For Honor: Espada táctica, Guerra Eterna. Análisis en progreso

For Honor: Espada táctica, Guerra Eterna. Análisis en progreso
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Ya tenemos con nosotros al recién llegado de los juegos de combate: For Honor la nueva franquicia de Ubisoft. Son muchos los ojos que están puestos en él, dado que cuenta con uno de los sistemas de combate más completos y transcurre un marco único que mezcla a los tres guerreros más icónicos de la historia. En 3DJuegos nos hemos puesto manos a la obra para analizar el juego, pero no queríamos teneros esperando, así que aquí tenéis un adelanto de nuestra experiencia con este Análisis en Progreso de For Honor.

Como siempre, nos hubiera gustado haber tenido listo el análisis para el mismo día de San Valentín, pero a veces las políticas de cada compañía nos superan y no podemos hacer nada para remediarlo. Para más inri, For Honor, a pesar de contar con una campaña, es uno de esos juegos que se entiende mejor en el contexto del modo multijugador. Por lo que llevamos con él nos da la sensación de que la campaña está ahí para que entendamos el contexto de los guerreros que controlamos y de los combates, pero sobre todo para que nos familiaricemos con el sistema de lucha y los distintos personajes.

Igual que ocurre en juegos como Mount and Blade, For Honor ahonda con sumo detalle en la lucha de espada y los duelos mano a mano, pero lo hace en un terreno muy interesante a caballo entre la simulación y la fantasía. Este Arte de la Batalla, que es como Ubisoft ha apodado su sistema de combate, nos sitúa en una tesitura de juego de lucha, y no tanto de hack and slash, como podría pensarse al principio. Entre ataques ligeros, pesados, combos, recuperaciones, paradas, golpes imparables, etc., nos acordamos más de Soul Calibur que de Dynasty Warriors. En esencia, es un sistema de combate que fomenta el movimiento sutil, las fintas inteligentes y, sobre todo, la atención. Es tenso y personal, pero también vistoso y dramático. No así son los combates contra los esbirros, en los que no podemos ni fijar la cámara. En este caso la lucha se convierte en un acto mundano y rutinario pero, al fin y al cabo, están ahí para facilitar que recuperemos puntos para activar las habilidades especiales.


Por lo pronto, estamos disfrutando mucho de For Honor

El juego presenta a unos personajes carismáticos, bien definidos, que destacan por sus movimientos únicos y armas distinguidas. Cada facción (caballeros, vikingos y samuráis) cuenta con cuatro héroes con los que guerrear: la vanguardia, luchadores versátiles; los asesinos, rápidos y letales, pero frágiles; los pesados, lentos y poderosos; y los híbridos, combinan elementos y características de otros tipos y son de uso más avanzado. Con semejantes posibilidades en el campo de batalla, es muy importante conocer bien al contrincante, pero para eso están los modos de práctica y la misma campaña.

For Honor: Espada táctica, Guerra Eterna. Análisis en progreso


Dominando el campo de batalla

En lo que respecta a la experiencia multijugador, antes que pararnos a divagar sobre la extensa variedad de modos de juego, nos ha llamado la atención cómo el equilibrio del sistema de combate queda relegado a un segundo plano según la clase de partida. En los modos de Duelo (uno contra uno) o Pelea (dos contra dos) los espadachines más hábiles suelen ganar las partidas, pero en el caso de las los modos más amplios, como Eliminación o Dominio, lo que más cuenta es la comunicación y el trabajo en equipo. Es decir, que en partidas en las que caiga una sola figura suele provocarse un efecto dominó por el que da igual que controlemos el Arte de la Batalla; un dos contra uno no es factible a menos que la parte numerosa esté controlada por la IA. Por eso a veces parece que las partidas terminan de forma injusta y precipitada, pero es parte de cómo funcionan esos modos.

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Pero la guerra no es justa, ¿no? Quizá por eso también los mejores equipos se llevan los mejores botines. Aunque esto es un juego, y como tal tiene que ser entretenido. Por desgracia, son varias las veces que nos hemos visto superados por el otro equipo por la simple razón de que uno o dos compañeros han muerto. Por eso acabamos regresando al modo Duelo para recuperar la sensación de control. Los modos de cuatro jugadores nos resultan excelentes cuando los cuatro componentes del equipo se comunican como es debido, pero si un jugador lucha en solitario, puede acabar sintiéndose inútil, por mucha intuición que tenga en el campo de batalla. Hay herramientas, ojo, que están ahí para compensar las situaciones en las que nos superen, como la Venganza, que sume a nuestro personaje en una furia asesina que le permite acabar con sus enemigos fácilmente, pero su uso no deja de ser limitado, dado que más de dos oponentes suelen significar muerte segura.


Cada escenario está ahí para que aprendamos las mecánicas del juego

A pesar de lo frustrante que puede parecer la lucha descompensada, también es fantástico conseguir que el curso de una batalla cambie por completo gracias a nuestra intervención. Son pocas las veces que ocurre esto, pero cuando lo hacen nos encontramos con una sensación embriagadora que nos recuerda ese momento de la adolescencia en el que, borrachos de Tolkien, nos dormíamos oliendo la pintura de nuestras figuras de Warhammer secándose y soñábamos con ser uno de eso héroes que eran capaces de arengar legiones enteras con tan solo levantar la espada y fruncir las cejas...

For Honor: Espada táctica, Guerra Eterna. Análisis en progreso


Después de haber pasado por pruebas en ferias, alfas y betas, es muy agradable poder enfrentarse a la IA del juego en el modo campaña. Como ya os decíamos anteriormente, se desarrolla de forma que conozcamos a todos los personajes, por lo que comenzamos siguiendo de cerca el conflicto según la facción de los caballeros, luego pasamos a los vikingos y, por último, nos adentramos en territorio samurái. Cada escenario está ahí para que aprendamos las mecánicas del juego. Es decir, que la historia tiene una función educativa, más que narrativa, aunque tampoco quiere decir que pierda nuestro interés, especialmente gracias a figuras tan atractivas como la de Apollyon, cuya sed de poder es el motor de la historia. Si bien es cierto que la forma en que se engarzan los escenarios a través de la narrativa es más bien artificial.

For Honor: Espada táctica, Guerra Eterna. Análisis en progreso


For Honor puede resultar un poco frustrante para todo novato. Teniendo en cuenta que es un juego nuevo, ya os lo advertimos para que no os desaniméis. Nos da la impresión de que nos va a costar mucho llegar a dominar el combate que plantea el Arte de la Batalla, pero cada vez lo asimilamos mejor.

For Honor: Espada táctica, Guerra Eterna. Análisis en progreso


En otro orden de cosas, queremos estudiar con calma el sistema de progresión. Por ahora, conseguir objetos y elementos desbloqueables, como los propios personajes, nos resulta un proceso que requiere de mucho sacrificio, porque el juego no regala nada, y todo es relativamente "caro". Pero, claro, en el mismo menú de inicio podemos acceder a la tienda, ya existe un pase de temporada y podemos comprar atuendos y acero (la divisa dentro del juego) con dinero real. Para que tengáis una idea, cada personaje cuesta 500 piezas de acero, y una ronda victoriosa de cuarto de hora suele proporcionarnos 30 piezas. Os dejamos el cálculo por hora. De todas formas, tenemos que trabajar mucho aún para ver si este sistema económico evoluciona en adelante.

Por lo pronto, estamos disfrutando mucho de For Honor, y a medida que aprendemos a aplastar cráneos más efectivamente y sin morir nos resulta más gratificante. Regresaremos con un análisis final de For Honor y nuestras conclusiones cuando hayamos terminado la campaña y hayamos intentado repartir estopa por los servidores. Entonces hablaremos también del sistema de progresión y personalización, del modo multijugador Guerra de las Facciones y de los personajes y modos que resten. Entretanto, ¡podéis encontrarnos en el campo de batalla!

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¿Qué nos convence?

  • El Arte de la Batalla: un sistema de combate absorbente fácil de entender.
  • Los personajes: variados, carismáticos y bien equilibrados para fomentar el juego multijugador saludable.
  • El marco narrativo: For Honor cuenta con una historia muy atractiva.
  • El marco sensorial: buen apartado artístico. Destaca visual y sonoramente.
  • Modos y variedad de juego: el juego tiene muchos modos de juego planteados y apunta a la longevidad con esa Guerra de las Facciones.

¿Qué nos plantea dudas?

  • Luchar contra más de dos enemigos: es impensable si queremos salir con vida.
  • Aunque no discutimos el gancho de la historia tenemos la impresión de que For Honor no va a sorprender a nadie con su forma de contarla.
  • Los esbirros: luchar contra los héroes es conversar entre iguales, pero luchar contra esbirros es como abrirse paso en un recreo lleno de niños.
  • El sistema de progresión: a falta de más experiencia, tenemos que ver si nos pone fácil convertirnos en guerreros de leyenda a todos o solo a los que paguen.

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