DKC Tropical Freezce: Impresiones jugables finales

DKC Tropical Freezce: Impresiones jugables finales
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Los simios de Nintendo vuelven a tener bronca, esta vez por unos animales vikingos que no sólo les han echado de su querida isla tropical, sino que también la han congelado. Motivo de cabreo para Donkey y la familia Kong, que para nuestra alegría regresan con un prometedor plataformas diseñado por Retro Studios. ¡A por los plátanos!

Ahora que llegan noticias no demasiado positivas sobre Nintendo y el escaso éxito de su Wii U, es cuando mejor se aprecia contar con compañías como Retro Studios. El estudio estadounidense, que brilló con luz propia en la trilogía Metroid Prime, es uno de los tesoros más preciados de la Gran N de cara a conseguir un catálogo de calidad en su consola de sobremesa. Los nipones confían mucho en ellos, tanto como los propios usuarios, y más después de comprobar que se puede contar con ellos independientemente del género que tratemos.

Así pasaron de las aventuras intergalácticas en primera persona de Samus Aran a las plataformas selváticas de Donkey Kong. Todos recordamos aquel videojuego, DKC Returns, un magnífico continuador de las peripecias de la familia simia tras el talentoso poso dejado por Rare. Pero la aventura no acabó aquí. Retro Studios tiene nuevo videojuego, Donkey Kong Country: Tropical Freeze, y aunque tiene un corte continuista muy remarcado, vuelve a sorprender por lo magníficamente ejecutado que está. El talento sigue siendo la marca de identidad en la desarrolladora de Austin (Texas).

Este título, si lo comparamos con el previo, no sólo cuenta con una curva de dificultad mejor ajustada, sino que además se beneficia del salto tecnológico con respecto a Wii para mostrarnos uno de los más bellos plataformas que hemos tenido ocasión de probar. Nos damos una vuelta por los dos primeros mundos de esta aventura para comprobar todas las novedades que nos trae este nuevo exclusivo, el cual estará con nosotros a partir del próximo 21 de febrero.

Simios enfadados

Por tradición, la serie Donkey Kong Country siempre ha sentado su premisa narrativa en algo muy simple: alguien ha conseguido cabrear a nuestro gorila con corbata. Esta vez no es una excepción. Donkey cumple años, y a unos animales vikingos no se les ocurre otra cosa que celebrarlo echándole de su propia isla. Ahora la familia Kong deberá recuperar lo que es suyo, explorando las islas aledañas hasta dar con el origen del problema y, de paso, acabar con el hielo que enfría nuestra maravillosa selva tropical.

Esto lo haremos, como habréis intuido, a través de muchos saltos dentro de un sistema de progresión basado una serie de niveles con dificultad creciente, los cuales van abriendo a nuestro paso. Nada cambia en este sentido, con mundos que acaban mediante el enfrentamiento con un jefe. La jungla, pero además otros parajes como una cumbre de lo más otoñal (entre otras sorpresas), dan origen a un cúmulo de situaciones que pretende ser de todo menos monótono.

Por supuesto, predomina la acción a pie, con nuestro simio saltando sobre plataformas, sorteando peligros y barriendo a los enemigos que se encuentra por el camino mientras recoge todos los plátanos que puede. Las típicas escenas en vagoneta (ahora con cantidad de giros de cámara que revitalizan el concepto) y la presencia de barriles propulsores están de regreso, pero nos atreveríamos a decir que ahora con un "plus" de dificultad que consigue estimular al jugador con cada paso que protagoniza.

Podremos controlar el juego con el GamePad, pero por la tensión que genera será más apropiado el mando Pro, también compatible.
Podremos controlar el juego con el GamePad, pero por la tensión que genera será más apropiado el mando Pro, también compatible.

Nueva selva, viejos conocidos

Conseguir vidas es fácil, y afortunadamente perderlas también en una obra que (aunque sólo hayamos probado durante su aproximadamente primera hora de juego) ya nos hace presagiar un sobresaliente ajuste y equilibrio en las dinámicas. Los "checkpoints" están situados con mucha inteligencia, y encima si pretendemos conseguir todos los extras el desafío se dispara. Recolectar las letras K-O-N-G, así como todas las piezas de puzle, bien exige una segunda vuelta en la aventura; amén de que cada fase posee secretos en forma de las tradicionales -y bien escondidas- estancias de bonus.

Verdaderamente, no hay muchas mecánicas novedosas. Eso es tal vez lo menos positivo de DKC: Tropical Freeze, pero sí tenemos buenas noticias. Por ejemplo, las fases acuáticas regresan tras su ausencia en el último juego, dándonos un indicador de oxígeno para avisarnos de que no podemos permanecer demasiado tiempo en apnea. También vuelve Rambi, el rinoceronte, capaz de esprintar y embestir a rivales en situaciones específicamente diseñadas. No descartamos la presencia de otros animales aliados de los simios…

Pero la verdadera innovación la encontramos en la variedad de monos que nos acompañan. Diddy Kong ya lo conocíamos por anterior entrega, permitiéndonos flotar unos segundos en el aire mediante su propulsor. Lo nuevo es que ahora también tenemos la oportunidad de contar con la ayuda de Dixie (que con su coleta nos impulsa levemente en el aire) y de Cranky (el cual con su bastón puede rebotar cual Tío Gilito en el videojuego Duck Tales, sorteando trampas y acabando con rivales si hace falta).

Por supuesto, a la cita no falta un modo cooperativo para dos jugadores. Merecerá la pena volver completar el juego junto a un amigo en la misma consola.
Por supuesto, a la cita no falta un modo cooperativo para dos jugadores. Merecerá la pena volver completar el juego junto a un amigo en la misma consola.

Un HD muy "mono"

Los acompañantes se logran a través de barriles. Unas veces podremos escoger el que queramos, pero otras se nos darán de acuerdo a la situación que debamos superar. En cualquiera de los casos, sorprende cómo todos ellos han sido diseñados (a pesar de sus diferentes habilidades) para adaptarse a cualquier situación, algo que habla muy bien sobre el estupendo diseño de niveles que se ha introducido en este título. El trabajo llevado a cabo ha sido sencillamente espectacular.

Todo esto sorprende, pero el apartado audiovisual no se queda atrás. DKC: Tropical Freeze es uno de los plataformas más bellos que hemos visto hasta la fecha. Sólo viendo este videojuego uno puede darse cuenta de lo limitado que estuvo Retro Studios en su anterior videojuego para Wii. Gracias a la alta definición, los estadounidenses han plagado de mil y un detalles a los decorados, que gozan de esa maravillosa sensación de profundidad que ya nos fascinó en la trilogía simia de Super Nintendo.

Destacan las superposiciones de elementos, el juego con los elementos 3D y, sobre todo, el inmenso colorido. Las composiciones musicales no están por debajo, en esta ocasión con David Wise al frente (autor de las bandas sonoras de los DKC). Su regreso nos deleita con ritmos que pasan de ser pegadizos a ambientales, buscando siempre un estilo personal que nos hace confiar aún más en un lanzamiento que consideramos importante para todos aquellos que posean una Wii U. Dentro de muy poco os daremos a conocer el grado de excelencia simia al que llega el programa, pero todo nos indica que Donkey volverá a sacudir el panorama plataformero.

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