecnologías y con los investigadores más brillantes del planeta bajo nuestro mando.
La primera misión que probamos es el clásico tutorial. Movimiento, cobertura, ataque, etcétera; todo ello un mero trámite para darnos cuenta de que los primeros pasos ya saben a XCOM. La sensación de estar jugando en aquellos campos de batalla formados por "sprites" se instala bien pronto en la cabeza. A pesar de contar con un motor gráfico moderno como es el Unreal Engine 3 y de estar frente a soldados que, como nos confesó Pete Murray, le recordaban a "figuras de acción parecidas a los G.I. Joe", la atmósfera, esa niebla de guerra, esa música de suspense apelan a nuestro archivo de nostalgia desde el primer momento.
A nivel de combate el control es intuitivo y sencillo, que no simple, y es que Firaxis ha tratado de reducir en lo posible los elementos menos relevantes para el desarrollo de las batallas. Contamos con el cursor de movimiento, el menú de acciones y varios indicadores de estado que proporcionan que la experiencia sea más fluida, sin despreciar el control que posee el jugador en todo momento. Como en los viejos tiempos, pero más obvio y rápido.
Tenemos toda la libertad del mundo en el campo de batalla. Si bien es cierto que los primeros niveles son de tanteo y vamos algo más guiados, en cuanto el juego nos deja a nuestro aire, al aterrizar en las zonas de combate nos sentimos totalmente desamparados. Pete Murray afirmó que Firaxis quería que las acciones de los jugadores fueran cruciales para el desarrollo del juego, y es totalmente cierto. También dijo que "solo el hecho de elegir llevar una granada frente a un medkit puede marcar la diferencia entre la victoria o la derrota".
Los soldados son "nuestros soldados". Tenemos la opción de personalizarlos y dotarlos de unas u otras armas y armaduras, de mejorar según qué habilidades… Murray se atrevió a decir que uno llega incluso a cogerle cariño a estos soldaditos: "En una partida le tenía mucho aprecio a una soldado. Lo tenía personalizado hasta el más mínimo detalle, y mejorado hasta la saciedad. En una misión arriesgué demasiado con esta unidad y la perdí. No daba crédito; ¡necesitaba recuperarla, estaba destrozado!". De hecho, la pérdida de un soldado será más patente que nunca. En cada base de operaciones contamos con una cantina en la que hay reservada una zona para recordar a los caídos. Además, si nos paramos a mirar, vemos cómo los soldados se mueven por las instalaciones e interactúan entre ellos.
Un buen porcentaje del juego transcurre en la base, que no ha cambiado mucho desde el 94. Seguimos teniendo los barracones, el hangar, los laboratorios… todos ellos a tiro de botón o de ratón. Las operaciones se realizan en la sala de situación, donde se encuentra el antiguo "geoscape" y desde donde se puede escanear el planeta en busca de ovnis. Cada uno de estos escaneos implica un tiempo, con lo que volvemos al aspecto estratégico de adelantar el tiempo para acelerar las investigaciones y las construcciones, elementos que tienen la misión de mejorar a nuestras tropas para lograr ventajas en el campo de batalla.
Control y posibilidades de éxito
Con todo, la gestión de los recursos, de las relaciones internacionales, de las tropas y las investigaciones logra convertirse en una labor apasionante, porque nos sentimos totalmente involucrados en la historia. Quisimos saber si el jugador profano podría llegar a sentirse algo perdido entre tantas opciones y tantas gestiones, pero su productor cree firmemente que los jugadores actuales están acostumbrados a jugar teniendo en cuenta variables y configuraciones complejas.
Estamos seguros de que el jugador de XCOM se encontrará como pez en el agua, pero, ¿qué hay de esos jugadores que le tienen miedo a jugar sin una retícula? Murray fue muy claro en eso: "Enemy Unknown es un título que puede aportar el lado más táctico de una escaramuza. Esos jugadores acostumbrados a meterse de lleno en la acción también tienen un conocimiento del terreno, de su papel individual en el equipo… muchos de ellos estarán deseando un juego que les ponga en el papel del comandante, sin sacrificar el nivel de intensidad que puede verse en un título de acción".
También es muy interesante la capacidad que tiene el juego de brindarnos las situaciones más memorables sin recurrir a la narrativa o a un script fijo. "El juego tiene mil posibilidades, es muy rico en situaciones memorables, en esos momentos en los que el combate se te va de las manos pero logras retomar un edificio, o recuperas una posición estratégica, o logras un crítico que te da la victoria… son esta clase de eventos los que hicieron a XCOM un clásico de la estrategia por turnos".
La nostalgia y la memoria suscitada por un juego como el que nos ocupa pudo haber sido un gran lastre para Firaxis, pero lejos de dejarse intimidar por ello, sacaron pecho: "en realidad nosotros somos fanáticos de XCOM ", decía Murray. "La veneración que sentimos hacia la saga es enorme y queremos respetar esas memorias de los jugadores, pero también innovar. Estamos seguros de que Enemy Unknown logrará todo eso".
XCOM: Enemy Unknown es una propuesta que genera miedos e inseguridades se mire por donde se mire, pero Firaxis ha sabido coger el toro por los cuernos y domarlo con total soltura. XCOM va a volver, y lo va a hacer rindiendo honor a su memoria y a todos los fans que hay ahí fuera. En lo que respecta a los curiosos, os aseguramos que en cuanto prueben un poquito de esta epopeya de la defensa terrestre no querrán volver atrás. Es un verdadero soplo de aire fresco para una industria que tiene la mala costumbre de acomodarse.