Dontnod saca los colmillos con su tercera aventura en el mundo de los videojuegos. Tras la prueba de Remember Me y el éxito de Life is Strange, toca clavar la estaca con una propuesta que persigue convertirnos. Es una de vampiros, pero no una cualquiera. Investigación, decisiones, acción y RPG en un cóctel realmente vampírico.
Cada estudio de desarrollo debe encontrar su lugar. Seguramente, el idóneo para Dontnod Entertainment no era el de la acción acuñada por Remember Me. Sin embargo, sí que pareció sentirse a gusto cuando midió sus fuerzas y se atrevió con algo más narrativo: Life is Strange. La pregunta era con qué seguir… Si optar por algo mayor, contentarse con ese camino o probar cosas nuevas.
La respuesta, como suele ocurrir, está en el término medio. Los desarrolladores franceses retoman toda la experiencia acumulada y la plasman en Vampyr, un juego que combina acción con un importante guión. Tenemos un sistema de batalla dinámico y con muchas posibilidades, pero también una historia profunda, con fuerte caracterización de personajes y que además implica la toma de decisiones.
Dontnod se adentra en el dilema existencial de nuestro protagonista, Jonathan E. Reid, convertido en vampiro contra su voluntad. ¿Sigue siendo humano o ha dejado de serlo por la necesidad de alimentarse de sangre? El jugador es el encargado de llevar la respuesta a un lado u otro dependiendo de sus acciones, ya que buena parte del interés del videojuego reside en perdonar o arrebatar vidas. Y no sólo a un par de personajes, sino a buena parte de los que aparecen...
Sed de sangre
El escenario de esta confrontación moral es Londres. Estamos en el año 1918 y la "gran gripe" ha afectado a un tercio de la población mundial. El juego trata de transmitir el clima de decadencia. La ciudad se muestra turbia, oscura, levemente iluminada por las farolas. Una niebla densa lo recubre todo, estableciendo un clima de misterio. Es difícil intuir si alguien tiene buenas o malas intenciones, si es aliado o un potencial enemigo.
Por ello, prestar atención a las conversaciones es crucial, ya que dependiendo de lo que hagamos la aventura podría girar en una dirección u otra. Tendremos distintos finales, algo que nos hace pensar en que tal vez la estrategia narrativa podría acercarse a la de Life is Strange, con decisiones que modifican con cierta contundencia nuestro avance en la aventura. Es un elemento en el que deberemos fijarnos. Parece muy interesante.
No obstante, hay otro gran pilar en Vampyr: los combates. Se desarrollan con la rapidez de un vampiro como Jonathan, con ataques a corta y larga distancia. Hemos visto un serrucho y un revólver entre el equipamiento, aunque podemos esperar cantidad de armas, sobre todo considerando el componente crafting. Recolectando materiales es posible fabricar distintos artilugios, útiles tanto contra humanos como contra otros vampiros.
Nos hemos fijado en que el juego incluye además un prometedor árbol de habilidades. Una de las que se nos mostró nos teletransportaba hasta la posición de los rivales en una fracción de segundo, haciendo más vertiginosos los enfrentamientos. Así pues, la acción se combina en realidad con una capa superior de ámbito RPG que nos hace progresar y evolucionar fuertemente a lo largo de este peculiar periplo vampírico.
Los desarrolladores en realidad prefieren hablar de que estamos ante un RPG de acción, uno que también contiene exploración en una ciudad que será importante comprobar las dimensiones y posibilidades que ofrece. Movido por el Unreal Engine 4, no es que nos haya sorprendido gráficamente, pero si consigue una cuidada ambientación, narrativamente acaba siendo tan efectivo como parece y ofrece unos combates divertidos, puede que nos dejemos convertir.