La maldición de los Belmont será eterna, aunque para Mercury Steam se acabará con el estreno de Castlevania: Lords of Shadow 2. La compañía española se despide de la franquicia con un título en el que trata de aplicar todo lo que ha aprendido en todo este tiempo. Mundo abierto, acción mejorada y el control directo de Drácula en una aventura que promete ser memorable. ¿Quieres sangre?
No son pocas las sagas de origen japonés que experimentan o han sufrido un estancamiento en su propuesta. Castlevania era una de ellas, una franquicia que Konami quería renovar para abrirla a más usuarios al tiempo que se actualizaba su jugabilidad para adaptarla a los cánones actuales. Pero la tarea no era ni mucho menos sencilla. Se requería gran valentía y talento por parte de alguna desarrolladora, una que muy pocos habrían pronosticado que se encontraría dentro de las fronteras españolas.
Mercury Steam, los otrora creadores de títulos como Scrapland o Clive Barker's Jericho, ya habían experimentado con proyectos interesantes aunque no siempre con los resultados deseados. La llegada de la compañía nipona, y en particular el apoyo del mismísimo Hideo Kojima, hizo posible el sueño: dedicarse a una franquicia consagrada, aplicarle la personalidad propia del estudio y crear una visión única sobre lo que debía ser un videojuego basado en las desventuras del famoso conde Drácula.
Castlevania: Lords of Shadow 2 es el tercer y último juego de la serie Lords of Shadow, que la cerrará para dejar buscar a los españoles nuevas fronteras en otro trabajo o licencia. Un título en el que el padre de Metal Gear ya no trabaja, probablemente porque los nipones se han dado cuenta de que no es necesario. Confían, y parece que mucho, en lo que salga de las oficinas situadas en San Sebastián de los Reyes (Madrid). Promete convertirse en el trabajo más espectacular del estudio, el cual ya se conoce que aparecerá -en principio- de forma exclusiva para la presente generación de consolas -PS3, 360 y PC- el próximo 27 de febrero.
Drácula contra el mundo
Argumentalmente se nos propone una continuación de lo que vimos en anteriores juegos, sólo que muchos años después. Drácula despierta en un panorama no muy halagüeño, con el advenimiento de su mayor enemigo (Satán) y la amenaza que provoca el clan de los Belmont, dispuesto a erradicar el mal que representa el príncipe de las tinieblas. La mayor novedad es que en esta ocasión el jugador no se coloca en la posición de la luz, sino de la oscuridad, manejando y siguiendo los pasos del mismísimo conde.
Por ello, Mercury Steam se ha involucrado mucho en el diseño del personaje, tratando de hacerlo más humano, mostrando sus preocupaciones y anhelos. Todo en un escenario bastante caótico y también oscuro, tanto que la acción se desarrolla en una misma noche, aunque yendo y viniendo del presente al pasado para conocer todos los entresijos que esconde el peculiar argumento de Castlevania: Lords of Shadow 2.
El recorrido narrativo promete, y como es tradición en el estudio español podemos esperar sorpresas, así como un cierre a la altura de las circunstancias. Para tal fin nos moveremos básicamente entre dos escenarios: el castillo y una ciudad de estilo gótico que está ambientada en una época actual. Todo lo demás es una incógnita hasta la fecha, salvo la existencia de Victor Belmont, que podéis imaginar cual será su papel en esta historia. Junto a él, clásicos como Marie o Alucard podrían reaparecer, tanto para rememorar el pasado como para incrementar el interés narrativo en el presente.
Es todo un hito que un Castlevania tenga como protagonista principal a Drácula. Habitualmente, nos lo encontrábamos al final para darle su merecido. En esta ocasión, la perspectiva se hace mucho más compleja, ya que lo controlamos, gozando de una percepción más profunda sobre su figura. Esto se transmite por supuesto al plano jugable, con una buena variedad de armas y habilidades ya desde el comienzo. Los factores confluyen para hacer realidad un esquema "hack 'n slash" claramente mejorado, siendo interesante y original, queriéndose distanciar así de otros exponentes del género.
A pesar de que el concepto de aventura sea más amplio en este título, con un mundo abierto que explorar, nuestro primer contacto apunta a que sigue fielmente la fórmula de acción del primer Lords of Shadow. Esto quiere decir que aún tendremos un carácter muy guiado, así como frecuentes batallas que, eso sí, ahora se hacen más atractivas.
Ganamos experiencia para obtener nuevos combos, la destreza en el uso de armas mejora con el tiempo y hasta tenemos un sistema de dominio de habilidades. La técnica de esquivar ataques (prácticamente teletransportándonos) es muy efectiva y versátil, al tiempo que el contraataque gana importancia, haciendo las batallas más dinámicas y tácticas. La cantidad de eventos "quick time" se reduce y los enfrentamientos finales -aparte de titánicos- son más largos y variados. Claramente, se han estudiado los defectos de videojuegos previos para mitigarlos, dando lugar a una secuela que aparte de sentirse diferente (gracias a los poderes característicos de Drácula) se disfruta aún más.
Drácula sustituye la tradicional cruz de combate por un mortífero látigo que posee un amplísimo rango de alcance. El espectáculo se hace así intenso, con la oportunidad de golpear a varios enemigos simultáneamente, algo que ya conocíamos. Lo que es nuevo radica en la eliminación del sistema de magia, reemplazado por la sangre que vamos adquiriendo mientras despachamos rivales. Gracias a ello, es posible usar la espada del vacío (regenera nuestra vida cuando atacamos) y las garras del caos (ideales para romper defensas enemigas).
Con esta introducción, se incrementa todavía más el carácter estratégico de las refriegas, al tiempo que se establece un equilibrio jugable bastante interesante entre atacar para ganar magia, recuperar vida o directamente tratar de destrozar la armadura de nuestros oponentes para causarles daño. Los distintos ingredientes, unidos, nos adelantan una sensación de juego muy satisfactoria que esperamos se complete con una dificultad a la altura.
Al menos, la duración ya se ha confirmado que será mayor a la del primer Lords of Shadow. Esto viene motivado en gran medida por el carácter de mundo abierto que respira esta continuación, que nos dará decisiones y la oportunidad de explorar. Mercury Steam ha reconocido que había sido muy lineal en sus propuestas, pero ahora tendremos hasta áreas ocultas, así como secretos. Para hacerse una idea, ya no hay división en capítulos. La progresión es orgánica, con un sistema de teletransporte que nos permite ir de un sitio a otro con rapidez.
Noche vampírica
Si dudáis sobre la presencia o no de partes plataformeras, las habrá, y no serán pocas. Se han rediseñado para evitar que los jugadores menos habilidosos se pierdan, introduciendo ayudas -eso sí, de uso opcional- que indican los puntos de interacción. La manera en que se conectan batallas, plataformeo y exploración es toda una incógnita para nosotros ahora mismo, así como las dimensiones reales de la ciudad y el castillo que en teoría visitaremos. Lo que conocemos es que tendremos efectos climáticos (lluvia incluida) en una noche que se promete verdaderamente intensa.
A nivel visual Mercury Steam ha sentenciado que no reciclará material de anteriores juegos, sino que se ha esforzado en rediseñar el motor para adaptarlo a las circunstancias actuales, de forma que sea capaz de mover un mundo más grande y abierto, sin niveles independientes. De hecho, no hay tiempos de carga, algo muy positivo, y la cámara es completamente libre, de forma que la sensación de libertad se hace aún mayor.
La música corre a cargo de Óscar Araujo, ya presente en los anteriores títulos. Esto es una garantía de calidad, más conociendo su gusto por los temas orquestados y grandilocuentes, muy en la línea de lo que necesita una producción como la presente. Corre el rumor de que podrían estar de vuelta temas clásicos como "Vampire Killer", lógicamente transformados para añadir nostalgia a una obra que, por otro lado, trata de culminar la nueva dirección que el equipo liderado por Enric Álvarez ha imprimido a Castlevania durante estos últimos años. Ha costado mucha sangre, pero el desenlace por fin se acerca...