Homefront The Revolution: Impresiones Pre-E3

Homefront The Revolution: Impresiones Pre-E3
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De la caída de THQ quedaron muchas licencias dispuestas a recibir nuevos padres adoptivos. Una de las que menos duraron en subasta fue Homefront, que de hecho se ha convertido en el niño mimado de Crytek, desarrolladores que buscan una completa reformulación del original. La revolución llega, y no sólo de manos de una EEUU asediada, sino también por un mundo abierto de oportunidades.

Como el cine o la literatura, los videojuegos han contado con su cartel de villanos por antonomasia. Ahí tenemos a los nazis, los rusos… y desde hace poco también a los norcoreanos, suponiendo la gran novedad dentro del clasicismo shooter. Homefront resultó tan fresco, entre otras cuestiones, por proponernos luchar con una fuerza no demasiado exprimida en el género de la ficción bélica, y además por hacerlo en nuestro propio territorio, como un esfuerzo de resistencia contra el invasor.

El título desarrollado por la ya extinta Kaos Studios (tras el declive de THQ) obtuvo resultados mixtos en cuestión de crítica, pero la licencia seguía viva, con mucho interés en su propuesta. Tanto que la mismísima Crytek ha aceptado rescatarla, ahora a través de una secuela que no quiere parecerse en nada a su predecesora, más que en el mantenimiento de su historia y universo.

Diseñado durante los últimos dos años, Homefront: The Revolution está creado por un equipo completamente nuevo, recogiendo el ADN de videojuegos como Far Cry o Crysis (como comentan sus propios creadores). Es decir, no se pretende continuar con las bases jugables establecidas, sino que la compañía alemana va a imprimir íntegramente su estilo a este nuevo proyecto. Eso sí, siempre conservando el poder de la licencia, resumido en su trama, que avanza cuatro años en el tiempo para mostrarnos cómo progresa la invasión de Corea del Norte en los Estados Unidos. La situación se complica, la resistencia se merma, pero mientras exista vida hay un resquicio de esperanza. Nos convertiremos en líderes, y de ti dependerá que acabes siendo un héroe o un vencido.

Ocupación tecnológica

La acción se sitúa en Filadelfia, con una población minada por la ocupación, que ya dura demasiado tiempo. Las fuerzas norcoreanas no han perdido ni un segundo para mejorar su tecnología y hacer su presencia aún más intimidatoria. El clima de opresión es absoluto, con drones, armamento avanzado y vehículos a la última que se ponen todos en nuestra contra. La guerrilla es la forma de vida de aquellos que quieren rebelarse, con cócteles molotov, armas ya desfasadas y una preparación militar prácticamente nula.

Pero ahí estamos nosotros, los jugadores, para intentar acortar diferencias. Y lo haremos dentro de un shooter en primera persona que se esfuerza en retratar con cierta fidelidad visual la ciudad de Filadelfia. No se trata de representarla al detalle de Google Maps, pero sí que se mantiene la arquitectura y elementos más emblemáticos para que sepamos que estamos allí, ahora claro en una realidad completamente alternativa.

La herramienta más potente del estudio alemán, el Cry Engine, está aquí para ayudar a que tal objetivo sea posible, a la par que se recupera ese espíritu "sandbox" tan característico de los ya citados Crysis y Far Cry. La finalidad última es que obtengamos una sensación jugable semejante, alejada de las experiencias FPS lineales que inundan el mercado. No se trata tampoco de generar un mapa gigante en el que perdernos, pero sí un entorno lo suficientemente denso como para que no sintamos que nuestro avance está encorsetado por una historia. Esto no quiere decir que la libertad vaya a ser absoluta (ya que el argumento nos irá guiando), pero sí que se abre cierto espacio para salirnos del camino y expresarnos más allá de las balas.

¿Ir a pecho descubierto acabando con todo? Tendremos algún momento así, pero la mayor parte actuaremos pensando en que estamos en inferioridad numérica y tecnológica.
¿Ir a pecho descubierto acabando con todo? Tendremos algún momento así, pero la mayor parte actuaremos pensando en que estamos en inferioridad numérica y tecnológica.

Libertad opresiva

Demostración empírica de que se preste atención a la exploración es el hecho de que aparezca un radar al estilo GTA en una de las esquinas de la pantalla. "Hemos creado un título para que puedas moverte libremente por Filadelfia. No está todo disponible desde el comienzo, ya que hay que seguir una trama. Pero a medida que avanzamos ganamos acceso a nuevas áreas, e incluso una vez llegados al final podemos revisitar zonas previas", nos comentó David Stenton (Game Designer) en relación a la estructura de Homefront: The Revolution.

Los desarrolladores han puesto un gran empeño en que, a pesar de encontrarnos ante un juego de mundo abierto, obtengamos una experiencia de lo más cinematográfica. Y lo mejor es que esto no se consigue sólo dentro de las misiones, sino también fuera, mientras andamos libremente por la ciudad. Para lograrlo se ha creado una atmósfera absorbente, que nos traslada a este universo de ocupación extranjera en el que nos encontramos continuamente bajo la presión de soldados enemigos.

De hecho, debido a la inferioridad numérica que sufrimos, las emboscadas, misiones de infiltración y ataques relámpago son claves para resultar victoriosos. Dispondremos de herramientas que nos ayuden a ello, como nuestro móvil, ideal para analizar objetivos, acercar el zoom o fijar a las fuerzas de la KPA (Korean People's Army), incluyendo sus destructivas torretas y vehículos, que a partir de entonces aparecerán resaltados. La planificación y la táctica resultan fundamentales para que no acabemos acribillados a balazos.

¡Cómo se han puesto estos norcoreanos en sólo cuatro años! Vehículos, armas y soldados muy preparados contra una resistencia pobre en recursos. ¿Quién ganará?
¡Cómo se han puesto estos norcoreanos en sólo cuatro años! Vehículos, armas y soldados muy preparados contra una resistencia pobre en recursos. ¿Quién ganará?

Bienvenidos a la resistencia

Otro de los aspectos más interesantes de Homefront: The Revolution lo encontramos en su sistema de progresión. Crytek aún se guarda muchos ases en la manga, pero sabemos por ejemplo que el mundo registrará la influencia de los norcoreanos y de la resistencia a medida que avanza la campaña. Además conocemos que tendremos un ciclo día-noche y que habrá eventos metereológicos de distinta naturaleza. "El mundo reacciona de acuerdo a nuestras decisiones", nos comentaba Stenton, poniendo aún más intriga si cabe sobre lo que nos espera…

Tendremos vehículos para desplazarnos (viaje rápido para los más impacientes) y una capacidad de "looting" muy elevada. La obra pretende fomentar el espíritu exploratorio, y una clave para conseguirlo es invitarnos a recoger objetos, desde un alicate que sirva para abrir puertas con candado hasta un coche teledirigido que podremos manejar a través de nuestro móvil para detonar un acceso restringido. Reclutar revolucionarios para nuestra causa, establecer bases y crear escondites forman también parte de la diversión, así que parece que no tendremos pocas opciones.

Aunque todavía por confirmar, intuimos que el "crafting" estará presente, o al menos en parte. Lo decimos más que nada porque el modo de mejorar armas es bastante profundo, con la oportunidad de cambiar mirillas, culatas, cargadores y demás partes sin necesidad de entrar en menú alguno. Todo completamente "in-game", así que ni se te ocurra poner en marcha tu ingenio armamentístico en medio de un tiroteo.

Gráficamente el título es claramente "next-gen", al centrarse exclusivamente en plataformas de nueva generación. El Cry Engine podrá hacer alarde de todo su poder.
Gráficamente el título es claramente "next-gen", al centrarse exclusivamente en plataformas de nueva generación. El Cry Engine podrá hacer alarde de todo su poder.

Los héroes de la revolución

Al tratarse de un "hands-off" (una demostración sólo visual del juego), no podemos concretar qué se siente al apretar el gatillo y navegar libremente por el decorado. Sin embargo, lo que se nos ha mostrado no se parece ni al clásico "shooter" ni al típico entorno "sandbox". El resultado es puro Crytek, y los que hayan probado algunas de sus obras saben a lo que nos referimos, un estilo propio que cabalga en el término de en medio, mezclando acción con libertad en un entorno nutrido por una muy atractiva atmósfera.

Esto para la campaña individual… ¿pero no hay nada más? El videojuego incluye cooperativo online para cuatro personas en una modalidad aparte que prescinde de la historia para ir directamente a lo que importa: la diversión. El carácter libre para aproximarse a las situaciones sigue aquí vigente, e incluso se recuperan las misiones de la vertiente para un solo jugador. La colaboración es primordial, formando nuestra propia célula de resistencia para convertirnos, según la descripción que se nos ha facilitado, en "reputados héroes de la revolución".

Veremos hasta donde llega el planteamiento, pero por lo que hemos podido comprobar la desarrolladora germana está ejecutando un esperanzador título que promete sobrepasar ampliamente las ambiciones del anterior Homefront. Este nuevo Revolution tiene atisbos de convertirse precisamente en eso, en una revolución. Una que tendrá una trama interesante, jugabilidad abierta, carácter shooter poderoso y cantidad de opciones accesorias para que la acción no se acabe demasiado pronto. ¿Lucharás por la libertad? A medida que se vaya acercando la fecha de lanzamiento (allá por el 2015) os diremos si merece la pena.

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