Año 2024. El futurista mundo que habitan los seres humanos se estremece ante una cruenta guerra que se libra por la escasez de combustible. Prepárate para participar en la más violenta y brutal batalla en un apasionante título orientado fuertemente al multijugador, y dotado de una jugabilidad muy completa y un apartado gráfico de los que quitan el hipo.
Frontlines es el primer juego de Kaos Studios como estudio de desarrollo, y su debut no puede presentar un aspecto más prometedor. En parte esto se debe a que no son precisamente unos primerizos en la industria, y es que llevaron a cabo el prestigioso mod Desert Combat de Battlefield 1942, lo que les ha abierto las puertas para llevar a cabo éste su primer juego.
Estamos ante un juego orientado hacia la acción en primera persona multiplayer, con un fuerte componente de trabajo en equipo y con una gran atención puesta en temas como el equipamiento, el arsenal o los vehículos.
El Día Más Largo
La historia de Frontlines Fuel of War explora el habitual recurso del futuro con escasez de combustibles y los conflictos a escala mundial que este hecho provoca. La guerra se inicia por el control del último depósito de combustible existente en la tierra, enmarcado en el mar Caspio, desatándose una gigantesca guerra mundial por su control.
En la campaña encarnaremos a un soldado de la Coalición del Oeste –formada por fuerzas de Estados Unidos y Europa-, y lucharemos contra la Coalición de la Estrella Roja –compuesta por los ejércitos ruso y chino.
Comenzaremos nuestra andadura en Turkmenistán, al sur de Afganistán, y la primera misión que se nos encomendará será la de defender una refinería tras ser derribados junto con nuestro helicóptero por los ejércitos enemigos.
Una vez dentro de este epílogo entraremos “en materia”, y se nos ofrecerá la posibilidad de progresar en las misiones dejándonos un pequeño margen de maniobra para escoger los próximos objetivos dentro de cada una. Gracias a determinados objetivos obtendremos “pluses” en armas, combustible, vehículos, armaduras, etc.
No obstante todas las metas deben ser cumplidas para poder pasar al siguiente nivel, de modo que nuestra libertad a la hora de elegir el camino es muy relativa. Sin embargo nuestra recompensa táctica tendrá una gran importancia a la hora de “ordenar” nuestros objetivos en función de nuestras prioridades. Los primeros niveles son muy breves y no supondrán grandes retos en este sentido, pero una vez que vayamos avanzando comenzaremos a encontrar grandes impedimentos y el escoger correctamente el siguiente paso y, por lo tanto, el siguiente “bonus” puede ser un matiz fundamental para acabar los niveles con éxito.
Por ejemplo, en un nivel se nos ofrecen las posibilidades de asegurar una refinería, de destruir una batería antiaérea o de hacernos con un arsenal enemigo. La batería está muy lejos, con lo cual para cerciorarnos de poder llegar hasta ahí con vehículos podría ser interesante pertrecharnos de combustible suficiente haciéndonos con la refinería. Una vez hecho esto, y ante la previsión de una fuerte defensa de la batería antiaérea sería recomendable incautarnos del depósito de armas de los rivales; para así, con suficiente gasolina y armamento, poder acometer con mayor seguridad el asalto de la posición enemiga.
El Combustible de los Gladiadores
Frontlines cuenta con unos mapas verdaderamente masivos pero emplea una serie de técnicas más o menos sutiles para mantenernos concentrados en torno a los “puntos calientes” de los escenarios.
Hay numerosas recompensas por mantenernos unidos a nuestros compañeros y por permanecer en las zonas de guerra principales. De lo contrario el conflicto podría dispersarse en exceso, de modo que así se consigue, siempre dentro de una sensación de libertad más o menos virtual, que estemos localizados en los focos importantes del mapeado.
Y es que las recompensas por mantenernos unidos y centrados en los objetivos serán fundamentales, pues gracias a ellas podremos mejorar nuestros soldados e incluso crear las clases específicas que deseemos para nuestro héroe.
No se sabe mucho todavía de los “roles” que podremos asumir en Frontlines, pues todavía no se ha desvelado el listado completo; pero si que conocemos ya algunas de ellas. Por ejemplo, Soporte de Tierra nos convertirá en una suerte de ingenieros con la posibilidad de reparar torretas de ataque, vehículos blindados o colocación de trampas. Soporte Aéreo, por su parte, libera ataques aéreos y nos permite la marcación de objetivos para lanzamiento de misiles aire-tierra.
La riqueza de las clases viene más dada por la posibilidad de dotarlas nosotros mismos de matices que de contar con una gran variedad real. Por poner otro ejemplo, si queremos crear una clase personalizada podremos escoger un perfil de soldado de asalto, para más adelante con los puntos de experiencia y complementos obtenidos, adquirir un rifle de francotirador y mejorar, de este modo, nuestra capacidad de fuego a distancia.
Perros de Presa
Kaos habla de Frontlines: Fuel of War como “la experiencia definitiva en cuanto al trabajo en equipo”. ¿Qué se esconde tras estas ambiciosas declaraciones? Pues un nuevo sistema que se fundamenta en una serie de matices que hacen de la jugabilidad del título un imprescindible para los adoradores del juego en compañía.
Para empezar, y como medida más sonada, está la de la obligación total de contar con varias personas a la hora de montar en un vehículo y de manejarlo. Es decir que sino estamos acompañados por un número de personas determinado -cambiante según la clase de transporte que queramos emplear- no podremos mover un vehículo ni realizar las rutinas de fijar objetivos-disparar.
Es decir que gracias a Frontlines se acabó el manejar un tanque uno sólo, si queremos desplazarnos, fijar objetivos y disparar a bordo de un blindado, necesitaremos a una persona concreta para cada una de las tareas, con el incremento del trabajo en equipo que esto supone.
Otro elemento curioso es el hecho de observar las necesidades de nuestro equipo durante el transcurso de la partida. Con el constante cambio de objetivos puede que la clase escogida al inicio del nivel no sea la más adecuada para las subsiguientes misiones, y no se adapte a lo que los compañeros requieren; de este modo en Frontlines no deberemos esperar hasta el final de la partida para modificar nuestra clase y equipamiento, sino que cada vez que muramos tendremos la capacidad de elegir pormenorizadamente todo lo que haga referencia al personaje con el que saltaremos al campo de batalla de nuevo.
Explosión de Adrenalina
Frontlines: Fuel of War se presenta como una de las apuestas fuertes de la acción para 2008, debida a su potente apartado multijugador, a su excelente campaña individual y a su espectacular faceta visual.
Las versiones de consola –Xbox 360 y PlayStation 3- contarán con un multijugador para hasta 32 jugadores, ascendiendo el de Pc hasta el doble, 64 simultáneos. Como ya hemos señalado la experiencia de Frontlines se basa fuertemente en el multijugador, aunque Kaos no ha descuidado en absoluto la campaña individual, dotándola de unos enemigos con una inteligencia artificial muy avanzada y de un hilo argumental interesante y generador de situaciones muy variadas.
Las sensaciones que desprende Fuel of War son inmejorablemente positivas, todo parece muy cuidado en este shooter, y por lo que apunta podría ser uno de las grandes sorpresas del próximo año 2008.