B.J. Blatzkovich regresa en esta ucronía situada en los años 60 donde los nazis dominan el mundo, los Aliados se han rendido y la resistencia ha sido aplastada. Como ejército de un solo hombre, tendremos que abrirnos nuestro camino a balazos y acabar con el nuevo orden mundial, en este shooter que recupera la esencia clásica del género.
Hay shooters modernos y hay shooters clásicos, pero no hay nada más añejo que Wolfenstein, el FPS creado por los dos Johns, Carmack y Romero, que puso los primeros cimientos al género tal y como lo conocemos. Mucho ha cambiado desde entonces, pero los chicos de MachineGames han querido honrar al género con un título que nos devuelve algunas mecánicas de antaño, mientras hilvana una trama mucho más elaborada de lo que estamos acostumbrados a ver en esta franquicia, con algunas secuencias cinemáticas y unos personajes, tanto enemigos como aliados, con mucha personalidad que logran llenar la pantalla en sus apariciones estelares.
Tampoco podemos olvidarnos que Wolfenstein ha sido siempre un título que sabe sacarnos una sonrisa con unos toques de humor ácido y una mezcolanza de armas impactantes por la carnicería que provocan, a las más estrambóticas. Pues bien, todas ellas volverán de nuevo a medida que avanzamos por sus múltiples capítulos que, ya atisbamos, van a dar una duración muy considerable a la obra producida por Bethesda.
Narrativa y balas
El juego abre a finales de la Segunda Guerra Mundial, con una frenética batalla aérea a bordo de un gran avión de combate, donde empezamos a atisbar que algo no va bien en la guerra: los nazis aparecen de repente con una tecnología muy superior y desconocida a la que los Aliados no son capaces de hacer frente: aviones modernos y extraños perros metálicos están acabando con la ofensiva. Tras unos acontecimientos que no revelaremos, retomamos la historia en la década de los 60, con los nazis victoriosos, los Aliados rendidos y, sin ningún tipo de resistencia, el eje campa a sus anchas por todo el mundo.
Es una ucronía en toda regla. Un "What if" que los chicos de MachineGames han aprovechado para darle una vuelta de tuerca al planteamiento de la Segunda Guerra Mundial, que les permite dar un toque más industrial y amenazante al enemigo por antonomasia, utilizando además una tecnología alternativa que para nada tiene que ver con la evolución lógica y sí mucho con los propios experimentos, pero exagerados, que el III Reich estaba desarrollando en aquel momento. Con todo, si bien el juego nos plantea esta situación hipotética con los nazis sometiendo al mundo, los primeros minutos de la campaña ya nos hacen suponer que su victoria puede tener algo que ver con viajes temporales, pero tendremos que tener aún el juego en nuestras manos para saber si la hipótesis es correcta.
Si bien MachineGames ha querido aportar el toque clásico que tanto gusta a los jugadores versados en la franquicia, el estudio sueco no ha podido evitar sus raíces, y es que esta compañía está creada por ex-desarrolladores de Starbreeze, cuyos títulos Las Crónicas de Riddick y The Darkness son muy respetados por incluir con acierto toques de aventura y una personalidad única al género de disparos. La narrativa oscura unida a la voz en off del protagonista que nos acompaña en todo momento fueron marca de la casa, y eso es algo que sin duda repiten ahora con The New Order, donde B.J. Blatzkovich tendrá más presencia que nunca, alejándose aún más del mero avatar encasillado en el HUD que teníamos en el clásico Wolfenstein 3D.
Es un punto a tener en cuenta, porque los títulos de la marca siempre han sido caracterizados por la acción desenfrenada sin pausa, provenientes de una época donde no se huía de los scripts, es que simplemente no existían. En este aspecto, The New Order apuesta por una salida tangencial para poder contar su historia: en los momentos de acción nada entorpece nuestro camino; en cambio, habrá momentos más pausados donde la narrativa cogerá el testigo para ponernos en situación y hacer avanzar la trama. Puede que este malabar haga más difícil la repetición de niveles una vez concluido el juego, rejugar escenarios como si de un arcade se tratara (algo como lo que propuso RAGE con su último DLC, que nos dejaba elegir misión obviando los momentos de historia), pero es una evolución muy interesante para implicarnos más en todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.
La salud es lo más importante
Ya metidos en la acción, lo que más gusta de Wolfenstein es volver a tener el control total de un shooter donde importa más nuestra puntería y nuestra gestión de las armas, que las coberturas y la vida regenerativa. La salud se recoge en botiquines que vamos encontrando por el escenario, aunque tiene ciertos puntos a los que la vida se regenera automáticamente, como los cuadros de salud de un Dead Rising. Así que nunca estaremos con un 1%, pero quedarnos a cubierto tampoco no subirá a 100%. Además, en algunos momentos podremos recoger más botiquines y comida de la que necesitamos, elevando la vida hasta el 200%, pero que también decrecerá cada segundo hasta equilibrarse. Si queremos más protección, volvemos al clásico elemento de la armadura, recogiendo chalecos y cascos que nos servirán a modo de escudo y nos salvarán de las situaciones más complicadas.
Otro aspecto jugable que nos ha llamado la atención en todas las sesiones de juego con Wolfenstein es la posibilidad de "asomarse" en las coberturas, algo que no sólo podemos realizar de izquierda a derecha o hacia arriba, sino en cualquier grado del stick para permitirnos apuntar y cubrirnos mejor o incluso disparar por debajo de camiones o puertas, por ejemplo. Algo que más adelante nos resultará mucho más útil cuando consigamos la pistola láser, que además de ser un genial arma para acabar con los enemigos, nos permitirá abrir pequeños huecos en las coberturas y disparar desde posiciones más seguras.
Lo más interesante que aporta The New Order al género es su sistema de Ventajas, una especie de evolución de nuestras habilidades a lo juego de rol, que desbloqueamos según nuestra forma de jugar. Lo mejor, que no podremos comprarlas por algo parecido a los puntos de experiencia, sino que si queremos una determinada habilidad, tendremos que cumplir exactamente sus requisitos. Por ejemplo: si deseamos no hacer ruido con nuestros pasos ni siquiera corriendo, tendremos que lograr diez muertes con cuchillo por la espalda; o si queremos una recarga más rápida, tenemos que lograr veinte disparos a la cabeza. Todos los objetivos de estas Ventajas están hechas para que no juguemos a Wolfenstein de la misma forma (y de la que estamos acostumbrados en los tiempos modernos, escondiéndonos demasiado y yendo al tiro fácil), sino probando todas las posibilidades que nos ofrece el juego. Así, la recompensa es más satisfactoria y nos permite elegir si queremos ser más sigilosos en nuestros enfrentamientos o más ofensivos.
De hecho, por mucho que The New Order sea un juego donde dar rienda suelta al gatillo, siempre te anima a plantear todas las situaciones con cabeza. Todos los segmentos de cada capítulo están ideados para que podamos apoyarnos en el sigilo en primera instancia, o que acabemos con el comandante de la zona para que evite dar la alarma y que lleguen más soldados a la posición.
Armamento pesado
Las armas, sin embargo, siguen siendo las reinas de la fiesta. Todavía nos quedan muchas por descubrir, siendo la pistola, varios tipos de fusiles, escopetas y una potente ametralladora las únicas que hemos visto hasta el momento, pero todas ellas pueden combinarse a dos manos para extender la potencia de fuego. Lucen y suenan muy bien y, sobre todo, tienen mucha potencia e impacto en nuestros enemigos, rescatando después de mucho tiempo esa sensación de dar por primera vez un escopetazo mortífero a la pierna de un enemigo en, por ejemplo, Soldier of Fortune.
Tecnológicamente, el título logra un buen nivel. Si bien es cierto que no pretende competir con los grandes baluartes del género que hemos visto durante el presente año o el anterior, su gran punto a favor son unos escenarios variados, bien iluminados y que tienen mucha presencia. El uso del color, tanto en los momentos más satinados como en los más saturados es muy inteligente, pero probablemente el verdadero corazón de este id Tech 5 para Wolfenstein sea una física que funciona impecablemente (e implacablemente) con las armas y los enemigos. Los momentos en los que más luce gráficamente son las secuencias relajadas, que MachineGames utiliza para la presentación de algunos personajes clave como Deathshead, un sádico doctor, o Frau Engel, una desequilibrada mujer que pone los pelos de punta con su frialdad.
The New Order va por buen camino para alcanzar su lanzamiento el 23 de mayo del presente año. No es un shooter tal y como denominamos al género en la actualidad. Carece de multijugador y está totalmente planteado para los jugadores que crecieron con id Software, 3D Realms, People Can Fly o Monolith, pero a su vez intenta envolvernos con una trama que haga de nexo entre una situación de tiroteos y la siguiente. Y pese a que también disfrutamos con el shooter moderno, es bueno saber que los viejos hábitos nunca mueren y que hay gente que se preocupa porque así sea.