The Evil Within: Impresiones jugables

The Evil Within: Impresiones jugables
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Shinji Mikami regresa. Y promete hacerlo sin dejar indiferente a nadie. The Evil Within es una aproximación al terror tanto psicológico como visceral; una apuesta que demuestra que se puede asustar también con un arma en la mano. ¿Estás preparado para enfrentarte a un antiguo mal que ha despertado?

En los últimos años estamos viviendo un punto de inflexión en el género del survival horror. Los juegos que te permiten hacer frente a la amenaza pecan en ocasiones de ser demasiado directos y de haber dado un significativo cambio de rumbo hacia la acción, por lo que otros títulos como la saga Amnesia, Outlast o el próximo Alien Isolation se han refugiado en el sigilo para dar esa sensación de opresión y de constante peligro. The Evil Within no se esconde, aunque puedes aprovecharte de sus mecánicas de sigilo. Es un título donde las armas y la munición escasa entran en juego, que nos ha dejado un buen sabor de boca y cuya mayor contra viene dada con su fecha de lanzamiento, con un retraso de agosto al próximo 24 de octubre.

Mikami nos hace esperar, pero la paciencia puede dar sus frutos. Por si alguien aún no se ha dado cuenta de la analogía entre Resident "Evil" y "Evil" Within, no vamos a andarnos con tapujos: The Evil Within es un Resident Evil 4 tan tan puro, que puede que sea más Resident Evil que la propia cuarta entrega de Capcom. Tal como lo lees. Es imposible no sentir un atisbo de nostalgia al recorrer ciertos escenarios, ver la disposición del mapa o algunas secuencias, que son un profundo homenaje a la saga y en especial a Resident Evil 1. Uno de los capítulos, que transcurre en un gran caserón, recuerda inexorablemente a la mansión Spencer, tanto por fuera como en el gran hall principal con sus dos escaleras y la disposición de las habitaciones. Nada más entrar irás a la puerta de la izquierda porque es lo que hacías siempre en el primer Resident, para encontrarte con un comedor y una nueva puerta al fondo a la derecha. La propia presentación de algunos enemigos viene acompañada con esa mirada por encima del hombro tan característica de la serie. Es como volver a casa.

Pesadilla psicológica

Pero no todo es un homenaje. Nuestro detective protagonista, Sebastián Castellanos, es un personaje algo más atípico en un survival horror japonés. Tiene su personalidad acompañada de muchos cigarrillos y de ese aire cínico del Hardboiled, mezclado con tino en una historia de terror tan psicológica como explícita. Es difícil explicar de qué va The Evil Within; viendo sus imágenes puedes creer que estamos ante un título centrado en el gore más crudo, pero a medida que jugamos nos vamos dando cuenta de que ese "mal interior" puede tener más que ver con algo dentro de la psique humana.

Ahí está la grandeza de Mikami con esta obra, en la mezcla de tantos aspectos bien diferenciados pero que confluyen perfectamente entre sí. Todo dentro de un título con una cámara en tercera persona y mecánicas de shooter por encima del hombro, pero que en realidad es mucho más que eso, ya que la exploración del escenario es importantísima, sobre todo en los más altos niveles de dificultad; y la acción se fusiona a buen ritmo con algunos puzles, escenas oníricas, secuencias cinemáticas y enfrentamientos donde lo único que podremos hacer es correr y correr...

The Evil Within no es para todo tipo de estómagos. No se corta a la hora de mostrar las imágenes más escabrosas.
The Evil Within no es para todo tipo de estómagos. No se corta a la hora de mostrar las imágenes más escabrosas.

Y es que los enemigos se las traen. Otra variación de zombi, similar a la de Resident Evil 4 con algo más de inteligencia y bastante más resistencia, ya que en ocasiones tendremos que quemar los cuerpos si no queremos que se levanten de nuevo. Es una aportación muy interesante a las mecánicas de juego, porque no siempre tendrás claro cuando un enemigo que has matado se va a levantar, o incluso uno que te encuentras ya en el suelo. Algunas veces puedes volarles la cabeza y se levantarán, otras les dispararás al cuerpo y no lo harán. La presión es más fuerte aún cuando las cerillas que puedes llevar en tu inventario son muy limitadas y tendrás que explorar a fondo el escenario para encontrarlas.

Uno de los mayores aciertos de The Evil Within es sin duda la proporción entre munición y número de enemigos. En ocasiones hay pocos, dispuestos a asustar más que otra cosa, y en otros momentos llegan en horda, mientras que la munición está compensada para que estés siempre contando balas. El truco "disparo a la pierna" funciona muy bien combinándolo con las cerillas, pero olvídate del combo "disparo + cuchillo", porque aquí estar cerca de un enemigo, por muy común que sea, puede suponer una muerte casi tan instantánea como en The Last of Us. Con muerte desagradable de regalo.

Luega hay otra variante de enemigos que son otro cantar. Se trata de ese misterioso hombre encapuchado y esa chica que se arrastra con brazos y piernas por el suelo, a los que no puedes hacer frente. Lo único que puedes hacer es correr, y Sebastián corre muy despacio, por no decir que se cansa con bastante frecuencia si le forzamos, por lo que tendremos que estar atentos a nuestra barra de energía. Estos encontronazos suelen estar precedidos de secuencias oníricas bastante sugerentes, en las que los pasillos no tienen fin y el mundo en general no tiene sentido. Si nos atrapan, moriremos; pero en algunas ocasiones nos pueden acechar en cualquier momento de la aventura, y tendremos que huir durante un tiempo de ellos o nos costará una buena porción de vida.

Los enemigos son variados tanto en aspecto como en mecánicas. Aunque parezcan básicos siempre pueden complicarte la vida.
Los enemigos son variados tanto en aspecto como en mecánicas. Aunque parezcan básicos siempre pueden complicarte la vida.

Armas o sigilo

The Evil Within es muy inteligente a la hora de administrar el inventario. Es tan limitado que a veces puede llegar a parecer absurdo, como por ejemplo el poder llevar sólo cinco cerillas o un par de botiquines, pero una vez que entramos en acción se entienden perfectamente este tipo de decisiones, que generan muchísima tensión y evita que seamos un tanque bípedo. La munición es escasa, como decimos, pero además de generar tensión, está planteado para forzarte a usar esas armas que normalmente no utilizas en una situación extrema, sobre todo si eres un amante de la escopeta. Aquí, en ocasiones no te quedará otra que hacer ruido y lanzar una granada o investigar una de las armas especiales del juego: la ballesta. Un arma lenta, pero poderosa, capaz de disparar tres tipos distintos de proyectiles que podemos fabricar con objetos que vamos encontrando en el escenario.

No faltará la clásica pistola, a la cual daremos mucho uso y, sobre todo la escopeta, ideal para esos momentos en los que nos veamos acorralados o en los que despejar un pasillo lleno de enemigos. Pero habrá que tener cuidado con el ruido en todo momento, ya que The Evil Within juega también con el sonido para atraer a enemigos cercanos si generamos demasiado estruendo. Algo que puede ocurrir al abrir fuego, pero también al correr o al abrir las puertas de golpe, como en Resident Evil 4. Para evitarlo, siempre podemos hacer uso de nuestro cuchillo o de algunas armas blancas más contundentes, pero desechables, que encontraremos en nuestro camino. Y, por supuesto, de las mecánicas de sigilo.

Totalmente opcional, pero bastante necesario en ocasiones, el sigilo puede salvarnos de un tiroteo innecesario y hacernos ahorrar mucha munición. Colocarse a las espaldas de un enemigo supone una muerte instantánea para él, y escondiéndonos en las sombras podemos elegir en qué momento atacar, separar a un grupo o incluso preparar algunas trampas con la ballesta para ir limpiando la zona. También existen trampas que nos pueden explotar a nosotros si no andamos con cuidado, mientras que en modo sigilo podremos intentar desactivarlas mediante un sencillo minijuego en el que tendremos que parar una aguja en el lugar correcto. Por contra, pese a que parece fácil, sólo tendremos una oportunidad, y la vida que quita si fallamos no compensa por el hecho de recuperar algunas piezas para la ballesta.

Las armas son nuestra principal forma de defendernos. Pero siempre podemos hacer uso del cuchillo o el sigilo si nos quedamos sin munición.
Las armas son nuestra principal forma de defendernos. Pero siempre podemos hacer uso del cuchillo o el sigilo si nos quedamos sin munición.

El otro punto importante del juego son los puzles. No hay tantos como en los primeros Resident, pero están bien medidos. Algunos son puzles puros, relacionados con algún punto concreto del escenario, mientras que otros nos harán explorar a conciencia para poder desbloquear una puerta. La parte curiosa es que si elegimos el modo de dificultad más sencillo se resolverán solos, por lo que habrá que tener en cuenta esto antes de empezar la partida. Es importante mencionar los niveles de dificultad, que son cuatro, porque a partir del segundo la cosa ya supone un reto, sin ser el primero de ellos un paseo. El tercero de ellos será un verdadero desafío, mientras que el cuarto promete ser un infierno.

Para poder sobrevivir a la pesadilla será muy importante explorar bien todos los escenarios. Además de enemigos y trampas, habrá momentos donde tendremos que superar una secuencia de acción rápida, que no un Quick-Time Event, por ejemplo, intentando desactivar una enorme trituradora que nos arrastra hacia ella, apuntando bien con nuestra arma. Explorando concienzudamente encontraremos más munición, algunas curas y botiquines que extenderá algo más nuestra barra de vida pero que tienen efectos secundarios, y algunos coleccionables en forma de diarios y cintas que nos permitirán conocer mejor la historia detrás de este terror sobrenatural. Los escenarios prometen ser también variados, sumando al psiquiátrico visto en el tráiler la mansión y un pueblo bastante tétrico. Todos ellos están llenos de secretos y caminos ocultos que será importante visitar si queremos sacar todo el jugo a The Evil Within.

En algunas ocasiones nos tenderán trampas ineludibles, como esta trituradora, de la que tendremos que zafarnos con buenos reflejos y buena puntería.
En algunas ocasiones nos tenderán trampas ineludibles, como esta trituradora, de la que tendremos que zafarnos con buenos reflejos y buena puntería.

Luces y sombras

Tango Gameworks, el estudio de Shinji Mikami, recoge la tecnología del idTech 5 que ya hemos visto en juegos como RAGE y el reciente Wolfenstein: The New Order. Hay que decir en favor del título de id que siendo un juego de 2009, probablemente sea el título que mejor ha aprovechado esta tecnología, ya que The Evil Within da una de cal y otra de arena en el apartado gráfico. Lo cierto es que para lo que pretende logra el impacto visual, pues se centra mucho en sacar todo el partido de la iluminación para su juego de luces y sombras, que logra crear una ambientación tenebrosa, exponiendo mucho la luz y combinándolo todo con un filtro de ruido del que, aunque no somos muy aficionados, hemos de reconocer que funciona.

Es en el punto de vista más técnico donde podemos encontrar algunas faltas, ya que en muchos aspectos es un juego a medio camino entre generaciones. Se nota en algunas texturas que podrían tener algo más de resolución, o la carga de polígonos que podría ser mucho más abultada sin que las consolas de nueva generación se resintieran por ello. Los efectos de partículas, como las de sangre, son probablemente de lo peor ejecutado de la obra. Más aún cuando el juego aplica una técnica de formato 21:9 propia de las películas de terror de los 70, que se podría haber aprovechado para imprimir más carga gráfica a lo que sí se muestra.

La ambientación está muy lograda, con escenarios bien diferenciados divididos por capítulos.
La ambientación está muy lograda, con escenarios bien diferenciados divididos por capítulos.

Sin embargo, y con todo, The Evil Within sale bastante victorioso porque cumple con creces su objetivo de crear atmósfera, tensión y terror. Es impresionante cómo dispone todo el escenario para que quede perfectamente encuadrado a nuestro paso en cámara en tercera persona, como el momento antes de adentrarnos en la mansión o a la hora de recorrer un pasillo. Todo gracias al buen uso de la iluminación y de una acentuada profundidad de campo.

Lo cierto es que esperábamos de The Evil Within un juego completamente visceral, con algo de atmósfera pero bastante acción, y el resultado nos ha convencido muchísimo más. Es un título con mucha tensión, con momentos de buen survival horror como sólo Mikami sabe hacer. Huye de la indefensión y del escondite que domina el género actualmente, nos pone un arma en la mano y no se avergüenza de ello, porque también se puede ofrecer terror de esta forma. No le des más vueltas: The Evil Within es el Resident Evil que Mikami hubiera hecho después de su cuarta entrega. Duro, tenso y desafiante. Y da pavor decir lo siguiente, pero en ocasiones, incluso mejor.

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